UN AMOR PARA MATAR

Capítulo I Sueños

¡Hola amiga! Si lo sé, hace mucho que no te escribía pero es que la verdad había estado algo ocupada, descuida, esta carta no es para decirte que me han sacado del grupo, solo es porque ¡conocí a alguien! Créeme, él es la persona que siempre estuve esperando, es tierno, es amable y además es cantante… aunque eso no es lo más importante ya que: ¡me pidió que me casara con él! ¿Puedes creerlo? Tal vez sea demasiado pronto pero te puedo asegurar que él es el hombre de mi vida… Espero que regreses pronto, necesitaré de una hermosa dama de honor; de verdad deseo volver a verte amiga hay tanto que contar, ojala que te esté yendo de maravilla en la compañía, sabes que siempre eh querido verte triunfar…

Sin más por el momento, solo quiero agregar que te quiero mucho, que eres como la hermana que nunca tuve y que tanto Seiya como yo esperamos con muchas ganas que regreses…

Te quiere:

Mina

París, Francia…

- ¡Vamos! Un, dos tres, cuatro… ¡Vamos señoritas! Un, dos, tres, cuatro… detengan la música… señorita Tsukino, ¿Me puede decir que es lo que está haciendo? – Dijo muy molesta una mujer – Por enésima vez le vuelvo a repetir… ¡Mantenga la maldita línea! O de lo contrario me verá obligada a sacarla de la puesta y eso es lo que usted no quiere, ¿cierto?

- Claro que no…

- Entonces demuéstreme que usted no vino de tan lejos solo a hacer porquerías… Bien, ¡Vamos desde arriba! Y dice un, dos, tres, cuatro, ¡eso es señorita Tsukino! ¡Deje su vida en la losa! ¡Eso es lo que quería ver de usted!

Tokio…

- ¿Qué? Pero… ¡pero él no me puede hacer esto! Todo está preparado… - decía una rubia mientras decenas de lagrimas bajaban de su delicado rostro – ¿Y porque él no vino a decírmelo directamente? ¡Es tan cobarde que no lo pudo hacer! Pues si es así, quiero que le diga esto: dígale que jamás me vuelva a llamar, que no me busque, que se olvide ahora si de mí para siempre, ah se me olvidaba, dígale que es un maldito cobarde, un estúpido y un idiota por haberme hecho esto… - una vez que dijo esto se dio la media vuelta y se fue –

- después de todo no fue tan difícil, - pensó el hombre que tiempo antes le daba la infausta noticia a aquella chica – siento que las cosas tuvieran que salir de esa manera, pero ella estropearía toda tu carrera, y más ahora que estas en la cima… - finalizó –

En otro lugar…

- ¡Hola! – Decía una chica castaña que se detenía al ver el estado en que esta entraba a la habitación – ¿Ahora qué sucedió?

- ¿quieres saber lo que pasó? Es que… solo era de imaginarse, ¿Cómo una persona como él iba a fijarse en una simple corista de bar? Pero solo a mí se me ocurren esas tontas ideas cursis – se decía a si misma mientras lloraba desconsoladamente –

- ¿Pelearon?

- ¡No Lita, no peleamos! Fue más que eso… el termino conmigo y rompió el compromiso… ¡lo rompió! – dijo mientras corría hacia los brazos de su amiga – Y lo peor es que mando a su tonto representante, ese tal Yaten…

- De verdad me duele verte así amiga, pero las cosas suceden por algo, tal vez después de todo no iban a ser felices casados, velo por el lado bueno… ¡tu puedes encontrar otro chico rápidamente! Solo hace falta que muestres esa sonrisa y ¡listo! Todo volverá a lo normalidad… te lo aseguro…

En un centro de espectáculos…

- ¿Cómo es que se fue? – preguntaba un chico de pelo negro que tomaba entre sus manos una guitarra la cual dejo estrepitosamente caer al recibir una muy mala noticia –

- Lo único que me dijo fue que siguieras sin ella, que todo fue demasiado, y que no la busques en lo absoluto… - respondía quien al parecer era representante de este – ah, y dijo que el anillo que lo quedaría…

- ¡encima de todo arribista! – Decía furioso – ¿Qué acaso no se dio cuenta de que en verdad la amo? ¡Por ella sería capaz de dejar mi carrera! ¡Lo iba a hacer!

