TRÔGIUM
Cap.1
"Glasgow´s Burning"
Alastair, hijo del apuesto Cholla,
De tus brazos yo esperaba hechos heroicos,
Pero ayer oí una extraña historia,
Asesinaste al Señor de Cada Nam Breac
Glasgow está en llamas
Y Aberdeen estaba siendo saqueada…
(Canción tradicional celta)
Trinity College, Dublín, Irlanda.
-¡REINDERT GRIFFITHS! -la voz ruda y grave resonó por los jardines de la facultad de Lenguaje y Estudios de la Comunicación de la Universidad Irlandesa; primero admito que me hice la tonta, suponiendo que el exceso de estudio estaba atrofiando mi mente por culpa de los finales y la tesis así que quizá estaba comenzando con los primeros síntomas de lo que se conoce médicamente como esquizofrenia paranoide. En mi lista de síntomas ya había tachado "egocentrismo" y "aislamiento", pero creo que estaba por tachar "pérdida de contacto con la realidad".
-¿Rei? ¿Qué pasa? ¿Por qué te quedas allí parada? -me pregunta mi amiga Beni al verme de pie en medio del jardín de la universidad con mi maldito y estúpido "oído biónico", como lo llama Serena, más atento que el de un mastín.
-Alguien gritó mi nombre con apellido incluido. -respondo a mi amiga, quien mira asombrada y extrañada a Gabrielle, la segunda de mis acompañantes, la cual, como es natural, no cree en mi extrema sensibilidad auditiva.
-Yo no escuché nada. –balbucea Gabrielle.
-Reindert… ¿Cómo puedes distinguir que alguien grite tu nombre en medio de este jardín al aire libre y lleno de gente hablando y ruidos de la calle? -me pregunta Beni.
-Créeme… lo dijeron… -insisto yo.
-¡REINDERT GRIFFITHS! -¡Por el rabo de Cullan! ¡Allí está de nuevo! Sin pensarlo mucho más me quito los anteojos y giro la vista por todo aquel caótico jardín, que a la hora de salida para el almuerzo, estaba por completo abarrotado de estudiantes hambrientos.
-Rei, amiga linda, vamos ya o encontraremos a Mrs. O´Farrill llena de pedidos y tendremos que olvidar el almuerzo. -me insiste Benilde.
-No aún, Beni… alguien me llama… estoy segura…
-¡REINDERT GRIFITHS! ¡DETÉNGASE ALLÍ! -se escucha ahora claramente a mis espaldas y puedo ver los ojos de mis dos amigas abiertos desmesuradamente, mirando al energúmeno que me está gritando como si fuera una prófuga de la justicia, el cual, seguramente, está a mis espaldas. Iba a girarme para interpelar al hombre cuando siento una mano posarse en mi hombro y que me giran con fuerza casi violenta.
¡Habrase visto patán más grande! Sé que mi temperamento es explosivo y que he prometido controlarme, pero esto se está saliendo de los límites del Zen, así que lo primero que hago es lanzar la molesta mano del tipo lejos de mi hombro con un empujón. En efecto, el tipo que tengo delante es un completo desconocido, desagradable y horrible, que me mira con unos ojos verdes penetrantes, como si hubiera quemado delante de él su libro favorito.
-¡Haga el favor de no tocarme de nuevo, sea quien demonios sea Usted! -le espeto con tono amenazante, mostrándole mi dedo índice. El tipo desagradable se sonríe… ¡Se sonríe!
-Fue difícil dar con Usted, pero al fin la tengo delante para poder decirle que Owen no está solo y tiene quién lo proteja de ladronas sin escrúpulos como Usted. -dice sin más el estúpido ese.
Paréntesis a) ¡ QUIEN MALDITOS ES OWEN! ¿Conozco yo a un Owen? En el primer parpadeo incrédulo repaso la lista de nombres masculinos que tengo en mi lexicón mental desde Aidan hasta Wayland… ¿En la O a quién tengo? Oliver Petersen, Orlando Bringhs, hasta Özil Sagyzar, mi compañero turco... conclusión rápida: ¡No conozco a ningún hijo de Nemon que se llame OWEN!
Paréntesis b) ¿SOY LADRONA SIN ESCRÚPULOS?... Que yo recuerde he llegado a robar chocolates, libros, comida a alguien descuidado, dos blusas a Serena, un recopilador a mi hermano, unos calcetines a mi madre y alguna vez me han acusado de robar sueños, suspiros y corazones según una docena de poetas mediocres que se han dicho mis admiradores, pero nada más. Conclusión lógica: ¡NO SOY UNA MALDITA LADRONA!
Luego de mis dos parpadeos, ya tengo listo lo que le diré al estúpido Gobshite (cabeza de mierda).
-¡Escúcheme muy bien! yo no conozco a ningún tipo llamado Owen, no soy ladrona y por gracia de Brighid tampoco lo conozco a Usted, así que no tiene derecho alguno a estarme gritando delante de la gente por estupideces. -amenazo yo al ver que algunos de los estudiantes de mi facultad se empezaban a agrupar para ver el espectáculo.
-Usted no me conoce a mí, pero ya me va a conocer. -insiste con tono de autosuficiencia el hombre y me alarga una tarjeta con letras doradas, yo me pongo los anteojos y de una hojeada leo "Robert de Burgh, ABOGADO". –Mi nombre es Robert de Burgh, hermano de Owen de Burgh, el hombre al que Usted le ha rentado de forma fraudulenta y alevosa su departamento de Tryon Street en Londres, y al cual, aprovechándose de su necesidad, lo ha timado de la forma más vil posible, cobrándole una renta con un contrato falso. -espeta de golpe el Gobshite.
Muy bien… ordenemos información.
i)Departamento de Tryon Street: igual a Serena Myles viviendo su comedia romántica americana con dos hombres y da como resultado…¡PROBLEMAS! ¿Por qué maldición de bardo vengativo todo lo relacionado con mi mejor amiga, de lejos o de cerca, me trae líos?
ii)Renta fraudulenta: Ayer que hablé con Serena por video chat, me confesó que encontró el extraviado contrato por el cual se supone yo o un prestanombres mío o un travesti disfrazado o lo que malditos haya sido, le rentó el departamento de tía Mary a un hombre irlandés AKA "Inquilino Sexy", con sus hijos, que ahora cohabita, en el sentido no sexual de la palabra, con mi atolondrada amiga Serena Myles, AKA "Cabeza de panqueque", ¿Por qué no tenía fresca esa información? Conclusión precisa: por desahogo de memoria de trabajo ¡tengo en la cabeza una tesis inconclusa, exámenes finales y el fin de mi beca como para ocuparme de eso!
-Escuche, creo saber a qué se refiere… ¿podemos hablarlo en privado?... -sí, es mejor, así solucionamos este horrible y engorroso asunto en que sin querer me he metido.
-Yo no trato asuntos privados con estafadoras ignorantes, que ni siquiera un fraude saben cometer adecuadamente. -es su altanera respuesta.
PAUSA: ¿Qué dijo?... ¿Me interrumpió y además me llamó estafadora y estúpida? Muy bien, ¡Aquí va a arder Glasgow! como dice la canción, porque yo mato a este Gobshite ahora mismo…
-Le reitero, no es la mejor manera de… -intento controlar mi mal genio, no por el idiota prepotente que tengo delante, sino por la gente que me está mirando y porque no quiero dar espectáculos en la Universidad. Sé lo que pasa si transgredo ese reglamento.
-Es la manera más efectiva que conozco para detener los planes de una delincuente como Usted, y quiero que le quede claro que no permitiré que vuelva a estafar a mi hermano ni a hacerlo objeto de escarnio ninguna mujer, así que tiene de plazo dos días para regresarle íntegro el dinero que le ha robado estos seis meses o de otra forma procederé legalmente contra Usted y como que me llamo Robert de Bugh, juro que no habrá ley alguna que ampare sus trampas y me ocuparé que vaya directo a prisión. -¿Perdón?... ¿Es eso una amenaza?... Sí, lo es, y en toda la regla. Se está agotando mi paciencia y lo único que me detiene para arruinar las posibilidades del abogaducho de procrear, son los murmullos del corro de estudiantes alrededor.
-Fin de la discusión. No voy a tratar nada con un energúmeno, grosero, estúpido y demente como Usted. Averigüe primero como son las cosas y cuando se le baje el genio de león rugiente nos vemos. -termino yo con la única opción de alejarme si no quería líos en terrenos de mi Universidad, y doy media vuelta para alejarme a donde mis dos amigas me esperan, confundidas entre los estudiantes curiosos y entrometidos que nos miraban, pero de repente, siento un férreo agarre en mi brazo derecho y un terrible y violento jalón que me hace girar y toparme de frente con la mirada furibunda del abogaducho Gobshite.
-¡Usted no se va de aquí hasta que me asegure que le devolverá a mi hermano ese dinero! -espeta casi en mi cara el tipo ese, ¿Conclusión obvia? ¡A la mierda el Zen, el miedo al ridículo, las reglas universitarias y mis malditos ejercicios de control temperamental!
Sin aguantar un segundo más aquella ola injustificada de insultos y amenazas, golpeo con todas mis fuerzas el pecho del petulante tipo y lo alejo de mí.
