-Holaaaaaaa… jijiji hasta que me decidí. Jamás he escrito un fanfic de alguna serie, siempre eran de personales míos. Pero leí una historia de esta pareja que me gustó muchisisisímo ( Incoherente corazón de Ire yamichii)… jijijiji
-
Bueno espero guste esta historia… le estoy colocando mucho esfuerzo de mi parte porque como siempre he inventado mis personajes me cuesta algo quedarme como son los personajes de Shaman King pero lo intento…
-
Bueno los personajes no me pertenecen... Disfrútenlo…
-
Batalla por un corazón
-
Primer Capítulo: Un Compromiso
-
El bosque y la oscuridad de la noche rodeaban esa pequeña cabaña. El sonido de la cascada cerca ambientaba el lugar. O por lo menos por fuera, porque sonidos pocos decorosos ambientaban la habitación en la que se encontraban dos jóvenes en movimientos poco decorosos.
-
Él, con la respiración entrecortada, con sudor en su espalda y pecho, realizando movimientos de los que no tenía experiencia alguna pero que se había atrevido a intentar por curiosidad.
Ella, igualmente con su respiración entrecortada, sudor en su cuerpo, siguiendo movimientos masculinos con torpeza, su falta de experiencia, su primera vez. Sentimientos confusos que la llevaron a ese lugar, momento, situación.
-
Al final, todo estaba en silencio. No más gemidos, no más jadeos, no más movimientos. El rostro femenino, mostraba la timidez que había olvidado en ese acto. Tamao se cubrió el pecho con las manos. Ren aún estaba encima de ella, pero sin tocarla. Se apoyaba con los brazos a cada lado de Tamao. Reflexionó sobre lo que acababa de pasar.
-
Maldición – dijo en voz alta, se quitó y se sentó en el borde la cama.
-
Tamao miró esa reaccionó y de pronto entristeció. Se cubrió con las sábanas y le dio la espalda a Ren. De repente se sintió tonta, qué había hecho, algo sentía por Ren, pero aún no sabía bien como definirlo. ¿Era parecido a lo que sentía por Yho? Tal vez. Ahora se encontraba en una situación en la que no sabía actuar. Le había entregado algo muy sagrado a Ren, quién parecía arrepentido. ¿Cómo haría ahora? Ren seguro estaba arrepentido, su reacción lo había dicho todo. Él seguro sólo quería experimentar. ¿Y si él había mentido?, había mencionado que también era su primera vez pero como creerle. Ren era una persona muy fría siempre lo había sido, durante los entrenamientos junto con Yho y Hao siempre había demostrado que lo único que le interesaba era ser el más fuerte.
-
Se sentía tan vulnerable. Ella se había dejado llevar, se lo había permitido. Y ahora él estaba arrepentido, seguro estaba decepcionado de su cuerpo, ella no era una chica tan desarrollada, tenía pechos pequeños, nada voluptuosa. O tal vez hubiera querido que ella tuviera algo de experiencia, que se moviera mejor.
-
Sus ojos estaban cristalinos cada pensamiento la llevaba más y más aún precipicio de tristeza.
-
Ren no quiso mirarla más se sentía un miserable. Él no sentía nada por ella, por nadie. Ella era una chiquilla torpe, poco agraciada, bonita tal vez, pero al fin y al cabo una niña. Él se había dejado llevar por las hormonas, había llegado a esa cabaña para hacer meditación toda la noche. Los dos debían hacerlo, era la orden que había dado su madre porque al día siguiente había algo especial, no sabía qué.
-
Y él en vez de hacerlo, tomó a Tamao, hizo suyo su cuerpo porque sabía que Tamao no le pertenecía en nada. Sabía del amor de ella por Yho, era más que obvio chiquilla tonta. Entonces ¿por qué lo había aceptado? ¿También ella se había dejado llevar por sus hormonas? Entonces en vez de él podría a ver sido otro, cualquiera. No, Tamao parecía torpe pero no era una cualquiera había crecido en una buena familia, y él mismo se había dado cuenta que ningún otro la había tocado. Cuando la besó notó su inexperiencia, cuando la tocó, cuando la tomó. Ella era tan pura. Y él se había robado su pureza.
