Bueno, hace mucho escribí esta historia, no tiene final ni nada, más bien era un trozo de un fanfic que había escrito antes, pero solo pude salvar esta parte.

Después de muchas correcciones, cortar trozos, arrancar hojas y gastar varias plumas al punto de dejar a mi madre sin tener con que escribir () al fin pude plasmar la idea que había en mi cabeza de como debería ser este intento de historia, de un modo complaciente.

Estoy algo oxidada, ya que no escribo desde secundaria y ya estoy en universidad (como han pasado los años 0.0)

Bueno, sin más, aquí les dejo la historia.

Disclaimer: los personajes de esta historia le pertenecen a J.K Rowling, no son míos. Solo los tome prestados para esta historia.

Galarwen

Mi salario son sus comentario, por favor, no me dejen sin dinero =D


Capítulo 1. Recordando

Allí estaba de nuevo, encerrado, otra vez en esa prisión. Seguía esperando que todo fuera una pesadilla. ¿Cómo había llegado a ese estado? Encarcelado en una fría mazmorra solo alumbrada por la luz de la luna.

Recorrió la habitación con la mirada, era un cuarto pequeño. Fuertes brisas de viento congelado se colaban por los barrotes de la ventana y por algunos agujeros en las paredes.

Ya llevaba más de tres meses encerrado; se estaba acostumbrando a dormir allí, a respirar el putrefacto hedor de los cadáveres de aquellos que estuvieron allí antes que el y a ver a las ratas salir y entrar en la noche, en busca de comida. No tenía nada de muebles ni una cama; razón por la cual dormía en el suelo, cosa que no era muy buena para sus heridas.

No sabía cómo había podido sobrevivir tres días sin tener algo en el estomago. Si estaba vivo era por suerte. Se sentía débil, cansado, bastante irritado y aburrido, y definitivamente tenía mucho frío.

Eso era una pesadilla a decir verdad, por mucho que se hubiera resignado. No era fácil vivir en esas condiciones; ni siquiera los doce años que había estado preso se comparaban con eso.

Antes podía estar calmado y concentrarse en su venganza, sabía donde estaba la persona que lo había enviando a prisión y que podía matarlo en cualquier momento, puesto que era muy cobarde como para arriesgarse a desaparecer repentinamente, lo único que necesitaba hacer era salir de Azkaban para poder matarlo.

Pero ahora esto era distinto, incluso el era distinto, su carácter había cambiado mucho, las torturas lo habían vuelto frío, sin sentimientos. Ni siquiera una sonrisa se había asomado por su rostro en mucho tiempo.

Poco a poco estaba olvidando como solía ser, que había sido feliz, bromista y un poco fanfarrón. Se estaba transformando en alguien que difícilmente podría reconocer, casi podía asegurar que la locura y esquizofrenia se estaban adueñando de él con el pasar de los días y se sentía decepcionado de ello.

No podía creer que ser rehén dañándolo a tal grado, que las ventanas y paredes tenían marcas de arañasos y mordeduras tanto de perro como de humano, marca de varios intentos fallidos de escapar. ¿Cómo había sido posible aguantar años en compañía de los dementores, y no poder con tres meses bajo custodia de aquellos que lo mantenían preso?

-¿Cómo estarás Harry?- preguntó mirando la luna llena alumbrando su celda, se sintió impotente, estaba vivo y no podía hacer nada, la gente creía que había caído ante el Señor Oscuro, vencido en combate contra Bellatrix.