-¡Ha sido suficiente! ¡A Reindert Grifiths no la amenaza ningún Gobshite prepotente, idiota, poco informado y estúpido! ¡Hable con su hermano, aclare las cosas y si le queda algo de vergüenza luego de eso, meta su cabeza dentro del triturador de comida y enciéndalo! -digo yo empujando sucesivamente al hombre con mis dos manos sobre su pecho hacia atrás, al borde de la fuente central del jardín, con mis peores ojos de fiera lanzándole flamas.
Enseguida, golpeo su abdomen a la altura del hígado con el puño, haciendo gala de mis tres lecciones de SYSTEMA ruso, para después patearlo con todas mis fuerzas en la parte delantera de la tibia derecha, vulgarmente conocida como espinilla y lanzarlo hacia atrás, justo dentro del agua de la fuente, aprovechando su total desconcierto.
El chapoteo del agua me indica que el abogado estúpido ha caído en la fuente tal como merece y los aplausos y exclamaciones de los estudiantes me hacen volver a la realidad y recordar donde estaba. Respiro agitada y miro a mis amigas. Tanto Beni como Gabrielle me están aplaudiendo como locas y gritándome felicitaciones, así que miro de nuevo al desagradable individuo, que, sentado en la fuente y todo mojado, me mira con una expresión de espanto que me enorgullece.
¡Vaya que lo merece! Espero jamás olvide lo que es meterse de forma injusta con Reindert Griffiths. Pero aún falta mi acto final. Antes de alejarme, me acerco a él, jalo el nudo de su corbata hasta cerca de su cuello y le digo con mi tono más digno y dramático, mi insulto favorito en gaélico nivel V, reservado para patanes especiales:
-"Go n-ithe an cat thu, is go n-ithe an diabhal an cat". –Traducción para quienes no son expertos en lenguas celtas: "Que te coma el gato y el diablo se coma al gato", sin más le sonrío de forma irónica y me alejo, dando media vuelta entre silbidos y gritos de los curiosos, que me alegra mucho que sirvan de algo, así que, habiéndole dado su merecido al abogaducho Gobshite, me alejo a donde me esperan Beni y Gabrielle, quienes me abrazan y me festejan como si fuera la estrella del Leinster Rugby.
Honestamente, no pongo mucha atención a sus palabras de felicitación, porque cuando subimos a las bicicletas y pedaleamos hacia el restaurante de Mrs. O'Farril, algo empieza a punzar en mi cabeza y a arder en mi estómago. Hacía mucho tiempo que no me molestaba como esta tarde con nadie, y por los síntomas evidentes, iba a tener el resto de la tarde una horrible neuralgia y una aún más horrible gastritis… ¡Por la lanza de Lugh!... ¡Y justamente esta tarde que tengo toneladas de tareas de traductología por hacer y dos capítulos de tesis por corregir!
Pero en cuanto entre al chat Serena me va a oír, sí señor, ya creo que me va a oír, porque me niego a pasar lo que me queda de estancia académica en Dublín con una tesis de maestría en lingüística encima, bajo la amenaza de un energúmeno como ese… ¡Definitivamente no!... O el inquilino sexy controla a su entrometido hermano o yo lo mato si lo vuelvo a ver… ¡Lo mato!
Mismo día, 9:12 pm.
Estaba tirada en la cama de espaldas, mirando el techo, con mis ojos cerrados y escuchando a Julie Fowlis, intentando que la voz armoniosa y la música celta relajaran mis alterados nervios. Me había caído mal el "coddle" de Mrs. O´Farril y en mi abdomen se estaba llevando a cabo el saqueo de Aberdeen, porque todo se movía de forma horrible. A pesar de mi malestar general por el enojo de la tarde, había sobre esforzado mi capacidad para terminar la tarea y Benilde amablemente me dio un té de manzanilla para tranquilizarme. ¡Ventajas de tener roommate! Compartir apartamento con mi amiga tenía sus ventajas porque ella me cocinaba y me cuidaba casi como Sere cuando vivíamos en Londres.
Junto a mi cama, tenía la lap abierta pero en modo de hibernación y había ingresado a la página de chat, porque aunque estaba muy molesta y agotada, lo único que me mantenía despierta a esas horas era la necesidad imperiosa de que esa atolondrada de Serena se conectara al chat. De repente, el sonido de un timbre me hizo salir de mi abstracción y mis mil pensamientos para incorporarme de golpe y mover cualquier botón de mi portátil, para ver junto al nombre de SERE MYLES el status ON LINE y el ícono de Sailor Moon con un círculo verde encendido.
No lo dudo más, me levanto, y sin saludarla ni nada le mando solicitud de videollamada, la cual enseguida acepta. En mi pantalla aparece entonces la imagen de la cámara en que puedo ver perfectamente el rostro sonriente de mi rubia amiga.
-¡Hola Rei! No esperaba verte, con eso de que ibas a estar hasta tarde con tesis, pensé no molestar. -en efecto, ayer que hablamos le dije que tendría más tareas que Hércules y que no iba a poder charlar.
-Era el plan, pero tengo un horrible dolor de estómago a causa de la bilis derramada hoy y no puedo escribir nada, además hay una serie de cosas que debes aclararme. -con tono serio le digo a mi mejor amiga.
-Amiga… ¿Estás enojada? -cuestiona la rubia con su cara de signo de interrogación ¡Por Brighid! ¿Cómo me pregunta eso sí está viendo mi semblante desencajado, mi cabello desordenado y mi aspecto patético?
-¿Enojada? ¿Yo? ¿Cuándo? Si soy un monje budista que practica la paciencia beatífica… ¡Sí Serena estoy enojadísima! ¡No! ¡Lo que le sigue! ¿Sabes lo que pasó hoy al salir de clases? -le contesto deliberadamente de forma irónica pero no gano mucho; Serena niega con la cabeza sin comprender el sarcasmo, como siempre esta mujer es sumamente ingenua y despistada para algunas cosas, así que mejor se lo digo de frente: -cuando salí a almorzar con Beni y Gabrielle a medio día, me abordó afuera del campus un tipo grosero y prepotente que me pidió explicaciones de forma no muy adecuada sobre un fraude que cometí con su hermano.
-¿¡Que qué!? -Veo saltar a mi amiga con los ojos muy abiertos por la pantalla de la cámara. ¡Esto iba para largo! Desesperada, froto mis sienes.
-¡Eso mismo! El muy imbécil dijo llamarse Robert de Quien sabe qué y me pedía explicaciones por el robo que le estaba haciendo a su hermano, timándolo con la renta de un departamento con un contrato falso. -explico yo tratando de ser lo más objetiva posible.
-¡Por la Rana René! ¡El hermano de Owen! -se alarma mi amiga, usando su típica exclamación de sorpresa. -¿Es de Burgh? Su apellido.
-No sé ni me importa. El punto es que no son formas de decir las cosas. Me salió con que a su hermano ya lo han robado bastante para que ahora yo también lo desfalque… ¡Eso qué! -me quejo desesperada.
-Hay una explicación, verás, al pobre de Owen en el pasado… -¡NOOOOO! ¡Líbreme Morrigan de las explicaciones del pasado de Serena Myles! ¡No iba a colgar la llamada en toda la noche! Conclusión desesperada: ¡Cortarla por lo sano!
-¡SHHH! No quiero historias tistes de novela. Tengo jaqueca. Mira, Serena, quizá sea verdad eso de que al pobre de tu inquilino lo ha robado medio maldito mundo… ¡Pero no yo!
-Si claro, tú no, a pesar de las apariencias… ¿Y qué pasó? -me pregunta Sere, interesada.
-Pues me molesté, le pedí respeto, porque estaba delante de mis amigas, le supliqué que tratáramos eso en privado y me respondió que "Él no trata asuntos privados con estafadoras ignorantes, que ni siquiera un fraude saben cometer adecuadamente". -imito yo la voz grave, del abogaducho Gobshite.
-¡WOW! ¿Eso te dijo?
-Eso y además que iba a proceder legalmente y que si no le regreso el dinero a su hermano, me iba a meter a la cárcel. -aclaro yo de nuevo.
-¡Debe ser un error! A mí, Owen nunca me contó que pensara proceder, solo me dijo que iba a enviarle el scan del contrato para pedirle consejo, solo eso.
-Pues el idiota ese ahora quiere meterme a la cárcel, Serena, así que por favor habla con tu inquilino y dile que controle a su hermanito grosero o lo haré yo y después que no se queje. No niego que pudo ser un malentendido pero no era la manera. Espero le haya quedado claro que nadie amenaza a Reindert Brighid Eleanor Griffiths. -declaro molesta para que a Serena le quede claro como son las cosas. De repente, veo ese destello en los inteligentes ojos azules de mi mejor amiga, que me indica que ya captó algo. ¡Demonios! Así era Serena Myles, tan despistada para lo obvio y tan aguda para percibir cosas.
-Rei… ¿Qué le hiciste al hermano de Owen? -a pesar todo me encojo de hombros, intentando parecer indiferente pero por dentro… ¡Me lleva una pandilla de Fomores ebrios! Ya hizo la pregunta. Ahora no queda más que contarle la verdad, aun a riesgo de que me regañe por no cumplir la promesa de controlar mi mal genio. -¡REINDERT! vamos, si voy a hablar con Owen debo saberlo todo, además te conozco. ¿Qué le hiciste? -mira la pantalla de modo inquisitivo, Serena.
