Pecado Tentador: Myrror


Disclaimer: Naruto no me pertenece


Hola!

Mi mente parece divagar en muchísimas palabras, es por esa razón que he decidido terminar con la historia Ángel Negro. No es solamente por el simple hecho de que la quiero acabar luego, sino por el simple hecho de que he creado otra historia, y quiero dedicarle mi tiempo, pues con Ángel Negro, Uchiha-Sensei y Pecado Tentador no iba a poder hacer grandes malabares. Pido mil disculpas.

También para más información acerca de aquello, pueden entrar a mi profile que será actualizado hoy por la tarde.

Muchas gracias por todo y espero a que disfruten de esta historia.


1-Hermano

Mi boca se abrió lentamente, dejando ver lo impresionada que había quedado al verlo ahí parado en el marco de la puerta, atrás sus maletas no me hicieron ni clic en la cabeza, porque ya sabía a que venía. Su cara no tenía facciones, más bien era casi un robot mutante que asemejaba ser un humano perfecto, a simple vista.

No dije nada, y no era por decirlo o no, era de nada. ¿Qué tenía que hacer en un momento así?

Bajé el escalón que me faltaba bajar y la taza de té que tenía en las manos se me resbaló cayendo de llenó en las baldosas negras de la mansión. Él no hizo nada, tampoco se inmutó, sólo permaneció parado mirándome fijamente a los ojos, taladrandolos y no hallando el fin de estos.

No quise mirar hacia abajo, porque sabía que le miraría otra cosa que no debía de mirar, pero no pude evitar ver el pantalón estilizado que llevaba, esos zapatos que parecían traídos de Italia y esa camisa azul índigo que no dejaba de resaltar su palidez casi increíble.

Ni supe como lo hice, pero traté de ser discreta para no demostrar lo boba que podía llegar a ser, asique por lo tanto embutí una de mis manos en el bolsillo de mi vaquero en busca de la nota que me había dejado mamá antes de partir a Estados Unidos. Desdoblé el pequeño papel para ver que decía y una risita estúpida soltaron mis labios al leer el párrafo que mostraba con letra caligráfica lo siguiente:

Sakura, no vas a tener problemas en reconocerle, aparenta más menos tu misma edad, es de tez blanca y ojos azules con bordes rojos. Viste como un caballero de negocios y es muy educado, espero a que te portes bien con él, no seas grosera.

El nombre del muchacho no lo había dejado escrito y eso me pareció insólito, su propio hijo. Pero yo no tenía la culpa que mamá fuera tan despistada y de que yo hubiera salido a ella.-Perdón.- mencioné mientras avanzaba para recibirle como se correspondía, no obstante él tomó sus maletas asintió con su rostro y subió la gran escalera de alfombra roja.-¡Hey!- grité y se dio vuelta para nuevamente mirarme. Me dedicó una sonrisa un tanto irresistible.

-No te preocupes, hoy me he dado cuenta de que tus piernas lucen muy bien.- Su voz desapareció pasillo adentro. Mi cara se desformó, de hecho tanto fue mi shock que no pude percatarme de ese alago tan informal. Observé mis piernas cubiertas por la tela del pantalón que se adhería a ellas en los muslos y luego se soltaba antes de llegar a las rodillas. ¿Me miró las piernas? Si ni siquiera se dio el tiempo de mirar la gran casa que tenía a su disposición.

¿Y mamá dice que él es tu...hermano? Me pregunté irónica a la vez que subía también las escaleras conduciendo mi cuerpo a donde había dado su viaje mi supuesto hermano.

Grosera yo...jajaja, él era el grosero que no se presentaba, que no saludaba, que no tocaba el timbre, que se presentaba como un extraño, que...-Oye.- le llame dando unos golpecitos en la puerta de madera fina que papá había exportado desde Londres.- Extrañ...osea, Hermano.- me aseguré pero no abrió ni nada por el estilo. Una maleta en el pasillo llamó mi atención, aún poseía el papelito blanco que etiqueta de quien es el dueño en el aeropuerto. Jalé el papel, sacándolo de su lugar y le eché una ojeada apurada por si él abría la puerta, pero en vez de impresionarme u otra cosa me llevé la mano a la frente, extasiada. Sasuke Uchiha.

