N/A: Ohayô fanfikeros! (Claro como si esta palabra existiera ¬¬) Me presento, mi nombre es LastWizard, este es mi primer fic de Bleach, me había dedicado más al mundo ninja (ustedes me entienden :P) peeero, acá entre nos, le perdí un poco la gracia, ando medio estancada con alguno de mis fics por esos lares, pero esta idea fluyó tan natural que no quería dejar pasar la oportunidad y agrandando mi deuda con la sociedad de fics, traigo otra entrega. Claramente soy una IchiRukista empedernida XD, me volví a ver todo el anime y bueno, cada vez me enamoro más de este pairing y cómo no! Si si lo sé, Bleach es un shonen de peleas ¿Y? que hay de malo con soñar con un poco de romance 3 Bueno ya termino de molestar y los dejo con lo interesante (creo). XD
A leer :)
Declaimer: Bleach no me pertenece u.u , este le pertenece A Tite Kubo, tal vez con mi próxima paga podamos llegar a un acuerdo ( si como no ¬¬) … todo sea por el IchiRuki… amen
PD: Tite te ooodiooo, me estas volviendo loca con el manga, ósea ¿qué te paso? estas muy paaaarca , pero te metiste con mi amor Byakuya y eso te va a salir caro muahahahahah (risa muy diabolica ).
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Triángulos amorosos, que sin más se vuelven cuadrados.
Capitulo 1: You say Goodbye , and I say Hello
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Parpadeo por undécima vez, hasta que sus pupilas se acostumbraron a la luz que se filtraba entre las cortinas; y como venía haciendo hace ya casi 5 años, miró hacia el armario. Sonrió al hallarse tan cursi, pero evitarlo era imposible. Aunque sabía que nadie se hallaba ahí desde hace tanto tiempo, necesitaba recordárselo todas la mañanas, tal vez de esa forma ya no la echaría tanto de menos ¡Vaya contradicción! Pero no dicen que el corazón sigue razones que la razón no entiende, entonces lo que sucedía con Kurosaki Ichigo era totalmente irrazonable.
Cinco largos años habían transcurrido desde que se dijeron adiós, como quien levanta la mano, la agita despidiéndose de un gran amigo, teniendo la absoluta certeza de volverse a ver. Pero no, día a día pasaba y ya el perfil de la shinigami se difuminaba en la nebulosa de los recuerdos. Debía hilar fino en su memoria aferrándose al recuerdo de ella, aún cuando él sabía que lo mejor era dejarla ir.
Era en esos momentos en que daba de topes contra la pared por no haber guardado una mísera foto de ellos o haber permitido que Orihime se llevara las pocas que tenía para hacer un álbum de "Recuerdos Dorados" que yendo al caso, el nunca había visto. ¿Qué podía hacer entonces? ¿Pedirle que le devolviera las imágenes? No definitivamente eso estaba fuera de discusión, todos confirmarían sus antiguas sospechas y de paso le rompería el corazón a Inoue; y eso categóricamente era lo último que quería hacer.
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-¿Kurosaki-kun?- el nombrado abrió los ojos perezosamente, el calor en Karakura era insoportable, pero estar descansando bajo la sombra de un frondoso árbol, con una fría caja de jugo entre las manos era lo más cercano al Paraíso que se podía estar.
-Inoue ¿sucede algo?
-No, etto…quería saber si… s-si… ¿te gustaría ir el sábado al cine?- La muchacha arrodillada al lado del shinigami, mantenía la cabeza gacha y jugaba nerviosamente con el doblez de su falda, tras soltar las últimas palabras a una velocidad increíble
-Claro-sonrió
-¿Lo dices en serio?- Los ojos castaños refulgían ese día de verano.
-Hai… yo aviso a Ishida y Chad, tú invitas a las chicas y nos encontramos aquí para ir todos juntos ¿Qué te parece?
La sonrisa de la jovencita se quebró por una fracción de segundos, pero hizo acopio de su gran fuerza interior y mantuvo sus facciones compuestas, no permitiendo ver como su corazón se contraía dolorosamente
-B-bien a-ahora voy a avisarles- La muchacha se levantó rápidamente y echo a correr hacia el edificio del instituto.
