Tasty

Es una experta ladrona buscada por medio mundo y que nunca había sido posible el poder atraparla. Entonces, ¿cómo era posible que se encontrase inmovilizada bajo el enorme peso, por no decir trasero, de un, parece ser, compañero de Kim Possible llamado Big Mike? Y, de todos los lugares en donde podía suceder, tenía que ser en el Bueno Nacho cuando el insecto robot que Kim lleva agarrado a la nariz le va a explotar.

Esto es demasiado absurdo.

Entonces quién dio un paso al frente para salvar la situación, y sus vidas de paso, fue el ayudante, compañero y amigo de Kim Possible, el bufón, con la ayuda de Wade quien encontró la manera de detener la bomba el tiempo suficiente para poder quitarle el explosivo sin que este explotase.

Salsa diablo.

Shego vio desde su privilegiado posición, aunque vergonzosa, como Ron inclinó hacia atrás a Kim, con la típica postura del galán de telenovelas a punto de besar a su amada, o a la chica que se le hubiera cruzado por delante, mientras dejaba caer un hilo de aquella salsa picante justo sobre el explosivo que había en la parte superior del insecto mecánico. Solamente faltaban unos escasos centímetros que debían de ser superados bajo un estricto silencio para no perturbar a…

—¡SHEGO!— gritó Drakken de improviso sobresaltando a todos los allí presentes—. ¡¿Dónde está mi invento?

Para desgracia de todos los presentes, vieron como Ron apretó el sobre de la salsa de manera que salpicó todo el rostro de Kim evitando, como no podía ser de otra manera, el punto exacto donde se necesitaba realmente, justo sobre el explosivo.

—¡No fue mi culpa!— se defendió Ron totalmente histérico señalando para Drakken que se encontraba sobre sus cabezas en su hovercraft volador—. Fue por su culpa, al asustarme con su grito, y de ella, por haberla tenido que llamar a base de gritos— añadió señalando también a Shego.

Los pitidos que anunciaban la inminente explosión fueron sucediéndose con un menor espacio de tiempo entre ellos.

—Ni penséis que vaya a morir aquí, y de esta manera— dijo Shego antes de clavarle sus garras en el trasero de Big Mike que, con un grito de dolor, saltó de encima de la pelinegro—. Nunca se debe dejar a un aficionado hacer el trabajo de un profesional. Ven aquí, princess.

—¿Sheg…?

La voz de Kim se vio interrumpida cuando, con un sutil movimiento, Shego la agarró por la cintura y la volvió a colocar en la misma postura en la que Ron la había puesto previamente pero teniendo, ahora, a Shego sobre ella.

—¡KP!

Ron, al ver a su mejor amiga en brazos de la peligrosa y letal Shego, se lanzó al rescate, olvidándose del asunto de la bomba a punto de arrancarle el rostro de Kim. Por suerte que Shego no tenía que esforzarse mucho para quitárselo de encima.

—No molestes, bufón— le dijo conectándole una patada en pleno pecho que lo envió contra el mostrador—. Y tú estate quietecita, Kimmie.

Sabía que, si la bomba llegase a explotar, Shego también se vería afectada, o sea que moriría como el resto de los presentes, pero eso no la tranquilizaba mucho al ver como la mano derecha de Shego se iluminó con aquella flameante energía verde. Sobre todo con aquel índice brillante acercándose hacia su rostro. No big, no big, no big, pero si lo había y el repetírselo no cambiaba nada por lo que, en vez de estar mirando para aquella peligrosa y letal energía, Kim centró su atención en algo que pudiera tranquilizarla y que dejase de pensar en una probable inminente y rápida muerte.

Su mirada eligió los ojos de Shego. Unos ojos verdes, como los suyos, pero que poseían un brillo particular, y no debido al reflejo de aquella energía. Se sorprendió mucho al comprobar que, a pesar de la delicada situación en la que se encontraban, en aquellos ojos podía verse una absoluta calma y tranquilidad. Un remanso de paz que atrapó al instante a Kim de manera que ni se enteró cuando Shego acercó su índice lo suficiente sobre el explosivo para que, únicamente con la energía que palpitaba a su alrededor del dedo, hubiera desconectado, momentáneamente, la cuenta atrás.

