Gui:Esto... Se me ocurrió gracias a Nalnya. Así que gracias! Ha sido una chorrada pero me lo he pasado bien. Para ti.
Disclaimer:Yo pienso en los pobres mortífagos, no como Rowling
Asquerosa rutina
Se suponía que iban a conquistar el mundo. Bueno, no exactamente. Iban a vaciar el mundo de escoria. Eso. Vaciar el mundo de escoria (muggles y demás escoria) iba a ser activo, divertido, movidito, cambiante, peligroso, regocijante... Todo. Todo menos rutinario.
Es que ya no tiene sentido. Todos se pusieron en fila y el Señor Oscuro les grabó la Marca Tenebrosa en el antebrazo izquierdo (era una regla para que ninguno confundiese ozquierda y derecha, aunque te parezca poco siniestro, es verdad). Todos se pusieron en fila y juraron fidelidad uno a uno. A todos los organizaron por grupos. Cada grupo tenía una misión distinta. Y luego, podían ir a divertirse.
Pero había deberes. No podías irte sin hacerlo, tras cualquier jugarreta. Había gente, como Bellatrix Lestrange, que amaba hacerlo. Parecía tener un orgasmo cuando lo hacía. De hecho, salir a hacer trastadas con ella era la mejor opción porque ella se lo pedía siempre. Claro, era la buena alumna. Lo malo de salir con ella era que también acaparaba las víctimas. No dejaba a los demás lanzar más cruciatus que ella. Siempre los contaba y si no estaba segura, te lanzaba a ti unos dos o tres para asegurarse de haberte superado. Era horrible. Era injusto.
Por eso no salían con ella. Por eso tenían que hacer los deberes. Si alguna vez se les olvidaba, el castigo era enorme. El Señor Oscuro, que disfrutaba tanto con sus jugarretas, gritaba cuando le confesaban que se les había olvidado. Se veían oblogados a ellos cuando alguna de sus jugarretas no salía en el periódico como hecha por ellos. Todo el mundo lo sabía, claro, pero el Señor Oscuro no quería verse obligado a decirle al mundo mágico: "esos crímenes también son míos, ponlos a mi cuenta, es que mis acólitos son estúpidos y no hacen los deberes". Así que te echaba un cruciatus.
Algo había que decir, y es que los cruciatus de Bellatrix Lestrange eran peores que los del Señor Oscuro. Nadie lo decía pero todos lo sabían. Era un asunto entre Bellatrox Lestrange y el amo.
Así que todas las jugarretas eran amargas porque siempre estaba el pensamiento de que no se te olvide justo después. Deberes. Deberes.
Luego apareció uno nuevo que también entraba en éxtasis cuando firmaba. El canijo Crouch, un niño que se las daba de mortífago cuando no era siquiera hijo de su padre. Pero había que admitir que el crío disfrutaba y no pedía más cruciatus que los demás. Con ese sí que salían.
Una noche, estaban unos cuantos riendo tomando alcohol, cuando apareció Crouch.
-Eh, chicos. El otro día una chica me contó que había vuelto corriendo a casa porque había tenido una intuición: que los mortífagos iban a atacar a su familia. Cuando volvió, los vio a todos a salvo. La tranquilicé y le dije que los mortífagos no irían a por ella, porque tenía sangre mágica... Pero es que sólo su abuelo es mago y ni siquiera puro. ¿Os apetece ir a dar una vuelta?
Así que fueron todos tras él. El niño iba feliz, listo para el cúmulo de sensaciones: torturar a la chica que confiaba en él y después de todo, comunicarse con su señor al hacer los deberes que todos odiaban hacer:
-¡MORSMORDRE!
Gui
SdlN