-
Se enfureció. Era un canalla.
-
Tamao miró a Ren y confirmó cada pensamiento. No pudo aguantarlo. Salió corriendo al baño cubriéndose con las sábanas.
.
Ren se quedó sentado un minuto pensando, tomó sus pantalones y se los puso. Caminó a la puerta del baño y se quedó de pie ahí. Escuchó sollozos.
.
Yo responderé por esto. Tu honor no quedará manchado – hizo una pausa y notó que los sollozos pararon – ten por seguro que cuando llegue la hora serás mi esposa.
.
Madre, ella no podrá soportarlo – le dijo Jun con un dejo de angustia a su madre.
.
Entonces no es digna de ser la prometida de mi hijo –
.
Ren, di algo – le dijo su hermana desesperada – ella ni siquiera te interesa. Puedes elegir a alguien más.
.
Ren se quedó callado. No podía impedirlo aunque quisiera. Tamao no tenía otra opción si quería que él cumpliera con su compromiso. No le negaba nada a su hermana, pero esta vez sería la excepción.
.
Al final de cuentas a él no le importaba esa chica, si bien pasaba el entrenamiento él cumpliría su palabra, y si no lo pasaba no necesitaría cumplirla porque ella estaría muerta. Sonaba cruel y él no le importaba porque era la realidad.
.
Ren caminó fuera de esa habitación él también debía seguir con entrenamiento.
.
Jun, ¿Acaso crees que esa chiquilla es tan débil? – miró a su hija desafiante – si es así es mejor que muera con honor intentándolo – miró a su hija a los ojos - Debes entenderla, ella no quiere parecer débil, quiere demostrar su fortaleza. Aunque tampoco confío en que ella pueda pasar el entrenamiento sin que muera en el intento, ella también demostró mucha determinación al aceptarlo, inclusive cuando le dije que le tocaba renunciar a todo - rió de forma descarada pero elegante - y yo que pensé que estaba enamorada del tonto del hijo de los Asakura – siguió riendo mientras salió de la habitación
.
Jun calló, su angustia no desapareció pero supo que sólo quedaba confiar en que Tamao lo lograría.
.
¡Noooooooooooooo! Mis cosas – Tamao gritaba mientras lágrimas brotaban de sus ojos.
.
Dos mujeres adultas la sostenían de los brazos. Miraba como la que se había presentado como su entrenadora, quemaba todo lo que había empacado. Hasta la ropa que tenía puesta la habían quemado y ella ahora portaba una yukata.
.
No sirven de nada chiquilla. Pensé que estabas dispuesta a renunciar a todo. No necesitas ropa, ni regalos de tus seres queridos. No existe tal cosa. Tienes que aprender a que nada es indispensable más que el control en ti misma – dijo la mujer mayor dándole la espalda a Tamao.
.
Tamao lloraba contenida, había llevado fotos de los Asakura, su diario rosa, cosas que la animarían en el entrenamiento. Pero nada de eso estaba ya.
.
Comencemos de una vez, demuéstrame que es lo que tienes – la retó la mujer mayor.
.
¿Qué-qué cosa? – dijo Tamao nerviosa y confundida.
.
Y sin más la mujer se lanzó en dirección de Tamao mientras as otras dos la soltaban. Tamao miró todo con estupefacción y se agarró fuertemente el estómago después de recibir una patada de la mujer mayor.
.
¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
.
Un grito desgarrador inundó la espesura, uno de los tantos que estaban por venir.
.
Ha llegado por fin, después de tanto tiempo.
.