- sí, pero será mejor que borres esa absurda idea de tu cabeza, ahora estás en tu mejor momento, ¡mírate! ¡Eres la sensación del momento! ¡Tus canciones son un hit! Y si ella decidió dejarte sus razones tendría… así que animo amigo, tienes mucho tiempo para encontrar a otra mujer especial para ti, una que no se meta en tu carrera – pensó –

- ¿Mina? ¿Dónde te has metido Mina? – dijo con cierta preocupación Lita –

- ¿sucede algo Lita? – Dijo un chico de pelo negro atado a una cola de caballo – Por cierto, ¿Dónde se encuentra Mina? Le tengo una enorme sorpresa…

- No lo sé, pero debo encontrarla lo más pronto posible… hace una rato llego destrozada porque el chico con quien salía termino con ella… - dijo angustiada – Y por como la vi… puedo pensar lo peor.

- Descuida, será mejor que vayamos a buscarla… - dijo mientras tomaba las llaves de su auto y salía junto con Lita en busca de Mina –

Tiempo después…

Lita y Seiya buscaban desesperadamente a Mina, la cual no aparecía por ningún lado, tomaron la autopista con demasiada dificultad ya que el invierno estaba por terminar pero aun así la nieve caía demasiado espesa, condujeron por más de una hora, buscando detenidamente si había alguna señal o rastro de esta; era tanta su preocupación que ambos comenzaban a pensar en lo peor, de pronto, estacionado en la orilla de la autopista estaba un coche sencillo, al verlo detenidamente se dieron cuenta de que era el auto que Mina conducía, asustados decidieron bajar rápidamente y acercarse al auto, pero cuál fue su sorpresa que al llegar vieron el auto todavía encendido y con la batería descargada totalmente ya que al parecer hacía mucho tiempo que esta se había ido de ahí; entonces decidieron bajar hacia el pequeño acantilado que se encontraba en el costado de la autopista, desesperados gritaban el nombre de la chica, aunque solo encontraban como respuesta su eco, después de caminar demasiado a través de un extenso camino que los llevo a una meseta donde terminaba la planicie de aquel acantilado, vieron una silueta que yacía en el piso junto a una roca, corrieron rápidamente y se dieron cuenta de que era Mina la que estaba ahí, con su piel totalmente morada por la intensa nevada y el insoportable frio que hacia…

- ¡Debemos llevarla a un hospital! – Decía Lita – ¿Por qué lo hiciste? ¡No valía la pena hacer esto!

- Adelántate Lita, yo la llevo… - dijo Seiya mientras cargaba en sus brazos a Mina la cual estaba inconsciente – no debes morir, no ahora que Serena esta por regresar… ella moriría si tu lo haces…

Horas después en un hospital…

- ¿Cómo se encuentra? – Preguntaba angustiada Lita – ¿Va a estar bien?

- Estuvo demasiado tiempo a la intemperie, además de que hacía mucho frio, llegamos a pensar que perdería alguna extremidad pero afortunadamente solo tiene hipotermia, la cual está controlada, descuiden su amiga estará bien…

- Gracias doctor, muchas gracias… - decía aliviado Seiya – ¿Crees que lo haya hecho por él?

- En definitiva lo hizo… creo que lo más difícil ha pasado, solo resta que ella no vuelva a cometer una locura como la que hizo…

Los días pasaron, dos, tres, cuatro días; después pasaron semanas, incluso meses y Mina seguía sin articular palabra alguna, desde que había salido del hospital no había dicho ni una sola palabra, cosa que preocupaba mucho a Lita y a Seiya, el cual jamás les pudo decir que Serena regresaría, pero ahora eso no era relevante, ya que debido a lo que Mina sufría, decidieron internarla en un psiquiátrico con la esperanza de que allí pudiesen ayudarle a regresar a la normalidad y con ello regresarles la tranquilidad a sus almas; desafortunadamente muchas cosas pasarían debido a esto, no solo seria Mina la que sufriría, también Seiya e incluso Serena, la cual esperaba con ansias regresar al lado de las personas que mas querían, que mas que ser sus amigos, eran su familia, una familia que amaba en sobremanera…

París, Francia…

- ¡Felicidades señorita Tsukino! Estoy de verdad sorprendida por el enorme avance que presento en las últimas semanas, es por eso que es a usted a quien le otorgamos el premio de la revelación del año, ¡muchas felicidades! Y esperamos volver a tenerla en nuestra compañía de baile.

- Se lo agradezco – dijo esbozando una enorme sonrisa – de verdad le agradezco y para ser sincera, fue un enorme honor estar aquí… además de que fue una grata experiencia. Ahora con su permiso me retiro – una vez que dijo esto se dio la media vuelta y se retiro –

- ¡Felicidades Serena! – Le decía una chica de cabello aguamarina que esperaba fuera del salón – te felicito…

- Gracias Michiru… pero ¿Qué hay de ti? También hoy terminas, ¿no es verdad?