-Mira, antes que me regañes tienes que considerar que tengo encima la tesis, el fin de semestre, los exámenes, los trabajos finales y el final de mi beca… ¿Estamos? De modo que no iba a aguantar mucho a un idiota prepotente amenazándome con la cárcel. -enumero con mis dedos.
-¡Ya dime qué le hiciste! ¿Cachetada?-duda mi amiga preguntándome de golpe.
-No exactamente… como me di media vuelta y me jaló para que no me fuera, me dio mucha rabia así que lo patee y lo empujé en la fuente. –confieso yo con honestidad. Finalmente no tiene caso mentirle a Serena, si va a saberlo, que lo sepa todo.
-¡REI! ¡Pateaste y mojaste a mi próximo cuñado! -me regaña alarmada mi amiga por la pantalla.
-¡SI! Y se lo merecía mucho y… ¡Hey, hey, hey! Tiempo. ¿Próximo cuñado? -¡Se necesita no tener vergüenza! ¿Cómo se atreve Serena a decirle así al abogaduchosi ella ahora mismo juega a las citas con dos hombres y no se decide por ninguno? -¡Mira que se necesita ser desvergonzada! ¡Cuñado mis narices! Tú no me puedes reclamar semejante cosa porque aún no te decides entre Owen y Friederich ¿Estamos? -le reclamo molesta y ella se limita a hacer su típica cara de conejo regañado por la pantalla de la cámara.
-¡OYE! No me regañes, esta sesión era para que yo te regañara a ti, no tú a mí.
-Bueno, dejando de lado que golpeé al abogaducho ese, por favor habla con el inquilino sexy y dile que calme a su hermanito idiota porque no estoy para soportar mucho y si no me manda a prisión por fraude me mandará por golpearlo. -mucho mejor dejarle las cosas claras. De hecho, me estaba dando vueltas en la cabeza la de líos que se me vendrían encima mañana cuando se enterara el Dr. Kallen que había golpeado a un tipo en los jardines de la Universidad y también la posibilidad de que el tipo ese procediera legalmente contra mí por golpearlo.
-Descuida, hablaré con Owen y verás como todo se arregla. No hagas bilis y concéntrate en lo tuyo, porque ya quiero que termines esa tesis y regreses aquí, te extraño mucho. -me dice Sere en un tono cariñoso que me hace sonreír. Así era mi mejor amiga, puro corazón y a veces poca cabeza, moría de ganas de que volviera a Londres y creo que se había olvidado de la promesa que me hizo, así que se la recordaré:
-Claro, cabeza de panqueque, ya quieres que regrese ¿Y te has puesto a pensar que cuando regrese vas a decidir entre los dos chicos? Porque pediste tres meses de plazo.
-¡Mierda! Se me había olvidado ese detalle. -se queja mi amiga, golpeando su frente. -Y cada vez me es más difícil. ¡Owen es tan lindo! y nuestra relación va súper bien, pero mi Frich es genial, y cuando leo su libro es como una ventana a su alma, es tan inteligente, tan sensible, tan babeable… -lanza con tono de fan enamorada y stalkeadora mi amiga. Muy bien, entrando al tema interminable de la indecisión de Serena con sus dos galanes, mejor corto conversación y hago un resumen de puntos importantes para que le queden claros, antes de despedirme.
-Estás realmente loca, Serena, creo que ya te dejaré con tus sinvergüenzadas porque hoy no quiero oír nudos mentales. Fue un día nefasto. Habla con el inquilino y dile que controle a su estúpido pariente. -le aclaro a Sere esperando que de verdad haga algo y rápido al respecto antes de que termine mi semestre en la prisión de Arbour Hill.
-Lo haré amiga. Toma un té de lavanda como los que yo te preparaba, duerme rico y deja todo en mis manos. -me promete Sere. ¿Dejar todo en sus manos?...
-Eso no me da mucha confianza ¿Sabes? Tienes el don de enredarlo todo. -aseguro yo y Serena le me saca la lengua. -Descansa, cabeza de panqueque, te quiero mucho. -me despido yo sonriendo ante su gesto infantil, agotada y casi con mis ojos ya cerrados de cansancio. Creo que ella lo nota porque contrario a su costumbre de enviar besos, abrazos, corazones y demás emoticones, solo me sonríe y se despide.
-Adiós amiga. -cuelga Serena la videollamada. Cuando la pantalla de queda negra, cierro todo y apago mi lap, necesito con urgencia descansar y dejar de pensar en ese desagradable tipo, que es peor que el Allistar hijo de Cholla de la canción gaélica que traduzco de tarea. ¿Por qué la vida tiene que ser tan complicada para mí? Si mi único interés es estudiar, comer chocolate y titularme.
Sandford Lodge Apartments. Rathmines, Dublín 6. Día siguiente por la noche.
El móvil sobre la mesa de la sala suena con fuerza, con el tono insistente de música de violín, y justo al momento el bulldog inglés que dormitaba sobre el mueble rojo de la sala, ladra con fuerza, incorporándose y uniendo sus ladridos al alboroto del móvil.
-¡Ya voy! ¡Ya voy! ¡East, estás taladrando mis oídos! -se queja en voz alta, saliendo de la habitación un joven alto y bien parecido, de cabello castaño, ojos verde oliva, cuerpo atlético y músculos marcados que usa boxers azul marino y camiseta blanca sin mangas, así como una toalla alrededor de su cuello y tiene algo de crema de afeitar en su mejilla. Además su paso es extraño, como si le doliera una de sus piernas. Al llegar, toma el móvil y responde. -¿Owen?
-Sí, yo. Te llamé hace quince minutos y no respondiste. -saluda la voz varonil del otro lado de la línea.
-Escuché pero estaba en la ducha. East es peor que una alarma. -indica el joven castaño y se sienta en el sillón donde de prisa, acude el bulldog a subir a sus piernas y lamerlo.
-¿Estás resfriado? Se escucha tu voz algo nasal. -pregunta la voz del móvil. El joven castaño rola los ojos.
-Un poco, tuve un enfriamiento ayer. Qué bueno que llamas, iba a hacerlo yo por la tarde pero he tenido toneladas de trabajo con el caso del divorcio del diputado Gibbons y se me pasó el día. -indica Robert de Burgh.
-Escucha, ¿Por qué te tomaste la libertad de reclamarle a la amiga de Serena sobre el contrato? -lanza de pronto Owen sin esperar más.
-¡Ah vaya! Ya te fue con el chisme tu inquilina incómoda y seguramente la tipa violenta esa ya se quejó con su amiguita del alma. -fastidiado Robert aparta al perro que no lo lama.
-¿Por qué lo hiciste, Robert? Si te mandé el scan del contrato no fue para que reclamaras; aún no sabemos qué pasó. Serena no se explica como la firma de su amiga apareció allí y estamos tratando de buscar una razón lógica para…
-¡Razón lógica! -se levanta el chico del sillón caminando en círculos por la sala. -Hermano, no hay otra razón lógica, esa mujer energúmena y violenta está implicada, pero tú eres demasiado ingenuo como para darte cuenta, ¿Por qué creerle a la mujer esa que vive contigo ahora? ¿Por qué suponer que ella y su horrible amiga son buenas personas?
-Son buenas personas, Robert, tú no las conoces y no puedes juzgarlas.-reclama la voz de Owen.
-Ya conozco a una y créeme que puedo juzgarla como la demente que es. -se queja el abogado frotando su abdomen.
-Pues lo que hiciste estuvo muy mal. No me interesa que creas lo peor de Serena y Reindert, yo sé que ellas son personas decentes y que no robaron ese dinero. Creo cuando Sere dice que Rei no recibió ese dinero y además, sea o no real la firma, no debiste reclamarle de forma tan grosera. Eso fue impulsivo y tonto. -se queja Owen por el teléfono.
-¿Impulsivo y tonto? ¡Solo estaba protegiendo a mi familia! "Teaghlach" ¿O ya lo olvidaste? Cuando pasó lo de Karen juré que no dejaría que ninguna mujer sin escrúpulos volviera a lastimarlos. -insiste con tono vehemente el castaño, caminando con dificultad arrastrando un poco su pierna derecha.
-Sé cómo cuidas de nosotros y sé lo preocupado que estás de que estemos lejos y que se vuelva a repetir la historia, y no es que no lo agradezca, hermano, pero tienes que comprender que no era la forma. La pobre de Reindert no tiene idea de nada relacionado con ese contrato y la forma como le reclamaste no fue la apropiada…
-¡La pobre de Reindert! Créeme que no sabes de lo que hablas. Esa hippster violenta no merece para nada el epíteto de "Pobre", ¿Sabes qué me hizo? Me golpeó en el hígado, me dio una patada en la espinilla que aún tengo amoratada y me lanzó en una fuente. -narra furioso el abogado. Una risa de Owen por el celular es la respuesta. -¿Te ríes?