Ichigo la observó alejarse y en cuanto la perdió de vista, la sonrisa en su rostro se esfumó, por alguna razón se sintió un reverendo maldito al darle esa respuesta a su amiga, quizás muy en el fondo sabía lo que en realidad había tratado de decirle Orihime, pero algo que él también había descubierto, es que no podía corresponderle.
Clavó la mirada en el zumo multi-fruta que sostenía tan celosamente y una imagen se materializó en su mente… sus negros cabellos mecidos por el viento, apoyada sobre el enrejado de una azotea; el sol iluminándola completamente y sus profundos ojos azules, refulgían en destellos lavandas totalmente concentrados en la tarea titánica de colocar el sorbete en la pequeña caja de jugo.
Él se sintió feliz, con solo contemplarla, aunque supiera que solo era su memoria o una ilusión pasajera, ella era más real que todo en su vida y entonces… el dolor también fue real, la agonía de estar sin ella, como si una pesada piedra se posara en su pecho y no lo dejara respirar.
-Rukia…debí…debí darte una razón- susurró al viento.
-Ichigo- Una figura se asomó detrás del árbol y dio unos pasos alejándose del lugar.
-Ishida-el peli-naranja aun mantenía la mirada en el objeto entre sus manos, percibiendo como la imagen se desvanecía, al igual que las acuarelas bajo la lluvia.
-Solo no lastimes a Inoue- Instintivamente apretó sus manos y un poco del zumo de desbordó por la pajilla.
-Lo sé.
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Maldijo una y mil veces el haber permitido que Kon se marchara a la Sociedad de Almas, de no ser así ese baka de seguro le recordaría todos los infernales días como era su Nee-san, como solía llamarla, su amada jefita tan plana como una tabla de planchar; o lo molestaría para que lo ayudara a escribirle cartas amorosas a la shinigami. Pero ese teme se había ido tras ella, seguramente presintió que no volverían a verse… sí que había sido inteligente ¡Maldito!
En varias ocasiones quiso pasarse por el kiosco de Urahara, insinuarle de alguna manera si tenía noticias de la Sociedad de Almas, pero el par de veces que había dado con el ex taicho, este no tenía ninguna novedad, de hecho también estaba algo inquieto, Yoruichi-sama no había vuelto por los alrededores hace 3 años y tratándose de ella, la ausencia era mucha. ¿Sucedía algo malo en el Seretei? No, eso tampoco era una posibilidad, en las contadas ocasiones en que un hallow hizo aparición en la ciudad, acudió el shinigami encargado de la zona, Afro-sama, como lo habían rebautizado y le comentaba que todo estaba normal; y de vez en cuando se pasaba por el lugar Renji, quién le decía que todo iba bien por la Sociedad. Aunque ahora que el shinigami sustituto lo meditaba mejor, Abarai se había comportado extraño, no estaba tan parlanchín como siempre y tampoco tan entusiasta en contarle sobre Rukia y sus logros como sub-capitana, como ya se había hecho costumbre en los primeros meses.
Se removió entre las sabanas y despeinó sus anaranjados cabellos con desesperación, si seguía así pronto perdería la poca cordura que tenía. Se volteo dándole la espalda al armario y trató de conciliar el sueño, aún era algo temprano, con suerte podría dormir unas tres horas… pero no pudo. Y como ya se le había hecho costumbre, Ichigo Kurosaki madrugó… una vez más.
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Dos años atrás en la sociedad de almas
-¡Mierda!- se revolvió violentamente entre las sabanas del futón, definitivamente destrozaría de un solo golpe ese aparato del demonio. Maldita la hora en que adoptó esa desquiciante costumbre humana, o mejor, maldito quién le asigno esa habitación junto a la de ella. Pero qué carajo, porque se levantaba tan temprano… entonces escucho su suave vocecita al otro lado de la pared y fue el colmo, la gota que rebalso el vaso. Las sabanas volaron por los aires y ya no se lo vio en su habitación.
-¡Kuchiki! ¡Ya deja de- paró en seco, parpadeó una, dos… varias veces. Trago grueso, de repente su garganta se volvió más seca que el desierto de Hueco Mundo. Y aunque las normas de sociedad y de la buena educación dictaminaran que él se disculpara y se retirara en el acto. Sus piernas se anclaron fuertemente al fino piso de madera de la mansión Kuchiki.