Ese último día antes de su entrenamiento le habían anunciado que para ser la prometida de Ren Tao debía hacer un entrenamiento especial que la haría lo suficientemente fuerte para ser digna del título. Y ella aceptó sin pensarlo. No escuchó nada de lo que tendría que hacer hasta que llegó a la dura realidad. Días enteros entrenando físicamente, días de purificación, días en los cuales no socializó con nadie. Cualquiera hubiera desistido, los que conocían a Tamao creyeron que ella lo haría, pero ella tenía un fuerte motivo para sobrevivir y así lo hizo.
.
Bajó del avión propiedad de los Tao. Llevaba un atuendo chino de color negro con decoraciones grises, algo que no usaba hace mucho. O pues no había usado antes. Antes del entrenamiento no se hubiera vestido de esa forma tan atrevida, Un vestido pegado a su silueta, dando ver sus curvas de mujer, sin mangas y con aberturas a cada lado, que bien no mostraban nada pero si insinuaban mucho. Aunque también le era algo incómoda la situación porque durante todo el entrenamiento lo único que usó fue una yukata.
.
Tenía además lentes oscuros y el cabello cogido en una cola, largo caía por su espalda. Detrás de ella venían dos sujetos de trajes negros y lentes oscuros cargando maletas, iguales a la que Tamao cargaba en su mano derecha.
.
Tamao caminó a la limosina que la esperaba para llevarla a la que sería su futura residencia. Miró cómo bajaban un ataúd negro del avión y otra maleta y los guardaban en otro vehículo. Ella sabía que contenían, sus nuevos acompañantes, le habían obligado a abandonar a Conchi y Ponchi y su tablilla. Sus nuevos acompañantes se dirigían a un edificio propiedad de los Tao.
.
En todo el camino no cambió su expresión, algo muy seria para la ocasión. Pero no podía evitar una especie de nerviosismo que la invadía.
.
La limosina se detuvo, y Tamao bajó dando un último respiro profundo y entrar en calma.
.
Buenos días, señorita… - la recepcionista era nueva en el lugar, no sabía con que apellido referirse y al momento se puso nerviosa por su error.
.
Tamamura – Tamao ni la miró, siguió su camino como si nada.
.
Subió por el ascensor y subió al último piso, el pent-house. Allí viviría mientras realizara sus estudios, otro requisito para ser "parte de la familia".
.
Uno de los hombres de negro le entregó unas llaves y Tamao abrió la puerta, y ahí estaba, sentado en la sala leyendo un libro y tomando leche.
.
Pensó en este momento pero no pensó encontrárselo enseguida. Pensaba que llegaría y él estaría en su habitación. Había olvidado que había pasado el tiempo, ni siquiera ella conocía su propia apariencia. En el entrenamiento ella sólo podía concentrarse en entrenar, y se había mirado en un espejo ninguna vez, no había tiempo para tonterías.
.
Vio la apariencia de él, ya no era un niño. Su estatura, su cuerpo. Llevaba una camisa azul oscuro con los dos primeros botones abiertos. Su cabello rebelde cayendo sobre su cara.
.
Todo eso lo observó microsegundos, sin siquiera dejar de caminar, no podía dejar que él se diera cuenta.
.
Cuando los ojos amarillos quisieron verla de reojo, ella ya había quitado los ojos rosa de él. Él igualmente la observó y claro que notó el cambio, no mostró sorpresa pero interiormente tenía un sentimiento parecido.
.
Tamao cruzó la sala y subió a la que sería su habitación. Los hombres dejaron las maletas en la habitación y se retiraron. Tamao cerró la puerta de la habitación y no salió en todo el día. Aunque lo quisiera esconder estaba muy cansada, hacía mucho no tenía tiempo para hacer nada, así que cayó rendida sobre la cama.
.
Ren miró un par de veces la puerta de aquella habitación. Tenía una sensación extraña. Una especie de curiosidad.
.
Bueno este fue el primer cáp, algo corto.. jijiji.. Bueno y aquí vamos! XD
pd: ALGUIEN SABE COMO DARLE ENTER A ESTA COSA PARA QUE NO SE PEGUEN LOS TEXTOS.. ME TOCÓ PONERLE PUNTOS!!! XD