-¡Claro que sí! Sere me dijo que Rei estaba algo nerviosa por las presiones de la tesis y su escuela, que la sacaste de quicio y que te golpeó pero no me describió tan a detalle la escena. ¿Por eso fue tu resfrío? -divertido comenta el músico.
-No me gusta tu risa burlona, Owen, y sí, fue por eso. Aunque me fui directo del "Trinity" a casa de Lisa para cambiarme, porque sabes que siempre tengo ropa allí y porque queda más cerca que mi departamento, llegué ya con estornudos. Ella me puso ungüento de árnica en la pierna porque en verdad no sé a quién se le ocurre patear con semejantes botas a un hombre y tengo la pierna muy lastimada, así que de ninguna manera la compadezcas. -resume Robert de Burgh con voz indignada.
-¿Fuiste con mamá? Muy bien, entonces ahorro reclamos y consejos porque si le contaste las cosas y conociendo a Lisa de Burgh, seguramente ya te regañó, te indicó tu error al no pensar las cosas antes de actuar, dejándote llevar por el temperamento que heredaste de papá. Así fue ¿Verdad? -pregunta por teléfono Owen. Robert rola los ojos y de nuevo se tira en el sillón.
-Sí, exactamente eso. Mientras me curaba y me daba una taza de té verde con una deliciosa crema de brócoli para que me calentara, me reprendió como no lo hacía desde la primera vez que no llegué a dormir a casa.
-Me alegro mucho. Sabía que si mamá se enteraba de lo que hiciste te diría las cosas como son. Ella jamás es de ponerse del lado de nosotros solo porque sí, siempre nos apoya pero siempre nos señala nuestros errores, y esta vez, Robert, el del error fuiste tú.-sincero dice Owen. El joven abogado suspira.
-Ya pasado un día del suceso y visto en perspectiva sí me di cuenta que estuve mal. Creo que la presión por el caso Gibbons más algunos regaños de Jeff y líos personales con Minka me tenían con los nervios de punta, así que cuando me enviaste el scan y vi eso solo me encendí, no lo pensé mucho. Le pedí ayuda a McAllister para localizarla, y como me debe algunos favores me ayudó, me enteré de donde estudiaba esa mujer y el resto ya lo sabes. -informa Robert.
-Ya veo. Bien, hermano, si ya tú mismo has reflexionado sobre lo ocurrido no seré reiterativo. Te conozco y sé que no volverá a pasar algo como esto. Llamaba justo para pedirte que no vuelvas a reclamarle nada a Reindert y que esperes a que averigüemos más cosas sobre ese contrato y la cuenta de banco… ¿Lo harás? -pregunta Owen a su hermano.
-Sí, claro. No volveré a reclamarle nada más a la hippster violenta. Lo juro. Además créeme que no me quedaron ganas de volver a verla. -opina Robert.
-¿Ni para disculparte? -cuestiona el músico por el teléfono. Robert se queda en silencio y acaricia el lomo de su perro, que de nuevo se ha acercado a sus piernas. -¿Hermano?... ¿Por qué te quedas callado? ¿No crees que merezca la disculpa? –pregunta Owen.
-Visto objetivamente quizá no. Ya me golpeó y ridiculizó bastante como para que el destino le haya compensado lo mal que la traté ¿O no? Finalmente, el que tiene resfriado y una pierna lastimadas y amoratada soy yo. -orgulloso Robert.
-Quizá, pero el que provocó el altercado fuiste tú, y recuerda que eres el caballero…
- …que Lisa educó, lo sé… ¡Maldita sea!... ¿Tenías que recordarme ese detalle? Ahora me sentiré terrible hasta que me disculpe con esa mujer. -responde Robert de Burgh.
-Me alegra, porque es lo correcto. Además, Rei viene a Londres en dos meses más, cuando termine su tesis, y siendo la mejor amiga de Sere no quiero tener dificultades con ella ni avergonzarme del mal genio de mi hermano, es mejor para todos llevarnos bien. -asegura el muchacho con un tono que hace a Robert fruncir el ceño.
-Owen… ¿No crees que le estás dando demasiada importancia a ese detalle? Finalmente tu situación con Serena en el departamento es temporal, dime por qué siento en tu tono de voz una especie de interés excesivo en que la amiga energúmena de Serena tenga buena impresión de los de Burgh. -cuestiona el abogado ganando otra risa del muchacho.
-Por nada especial, solo quiero que actúes como sé que lo haría mi hermano mayor, el Robert que conozco y respeto, es todo. -responde la voz del joven músico por teléfono.
-Hermano… ¿De verdad no tengo por qué preocuparme por tu optimismo con la situación de esa mujer en el departamento? Porque honestamente nadie en tu lugar lo habría tomado con tanta filosofía y hasta gusto.
-Sere es una chica maravillosa, dulce, espontánea, divertida, cariñosa… ya somos buenos amigos, los niños la adoran, me ayuda a cuidarlos mientras encuentro niñera, no nos echó del lugar y tampoco nos hizo problema con Rei, creo que eso te da idea del tipo de persona que es.
-Bien, solo ten cuidado, porque la forma como hablas de ella y ese tono… no sé… no quiero predisponerme, solo prométeme que por tu bien y el de mis sobrinos vas a cuidar a quién le das tu corazón. ¿Está bien? -cuestiona el abogado a su hermano.
-Te lo prometo, Robert. Gracias por cuidarnos siempre, aún desde lejos. Te llamo en la semana. Suerte con tu caso y con lo que sea que ahora te hayas enemistado con tu novia.-responde por el teléfono Owen. Robert suspira.
-No vale la pena hablar de eso, espero tu llamada y dile a tu inquilina incómoda que no volveré a cruzarme en el camino de su amiga. -asegura el abogado.
-Excepto para pedirle una disculpa.-recuerda Owen.
-Sí… Excepto para eso. ¿Por qué lo reiteras? -cuestiona enfadado Robert.
-Para que quede claro antes de irme. Bien, los niños te mandan saludos y besos, esperan que vengas a verlos alguna vez aunque ya les dije que tienes mucho trabajo.
-Intentaré, también los extraño. Dales un un abrazo de mi parte y cuídense mucho. Te dejo ya, tengo cita a las nueve con el diputado y su secretario y esta gripe horrible me tiene muy mal.
-Lamento haberte interrumpido, hermano, suerte en tu reunión. Nos vemos. -cuelga Owen el teléfono.
Robert pasa su mano por su cabello. Luego mira al bulldog que estaba a su lado.
-¿Qué te parece, East? Ahora a tener que disculparme con esa hippster neurótica y violenta. -el muchacho toma una carpeta azul que estaba sobre su mesa de la sala, junto con otras más del logotipo del bufet "KELLY AND O´REYLLY" y la abre buscando unos documentos en donde lee la dirección que le consiguió su amigo del departamento de policía. -¿Montpellier Hill No. 36? Esto está del otro lado de la ciudad, en Chesterfield, Dublín 8… ¡Demonios!... ¿Y ahora como se supone que me ponga delante de la mujer esa y le pida disculpas? –se levanta Robert del sillón y mira a su perro que hace unos leves gruñiditos. -es verdad, East, necesitamos un plan de defensa, uno infalible donde no me arriesgue a otra golpiza. Creo, hijo mío, que tú y yo vamos a frecuentar varios días la zona del Chesterfield. -determina Robert mirando a su bulldog de frente. -hay que observar al enemigo, East, eso se llama táctica. -confirma el muchacho y baja luego a su mascota del sillón, caminando de regreso al baño para terminar de arreglarse. Sin embargo, al mirar su rostro en el espejo del baño, sonríe de lado. -Debí haber visto mal, no pueden ser de ese color sus ojos… -dice en voz baja el abogado, pero después sacude su cabeza y abriendo la llave del agua se moja las manos y la cara. -¡NO! Fuera de mi mente, hippster violenta… ¡Por Dios! ¿Qué me pasa? -se queja el muchacho y seca su cara para continuar después con su arreglo para su cita de trabajo.
Parque Fénix, Conyngham Road,Dublín8,Irlanda. Cuatro días después.
Salí esa mañana a trotar como siempre con Beni. Ya que la vida de estudiante de maestría suele pasar entre la esquizofrenia, la miseria y el sedentarismo debido a las agotadoras horas de escuela y las tareas en casa, habíamos decidido de común acuerdo salir a trotar regularmente a las 7 de la mañana, aprovechando que nuestro apartamento estaba cerca del parque. Aunque algunas veces una o la otra estaba nockeada de pereza por las correspondientes clases y asesorías de tesis, la otra hacía las veces de conciencia saludable y siempre acabábamos por salir con nuestra ropa deportiva a trotar por el lugar.
A veces Benilde o a veces yo poníamos música en el móvil para animar el ejercicio que solía trascurrir entre charlas y chismes de los compañeros de Lingüística o en comentar la evidente relación amorosa del Dr. Kallen, nuestro director académico de 45 años, con una compañera de intercambio francesa de 23, que además de todo, nos caía mal. Sin embargo, el tema desde que el abogado Gobshite me agredió en la Universidad era la vida amorosa de Serena.