Por su mente desfiló un sinfín de pensamientos, desde los más inocentes y nobles hasta aquellos triplemente censurados. Su imaginación voló alto por unos eternos segundos, hasta que su raciocinio sacó a la luz, las cuestiones más elementales. Estaba en la casa principal de unos de los clanes más nobles de la Sociedad de Almas, era un invitado de honor, y su anfitrión no era nada más ni nada menos que uno de los hombres más fuertes del Seretei, que si se enteraba que en ese momento estaba observando (con algo más que cariño) a su pequeña hermana en paños menores, de seguro debía darse por muerto. Y, aunque hubiera vuelto de la muerte-muerte, tal vez no correría con la misma suerte una vez que Byakuya Kuchiki desenvainara su zanpakuto .
-¡Kaien-dono!- Y el pitido de salida fue tocado, azotó la puerta brutalmente y salió disparado quien sabe a dónde.
Rukia se dejó caer al suelo perpleja por lo recién vivido, la música occidental seguía sonando en su cuarto pero definitivamente ya no quería bailar o cantar o siquiera parpadear. Kaien-dono, su idolatrado Kaien-dono la había visto en ropa interior, bailando frenéticamente Ichirin no Hana mientras aseaba su cuarto.
-Por Kami- susurró llevándose las manos a la boca, esto estaba mal, muuuy mal. De pronto sus mejillas se arrebolaron furiosamente, porque poco a poco fue consciente de que ella también vio al Shinigami con escasa ropa, más precisamente: cabellos alborotados, torso desnudo, pantalones sueltos a la cadera dejando ver su vientre bajo.
-¡Que ligerito de ropa duerme Kaien-dono!- exclamó sola y una tenue sonrisa se dibujó en sus facciones, aún sentada en el piso se contempló en el gran espejo de la pared y rápidamente cubrió sus pechos cruzando los brazos- Ya no hay caso que las siga ocultando- suspiró cansada observando con recelo los largos vendajes que utilizaba para esconder sus atributos. Hechos bola al lado del futón
-¡Adiós Rukia-plana!
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Así pasó que, dos años atrás, dos personas se reencontraron después de largo tiempo. Se habían despedido como amigos, camaradas; sus corazones albergaban cariño, admiración y agradecimiento. Pero el tiempo se encargo de juntarlos nuevamente y las circunstancias les mostraron que había mucho más, sentimientos que nacieron a la distancia o que tal vez existieron siempre ¿Quién sabe? Pero ahí están listos para una segunda oportunidad. Ella quiere olvidar, él quiere reconstruir y una sensación cálida fue creciendo en sus almas. Un hilo rojo que los uniría quizás para siempre.
Los lazos se fortalecen con paciencia y tiempo, pero así como se forjan también otros desaparecen. Los momentos son únicos e irrepetibles y cuando dejamos pasar el instante quizás ya no haya otra vez
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-Ichigo…
-Rukia…
-¿Te irás?
-Hai-respondió sin siquiera verla a los ojos
-Ichigo yo…tu…
-Orihime te echa mucho de menos- "Inoue" recordó la shinigami, y su corazón se estrujó "Kurosaki-kun y-yo lo amo" fue una confesión que la peli-naranja le había dicho solo a la shinigami, era un secreto que la estaba consumiendo, quemaba y no podía hacer nada más que mirar… no debía sentir nada por Ichigo, no podía hacerle eso a Inoue, debía encerrar sus propios sentimientos por el bien de los tres, si había alguien que debía sacrificarse, esa era ella, ellos ya habían hecho mucho por ella y por los suyos, entonces ahora le correspondía devolver el favor.
-Dale mis saludos, yo también la extraño
-Claro, pero puedes venir a visitarnos-
-Seguro, dalo por hecho-
-Creo que ya es hora de volver, mañana partiré- el pelo-naranja se levantó del pasto y ayudó a la azabache a ponerse de pie, pero en cuanto iba a retirar el agarre, ella apretó la mano masculina aún más.
La pequeña shinigami se decía una y otra vez que debía dar un paso al costado, él tenía que volver al mundo real, con sus amigos reales, con una mujer de verdad… pero aunque su cabeza estuviese convencida de eso , su corazón se negaba a dejar pasar la oportunidad, se negaba a dejar ir quizás al único hombre que ha amado, no podía terminar así porque tal vez, solo tal vez él sintiera lo mismo y aunque pudiera sacrificarse ella misma , no podía hacerlo con él, jamás se perdonaría el condenarlos juntos, nunca se perdonaría lastimarlo.
