Disclaimer: HP y su universo pertenecen a J.K. Rowling.
~Antes de que nos olviden~
N/A: He decidido crear este fic que lo tengo casi listo, serán aproximadamente 10 caps, que hablan acerca de la relación de los merodeadores, sobretodo de Lily y James en sus últimos años hasta la fatídica noche del 31 de octubre de 1981. De hecho este fic terminara ese mismo día como un homenaje a los personajes que dieron vida a Harry Potter y pelearon por primera vez con Lord Voldemort. Mi pequeña versión de su historia.
Este capitulo ocurre en sexto año durante las vacaciones de invierno. Supongo que tanto Sirius como Lily ya tenían cumplidos los 16 años. Disfruten.
La fría brisa se colaba por las hendiduras de las ventanas moviendo imperceptiblemente las largas cortinas rojas de terciopelo. Los copos de nieve azotaban con furia sobre el cristal dejando manchas de agua por doquier, resbalando con elegancia, formando curvas y figuras. Adentro el ambiente era bastante calido para ser una dura noche de invierno.
En una de las camas con dosel, dormía apacible un chico. Sus ronquidos suaves resonaban por las paredes de piedra en la desolada habitación de la torre de Gryffindor.
De vez en cuando se movía, enredándose con la manta de lana que lo cubría. En el centro de la estancia circular, un sistema de calefacción antiguo se alzaba, alto y esbelto de un oxidado color negro, con llamas en su interior que emanaban un agradable calor en la cruda helada que sucedía fuera.
Unos ruidos extraños provenientes de algún piso inferior provocaron que el joven mago se exaltara. Eran parecidos a golpes, unos gritos, más golpes y luego silencio. Unos minutos más empezaba de nuevo todo.
Al principio Sirius Black no les tomó importancia, pero cuando interrumpieron por tercera ocasión en su sueño empezó a molestarse. Primero abrió los grises ojos de par en par, agudizando su oído para detectar cual era la posible causa de aquel escándalo. Determino que eran de la sala común. Lo cual era preocupante dado que según tenía entendido él era el único que se había quedado en la torre para pasar las vacaciones de Navidad.
A regañadientes, medio dormido y asustado, se incorporó de la cama, se calzó y tomó su varita que descansaba en la mesita de noche junto a él. Después prosiguió a bajar con cuidado las escaleras apuntando con su varita hacia el frente. Algunos mechones de negro cabello le tapaban los ojos, pero Sirius estaba tan alarmado que no se molestó en apartárselos. Solo quería descubrir que diablos era lo que estaba pasando allá abajo.
El silencio era inquietante cuando descendía los últimos peldaños de la escalera de caracol. En la sala común de Gryffindor la chimenea estaba encendida, unos tenues sollozos se escuchaban como un desagradable lamento y la habitación en si era un caos. Cojines en la alfombra, pergaminos rotos y manchados por el suelo, libros abiertos dejados a su merced, al igual que una colección de plumas y tinteros puestos en desorden en la mesa. Aquello podía ser solo dos cosas, un sabotaje o un ataque de furia.
Optó por la segunda opción cuando se acercó en un sepulcral silencio al sofá, de donde venía el llanto, esquivando toda clase de cosas. Su estupefacción creció más al distinguir una abundante melena roja.
Bajó la varita, sin comprender del todo la particular situación. Se rascó la cabeza mientras observaba a su alrededor. ¡Eran más de la dos de la mañana! No podía pedir coherencia a su mente en esos momentos. Volvió su vista hacia la chica que seguía llorando sin percatarse de que él estaba justo enfrente de ella. Tenía la cabeza metida entres los brazos cruzados que se apoyaban en las rodillas, ocultando su cara, con las pantuflas arriba del sillón y una bata marrón que caía por los costados.
-¿Evans?- Atinó a preguntar.
Pero nadie le respondió, sin embargo el lloriqueo fue apaciguado.
-¿Pelirroja eres tú?- Preguntó Sirius de nuevo, incrédulo.
-Lárgate Black.
Fue la seca contestación que recibió con una voz ronca.
Bien, al menos una duda ya estaba despejada. Permaneció un rato más de pie delante de la bruja, para luego guardar su varita en el bolsillo del pijama y tomar asiento al lado de ella.
-Te he dicho que te fueras. ¡Déjame sola!- Exclamó Lily, viendo por primera vez al chico para lanzarle una mirada furiosa, y después un cojín que nunca llegó a su blanco.
-Tranquila- Advirtió Sirius, manteniendo una distancia prudente de la mujer, por si se le ocurría atacarlo de nuevo- Además, creo que no será posible irme. Me has despertado y he venido hasta aquí para ver tú…tú drama y no me iré hasta que me des una buena explicación de todo esto, que valga la pena.