A Beni le divertía mucho que le contara las aventuras de mi amiga, como sacadas de una SITCOM americana, yo le había contado de su indecisión por dos chicos y hasta le mostré fotos, a lo que mi amiga española se mostró abiertamente del "Frich Team" mientras Gabrielle, nuestra otra amiga que vivía cerca de la Universidad pero a veces iba a hacer tareas, era "Owen Team".
Sí. Así de patéticas y raras son la diversiones de pobres estudiantes de maestría, que fuera de la tesis no tienen mucho donde expandir su mente, y las tres nos divertíamos de lo lindo con las cosas de Serena.
-Préstame una liga del cabello.-me pide mi amiga mientras trotamos. Yo asiente y me quito la que llevo enredada en la muñeca izquierda, alargándosela.
-Sujétala bien, ya he perdido dos esta semana mientras corremos…-le respondo yo. Ella asiente.
-Ahora dime… ¿De verdad salió bien librada Serena de la cita doble?... -me cuestionó Beni mientras sujetaba su cabello lleno de rastas con mi liga.
-¡De verdad Beni! Te digo que Serena ha perdido todo tipo de madurez y ahora se entretiene en tener citas dobles con sus dos chicos en el mismo restaurante y a la misma hora. -aseguro yo sin dejar de trotar al ritmo de "Running Away" de Bob Marley, que sonaba en el móvil de mi amiga.
-¡Es asombroso! ¿Y cómo mierda hizo para que no la descubrieran? -me pregunta Beni ya trotando con normalidad, con su cabello abundante lleno de rastas, sujeto con mi liga de cabello.
-Ni idea, debe tener pacto con el diablo, porque por mas caótica que sea su situación, sale de ella. Yo no dejo de regañarla, ya sabes, por móvil y por chat, pero le entra por un oído y le sale por el otro. -le comento yo.
-Pues a mí me parece muy divertido todo lo que nos cuentas en las reuniones con John y con Gabrielle, de no ser por las aventuras de Sere y sus dos galanes nos moriríamos enmohecidos entre la Ley de Grimm y los diagramas arbóreos. -opina mi amiga haciéndome reír, pero justo cuando iba a responderle algo al respecto, de entre la maleza de uno de los caminos aparece delante de nosotros un pequeño bulto blanco con café, que me arranca un grito de sorpresa porque casi lo atropello.
-¡Por la Rana René! -se me escapa de los labios el insulto que siempre le critico a Serena, y ahora sí…
Opción a) Atropello a la cosita esa y la piso, quizá cayéndole encima, lo cual además de lastimarlo a él me lastimaría a mí con consecuencias que van desde raspones hasta luxaciones que en este momento de mi vida académica, solo empeorarían mi situación o…
Opción b) hago uso de mis privilegiados reflejos desarrollados en clases de kendo para frenar y así, aunque no evito lastimarme yo, sí evito lastimar a la cosita entrometida que se me ha cruzado.
Creo que más por reflejo que razonado, mi cuerpo decide qué hacer, así que me freno y me tropiezo de la forma más inverosímil posible, porque desafiando las leyes de gravedad, doy una especie de salto para evitar al bultito blanco con café y caigo en el suelo totalmente sentada, con considerable dolor de mis glúteos.
-¡Joder! ¡Qué golpazo! -espeta en su natal español mi amiga Benilde. Yo me recuesto en el suelo totalmente, tratando de asimilar lo que pasó y el dolor considerable en mi parte inferoespaldar, pero de repente siento un peso considerable sobre mi abdomen y una cálida y húmeda lengüita que lame mi cara. En cuanto abro los ojos me encuentro con el perro más dulce y bello del universo, un bulldog inglés blanco con café que me lame la cara y hace soniditos.
-¡Santo Dios!... ¡Qué criatura más adorable! -digo yo encantada y me siento en el suelo, abrazando al perro que continúa lamiéndome y mostrándome un afecto mucho más honesto y espontáneo que el que me han mostrado muchos humanos en mi vida.
-¡Qué bello perritooooooo! -dice Benilde hincándose en el suelo y acariciado también al precioso bulldog.
-Creo que perdono la caída y el golpe con tal de conocer a este galán… ¿Qué te parece, Beni? -le digo yo a mi amiga, tomando al perrito y alzándolo delante de nosotras. Eso sí, tiene algo de peso.
-Mucho más apuesto que los tres últimos que te han asediado, amiga mía, y quizá, con menos peso también. -me responde ella y las dos reímos.
-¿Estará perdido?... -miro yo en torno sin ver a nadie; a esas horas de la mañana en verdad no había mucha gente en el parque.
-Mira su collar. Dice su nombre. -me comenta Beni; yo asiento y tomo el colgante con forma de trébol dorado que pende del collar.
-"EAST". -leo yo el nombre y sonrío al perro. -¿Ese es tu nombre? ¿East? -le digo yo y el animalito ladra adorablemente, tan adorablemente que decido abrazarlo con fuerza.
-Rei, por favor, si no encontramos al dueño hay que quedárnoslo. -suplica de rodillas Beni. Yo me levanto, ya sin cargar a East, dejándolo en el suelo porque aún me duelen mucho los glúteos.
-Ya veremos, hay que dar una vuelta al parque y preguntamos, pero le quitaré el collar, así sabremos quién es el dueño verdadero si le preguntamos el nombre. -aseguro yo, pero cuando me agacho a desabrochar el collar, escucho claramente una voz que me parece demasiado conocida, con mi agudo oído.
-¡EAST! ¡EAST! ¡¿DÓNDE TE METISTE?¡ -giro la cabeza y miro en torno.
-Escucha, lo están buscando. -digo yo a Beni que juega con las orejas de East y como si quisiera dar refuerzo a mis palabras, el perro ladra y se revuelve en mis brazos, porque lo estaba sujetando, justo cuando los arbustos laterales del camino se abren y aparece… ¡NOOOO! ¡NOOOOO! ¡POR EL ÚNICO OJO DE CAILLEACH BEARA! ¡EL ABOGADUCHO GOBSHITE!
Yo me quedo de piedra al verlo aparecer, no hay duda, es él a pesar de los lentes oscuros y vestir casaca deportiva roja, nunca me olvidaría de semejante tipo con esa escena en el jardín de mi Universidad que me ganó una neuralgia de tres días, una gastritis de dos días, una carta de extrañamiento por protagonizar riñas en territorio Universitario y varias llamadas a Serena quejándome por la situación.
-¡East! Chico travieso, al fin te encuentro. -dice el abogado como si nada acercándose a nosotras.
-¿Es tuyo? -le pregunta Benilde al hombre.
-Sí es mío. Se escapó corriendo cuando le quité la correa, no sé qué buscaba, parecía bólido corriendo tras algo y no lo pude detener. -responde el individuo desagradable y al fin me mira. De hecho nos miramos, porque aunque East se revuelve en mis brazos y ladra, yo no lo he soltado y sigo agachada. Es extraño, solo nos miramos en silencio y él se quita los lentes negros.
-Tú… -digo yo la única palabra que sale de mi boca. ¡Maldita sea! Solo un pronombre personal de entre toda la inmensa gama de mi léxico…
-Tú… -responde el abogado y sonríe.
-Nosotros. -escucho a Beni, que muy divertida nos mira a uno y a otro alternadamente. Yo la miro pidiéndole que se calle con un gesto, pero tanto ella como el abogado estallan en una sonora carcajada.
-Vaya coincidencia. Encontraste a mi perro. -comenta él. Yo asiento y suelto a East, levantándome del suelo, él se acerca al abogado ladrando y dando saltitos.
-Salió de la nada y casi lo atropello, pero logré frenar a tiempo y solo me caí pero no fue grave. - respondo al ver la alegría del adorable animalito con su dueño que se hinca para abrazarlo.
-Tu perrito es adorable y muy amigable. -comenta Beni.
-Es igual a su padre, sin duda. -responde el abogado con tono de autosuficiencia que me hace rolar los ojos. ¡NUNCA! ¿Cómo se atreve semejante tipo desagradable a compararse con East?-bueno chicas, de nuevo gracias por encontrarlo, ahora a darle agua, está agitado por haber estado en brazos. Creo que aunque ya nos hemos visto antes las circunstancias no fueron las mejores y sería bueno volvernos a presentar. Robert de Burgh, e East de Burgh. -se presenta el abogado y nos alarga la mano.
-Benilde Lugo, de España, estudiante de lingüística, pero me puedes decir Beni -toma mi amiga enseguida la mano del abogado.
-Un gusto, Beni. -responde él.
-Creo innecesario decirte mi nombre, evidentemente lo sabes. -respondo yo con los brazos cruzados.
-Sí lo sé, Reindert ¿Crees que sea posible que hablemos? Prometo no quitarte más de diez minutos. -pide el individuo y yo levanto una ceja.
-Siempre que no sea para amenazarme de nuevo o para entregarme un citatorio legal, no le veo problema. -advierto yo con el tono más frío que puedo.
-No es para nada de eso. -acepta el abogado. Yo asiento.
-Muy bien, entonces me retiro. Rei, te espero en la casa, me adelanto a darme una ducha y a preparar el desayuno. Un gusto conocerlos, guapos caballeros. -se despide Beni besando la mejilla del hombre y la cabeza de East.
