Todo lo que has hecho durante la pasada media hora es mirar por la ventana, aunque sabes que está a tu lado. Lo notas.
Sientes su calor, y jurarías que a veces incluso puedes oír los latidos de su corazón.
Pero no te atreves a mirarle, ni hablarle. La cabeza aún te da vueltas.
No sabes que decirle. Llevas años deseando verle, abrazarle, pegarle por haberte abandonado, haberte dejado allí, sola. Sin él.
Ibais a estar siempre juntos, y te dejó. Y tu vida se convirtió en un infierno.
Ahora está a tu lado, para siempre. Hasta que la muerte os separe, y no eres capaz ni de mirarle a la cara.
Quieres creer que es él. Todo tu ser te dice que es él. Huele igual que él, piensa igual que el, parece él.
Tu doctor.
¿Pero entonces por que te duele el corazón?
¿Por que no puedes dejar de pensar en el hombre de traje marrón con cara triste que se acaba de ir?
De repente lo sabes. Sabes por que te duele el corazón, sabes porqué no puedes mirar a la cara al hombre que está sentado a tu lado en el Zeppelin.
Por que él está solo. Solo. Y tu tienes a tu propio doctor. Y él no tiene a nadie. Y sientes que le has traicionado, y con razón.
Por que en teoría, dos corazones son mejor que uno. Siempre has pensado eso. Hasta ahora.
Piensas en Sarah Jane, en las otras anteriores a ellas. Solías tenerles lástima, las compadecías. Se quedaban solas, sin ningún doctor que las protegiera, justo como te ocurrió a ti.
Lentamente giras tu cabeza hacia tu izquierda, y allí está, mirándote. Le miras a los ojos. Ciertamente no son los mismos ojos. Pero pueden serlo.
Eres Rose Tyler. Volviste, aunque fuera imposible. No son los mismos ojos, pero lo serán. Estás segura de ello. Le sonríes, y te devuelve la sonrisa.
Le cojes de la mano,y automáticamente el entrelaza sus dedos con los tuyos.
-¿Cuánto tiempo dijiste que te ibas a quedar conmigo? -preguntas citándole a él.
- Para siempre.
Y en ese preciso momento, es todo lo que necesitas oír.
