Se moría de sueño, pero el bullicio a su alrededor le mantenía despierto. John Egbert observaba a sus nuevos compañeros de clase desde su asiento. No es que le molestase el ruido, pero la situación le resultaba incómoda. Al fin y al cabo, le había tocado en la clase en la que no conocía a nadie. Es decir, conocía a algunos de vista y sabía algunos nombres, pero sin duda preferiría estar en la clase de al lado con su prima.

El profesor parecía no llegar nunca. Poco a poco iba recordando nombres de los que gritaban y lanzaban cosas mientras corrían y se perseguían por el aula. Lo ci Quizá, si no fuese porque se sentía en cierta medida intimidado, se habría unido a ellos. Así que se quedaba mirando por la ventana, a la espera.

Por fin, el profesor entró por la puerta. Se presentó a la clase. Su nombre era Kankri Vantas. Hablaba por encima del hombro pero completamente calmado. A John le recordaba a un cura. Al parecer era un profesor recién llegado, porque John no le reconocía de otros cursos. Sacó un bolígrafo del bolsillo de su camisa roja y comenzó a pasar lista. Un grupo de alumnos parecían tener una discusión susurrada al final de la clase, pero John ni se molestó en girarse.

- John Egbert.

- Aquí - John alzó la mano para que el profesor le reconociera. Kankri asentía y apuntaba en su libreta.

Al ser de los primeros de la lista, John siguió esperando a que el profesor terminase de nombrar gente.

- Karkat Vantas - Una bombillita se encendió en la cabeza de John. Uno de sus compañeros compartía apellido con el profesor.

- Sabes perfectamente que estoy aquí - respondió Karkat, desde el grupo que antes murmuraba, cruzado de brazos -. No sé para qué preguntas.

La respuesta brusca del chico sobresaltó a John, que se giró para verle. Estaba claramente molesto. También compartía aspecto físico con el profesor, desde el pelo azabache encrespado hasta los ojos grises. Incluso en las ojeras se parecían. La camiseta negra a rayas le quedaba ajustada y las pulseras negras le daban, de algún modo, cierto aire de rebeldía.

Los siguientes cinco minutos consistieron en un monólogo protagonizado por Kankri sobre el respeto al profesorado. Karkat ni siquiera podía responder (no le daba tiempo) pero su enfado era obvio para toda la clase. Cuando finalmente se calló y se dirigió a la puerta del aula, la clase estaba en absoluto silencio.

- Tío. Tu hermano no se corta. - Dijo el compañero de mesa de Karkat, dándole un codazo. Éste le respondió con un bufido.

- Menos mal que no soy la única - se oyó más al fondo.

Así que esa era la relación. Karkat y Kankri eran hermanos. John reconocía que debía ser un fastidio, y por un momento se imaginó a su padre sirviéndole tarta mientras le explica Física. Dios, odia esas tartas.

- Dejando a un lado los modales - dijo finalmente el profesor, abriendo la puerta del aula -. Sé que todos vosotros os conocéis en mayor o menos medida, pero hoy se incorpora al centro un nuevo alumno. Pasa.

John observó con atención al chico que entraba por la puerta. Pelo rubio, que caía justo sobre las gafas de sol que escondían sus ojos. Varios piercings en la oreja izquierda y justo debajo, sobre el hombro, unos auriculares negros. La chaqueta roja sobre la camiseta negra sólo reforzaba el aspecto del chaval de lo que John sólo supo catalogar como "tío guay".

- Sup - dijo el rubio, saludando con la cabeza sin sacar las manos de los bolsillos -. Dave Strider. - anunció su nombre, expectante. Sólo hubo silencio. Suspiró y añadió - Seguramente alguno conocerá a mi bro, Dirk.

Entonces fue cuando hubo un murmullo general, y Dave sonrió con suficiencia. Al parecer pensó que esa introducción fue suficiente, porque se sentó en el único asiento libre que quedaba, algunas filas más allá de donde estaba John. El moreno le miraba con curiosidad, sin entender del todo quién era Dave, o Dirk. El resto de la clase parecía haberlo entendido.

.

Acabó el primer día de clases, que había sido más corto de lo normal, y John metió todo en su estuche repleto de pines de los Cazafantasmas. Se dio prisa para ir al baño y reunirse con Jade, su prima, a la salida.

Allí dentro se encontró con Dave. Parecía un milagro que estuviera solo, al parecer se había hecho tremendamente popular. A John le hubiese gustado hablar con él entre clases, pero siempre estaba tan ocupado que se sentía intimidado por el gentío. Así que, ¿por qué no?

- ¡Hola! - saludó John. No estaba muy seguro de qué decir.

- Ey - Dave se estaba mirando en el espejo mientras se colocaba un gorro de lana negro -. ¿Qué pasa?

- Sólo quería saludar. Bienvenido y tal - el rubio sólo asintió sin prestar mucha atención -. Por cierto, ¿quién es Dirk?

El rubio soltó una fuerte carcajada, que hizo a John avergonzarse un poco. Aun así no pudo evitar fijarse en las pecas del rubio. Tampoco pudo evitar pensar que era atractivo, aunque tuviese pinta de chulo.

- Dirk es mi hermano, tío - respondió, como si fuera obvio -. ¿No sabes quién es Dirk Strider?

- ¿Debería? - John empezaba a sentirse incómodo. Esto no iba como él quería.

- O sea, que para tí soy un alumno más - aclara Dave con extrema arrogancia.

- Lo eres, ¿no?

- Anda, ya tienes tarea para casa. Investiga un poco y mañana hablamos.

Y desapareció por la puerta del baño. Estaba claro que lo tenía un poco subido. John estaba molesto. Siempre le tocaba la gente problemática en su clase.

.

- ¿Cómo? - exclamó su prima cuando le contó lo sucedio - ¿No sabes quién es Dirk Strider?

John soltó un bufido. Empezaba a estar harto de ser el único que no se enteraba de nada.