-Igual nosotros, Beni, encantados. -se despide el individuo con un tono amable que no le conocía. Mi amiga me sonríe y se aleja corriendo. Yo veo de reojo al abogado Gobshite ponerle la correa en el collar a East y acercase a mi lado.
-Hay una banca por allá. Creo que podemos sentarnos. -me dice señalando una cercana banca negra debajo de un encino seco. Yo asiento y camino delante hasta el lugar donde me siento. El individuo se sienta también y enseguida el bulldog salta, aún con la correa y se acerca a mis piernas, yo sonrío y lo abrazo, acariciando sus orejas. -creo que le simpatizas, y mira que es difícil para hacer amistades. A mis compañeros de trabajo, a mi casera, a mi vecina y a mi novia no los quiere para nada.
-¿De verdad? ¡Pero si es una cosita adorable! -respondo yo y beso la cabeza de East.
-Adorable pero muy selectivo. Por cierto, siento lo de tu caída. ¿De verdad estás bien? -cuestiona el hombre y yo lo miro levantando una ceja.
-¿Ahora te importa si estoy bien cuando hace cuatro días me ibas a meter a la cárcel? Curioso. -espeto yo con tono irónico y entonces… ¿Vi bien?... ¡Sí! Vi bastante bien. ¡El abogado Gobshite se sonroja!
-Justo de eso quiero hablarte. Creo que… que… -lo veo jugar con sus dedos en la correa de East y aclarar su garganta. -creo que te debo una disculpa…
-Crees bien. Me la debes. La forma como me gritaste en medio del jardín de mi Universidad y los reclamos injustificados que me hiciste, fueron lo más grosero y estúpido que alguien me ha hecho en la vida. -lanzo yo con tono molesto, mirándolo, y noto sus ojos verdes ahora realmente culpables. Hace una expresión tan apesadumbrada que creo que de verdad lo siente. ¡GRACIAS BRIGHID! Ahora lo haré sentir culpable…¡MUAJAJAJA!
-Sí, sé que hice mal. Mamá en persona y Owen por teléfono ya me lo hicieron ver. -comenta el abogado.
-¡Ah, vaya! O sea que si tu madre y tu hermano no te lo hacen ver tú no te habrías dado cuenta que te portaste como patán. -le reclamo yo con voz molesta y él solo baja la vista. ¡Maravilloso! merece eso y más para que aprenda a no meterse con Reindert Griffiths.
-Tampoco quise decir eso. En verdad estaba muy alterado por cosas del trabajo y cosas personales. Además a mi hermano lo han robado y timado ya anteriormente, Owen suele ser muy ingenuo a veces y cuando recibí el scan del contrato y me dijo que fue víctima de una estafa, solo pude pensar que tú lo habías estafado. -cuenta el abogado con tono dolido.
-Pues no, yo no he visto ni una libra de ese dinero de la renta. No estaba enterada que mi departamento estaba siendo rentado y para muestra dos cosas: Que Sere llegó allí de Francia pensando que estaba vacío y que yo soy una miserable becaria del "Trinity" que sufre para estirar su beca académica cada fin de mes, que debe desplazarse en bicicleta para ahorrar lo del bus, que vive con su amiga en un departamento con goteras y vecinos ruidosos y que no me sobra precisamente el dinero. -le explico yo.
-Ya lo sé. Hice muy mal en ir a reclamarte sin estar del todo seguro y lo lamento. ¿Me perdonas? -pregunta el abogado mirándome con una expresión extraña, de súplica evidente, con sus ojos verdes demasiado arrepentidos como para dudar de su sinceridad. Es raro, pero mi plan inicial de hacerle sentir culpa se desvanece un poco con esa mirada.
-No veo por qué no. La verdad es la primera vez que alguien me amenaza con la cárcel, y con lo extraño que está ese asunto del contrato de arrendamiento de tu hermano, sí me asusté. No quiero hacer mi examen profesional en la prisión de Arbour Hill. -le explico yo y el ríe, con una risa muy alegre y casi armoniosa.
-Sería gracioso. Toda una master en lingüística en Arbour Hill… -comenta el abogado. Yo sonrío y acaricio a East que se ha quedado dormidito en mis piernas.
-Ya que estamos en etapa de pedir disculpas, también lamento los golpes y lo de la fuente. Si bien tú no actuaste del todo bien, yo tampoco. No debí perder así la cabeza y debí controlar mi temperamento. -¡HEYYY! Un segundo… ¿Yo dije eso?... ¿Yo dije eso?... ¡ME LLEVA EL PERRO DE CULLAN! ¿De dónde salió esa disculpa no planeada? ¡YO NO ME DEBO DISCULPAR DE NADA!
-Ahora que lo mencionas, sí dolió. Tuve lastimada la pierna por tres días. ¿Dónde aprende una lingüista a golpear así? -me pregunta y ahora yo río, pero río porque en verdad estoy confundida.
-Tomo clases de SYSTEMA ruso hace un mes… he aprendido lo básico, y otro poco que estaba muy molesta y bueno… ya viste como acabó. -respondo yo.
-Bien entonces, disculpas aceptadas. A Owen le preocupaba que te llevaras una mala impresión de los de Burgh con lo que pasó. Dijo que vas a volver a Londres pronto… ¿Qué tanto es pronto? -me pregunta el abogado.
-Dos meses más o menos, según vayan mis trámites de titulación. Es un infierno titularte y terminar la tesis, a semanas de que te den el dictamen de aprobación salen errores de todos lados. -me quejo yo.
-Ya veo… dos meses… poco tiempo pero… algo se puede hacer. Bien, Reindert, entonces creo que nos veremos alguna otra vez. Suelo venir a correr cuando me da tiempo por mis horarios, así que espero podernos saludar sin malos entendidos de por medio. -me propone luego de todas esas palabras inconexas que ha dicho.
-Sí, es lo más seguro que nos veamos. Beni y yo procuramos venir diariamente una hora, a veces a trotar y a veces en bicicleta. Me encantará saludar de nuevo a East. Por cierto… ya se durmió. -comento yo al escuchar el ronquidito del perro.
-Es un perezoso, lo traigo a caminar para que esté en forma, ya sabes que esta raza suele tener problemas del corazón y aprovechando que es joven, que se costumbre a hacer ejercicio… ¡Hey!... ¡Muchacho! hora de despertar. -lo mueve el abogado de mis piernas y el adorable bulldog se despierta.
-Ya debes irte, East, me encantó conocerte, espero vernos después. -le digo yo al animalito y le doy un beso, luego lo cargo y lo dejo sobre la banca para levantarme. -bien, nos veremos entonces quizá algún otro día. -me despido. El abogado se levanta y me alarga la mano.
-Quizá… adiós Reindert. -me alarga la mano. Yo dudo un poco en tomarla, valorando las posibilidades de una cosa y otra…
En caso de tomarla, puede que eso le indique al abogado Gobshite que podemos ser amigos y eso es algo que no me gustaría porque aunque se disculpe, me sigue cayendo mal pero, si no la tomo puede creer que no lo perdoné en serio así que…
-Adiós. Nos vemos. -tomo de forma rápida su mano, dándole un apretón para después dar media vuelta y correr de regreso al sendero que conduce a casa, aunque en mi carrera alcanzo a escuchar algunos ladridos de East y cuando llego lejos, giro la vista y veo al abogado jalando su correa para evitarle correr tras de mí… ¡AWWW! ¡Que adorable! Alzo la mano para despedirme de lejos y el abogado responde, luego sigo mi camino. Creo que un adorable galán irlandés se había enamorado de mí a primera vista.
"Parque Fénix" mismo instante…
Robert de Burgh ve alejarse a la muchacha con ropa deportiva negra y suspira, pero al momento el bulldog ladra e intenta seguirla, el abogado debe detenerlo jalando su correa.
-¡NO!... tranquilo, galán, no es momento de ir por ella, no aún… -asegura el muchacho castaño deteniendo al perro y se despide con la mano de la pelinegra al notar que se ha girado a verlos. Ella responde a su saludo y dobla la esquina del camino, corriendo a buena velocidad.
Robert sonríe y se deja caer en la banca con sus dos brazos a los lados. East salta sobre la banca y hace algunos soniditos.
-Sí, hiciste un buen trabajo, pasaremos por la carnicería de Mr. O´Callaghan para que nos dé un gran hueso para ti. Resultó lo que planeamos, hijo mío, resultó, aunque la caída no era parte del plan pero no fue mala idea… ¡Eres un De Burgh en toda la extensión de la palabra! Inteligente y encantador. Me disculpé y pareció casual. -dice Robert acariciando la cabeza de East que ladra una vez. -¿Linda?...sí, podemos decir que sí, sin estar en modo violento y considerando que no se maquilla y que sus ojos si son de ese color que no me creía. Ahora sí los vi bien… -el perro ladra ahora dos veces. -¿Verla de nuevo? No sé… ¿Te gustaría? -el perro ladra de nuevo y Robert ríe. - Muy bien, galán, aunque eso implica levantarnos más temprano y que se te quite lo flojo para correr, veamos que tanto te gustó la muchacha. -en ese momento el móvil del abogado suena y el mira el nombre en el identificador: "MINKA LOVE".
Robert rola los ojos y no contesta, rechazando la llamada. East gruñe algo molesto cuando el muchacho lo baja al suelo.
