Elliott corrió medio dormido hacia la puerta de su piso, que no dejaba de sonar. Fuera hacía un tiempo de mil demonios, y fuera quien fuera debía estar loco para pasear a las 4 de la mañana por NY cuando había tormenta. Al abrir la puerta se encontró con un Kurt lloroso, mojado y balbuceante, que no era capaz ni de mirarle. Abrazó al chico que amaba con un nudo en el pecho, frotando su espalda entre susurros cariñosos mientras cerraba la puerta. Llevó a Kurt hasta el baño, secándole el pelo con una toalla, y envolviéndole en una más grande y mullida. El castaño le miró fijamente, acurrucándose, y Elliott le observó preguntándose por qué no se desvestía. Con un sonrojo, se dio cuenta de que era porque él estaba ahí. Balbuceando, salió del cuarto totalmente avergonzado, dejando para Kurt una de sus camisetas y un par de pantalones. Esperó en la cama, mirándose ruborizado las manos. El ojiazul salió del baño con la camiseta puesta, que le llegaba hasta las rodillas, y sin nada más, el cabello mojado a su alrededor.

-¿Tienes una sudadera?—murmuró mirándole y dejando los pantalones de lado.

-Hay algunas en el ropero. —Miró como Kurt elegía una sudadera con capucha roja y negra y se la ponía, hundiéndose en ella.

El castaño le miró unos segundos mientras sus ojos se volvían llorosos de nuevo y un puchero aparecía en sus labios. Suspiró y abrió los brazos, a los que el otro no tardó en lanzarse, acurrucándose contra Elliott inspirando su olor, intentando calmarse con la presencia del chico, que comenzó a acariciarle el pelo susurrándole palabras de consuelo.

-B…Blaine…-le miró con los ojos aún húmedos. —Blaine me dijo que…Que si no te echaba del grupo…Rompería nuestro compromiso…

El corazón de Elliott se retorció mientras las palabras de Kurt se calaban en su mente. No iba a poder estar más con SU castaño.

-¿Quieres que pase por tu casa a recoger mis cosas?—susurró, evitando sus ojos.

Kurt le cogió la barbilla, obligándolo a mirarle, con los ojos brillando en incredulidad. Se sostuvieron la mirada, mientras Elliott se ruborizaba.

-No te he echado del grupo. —dijo firmemente sin soltar su barbilla. Elliott miró sus manos, notando la falta del anillo.

-Pero…Es tu prometido, Kurt…

-Blaine no piensa en mi felicidad…Tú sí. Tú sí. —repitió acurrucándose de nuevo. —No quiero perderte, no a ti…

Le apretó contra su pecho hundiendo la cara en su pelo, con el corazón a cien. Kurt le había elegido sobre su prometido. Sobre la persona que amaba. No podía creerlo.

-¿Puedo quedarme a dormir aquí?—murmuró el castaño tras unos minutos. —Blaine está en el piso.

-Claro que puedes quedarte…Ahora y siempre, y cuanto tiempo quieras. —presionó un beso contra su frente, sonriendo un poco.

Kurt le miró como si entendiera todo lo que estaba pasando por su mente. Apoyó su frente contra la suya, arrancándole un jadeo nervioso al moreno, rozando después sus narices. Ninguno supo cual se movió primero, pero lo siguiente es que estaban besándose con necesidad y dulzura, los dedos de Elliott enredados en el pelo del castaño, mientras este devoraba sus labios.

-Quédate para siempre. —susurró tras el beso, contra sus labios.

-Para siempre. —respondió Kurt con los ojos fijos en los suyos.


Aquí os traigo un drabble para amenizar las vacaciones (Y que no me matéis por no actualizar EA.) Está inspirado un poco en el nuevo fic de Vulcansalute que DEBÉIS LEER. Es tan magnífico como ella y sus traducciones.

Besos y Feliz Año 2014

Nina Bane