-Eso es todo lo que te importa ¿Tu maldito sueño?- Contestó la bruja más enojada de lo que ya estaba, con las lagrimas resbalando aún por sus mejillas y sus chispeantes ojos verdes brillando a la luz del fuego.
-No te pongas así- Trató de remediar el problema, sabiendo que se estaba hundiendo él solito en el lodo- ¿Dime que te pasa?- Pidió con delicadeza.
-No te interesa- Fue la amargada respuesta de la chica.
-Si, si me interesa.- Alegó Sirius desesperado- Mira pelirroja, no nos llevaremos muy bien, y la principal culpa no la tiene James, bueno si la tiene. Bueno, lo que quiero decir es que me digas que ocurre, no es normal hacer esto y menos a las dos de la mañana. Anda hablar te ayudara. Desahógate- Finalizó con una tierna sonrisa.
-Vaya…No pensé que pudieras decir algo tan amable- Se burló Lily para luego reírse.
Sirius se unió a su risa, algo atontado por el cansancio. A veces (por no decir siempre) Evans subestimaba al Gran Canuto, pero eso se lo dejaría claro en otra ocasión.
La joven se acomodó en el sofá viendo hacia la chimenea con nostalgia.
-Es Petunia- Susurró como si le doliera decir aquello.
Pero antes de que el animago formulara la pregunta, ella lo aclaró.
-Es mi hermana- Vaciló unos instantes- Bueno, supongo que lo es, o lo era.
-¿Qué te hizo?- Inquirió frunciendo el ceño.
-Ella- Se torcía las manos con impotencia, como si el simple pensamiento de su hermana le diera nauseas- Me envió una carta, la peor carta que he recibido en mi vida- Sus ojos empezaron a llenarse de agua, hizo una mueca evitando llorar- Lo siento- Se disculpó secándose las lagrimas con la manga de su bata, sus ojos fijos en el alfombrado piso.
-Descuida- La consoló Black, dándole unas pequeñas palmadas en la espalda. Ver a la joven que les gritaba y regañaba todos los días así de destrozada le conmovía de una manera extraña. Al final de cuentas Lily era una muchacha como cualquier otra, con sus problemas.
-Desde que entre a Hogwarts mi relación con ella empeoraba a cada año- Explicó- Petunia también quería entrar al colegio pero por obvias razones, ella no posee ninguna pizca de magia, no pudo. Entonces empezó a odiar todo lo relacionado a ella, incluyéndome a mí.
Sirius abrió los ojos sobrecogido, con la certeza de que aquella historia le resultaba familiar. La nevada pareció cesar pues no se escuchaban los golpeteos de los copos en la ventana. Sus voces eran lo único que rompía la tranquilidad de la noche.
- Luego mis padres no ayudaron mucho a mejorar la situación. Ellos estaban encantados de que hubiera una bruja en la familia, creando celos en mi hermana.
-Eso es un poco injusto.
-Bueno yo tampoco fui todo un ángel con ella, pero trataba de caerle bien, cosa que nunca logré- Habló con una sonrisa floja, llena de congoja- Por eso no pasé las navidades con mi familia, no quería molestarla más.
-Con razón. Ya se me hacia raro que estuvieras aquí.
Lily asintió con la cabeza.
-¿Y la carta?- Señaló Sirius curioso, la dichosa carta causante de todo aquel revuelo.
-La quemé- Mencionó con resolución la bruja, señalando las abrasantes llamas de un intenso naranja- Es lo menos que podía hacer.
-Si, eso y destruir la sala común- Contestó el pelinegro con burla mientras esbozaba una fina mueca.
-Creo que me pasé- Reconoció Lily al observar el destrozo que había creado. Se avergonzó un poco y un rubor cubrió su rostro, agradeció que Sirius no pudiera verlo.
-¿Tu crees?- Ironizó.
-Basta. Ya. Te pido mil disculpas señor Black, por haber interrumpido su preciado sueño. No lo volveré a hacer.
-Ya no importa- Murmuró quitándole categoría al asunto.
-Me puso tan furiosa las cosas que me puso, lo…lo descarada que fue.- Trató de justificarse la chica haciendo ademanes con sus manos- Pero en fin, si ella ya no me quiere ni como hermana ni como nada, poco le voy a hacer yo. Es su problema- Se encogió de hombros sellando el tema. Se veía mas animada que al principio.
Sirius asintió con la cabeza, sus ojos grises clavados en algún punto de la estancia.