-Hora de irse, hijo mío, se acabó la libertad. -acaba el abogado y camina con su perro en dirección opuesta a donde se ha ido la muchacha, pero de vez en vez voltea atrás y sonríe…
Una semana después…
Esa tarde llegué a casa a punto del colapso. Beni había salido al cine con su amigo Xavier y me invitaron, pero me fue imposible salir de la Universidad hasta esas azarosas horas de la noche.
Había estado en un cubículo con la Dra. Carson finalizando las últimas correcciones al maldito Capítulo de "Conclusiones" de la tesis. ¡Quién iba a pensar que algo tan sencillo como redactar las malditas conclusiones del mal diera tantas dificultades!
No había contestado el teléfono a Beni ni a John toda la tarde porque tenía encima la presión de entregar esto mañana mismo en PDF o de otra forma la universidad no me daría el apoyo económico para impresión de tesis, y eso francamente era una ayuda que no pensaba perderme. Sabía que me habían estado buscando mis amigos y Serena toda la tarde sin responderles nada, pero si les contestaba perdía tiempo…
¡Por las barbas de Mac Lir!... en serio detesto mi maldita competitividad. Mi ansia de ser la primera en titularse de toda mi generación me estaba haciendo sobre esforzarme a niveles patéticamente imposibles para entregar la tesis primero que nadie, y finalmente, hasta yo tenía límites. Aunque suene muy Poirot, hoy había descubierto uno de ellos: Los detalles finales son los peores.
Llegué a casa y me fui directo a mi habitación. Encendí la luz de la lámpara, lancé lo más lejos posible mis zapatos y me metí directo al baño a lavarme la boca y refrescarme la cara. Luego de salir, tomé el móvil y vi todos los últimos mensajes de Serena, diciendo que me conectara porque había algo importantísimo que decirme… ¿Importantísimo? Últimamente lo "Importantísimo" de Serena suele ser algún detalle que la hizo babear de alguno de sus dos chicos así que… tengo dos opciones.
Opción a) le contesto a Serena y me expongo a un capítulo más de "Mis dos amores clandestinos", con riesgo de no terminar el PDF para mañana o…
Opción b) la ignoro y sigo con mi trabajo pero me expongo a que mi sensible amiga se haga mil ideas y se moleste conmigo… ¿Y si tiene algo importante que decirme?... ¿Y si por egoísta me importa más un PDF que mi mejor amiga?... No quería que se hiciera ideas erróneas sobre nuestra amistad, como ya había pasado antes.
Finalmente me decido por la "B" pero no quiero sacar la laptop, por hoy mis ojos no dan para más, así que entro desde el móvil a una página de chat y casi al instante logro ver una pequeña ventana abierta con el ícono de Sailor Moon encenderse y parpadear con la palabra: "REEEEEIIIII", escrita con todas esas duplicaciones como recurso pragmático que indica sorpresa, desesperación y grito.
- …Al fin entras, te he enviado 12 mensajes… -veo otro mensaje en la ventana.
-13. Acabo de volver de asesoría y vengo molida, si no fuera tan importante lo que dices que debes decirme no me pondría al chat y habría caído directo a la cama.-le escribo yo tecleando en mi móvil y dejándome caer de espaldas en la cama.
-Es importante, Rei, muy importante… creo que al fin he dado con mi mente detectivesca de Miss Marple con una pista confiable al misterio del arrendamiento de tu departamento. -me escribe en el chat la rubia.
-Eso me interesa más que lo que debo comunicarte… ¿Qué averiguaste? ¿Puedes poner la cámara? -así es, de repente esta conversación sí que era importante para mí… ¡Maldita sea! ¿Por qué no saqué la laptop?
-No… estoy con los niños esperando las galletas de frutos rojos y ellos en la mesa del comedor coloreando. Mejor escrito. Te cuento, que ayer por equivocación, llegó aquí un estado de cuenta en un sobre de banco que no era para Owen y que yo abrí por error y "O.o" era el número de cuenta que corresponde a donde Owen ha estado depositando el dinero. -yo leo ansiosamentecada cosa que Serena me escribe en el móvil… ¡Al fin! ¡Bendita sea Birighd! ¡Una pista del verdadero estafador!
-¡Y de quien es la dichosa cuenta! Dime a quien tengo que mandarle al loco del abogaducho a que lo meta a prisión. -respondo por el chat tecleando lo más rápido que puedo.
-Fue por error que lo abrí, te juro, porque le ayudo a Owen con los gastos de la casa y llevo la contabilidad y eso, así que fue sin intensión y entonces pensé que… -¡Ah no!… esto estaba tomando tintes de novela de misterio, y sé lo que pasa si dejo a Serena Myles explayarse y perder objetividad… Conclusión inmediata: ¡Regrésala al lado objetivo de la fuerza!
-¡Serenaaaa! -escribo en el chat y anexo un emoticon de un grito desgarrador. -¡Deja la perorata y dime a nombre de quien está la cuenta!
-No vas a creerlo. ¡A nombre de Louis Phillip Armstrong! -me escribe Serena. ¡POR LOS CUERNOS DE CERNNUNOS! ¿El ancianito conserje adorable y tierno que conozco… era el ladrón?
-¡Por santa Brígida bendita y todas las flamas del mundo! ¿Mr. Armstrong? ¿El mismo ancianito adorable que nos ayudó cuando llegamos al depa a limpiar, decorar y arreglar todos los recibidos atrasados que dejó tía Mary? -le escribo a Serena con velocidad.
-Me quedé de piedra pero si, parece que Armstrong ha estado recibiendo la renta de Owen todo este tiempo.-me escribe Serena de nuevo.
-¿Quién más sabe? Además de ti… ¿Ya le contaste a Owen? -le pregunto yo.
-No, quise decirte primero y que me ayudarás a decidir. Tampoco lo he enfrentado a él. -¡Bendita sea Brighid! Cabeza de Panqueque vuelve a tener algo de madurez.
-Genial, a pesar de tus sinvergüenzadas con dos novios aun te quedan neuronas… -la felicito por el chat.
-¡OYE! -se queja mi amiga y me manda muchos emoticones de caras molestas que me hacen reír.
-¡Era broma, cabeza de panqueque!... eres genial como Miss Marple, que bueno que descubriste todo y que me contaste. Creo que antes de decirle a Owen debes hablar con Mr. Armstrong, quizá al saber que estás enterada te confiese la verdad y sepamos que hacer, porque no me parece que él sea delincuente. -le respondo yo también por escrito.
-Pensé lo mismo, amiga mía, más vale no ser injustos… ¡Oye! ¿Mencionaste a Robert de Burgh? ¿Lo has visto otra vez? ¿Ya no te amenazó? -¡Fomores furiosos! Es verdad, se me salió el nombre del abogado. Ahora Serena querrá pormenores… veamos… ¿Cómo se lo digo sin causarle furor?... ¡OH CIERTO! Desvía el tema, desvía el tema. Finalmente tenía que hablarle sobre las llamadas de mis hermanos que ya descubrieron su juego del novio doble… ¡SÍ! Reindert Poirot, eres un genio… ¡A distraerla!
-Son muchas preguntas y ahora no las quiero responder. Antes debes saber dos cosas urgentes. Primero, Sepphir te vio en Hyde Park el Martes en un día de campo con unos niños y un chico que en sus exactas palabras, "PARECIA SER TU NOVIO", de cabello oscuro y ojos verdes que jugaba básquet bol mejor que Jordan contra chicos del parque. -escribo yo de la forma más concisa lo que mi hermano me había dicho cuando me llamó ayer. ¡Éxito!... mi amiga tarda en responder unos segundos, pero después escribe:
-¡OMG! ¡Sepphir me vio con Owen y los niños! Salimos a Hyde Park y en efecto, Owen retó a unos adolescentes a jugar canastas, los venció y yo lo abracé. -acompañado de otro emoticón de ojos sorprendidos.
-Pues sí, mi hermano los vio y me llamó enseguida a preguntarme cuando habías llegado a Londres. Estaba con unos amigos por la zona y lo tuve que convencer, casi sobornar con trabajos a su servicio cuando regrese a casa, para que no le diga nada a mamá porque sabes que enterándose ella se entera tía Sylvia. -y esto último ya no era parte de mi plan de evadir el tema del abogado. Era verdad.
-¡NOOO! ¡Dile a tu hermano que incluso yo le sirvo de esclava si quieres pero que no le diga nada a tu madre! -me suplica por el chat Serena.
-Y ese no es el peor de tus problemas, Cabeza de panqueque… Andrea también te vio, pero en un concierto en el Royal Albert Hall con un "guapísimo castaño elegante y distinguido", según su mensaje y con foto incluida… que te envío ahora mismo… -le digo yo ahora y busco entre mis archivos recibidos la foto que me mandó mi hermana para adjuntársela a Serena.
-¡Por la Rana René! -escribe Serena en el chat y me manda un icono animado de ese personaje gritando como loco. -¿Andrea me vio con Frich?... ¡Diablos! Salimos apenas ayer y me llevó a oír a Nicola Benedetti… ¿Y qué le dijiste? -me pregunta cuando la foto que me envió Andrea, de ella besándose con nuestro ex compañero "Praline", termina de cargar en el chat.