Pero la realidad era otra, no sabía como había logrado escapar de la zona donde se encontraba, de ese tormento, de ese lugar tan oscuro.

~~~~~~~~~~~~~~~~ Flash Back ~~~~~~~~~~~~~

Una bola roja le dio de lleno en el pecho provocando que saliera volando por los aires, sintió el golpe del hechizo tan fuerte en el estomago que casi le saco el aire por completo, pudo ver también a su prima sonriendo con malicia ante ello.

Pero el sonreía también, el hechizo lo había lastimado, sin embargo no se iba a rendir tan fácilmente. Disfrutaba de ese combate; el estar encerrado por mucho tiempo lo tenía harto, ya necesitaba salir y divertirse de esa forma.

Caía rápidamente, pero las imágenes pasaban de forma lenta: vio a varios mortífagos de pie y sin blandir sus varitas y a Dolovoh aun petrificado en el suelo, los integrantes de la Orden tampoco peleaban, se veían un poco magullados pero no parecía que alguno hubiese caído en batalla. Incluso alcanzo a ver lo que parecía ser Dumbledore, su barba y cabello platinados resaltaban entre tanta bruma y polvo, ¿cuándo había llegado allí?

Y pudo ver a Harry corriendo hacía él, su ahijado no parecía gravemente herido ni nada parecido. Sirius movió un poco la cabeza preguntándose a que se debía la cara de preocupación de su ahijado y se horrorizo al darse cuenta de donde iba a caer.

Sintió su cuerpo girar sin control alguno, y lo ultimo que vio fue el rostro de su prima. Bellatrix tenía una mirada triunfadora en la cara. Atravesó el velo, sin poder siquiera evitarlo o hacer algo.

Cayó repentina y ruidosamente, no podía ver nada. Estaba incapacitado de los ojos por la oscuridad que lo rodeaba.

Molesto y maldiciendo por lo bajo Sirius trato de ponerse de pie, pero se detuvo rápidamente, una punzada le recorrió el cuerpo. Se llevo una mano a las costillas, le dolían terriblemente; no sabía si era por la caída o por el hechizo que le había lanzado Bellatrix, pero estaba seguro de que era grave.

No podía respirar muy bien, sentía la falta de aire, y al tratar de hacerlo todo su pecho se comprimía provocándole un terrible dolor en los pulmones.

-Esto no es bueno- se dijo así mismo cortadamente. Se levanto la túnica, tratando de verificar si podía ver mejor la herida. Pero era imposible distinguir algo entre tanta bruma, por lo que a la hora de revisar sus costillas, presiono más fuerte de lo que debía.

Un gemido de dolor salió de su boca, acompañado por unas cuantas maldiciones y varios gruñidos, el dolor lo estaba matando. Después de varios intentos logro sentarse con las piernas extendidas.

-Maldita Bellatrix- dijo con odio y furia. Con cuidado se llevo las manos a las costillas de nuevo, esta vez sin aplicar tanta fuerza, apenas rozando la herida. Sin embargo, no hubo mucha diferencia, la intensidad del dolor había sido casi la misma. Se levanto la camisa que llevaba encima y trato de averiguar cuanto estaba sangrando.

Su sorpresa no fue muy grande al sentir un líquido espeso en las manos, sus palmas ahora se encontraban levemente mojadas con su sangre.

-Necesito ayuda- dijo tratando por segunda vez ponerse de pie, pero obteniendo los mismos resultados. El dolor era demasiado fuerte- no me puedo quedar aquí- se dijo así mismo sin resignarse a estar sentado –Harry me necesita- en ese momento su ahijado se encontraba en una lucha de mortífagos, cosa que era demasiado peligrosa, en especial para el.

Se puso a gatas difícilmente, completamente adolorido del abdomen, dejo una mano en sus costillas, tratando de detener la sangre, mientras que con la otra tanteaba que había en ese lugar.

-Necesito mi varita- no estaba seguro si se le había caído cuando Bellatrix lo había lanzado o a la hora de la caída. Solo esperaba que la segunda opción fuera la correcta.

Tenía miedo e inseguridad, no le agradaba ese lugar. Sentía un mal presentimiento acerca del sitio donde se encontraba y a la vez estaba desconcertado.

Sabía que el arco con el velo negro por el que había pasado, se encontraba en una habitación conocida como "La Cámara de la Muerte" y tenía entendido que una vez que alguien pasaba por ese velo, no podía regresar y moría al instante.

Pero si eso era verdad entonces, ¿Por qué el no había muerto? ¿Por qué se encontraba entre tanta oscuridad y tan desprotegido?

No lo entendía, simplemente no tenía la menor idea del porque estaba ahí y no reuniéndose con su mejor amigo en el paraíso.

-¿Qué hago?- se pregunto después de unos minutos de andar buscando su varita sin poder encontrarla. Se enderezo lentamente, camino unos cuantos metros y se detuvo instintivamente. No podía ver nada, pero se sentía observado, era consciente de que no estaba solo.

No artículo ninguna palabra, pensaba en preguntar que era lo que se encontraba cerca de él, pero estaba seguro de que no recibiría respuesta alguna.

Siguió caminando, pero esta vez más lentamente, agudizando el oído. Debía encontrar su varita o algo con que protegerse. Pero entre tanta penumbra era difícil moverse puesto que no podía ver a donde se dirigía exactamente.

Ruidos extraños se empezaron a escuchar a sus espaldas y estos aumentaban conforme avanzaba. Sirius no quería voltear a ver que estaba atrás de el, no tenía sentido si quiera, no sabía a dónde iba ni en donde andaba.

Los sonidos lo estaban siguiendo, haciendo que se empezara a poner nervioso. Solo quería salir de aquel sitio. Silbidos, murmullos, zumbidos y otras cosas eran captados por los oídos de Black.

-¡Ya basta!- grito desesperado cuando por tercera vez los ruidos aumentaban. No sabía exactamente cuantas criaturas estaban ahí, pero no temía enfrentarse a ellas. Sabía que estaba en desventaja, puesto que nada lo protegía y de por si estaba débil. Pero nunca le había temido a los animales mágicos ni le importaba lo peligrosos que podían ser, mucho menos a bestias extrañas.

Sus ojos se estaban acostumbrando a la oscuridad que lo rodeaba, por lo que podía distinguir mejor las cosas -¡Vengan por mi si eso es lo que quieren!- grito esperando para ver que era lo que iba a encontrarse.


Que les ha parecido? espero y les haya gustado n.n