— ¡Marinero de agua dulce al agua! —Gritó una rubia de ojos verdes lanzando a quien anteriormente estaba a cargo de esa preciosidad de barco, a su lado si teniente rió por la animosidad de Akatsuki Kirika.
Se escuchó un quejido bastante alto por parte del hombre que fue lanzado, pero poco les importó y comenzaron a avanzar a toda velocidad.
— ¡Yousoro! —La tercera alma más animada de aquella tripulación por la que se conformaba Zwei Wing, Watanabe You, gritaba desde la vigía— ¡Enemigos a las once y a las tres!
— ¡Ya verán estos idiotas que nunca debieron meterse con nosotras! —Exclamó la pirata artillera, Yukine Chris activando los cañones automáticos disparándolos con tanta precisión que solo recalcaban su fama de tiradora mortal.
Kazanari Tsubasa, a falta de la animosidad de su capitana y su pirata Ladrona, rió con arrogancia marca Amou Kanade y lanzó un grito adrenalínico de Tachibana Hibiki mientras conducía con experiencia notablemente mayor que los dueños originales de la nave que estaban robando; pero no les podían culpar, esos desgraciados se habían atrevido a destruir su antiguo barco por completo, aquello era una simple reposición.
Zwei Wing nació cinco años atrás tras un desacuerdo tremendo entre Tsubasa y la familia a la cual debía su apellido. Solo eran Tsubasa, la heredera rebelde del gigantesco poderío que tenían los Kazanari y Kanade, la hija bastarda de Kazanari Genjuuro, el hombre al mando de las tropas de los Kazanari y vete a saber de qué mujer. Tsubasa tenía catorce y Kanade dieciséis, huyeron juntas como buenas primas que eran y se refugiaron con unos amigos de Kanade que en su reverenda vida los Kazanari encontrarían, trabajaron como mercenarias primero, hasta que Kanade decidió que sería buena idea robar un barco en lugar de las casas de siempre porque "ser pirata sonaba genial". Claro, Kanade apenas tenía nociones del mar así que fue un total desastre; utilizaron un poco la influencia del apellido Kazanari e hicieron que un marinero les enseñara a conducir (aprovechando que la noticia del auto-exilio de Tsubasa aún no se difundía hasta donde se encontraban), el pobre señor nunca se imaginaria que durante todo ese tiempo, después de reunir en su futura tripulación a dos jóvenes más durante sus distintos viajes, terminarían abandonándole en una isla robando su barco y tomando a su única hija como rehén. Quién diría que esa hija eventualmente se enfrentaría a su padre para ser un miembro oficial de Zwei Wing... A pesar de que ya eran seis, pero Sechs Wing no sonaba tan bien no sonaba bacán.
—Vaya, eso sin duda que fue duro. —Murmuró Chris recostada sobre su cama con visible cansancio. Afuera era de noche y Kirika de notaba que hacía el tonto con You en la cubierta. A su lado, Tsubasa se encontraba vistiéndose.
—Si Tachibana no está con nosotros es complicado tratar con Faust Robes. —Dijo la mayor de las dos, una joven bastante de buen ver, de cabellos azulados, unos ojos de fuerte índigo y una piel bastante blanca para alguien que siempre está en el mar, aunque bueno, sus ropas hacían bastante bien en proteger su piel. eran las clásicas vestimentas de pirata, una gabardina azulada, como no, es el color que mejor le queda después de todo, botas de oscuro marrón que lo que dejaba descubierto era cubierto por mallas blancas que veían su fin en un short completamente negro, y el cinturón en su cintura ahora estaba vacío gracias a que su espada fue sujetada por sus manos enguantadas, admirándole como la primera vez después de que fuera forjada.
—Esa idiota suele ser bastante útil cuando menos se le espera. —Dijo Chris con burla. Tsubasa sonrió y se dio la vuelta encarando a su muy preciada amante, se veía totalmente seductora desnuda apenas tapándose con aquellas sabanas ropas de su cama, lamentablemente su tiempo de relajación ya había terminado, tenían que moverse a aquellas llamadas "Tierras Místicas" en busca de respuestas, ahora, que las dudas estaban frescas y de que todavía pudieran encontrar a sus tripulantes faltantes con vida.
