Sombra y Viento
Siempre había tenido muy claro lo que quería, tenía pensado como sería mi vida, problemática, pero no demasiado. Me hice ninja porque pensé que así podría vivir divirtiéndome, sin dar ni golpe. Tuve muy claro desde un principio que me casaría, sería con una mujer no muy problemática, ni guapa ni de buena figura, tendríamos dos hijos, primero una niña y luego un niño y, finalmente, yo moriría de viejo antes que ella.
Sin embargo todo aquello desapareció como las nubes con el viento. Me enamoré de una mujer problemática, guapísima y de muy buena figura, con carácter, algo parecida a mamá, fue cuando entendí porque mi padre se casó con ella, porque en los momentos en que ella sonríe todo lo demás pierde importancia. Desde el principio mi relación con ella fue muy problemática, por su familia y por las leyes que regían sobre ella.
Cuando nos encontrábamos de nuevo tras largos meses sin vernos y en el lecho ella sonreía juguetona mientras nuestros cuerpos nos desvelaban nuestros sentimientos, sentía que el largo tiempo sin verla había valido la pena. Cada vez que creía que todo aquello no servía de nada que jamás conseguiríamos nada ella juntaba sus labios con los míos susurrando un "Te Quiero".
Cuando lo nuestro fue ya algo conocido temí morir, sin embargo ella luchó con su propia familia por hacerles comprender, cuando tras esas peleas por la noche la veía con el rostro compungido mi corazón se rompía. Y así durante algunos meses más, hasta que, harto de todo aquello decidí ser yo quien se enfrentase a todos sólo por ella, me enfrente a su familia, a mi familia, a nuestras leyes, a sus leyes, todo por ella, esa mujer problemática que me había hecho necesitado de ella.
Por fin nuestro enlace se cumplió, por fin podíamos estar juntos sin ocultarnos de los ojos de la gente. Aquella sensación produjo dos cosas, la más fuerte alianza y el producto del amor más problemático. Ella quedó embarazada y de aquel embarazo dos criaturas se unieron a nuestra felicidad, un niño y una niña, el niño moreno y la niña rubia, los dos idénticos a la madre y entre sí, dos preciosos gemelos, enérgicos y perezosos a su vez.
Nunca pensé que todo esa felicidad acabaría de aquel modo, una fatídica misión, el enemigo nos había rodeado por completo, ella estaba herida, no había forma de detener la sangre que ya cubría su ropa y formaba un charco en el suelo, sólo podía distinguir formas difuminadas y apenas tenía fuerza para hablar. Yo, a su lado, no podía creer que fuese a perderla, no quería perderla de ese modo, sin embargo sabía que no había forma alguna de salvarla, al menos ella se iría antes de ver que yo, como ella, abandonase el mundo. Su mano rozó mi mejilla y me mostró de nuevo esa sonrisa antes de morir, segundos después algo me atravesó por la espalda la garganta y caí encima de ella.
Tsk, problemática había sido mi vida, nada fue como yo había soñado una vez, había sido mejor. Habíamos dejado a dos gemelos herederos de la combinación perfecta, ellos serían dos grandes ninjas para ambas villas, serían el símbolo perfecto de la unión de esas villas y del amor de sus padres. La combinación de Sombra y Viento.