- Veo que si lo recordaste, y si, hoy eh terminado mi instancia en este claustro, ¿no te gustaría celebrar conmigo? Anda vamos…

- Me gustaría, pero prefiero ir a mi habitación para alistar mis cosas y salir lo más pronto posible hacia Tokio, no sabes lo ansiosa que estoy por regresar y ver a mis amigas, ver a mi novio… ¡Los extraño mucho!

- Bueno… está bien, entonces me iré sola, ah y no olvides que algún di aire a visitarte ¿eh?

- ¡Claro que no lo voy a olvidar, adiós amiga!

- ¡Hasta luego Serena!

Tokio…

- ¡Vamos, concéntrate! – Decía Yaten – Debes sacer la letra de la canción lo más pronto posible, necesitamos nuevo material, ya que por si no lo sabes, tu disco se comenzará a grabar la semana próxima…

- Lo sé, lo sé… pero es que no dejo de pesar en ella, hace más de tres meses que no sé nada, sé que ella dijo que no la buscara, pero creo que ella debería haber hablado conmigo personalmente…

- De seguro está bien, si no te ha hablado es porque lo está… ahora sigue con lo que estabas haciendo y ya olvídate de ella para siempre…

- Si… Mina, ¿Cómo estarás? – pensó –

En el hospital psiquiátrico…

- ¿Cuánto tiempo lleva así? – preguntaba Lita –

- Lleva más de una semana, lo único que hace es contemplar esa foto, la mira todo el día, y cuando hemos intentado quitársela, ella actúa agresivamente, además tampoco suelta una sortija… - respondía la doctora – A pesar de que aquí se le dan platicas y terapias, ella no hace la mas mínima respuesta por hablar.

- ¿Cree que sería buena idea que me la llevase a mi casa?

- Siento desilusionarla… pero ella no puede salir de aquí, en ocasiones tiene ataques de cólera y si usted se la lleva le será muy difícil, casi imposible controlarla, por eso le recomiendo que mejor la visite más a menudo y así usted no se alejará tanto de ella.

- tiene razón, pero no sabe lo duro que es verla ahí, sentada bajo la sombra de aquel árbol, callada, triste… porque no solo es ella, somos todos los que la conocemos, todos sufrimos al ver que ella sufre, que espera que esa persona que le rompió el corazón llegue de nuevo a su lado… pobre de todos nosotros, solo espero que para cuando Serena regrese ya haya mejoría con ella…

En otro lugar…

- ¡Hola! – Decía una rubia que entraba alegremente a una casa que se veía totalmente vacía – ¡Mina! ¡Lita! ¡He llegado!

- ¿Serena? – Dijo un chico de cabellera negra que al escuchar aquella voz sintió que el alma le regresaba al cuerpo – ¡Eres tu Serena!

- ¡Seiya! – Respondía ésta corriendo hacia él para darle un fuerte abrazo y un tierno beso en los labios – ¡No sabes lo mucho que anhelaba este día! ¡Todas las noches soñaba con regresar!

- Yo igual, yo igual, pero vamos deja tu maleta ahí, ven y cuéntame cómo te fue en tu internado…

- Si, son muchas cosas que contarte, en primera fui la estrella principal del espectáculo de otoño, me costó demasiado pero lo logré – decía con una sonrisa de oreja a oreja – Por cierto, ¿Dónde están Mina y Lita?

- Bueno pues Lita salió y tal vez regrese pronto, pero Mina… - decía Seiya mientras buscaba un pretexto para justificar la ausencia de Mina –

- ¡Ah claro! ¡Como se me pudo olvidar! Me imagino que debe de andar como loca con todo eso de su boda… mi amiga Mina, parece que la estoy viendo, con su hermoso vestido de novia, con esa sonrisa que le caracteriza, hablando y hablando como señal de nerviosismo pero contenta y llena de felicidad porque por fin encontró al hombre indicado para ella… - dijo ensimismada al grado de no escuchar que Lita había llegado –

- Hola Seiya… - decía Lita con la voz apagada y cansada – pasé al hospital y Mina esta peor… - dijo mientras avanzaba hacia la sala – pero sobre todo, creo que la hemos perdido… ¿Serena? – Susurro mientras una corriente eléctrica le recorría el cuerpo por el hecho de ver a Serena – ¿Cuándo… cuando llegaste?

- Hace un rato… pero dime, ¿Qué ha sucedido con Mina? ¿Por qué dices que le hemos perdido? – Replico Serena mientras sus ojos se comenzaban a llenar de lagrimas – ¿Qué le paso a mi amiga?

Continuará…