No tenía nada de parecido a mi apellido Haruno.- Sasuke.- le llamé ahora por su nombre, más este no apareció.- Lo siento.-dije girando el picaporte para pasar. La pieza que se había asignado él mismo llenó mis fosas nasales de un olor completamente varonil, y al instantes mis ojos se cerraron dejándome soñar instantáneamente con mi príncipe...-Sasuke.- logré articular cuando le vi el cabello mojado y el cuerpo repleto de gotitas sensuales.

¡Dios! Que no se me olvide respirar, rogué a mi ser, cuando una de aquellas traviesas aguas dulces rodó por el hombro desnudo de Uchiha. Me estremecí inquieta al ver más abajo la toalla azul marino que tapaba sus piernas atléticas. Di la

vuelta para arrancar de ahí, pero cuando abrí la madera pulida una mano masculina la cerró sin pudor alguno. Bajé mis parpados, voltee despacio, los abrí nuevamente, y entonces sólo pude percibir el aliento cerca de mis labios, muy cerca, una gotita cayó en mi nariz, tal hecho me hizo mirar hacia arriba, a pocos milímetros él me miraba. Recordé en ese entonces que esos labios rozaron los míos, suave y delicadamente, y luego, caí rendida ante el suelo helado de la alcoba de Sasuke.

-Sakura.- oí a lo lejos, bastante lejos.

Removí mis brazos acalambrados al darme cuenta de que mis miembros se habían dormido dejándome inmóvil.

-Sakura.-repitió la voz grave y varonil de Sasuke, siempre cerca de mi rostro. Eso me molestó.

-Uchiha.- dije apretando la blanca mano que tenía entrelazada con la mía. Pude notar que aún no vestía decente pues lucía unos carisimos bóxer. Se me subió la sangre a la cabeza.-Qué haces.- le pregunté sin apuros tocando mi labio inferior, roto y con una pequeña capa de sangre coagulada.

-En mi país, por lo que sé se le permiten dar besos en la boca a los hermanos.- me respondió apartando un mechón rosa de mi frente.

-Y en mi país, se saluda al entrar a una casa y también se presenta a desconocidos.- inferí enojada. Ya no había tiempo para pensar en lo guapo que se veía así.- Y en esta clase de país lo que acabas de hacer, se llama incesto.

-Pues nuestro error es sólo por ley.- ¿Error? Qué error.- No hay problemas en besarnos, yo soy Uchiha y tú eres Haruno.

Arquee una ceja al comprobar el material ilícito escondido tras esas palabras pervertidas, pero en su cara casi, sólo casi hasta había un poco, poquito de inocencia. Aunque este resto de inocencia desapareció cuando sus manos blancas me sujetaron de la cintura. No levanté la mirada porque me sentí muy insignificante comparada con la belleza que tenía al frente.

-Eres tal como te describieron.- me susurró cuando llegó a mis labios, sin apartarlos de los míos.

"Esto esta mal...deja de pavonearte, es tu hermano...¡tu hermano! Vienen de la misma madre y del mismo padre, sólo que no lo conocías porque los separaron, pero de igual modo es tu hermano mayor por un año."

Y a mí que me importan los años

"Vienen tus amigos"

Nota mental: no dejar incentivarme por ese catalogado modelo de revista internacional.

-Sasuke.- dije tímida, este no dejó de mirarme.- Sabes, hoy vienen un par de amigos a hacer una tarea del colegio.- No me hizo caso.

-Mamá dice que tengo que inscribirme en el colegio en donde estas tú.-

-Oh, ella me ha dicho lo mismo.- me estaba colocando nerviosa, los pensamientos no echaban a andar y tenerlo cerca se me hacía irresistible.

"Vete Sakura, no te hace bien."

-Tengo que bajar.- le mentí.- Hay que recibir a mis amigos.

-Oh, quizás me puedas presentar a alguna amiga tuya.- el comentario hizo que una ola de sentimientos nunca tenidos se arremolinaran en un huracán furioso.

-Claro.- le dije antes de cerrar de un gran golpe la puerta.

¿Quién era él, un hermano perdido que de pronto aparecía en la puerta de la casa como sí nada, o un impostor que pintaba ser un modelo de primera y que venía a robar la fortuna que tenía la familia Haruno?

Un hermano que aparentaba ser inocente, sereno, y que posiblemente detrás de esa cortina de cosas buenas que tenía, poseía un lado oscuro.

¿Él realmente era mi hermano