-Rukia…-él se volteó mirando al frente, dándole la espalda a ella
-U-una…una razón, para no decir a-adiós ¿la sabes? - susurró con la cabeza gacha.
-yo…yo…-El viento azotaba sus cabellos cubriendo sus rostros, el sol de la tarde desaparece en el horizonte, el cielo violáceo pronto se convertiría en azul y las estrellas lo adornarían enteramente.
Los segundos, se hicieron minutos… mientras tanto el sol seguía muriendo
Porque el tiempo no espera por nadie, él gobierna y cuando nos revelamos a su mandato, solo nos castiga ¿Cómo? corriendo frente a nuestros ojos impotentes, a una velocidad vertiginosa, haciendo que esos momentos cruciales…solo pasen.
Entonces, luego de una espera que se hizo eterna.
Se volteó tomó las pequeñas manos de ella entre las suyas y…
Finalmente, después de la agonía majestuosa del astro dorado, el sol murió por ese día, y el momento de ellos dos fluyó como agua bajo el puente
Rukia levantó la cara y lo miró largamente, una dulce sonrisa se posó en sus labios- Hasta luego Ichigo- soltó sus manos y se fue, dejándolo…solo.
Al otro día él regresaría al mundo real y un año después Kaien Shiba sería encontrado vivo, durante una misión de investigación en el Hueco Mundo.
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Actualidad
Ichigo caminaba a paso lento por las calles de su ciudad natal, Sonrió, hace tiempo esa era su rutina y dejando atrás años de pereza, había hallado que las mañanas, muy temprano, se respiraba un aire de paz incomparable que lograba despejar su mente de las preocupaciones de la vida diaria. Se dirigía a la piscina municipal, a nadar unas cuantas horas aprovechando que no muchos concurrían por la mañana y después se dirigiría a sus prácticas medicas en el hospital central de Karakura.
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La mañana transcurrió sin novedades, luego de su turno obligatorio en la guardia y de haber soportado los ya rutinarios coqueteos de sus compañeras y medicas superiores y porque no de sus pacientes femeninas y uno que otro masculino; y aún vestido con el ambo celeste (vestimenta de los residentes) se encaminó a la casa de Ishida, ya que había prometido servir de modelo para la sesión de fotos de la nueva temporada de la línea de ropa "Quincy" que su amigo había lanzado hace un par de años.
Estaba realmente agotado, pero una promesa era una promesa.
Llegó puntual a la casa del azabache, bueno más que casa a eso se lo podía llamar mansión, si que la industria de la moda daba sus frutos y vaya frutos, mientras él seguía en su cuartucho de 2x2, en casa de su padre, pero no se quejaba; dejar su hogar, un lugar tan lleno de recuerdos de tiempos pasados, tantas imágenes grabadas por cada recoveco de…ella. Ella con sus hermanas leyendo revistas para chicas, ella jugando a las vencidas con Isshin, ella golpeando a Kon por ver bajo su falda, ella pintarrajeando a Chapy en todas las paredes de su casa, ella y él discutiendo por como iba la letra de Ichirin no Hana… ella y él juntos.
-Kurosaki-kun- escuchó la inconfundible voz de Orihime- Ohayô Kurosaki-kun- ella y Sado lo alcanzaban en la puerta de la residencia del Quincy.
-Veo que a ustedes también los arrastró a esto- Los aludidos asintieron al unisonó- que remedio.
-Kurosaki-kun será divertido ya verás- la muchacha le sonrió y él le devolvió el gesto
- Lo dudo- conociendo a Ishida y lo meticuloso y exasperante que era, divertido no era una opción, aunque ver a Sado en ropa de Quincy tal vez…
El ambiente cambió drásticamente, la presión alrededor y sobre ellos incrementó peligrosamente en una fracción de segundo , era similar a cientos de miles de toneladas y respirar se había vuelto casi imposible, hace mucho tiempo no habían sentido una presencia similar, extrañamente a Ichigo esta se le hizo familiar .
Rápidamente Ishida salió a su encuentro- Al kiosco de Urahara.
-Hai- y se encaminaron a paso veloz sobre los techos de las casas de la ciudad
A medida que se acercaban la presencia se volvía más tangible, era un raiutsu increíble, pero ya a unos cuantos metros se percataron de quién era, se miraron entre ellos extrañados, ya había pasado tiempo desde la última vez que se encontraron.