-Gracias- Susurró tímidamente Lily sacando de su ensoñación al joven mago.
-¿Por?- Preguntó confuso.
-Por escucharme.
-De nada- Contestó con soltura, dedicándole una mueca amistosa. –Tenía que detenerte, si te dejaba sola talvez hubieras quemado la sala o algo peor. Eres peligrosa pelirroja sicópata.
-Ja Ja Ja, muy gracioso- Rió con evidente sarcasmo dándole un pequeño empujón a su compañero con la palma de la mano. –Oye, por cierto. ¿Qué estas haciendo tú aquí?
La expresión traviesa que tenía Sirius se borró al instante. Su perfil fue como sumido por una sombra y se quedó pasmado por unos segundos, para luego volver a ver a la bruja. Se removió en el sofá, echando su negra melena para atrás.
-Larga historia- Contestó con incomodidad.
Lily que se percató del repentino cambio, frunció los labios, intrigada.
-Bueno ya estamos despiertos y aún falta mucho para que amanezca. Tenemos tiempo- Insistió.
-Necesitaba estar un tiempo a solas- Resumió sin mucha complicación, dando un hondo suspiro. Jugueteaba con su varita, pasándosela entre los dedos.
La chica lo analizaba, cada gesto, cada movimiento, leyendo más de lo que Sirius probablemente le diría.
-Se puede saber ¿Por qué?- Inquirió con suavidad.
Vaciló un poco antes de dar su respuesta, debatiéndose en explicarle o no.
-Tengo problemas con mi familia. Bastantes. – Esclareció con cierta amargura en su tono.
-Se que ellos no querían que tu estuvieras en Gryffindor.
-Eso apenas es una parte del asunto. – Lily hubiera apostado que vio como los ojos de Black brillaban, pero no pudo comprobarlo porque este se volteó a la dirección contraria y al regresar ya no había rastro de lágrimas- Sabes, no quiero hablar de esto.
-Esta bien- Aceptó la pelirroja, sintiendo por primera vez compasión hacia el estúpido y arrogante Sirius Black. Posó su mano sobre la de él por unos instantes.
Sirius agradeció el gesto.
-¿Jugamos a los naipes explosivos?
-Vale.
La nieve y la tormenta volvieron a sacudir la noche. Pero no perturbó a ninguno de los dos jóvenes que pasaron una velada de lo más extraña en la sala común de la torre de Gryffindor. Jugaron, contaron chistes sin sentido, rieron a más no poder, pelearon con cojines y descubrieron que no eran tan mala compañía después de todo. Claro que los dos juraron jamás hablar de aquello y seguirían pelándose en cuanto empezara el día.
Lo que nunca imaginarían es que luego se convertirían de nuevo en confidentes, en amigos y en familia. Y si, Lily descubrió la historia que Sirius no le quiso contar en esa ocasión, un día estando en la casa de James, claro que el pobre no comprendió cuando su novia le reclamó a su mejor amigo, que tenían esa conversación pendiente desde hace tiempo.
La mayoría de las veces terminas relacionándote con la gente que al principio no te caía del todo bien, sin antes conocerla.
Los primeros rayos de luz se filtraron por el gran vitral de una de las paredes de la sala común. Desperezando a un Sirius con ojos rojos y unas fichas de ajedrez en la mano. Lily no estaba en mejores condiciones.
-Te gané, otra vez- Susurró Black cuando su reina tiró a la de su contrincante.
-Es que estoy dormida- Trató de excusarse la chica levantándose al mismo tiempo que lo hacia el animago.
-Mal perdedora- Murmuró el joven mientra se encaminaba hacia las escaleras soltando un sonoro bostezo.
-¿A dónde crees que vas?- Preguntó la pelirroja con los brazos en jarras y el ceño fruncido.
- A mi habitación. Necesito dormir ¿Sabes?- Contestó sin siquiera limitarse a verla.
-Tienes que ayudarme a recoger todo esto- Habló con autoridad señalando con sus manos el desastre que reinaba el cuarto.
-Dirás que tú tienes que recoger todo eso. Acuérdate ¿Quién fue la que lo hizo?- Y dicho esto se fue, dejándola sola.
Lily negó con la cabeza mientras empezaba a arreglar.
Talvez…Estaba pidiendo demasiado.
Nice. Esto no es un Sirius/ Lily, pero pienso que ellos se conocieron un poco ante de que Lily conociera del todo a James. Pero vamos, que ellos jamás se vieron con otra cara que no haya sido la de la amistad. Y aquí se refleja :). VAMOS GENTE, COMENTAD, COMENTAD, que harán muy feliz a su servidora.
