Kurusaki Ichigo despertó violentamente, no porque tuviera una pesadilla, sino porque se había hiperventilado de lo... inusual aunque ya había soñado con él otras veces, también aparecía Rukia esta vez, ya era casi un año desde la última vez que los vio. Después de la guerra con Aizen, Renji y Rukia habían decidido regresar a la Sociedad de las Almas para ayudar en todo lo posible en su recuperación, gran parte del Seretei había sido destruido, se habían perdido varias vidas y prácticamente estaban por disolverse tres escuadrones. Así que Ichigo comprendía la decisión de sus amigos, incluso él había ido en ocasiones a ofrecer su ayuda pero parecía que ayudaba más en su trabajo como Shinigami substituto; la verdad sólo lo hacía por visitar a sus amigos, los vínculos que tenía con ellos se habían fortalecido con la guerra y todo lo que compartieron en ese entonces.
Dentro de lo que cabía podría decirse que era feliz, pero no podía evitar el sentimiento de algo olvidado, algo le faltaba; desde que todos perdieron su memoria y no lo recordaban ni a él ni a Rukia ó tal vez desde antes, sólo el pelirrojo lo había recordado ni siquiera Rukia -Ah Renji- había suspirado inconscientemente. Algo le hacía falta sólo que no comprendía que era.
Kon dormía donde lo hacía antes Rukia se había aferrado tanto que incluso Ichigo tuvo que usar la violencia para lavar las sabanas. Decidió salir de cacería de cualquier forma le era difícil dormir después de que se despertaba soñando, tal vez con un poco de ejercicio podría regresar a la cama, lo extraño en Karakura era que el número de Hollows no había disminuido terminada la guerra, es más hasta había aumentado, pero al menos eso mantenía ocupado a Ichigo cuando no soportaba los recuerdos, podía admitir (no ante los demás) que extrañaba a Rukia, pero a Renji, eso era malo hasta para él. –Idiota, cabeza de piña roja- exclamó y salió por su ventana después de dejar su cuerpo acostado en su cama.