Irrumpieron velozmente en la sala de Kisuke Urahara y ahí frente a los recién llegados, sentado elegantemente, con una humeante taza de té entre sus manos, el hombre los miró sin expresión alguna, metódica y desinteresadamente. Tez blanca y ojos grisáceos con destellos celestes, mirada afilada. Hakama blanca con arreglos dorados en el cuello, que se distinguían entre las puntas de sus cabellos negros como la noche.
-Tardaron, veo que sus habilidades de percepción no mejoraron en lo absoluto- dijo pausadamente. Nadie respondió, Urahara aclaró su garganta, pero el silencio persistió.
-Byakuya- llamó Ichigo.
-Hmp… Kuchiki-taicho para ti, Kurosaki- respondió sin inmutarse el nombrado, entonces se percató de que el shinigami sustituto ya no lo miraba a él, sino que vagaba la vista por todo el lugar. Byakuya le dio otro sorbo a su bebida y depositó la taza cuidadosamente - No está aquí - dijo al fin
- Que lo trajo por aquí Kuchiki-taicho- preguntó cortésmente Ishida, desviando la atención de Ichigo.
En un pestañeo el capitán colocó 4 sobres pastel delante de los jóvenes, sobre la mesa- Los esperamos- se paró ágilmente , volteó rápidamente hacia Kisuke, asintió en forma de saludo y desapareció.
Sado fue el primero en tomar el sobre frente a él, lo abrió cuidadosamente y leyó. Luego de unos segundos levantó la vista del papel y miró en dirección al hombre del abanico, este también poseía un sobre idéntico sobre su regazo, cruzaron miradas y por último, este movió la cabeza en forma afirmativa.
Inoue fue la siguiente, delicadamente deslizó el contenido del sobre hasta sacarlo, apreció unos segundos los detalles plateados en las esquinas del papel y quedó embelesada con el hermoso dibujo de un cerezo en todo su esplendor, sobre el cual había impreso unos caracteres. Sintió que los muchachos se posicionaba tras de ella para leer sobre su hombro a excepción de Chad que permaneció en su lugar. Entonces procedió a leer en voz alta.
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"Love is…
Love is always patient and kind; it is never jealous, love is never boastful or conceited;
It is never rude or selfish; it does not take offense, and is not resentful.
Love takes no pleasure in other people's sins but delights in the truth;
It is always ready to excuse, to trust, to hope, and to endure whatever comes.
Love does not come to an end."
Estimada Inoue Orihime, nos complace invitarte a nuestro casamiento
A celebrarse el día 13 de noviembre del presente año, en la mansión de la familia Kuchiki.
Esperamos nos acompañe, en este el día en que escribiremos nuestro "Love is" uniendo nuestras vidas para siempre.
Kaien Shiba y Rukia Kuchiki
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La lluvia no se hizo esperar, caminó dejando que las gotas lo golpearan sin compasión. Dolía, en verdad dolía demasiado, este era el final, no podía aceptarlo, el final para algo que ni siquiera había comenzado, tiró de sus cabellos húmedos con desesperación ¿Por qué? ¿Por qué?
La dejo ir, pensando que siempre estaría ahí, fue pretencioso y engreído, creyendo que ella siempre esperaría por él, por el momento en que estuviera listo para amarla libremente. Ella y su dulce sonrisa, con sus menaras toscas e infantiles, pero él la quería así, porque aunque fuera egoísta, Rukia estaba hecha para él y para nadie más. Se había mentido así mismo creyendo no estar preparado para tomarla entre sus brazos y decirle sus sentimientos, él siempre lo estuvo solo que fue cobarde y se escondió tras las falacias de la indiferencia, ahora quizás ya fuera tarde.
¿Estaba dispuesto a dejarla ir definitivamente, verla caminar de la mano de otro para siempre? Porque al fin y al cabo, ella merecía ser feliz, pero ¿y él?
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Continuará…
Bueno por ahora hasta aca quedo, veré como lo sigo todo depende de ustedes y sus maravillosos rewiuuuus , así que no se hagan de rogar y dejenme unos cuantos ... Si leen comenten (amenaza psicopata *O* ) acepto, pedradas y tomatasos tmb así que no se abstengan :) Nos leemos pronto (ojala)
Matta ne !
