Disclaimer: Ninguno de los personajes me pertenece ni lucro con ellos.
Caro, sabes que no he seguido esta serie como debiera, de modo que esto es tan sólo una idea de lo que he podido ver. Ojalá te guste y no haya cometido algún error con los nombres o algo así. Besos y ya sabes cómo te quiero, gemela perdida, feliz cumpleaños.
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Muchas veces, cuando algo va mal y el viejo Nathan lucha por salir a la superficie, tiene que cerrar los ojos y mandarlo de vuelta a ese rincón oscuro de su mente. Sí, porque algo queda de ese muchacho idiota y engreído que alguna vez fue. Vamos, que tantos años de crianza impartida por un tipo de la calaña de Dan Scott no desaparecen tan fácil como uno quisiera.
Pero cuando parece que "el otro" va a ganar la batalla logrando que haga algún comentario hiriente o malintencionado, abre los ojos y da una mirada alrededor.
Peyton, sentada sobre un sillón, ve a la nada, como le ocurre siempre que piensa en su madre y una mueca triste se dibuja en sus labios. Nathan se dice que es una pena que una chica tan increíble como ella deba cargar con esa pena y recuerda lo estúpido que fue cuando salían y no se daba cuenta de nada, ni la escuchaba cuando se lo pedía; pero entonces ve cómo una sonrisa enorme le ilumina el rostro y al seguir su mirada se topa con los ojos divertidos de la única persona que la puede hacer sentir en paz, su hermano.
Su hermano. ¿Quién lo hubiera dicho? Él no, sin duda. Jamás hubiera pensado que terminaría queriendo tanto a ese chico sabiondo que disfrutaba humillándolo cuando jugaban uno a uno y tenía la horrible costumbre de lanzarle un sermón moralista cada vez que lo veía dudar a la hora de hacer lo correcto; seguro que eso lo sacó de su madre, porque del padre que tenían era simplemente imposible. De lo único que estaba seguro en lo referente a Lucas, era que en su caso el parentesco era una mera casualidad del destino, porque aún cuando no compartieran una sola gota de sangre, para él era simple y sencillamente eso, su hermano, el único que tenía.
Y mientras Lucas se acerca a Peyton para sentarse a su lado y susurrarle sabe Dios qué cosas de las que él no quería saber nada porque le alegraba verlos juntos, pero tampoco necesitaba detalles, la puerta se abre y "el otro Nathan" se escabulle solo de vuelta a su rincón sin mayor esfuerzo, huye espantado y rendido porque "ese Nathan" habrá sido muchas cosas, pero nunca un tonto y sabe que cuando ese rostro aparece en su campo de visión, él ya no tiene lugar allí.
Porque cuando Haley deja las llaves sobre la mesilla, se sacude la nieve del cabello, saluda a sus dos amigos acurrucados sobre el sillón con un "consíganse un cuarto, mi casa no es un hotel" con tono bromista, y se sienta sobre las piernas de su esposo regalándole una de sus sonrisas antes de empezar a besarlo como si en vez de media hora hubieran pasado dos meses desde que se vieron, "el otro Nathan" se hace aún más pequeño, ya casi una sombra y Nathan Scott, el hombre, siente que no merece tanta felicidad, pero está dispuesto a hacer cualquier cosa para conservarla.
FIN
N.A. Este no es un fandom del que conozca mucho, pero si les ha gustado no duden en hacérmelo saber y si no, bueno, acepto que me jalen las orejas. Besos, Aglaia.