—Pero a cambio de todos los problemas que da suele volverse un fastidio de vez en cuando—Siguió la broma, acercándose a la mujer albina con un cuerpo que seguramente todas las mujeres envidiarían y mordiendo con cierta rudeza su labio antes de besarla—Pero supongo que así la queremos.
— ¿Igual a como nos queremos entre nosotras?
—Eso nunca, recuerda que tú eres mía.
Un beso desenfrenado fue compartido antes de que Tsubasa se pudiera de pie nuevamente y caminara rumbo a la salida de la habitación. Dejar a Watanabe y a Akatsuki solas mucho tiempo no siempre era buena idea, pero sin duda necesitaba un momento a solas con Yukine. Salió a la cubierta encontrándose con una Kirika dormida sobre una hamaca y a You tocando una guitarra en la orilla del barco. Miró atentamente a la peli-gris de ojos azules y caminó un par de pasos hacia ella.
— ¿Sigues pensando en aquella aldeana?
—Eso supongo. —Comentó distraídamente—También pienso en la situación de la capitana y de Hibiki-san.
—Es más fácil que los Kazanari dejen de estar tan podridos a que esas dos se mueran, no preocupes cachorrito—Revolvió los cabellos de su cabeza—Y cuando las encontremos tendrás a tu nueva mujer en tu nuevo punto.
You sonrió.
—Tal vez tenga a una mujer que esté dispuesta a acompañarme en mis aventuras.
— ¿Tanto te gustó? —Se burló.
—No sé si es verdad o fantasía, pero algo diferente sentí. —Respondió un tanto soñadora.
Tsubasa se contagió del ánimo de You y miró el cielo, las estrellas estaban guiando su camino. No importaba a quien tuvieran que enfrentar, lucharían por sus camaradas, y por nada más.
Habían naufragado cerca de dos semanas, los malditos Kazanari por fin habían dado con ellos y como se había negado a volver, procedieron a invadir a ver si así lograban convencerla, pero no hicieron más que reafirmar su decisión. Pelearon con valor y estuvieron a nada de vencer, pero malditos bastardos, aparecieron con otra nave que disparaba a la distancia y dispararon a los motores tomándoles por sorpresa, Hibiki había sido la primera en caer, You y Kirika le siguieron después. Chris se había impuesto en medio de los ataques que iban hacia Tsubasa, dejando así a capitán y teniente defendiendo antes de que su nave explotara repentinamente. Flotaron sobre los restos y se acercaron a los demás, remando con sus manos lo más cercano a su destino. Cayeron rendidas producto del aburrimiento y al recuperar la consciencia cada quien estaba en un lugar distinto en la misma isla. De no ser porque Akatsuki encontró pólvora seguramente todavía seguirían buscándose entre sí –ya que curiosamente terminaron en extremos opuestos–, la muy listilla hizo su propia bengala y lanzó señales desde el centro de la isla que entendieron muy bien.
Solo hubo dos personas que no respondieron, su capitana Amou Kanade y su pirata novata, Tachibana Hibiki. Preguntaron por toda la isla pero nadie parecía haberlas visto, pensaron que posiblemente se habían ahogado en el mar, pero sus cuerpos no aparecían; hasta que You tuvo la idea de hablar con la tripulación de Faust Robes, donde su capitana, tenía una estrecha amistad con Tachibana.
Tras una amena charla de horas y horas llegaron a la conclusión de que la marea les había llevado a otras islas, y a juzgar por donde Prelatti encontró el el sombrero del uniforme de Kanade, podría estar en las Tierras Místicas o sus alrededores y ellas como buenas idiotas preocupadas por sus amigas, se encargarían de buscarlas hasta en aquellos lugares en los que los humanos tenían prohibida la entrada.
Ninguna en Zwei Wing sabía de la aventura que les esperaba.
Esto va dedicado con mucho Amodio a Xeonice-Senpai, yo estaba feliz de la vida escribiendo SSLMP y me inspiró para que escribiera lo que quería leer gracias a unas imágenes.
Esto es un pequeño prólogo, los capítulos siguientes tendrán la misma media de SSLMP (2.5K) porque mis prólogos siempre son cortos.
Y ya sin más que recordarle a Xeo que la detesto... Les deseo un buen día n.n