-No mucho, solo que estabas saliendo con ese chico y que por favor no le dijera nada a mi madre porque ella enseguida se lo diría a la tuya y tendrías líos. Ella no fue tan pesada como mi hermano y en solidaridad a las muchas veces que la ayudamos a esconder a sus novios, sobre todo a Charles, que sabes que mis padres no quieren por vago, accedió a guardar el secreto.-le informo yo del tema controlado.
-¡PUF! Te adoro, amiga mía, me salvaste. -escribe Serena.
-No creas eso, ni se te ocurra. Evité un lío mayor y eso fue todo, pero aunque mi hermana viva en Londres por su trabajo y mi hermano en Nottingham y solo vaya a veces, no quiero pensar qué pasaría si platican y los dos describen a TU NOVIO, uno con cabello oscuro y otro castaño rizado.- le describo los posibles escenarios a mi atolondrada amiga.
-¡NOOO! ¡Rei no dejes que pase! -escribe Serena. Bien, momento de la moraleja del día y quiera Brighid que esta inmadura mujer la aprenda:
-Eso no está en mis manos, Serena, sino en las tuyas. Sé que dijiste que en tres meses, pero debes decidirte ya, antes que se entere tu madre que llevas casi dos meses en Londres y que además estás viviendo con una familia y saliendo con dos hombres.-lanzo yo por escrito, esperando mis palabras tenga efecto.
-Ni lo digas, me asesina. -responde mi amiga por el chat.
-Entonces déjate de hacer el tonto y ve pensando de una vez a quien de los dos amas y despacha al otro, antes que sea peor. Y eso lo digo en serio.-redacto yo la sentencia definitiva.
-Sí, me doy cuenta… te conté como acabé en la cita doble y nunca había pasado por más tensiones en mi vida, ni en temporada alta en el "Villa Florentine". -me confiesa Serena.
-Eso tú te lo buscas por indecisa y sinvergüenza, pero en serio, aprovecha que vas a presentar la revalidación y ponle ya fronteras a tu vida emocional. -aconsejo yo por el chat de nuevo.
-Lo haré, Rei, prometo que luego del examen, cuando ya esté calmada, voy a analizar mis sentimientos y ya sabiendo mi futuro en la universidad tomar una decisión. -OK… no es la respuesta que yo esperaba pero finalmente ya le llegó el mensaje.
-Más vale… -le escribo yo aún dudosa.
-Y ahora si dime, ¿Qué pasó con Robert de Burgh? -¡POR LOS TUATHA DA DANANN! ¿Es que esta mujer no puede dejar el tema de lado? ¿Por qué para ella es tan importante saber?... ¡Bien! Con calma, solo le diré lo más escuetamente posible las cosas a ver si confina sus cuestionamientos en el lado más oscuro de su mente.
-Nada fuera de lo normal. Salgo a correr con Beni a un parque cercano y encontré perdido a una belleza de perrito bulldog, precioso y encantador, llamado East. Resultó que el dueño de esa bellecita era el abogaducho, pero esta vez no se puso grosero y hasta nos agradeció. No hablamos mucho pero si me dijo que lamentaba el exabrupto y lo he visto otras dos veces que corre por la mañana, solo lo saludo de lejos o me acerco a besa a East. -resumo yo de forma objetiva.
-¿Entonces ya son amigos?... ¡Genial! ¿Y es guapo? ¿Te gusta? ¿Ya te dio un beso? -¡PERO QUE DEMONIOS LE PASA A SERENA! ¿Beso? ¡Ni en la dimensión desconocida! ¡Ni siendo el último individuo sobre la tierra! Antes beso el trasero de Satán.
-¡HEY! ¡HEY! -me quejo por el chat y envió un emoticon de cara de diablo furioso. -¡Para allí! No empieces a hacer tus novelas aburridas color de rosa con ese tema porque no ha pasado ni pasará nada con ese abogaducho pedante. Créeme que si yo quisiera un romance sería con su perro y no con él. Es muy antipático. –Sí señor, espero que le quede claro… ¡A quien se le ocurre!
-Quien sabe, Rei, a veces de la antipatía nace el amor apasionado e increíble. -Pero no en este caso, ¡NOOOO!
-Detén allí tus pensamientos bobos. El abogaducho prepotente tiene novia. Lo he visto correr con ella a veces.-y eso es verdad, van dos veces que lo veo con la novia y espero así le quede claro a Serena y deje de tejer historias inverosímiles e imposibles… ¡Como si no tuviera yo bastante con ser tesista como para meterme en más problemas!
-¿Y eso qué? Tú eres más guapa y más inteligente, seguro lo conquistas. -¡Si claro! Si Serena viera a la modelo de revista que es su novia no pensaría eso… ¿Yo conquistarlo? No soy su tipo, y aunque lo fuera, no me meto con individuos comprometidos.
-No quiero conquistar a nadie, y no pasará. -le aclaro por el chat.
-¿Por qué, Rei? Tu que sabes lo que diga el destino… -me insiste Serena, y más vale que de nuevo la corte o esto se volverá su tema obsses y yo sé cómo son sus temas obsses.
-No pasará porque yo no soy tú, yo no me complico gratis la vida, cabeza de panqueque, y bastante tengo con mi tórrido romance con la Tesis como para pensar en otro. Nada. Aleja tus fantasías y concéntrate en dos cosas: informarme sobre Armstrong y el contrato del departamento, y elegir a uno solo de tus chicos… ¡A UNO! -escribo yo en el chat, intentando regresar al tema medular de esta charla: Mi amiga y su indecisión amorosa.
-Ya, prometido. Pasando el examen de revalidación elegiré, aunque aún no sean los tres meses, lo prometo, y eso es este viernes.-Bueno, al fin se puso un plazo.
-Este viernes. Ya dijiste. Te llamaré en la noche para saber. -advierto yo haciendo énfasis en el compromiso.
-Hazlo, ya te diré a quién elegí de los dos, si a Owen o a Friederich. -me escribe muy decidida. Veamos si la decisión le dura hasta ese día.
-Bien, quiero confiar en tu madurez ahora sí… me retiro amiga, estoy molida, por completo cansada, nos saludamos después y averigua de Armstrong. -advierto yo, porque honestamente me urgía finalizar ese tema.
-Lo prometo, deja todo a Miss Marple. Te quiero amiga linda, descansa. -se despide mi amiga por el chat, anexando una manita que dice adiós.
-Y yo a ti. TQM. Bye.-respondo yo enviándole a mi vez uno de una carita lanzando besos. Finalmente mi amiga se desconecta y yo dejo el móvil a un lado, suspirando. Se vienen días terribles para mí, muchas carreras, muchas tensiones, los malditos trámites de titulación, el asunto de la Dra. McAdams para que de parte del "Trinity" le paguen el viaje para mi examen… ¡Maldita la hora en que se me ocurrió elegir como lectora de tesis a alguien de la universidad de Edimburgo! Si no pasan los trámites de viáticos, entonces me corresponderá a mí pagar el traslado de la Doctora y adiós a los ahorros para mi auto… ¡En fin!... triste vida de un estudiante de maestría. Jamás seré millonaria.
Sin más, me levanto de la cama para ponerme mi pijama y tirarme a dormir, y al sacar esta de mi cajón, sonrío un poco… ¿Cómo se le ocurren a Serena tantas tonterías juntas? ¿El abogado Gobshite y yo? ¡Sí, claro! ¿Y después qué? ¿la Batalla de Magh Tuireadh.?... finalmente río para mí misma, creo que esas cosas solo se le ocurren a mi caótica mejor amiga "Cabeza de Panqueque". Dentro de todo lo malo, hace bien en querer estudiar letras, será genial escribiendo novelas.
NOTAS: Regalo de cumpleaños para mi Amix, creadora de este maravilloso personaje, madre de mi Robbie, y parte importante de esta historia. Amix, sé que no es directamente de Sere pero ayudará a ver esa OTRA PARTE de la historia de ella y a la vez desarrollamos más a tu bello hijo (MIO POR CIERTO YA) y conociéndote como te conozco estoy segura que te encantará.
Bien, este es un fic nuevo que me ha encantado escribir ahora con la visión del personaje de Rei, que es opuesta en muchas cosas a su indecisa amiga, obstinada, temperamental, orgullosa, ansiosa, neurótica, algo maniática con detalles, obsesiva… todo un caso, lo divertido es que se ve la historia ahora desde su perspectiva y la del abogado, adema claro de la de East. Por cierto, los títulos de cada chap y muchas de las maldiciones de Rei estarán relacionados con la cultura celta para todos quienes la adoren como yo =)
Espero la disfruten tanto como yo lo hago al escribir y sin duda nos enteraremos de muchas cosas que quedaron pendientes con BIFIRCACION ñ_ñ a mi sobrina espero que le queden claros algunos detalles, y en su review me diga que tan la pareja protagónica así que periódicamente aquí nos veremos con este nuevo proyecto…
¡AU REVOIR! Y de nuevo ¡OMEDETOOO MON AMIE!
ATTE: Leonor de Eboli.
"Cuanto más complicado, mejor, cuanto más imposible, más bello"