Tampoco vio como Shego abrió su mano, separando sus dedos y doblándolos como una garra, para dirigir la energía que fluía por ellos hacia las patitas del insecto explosivo que lo mantenían sujeto a la nariz de Kim.

Eso si, la magia desapareció al mismo tiempo que lo hizo el fulgor verde de la energía de Shego abandonando su mano.

—¿Preguntaba por esto Dr. D?— dijo Shego lanzándole el insecto mecánico hacia Drakken que lo agarró con una expresión de júbilo y victoria en su rostro.

—Si, al fin de nuevo en mis manos— Drakken puso en marcha su nave para alejarse de allí cuanto antes—. ¿Me echaste de menos? Yo si que lo hice…

Entonces el mecanismo temporizador de la bomba volvió a conectarse interrumpiendo el absurdo monólogo de Drakken.

Todo el mundo estaba escudándose de la inminente explosión de manera que pasaron por alto la interactuación entre Kim y Shego. Algo por lo que daría gracias Kim porque no sabría cómo responder a posibles preguntas al respecto.

—Ha sido interesante conocerte, Kimmie— le dijo Shego antes de usar su lengua para lamerle la salsa que Kim tenía en la punta de su nariz al tiempo que cerraba sus labios sobre ella—. Un placer.

Ese fue el momento elegido por el explosivo para terminar por detonar sobre ellos haciendo que toda la escena se iluminara de una manera única e irrepetible. Un momento que quedaría grabado en la memoria de todos los presentes pero que, para Kim, tendría un significado propio.

Kim sintió sus mejillas encenderse cuando sintió los labios de Shego posándose sobre los suyos. Mentiría si no dijese que fue una sorpresa el recibir aquel beso, y más viniendo de quien era su enemiga, pero mucho más fue el que lo hubiera disfrutado tanto y que sus labios respondieran inmediatamente ante tan delicado contacto. Por suerte para ella, el rubor resultante ante aquella acción por parte de Shego, quedó oculta bajo la salsa diablo que cubría gran parte de su rostro. Cuando sus cuerpos se separaron pudo notar como su ausencia provocó un imperceptible movimiento por parte de su cuerpo en querer seguir al de Shego.

—Nos veremos pronto, princess.

Shego saltó al agujero que había en el techo del Bueno Nacho y desde ahí, con otro más potente, agarró a Draken, que se había arrojado de su nave antes de la explosión, y aterrizó justo al lado del coche de Mr. Barkin. Metiendo a Drakken en el lado del copiloto, por la ventanilla abierta y sin ninguna muestra de respeto, más si contamos que quedó atascado con medio cuerpo fuera, Shego se colocó ante el volante y pronto se alejó de las cercanías del Bueno Nacho de camino a la nueva guarida.

Una vez todo parecía estar en orden, y no había ningún tipo de peligro inminente, Ron corrió hasta dónde se encontraba Kim, de pie en el mismo lugar donde la había dejado, para ver si se encontraba bien.

—¿KP? Oi, KP, ¿estás bien? ¡Oh, no! ¡Tu cara! Hay que llevarte urgentemente al hospital— gritaba Ron todo alterado al ver el rostro ensangrentado de Kim.

Rufus observó minuciosamente para el rostro de Kim para saltar del hombro de Ron al de la pelirroja donde pudo inspeccionar con más cuidado aquella sangre. Cuando su nariz captó aquel familiar olor, Rufus cogió una muestra con la pata que saboreó con gran placer.

—¿Rufus?

Yummy.

—Oh, ¿salsa diablo?— recordó Ron sintiendo como un enorme peso desaparecía de sus hombros.

Uh huh, uh huh.

—Sabe bien— dijo Kim mientras se pasaba la lengua por sus labios inmersa en su reciente recuerdo—. Muy bien.

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ENDorEND
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Primer capítulo de Kim Possible, "Tick, tick, tick" y primera versión de un final más apropiado para los estándares del KiGo.

Disclaimers: Los personajes, lugares y referencias de Kim Possible pertenecen a sus creadores Mark McCorkle y Bob Schooley y, supongo, que a Disney.

REVIEWS.
REVIEWS.

Nos leemos.^^