Disclaimer: Harry Potter no me pertenece.

Esta historia participa en el reto "1,2,3 Yo te desafío (a un duelo Pokémon)" del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black.


El silencio se extiende y el cansancio empieza a encontrar un hogar en sus huesos; el canto triste del fénix en sus oídos la mece como una canción de cuna y Tonks lo mira de reojo. El cabello castaño de Remus está mojado por el sudor y se le pega a la frente, dibujando líneas sobre su piel pálida que resigue con la mirada lo más disimuladamente que puede. Le tiembla un poco la mano y Tonks quiere alargar el brazo y cogérsela.

Quiere tocarlo y siente que, si lo hiciera, los nervios que no acaban de desaparecer de su cuerpo se calmarían lo suficiente como para dejarla respirar tranquila.

Cierra los ojos, con ganas de morderse los labios, y los abre de golpe al oír la puerta de la enfermería. Los Weasley se acercan apresuradamente a la cama de su hijo y Tonks ve a Molly besar la frente de su hijo y, madre mía, piensa, ella también quiere.

Está cansada. Quiere descansar y quiere a Remus y Remus no quiere. O peor. Remus quiere, pero no puede. O peor aún, Remus quiere y puede, pero no cree poder. Todo se revuelve dentro de su cabeza: Remus, su fracaso, la traición de Snape, Dumbledore, oh, Dumbledore. Ya no puede más, tan cansada.

Entonces, la prometida de Bill levanta la voz de repente y Tonks tiene que despertar de la espiral en que sus pensamientos la estaban atrapando y ya no puede más, está cansada, cansada de esperar y de las malas excusas, cansada de sentirse mal y de aceptar un no que sabe que es falso, cansada de estar triste y malhumorada todo el tiempo.

Mira a Remus otra vez, está vez sin disimular, y nota cuando él se da cuenta.

Remus Lupin es un cobarde y cree que Tonks no puede saber que él quiere besarla, que quiere sentir sus pestañas parpadear contra su mejilla y apreciar con los dedos los músculos de sus brazos, que se le enganchen las uñas en el siempre cambiante cabello y tener una excusa para tenerla siempre a su lado.

Pero Tonks ya no puede más y explota. Y quizás si le dice que le quiere con la suficiente fuerza lo convencerá.

Así que lo hace. Y esta vez no aceptará un no por respuesta.