DECLAIMER: No me pertenecen los personajes de pokémon si no a sus respectivos autores.

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ADVERTENCIA: Lenguaje soez, maltrato. Si no te gustan este tipo de historia estas advertido.

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Por fin me puedo echar en mi cama, lanzo mis zapatos lejos mientras tiro mi mochila al piso, escucho que algo se rompe dentro de ella... pero que mas da, no le doy importancia. Solo es algo material.

-Donde lo deje... - digo para mí.

Busco en el velador que esta al lado de mi cama lo que he estado deseando desde que comencé el día. Tengo que aprovechar que mis "queridos" padres viajaron y vuelven hasta la siguiente semana. Encuentro la bolsa que he escondido meticulosamente en el velador, agarro un encendedor de mi bolsillo y prendo lo que había en el contenido de la bolsa, mientras lo llevo hacia mis labios para inhalar el dulce humo que hace que mi vacía existencia tenga algo de "alegría" mientras exhalo el humo que residía dentro de mi boca me recuerdo que tengo una semana de paz. Me rió y mi risa se escucha por toda mi habitación, si me escucharan ahora dirían que he enloquecido.

-Si es que ya no lo he hecho - susurro riendo.

Una semana. Una jodida semana, donde tendré "alegría" y una casa vacía para mi propio beneficio. No puedo imaginar lo que hare en esta semana... Ya que después volveré a la mierda que llamo vida. Me quedo largo rato mirando el techo como si fuera lo más interesante, mientras el porro de marihuana se acaba con cada inhalada y exhalada que doy. Al cabo de un rato ya no hay nada, me levanto de mi cama para ir a buscar más.

-Maldito hijo de... - digo recordando que lo ultimo que tenía ya lo acabe fumando, lo demás se lo di a Frank... ya que el muy inútil vino arrastrándose ante mi para que le diera algo.

Suspiro mientras me voy al baño a darme una ducha, no me hizo efecto el porro excepto de que ahora estoy sonriendo. Agarro una toalla que hay en el colgador de mi ropero. Preparo la bañera me desvisto y entro en ella, la niebla causada por el vapor se funde en todo el cuarto de baño mientras mi cuerpo se relaja. Miro hacia la pared y veo una mancha de pintura que hice en la pared cuando tenía 5 años, doy una leve sonrisa la cual borro al instante al recordar lo que sucedió por eso.

Ese día quería que mi baño tuviera algo personalizado por mí, después de terminar me fui hacia donde mis padres para que miren lo que había realizado con una sonrisa. Como cualquier infante pensaba que me felicitarían o incluso reirán conmigo por lo que consideraba arte en ese entonces. No me espere a que mi padre me volcara mi rostro de un manazo mientras le gritaba a mi madre lo que le había costado remodelar la casa para que yo lo arruine con una mierda infantil, tampoco que después de eso mi madre me halara de mi brazo para después golpear mi espalda hasta dejarla llena de moretes al día siguiente.

Después cuando siguió en la escuela con los cabrones que tenia como compañeros cuando me halaron de mis cabellos y me empujaron para quitarme el dinero de mi almuerzo. Ese día llegue llorando donde mi madre a contarle lo que había sucedido, la cual también después me pego por dejarme quitar las cosas con esas personas.

Mientras sostenía una leve sonrisa sentí como las lágrimas silenciosas bajaban por mis mejillas mientras los recuerdos me golpeaban como si un cuchillo estuviera atravesando mi piel.

Cuando tenia 6 años recuerdo que mis padres se pelearon después de eso mi padre subió a mi cuarto a revisar mis cosas mientras sacaba todos mis juguetes gritando que todo lo que teníamos era por él y su dinero, yo me lance a sus piernas para que ya dejara de destruir los juguetes que tanto cuidaba gracias a eso recibí una patada en mi estómago mientras que me halaban de los cabellos para lanzarme en contra la pared, solo vi a mi madre diciendo que me lo merecía mientras quedaba inconsciente.

7 años y por cuestiones "x" que no recuerdo muy bien, mis padres decidieron llevarme a celebrar mi cumpleaños a una heladería la cual me encontré con un niño estúpido que me pego, no me acuerdo porque razones, creo que era por subir primero a uno de los juegos intente defenderme pero el muy hijo de perra me lanzo una patada a mi cara lanzándome al piso en el interior de esos jueguitos infantiles. Llegue donde mi madre con la cara golpeada a decirle lo que había sucedido en los juegos, mi padre cerro los ojos y apretó los puños mientras le susurro algo a mi madre, ella me jalo de mi brazo hasta donde un cuarto de limpieza a jalarme de mis cabellos y decirme que por culpa mía les hago pasar el ridículo.

Me rio al recordar eso, y así siguió siendo mi vida lo único que recibía a cambio de solamente disfrutar mi niñez era recibir golpes, llorar y sufrir en silencio.

Podría recordar más muchas otras cosas, en mi casa, en lugares públicos o incluso mi escuela. Si, también en la escuela recibía el famoso bullying por parte de mis compañeros gracias a mi color de cabello, las manga largas con cuello de tortuga que llevaba para ocultar los moretes y golpes de mi cuerpo, mi forma de ser, en fin… muchas cosas más.

Hasta que llego el día en que ese "sufrimiento" que tenía desaparecía aunque sea por un lapso reducido de tiempo.

-Y como olvidarlo - me dije. Mientras empezaba a reír.

Con mis ya 11 años conocí a Elian y ahí fue cuando cambio todo. Elian era mayor que mi por tres años empecé a juntarme con él cuando estaba peleando con mis compañeros, fue él el que me ayudo a sacarle la mierda a esos imbéciles. Después nos volvimos amigos empecé a juntarme con su grupo, todos ellos me superaban por tres o cuatro años, pero me sentía bien estando con ellos, empecé a salir a donde ellos iban aprender a manejarme en un ambiente distinto al encierro al que ya se acostumbró mi ser.

Empecé a salir a escondidas de mi casa y a fingir que tenía trabajos en la escuela para poder salir, a mis padres les importaba un comino lo que hiciera si tenía que ver con mis estudios así que no hubo problema. Una noche cuando llegue a mi cuarto que estaba en el segundo piso gracias al árbol que estaba al lado de mi ventana escuche a mis padres discutir y ya sabía a qué iba a llegar eso, espere hasta que mi madre apareció llorando, la intente consolar pero de repente ella arremetió contra mi verbalmente diciendo que todos sus problemas eran por mi culpa, se fue de mi dormitorio hasta que me vio derramando lágrimas y haberme abofeteado.

Cuando ella se marchó de mi habitación salte hacia la ventana y fui hacia la única persona que podría ayudarme. Elian. Cuando él me vio me pregunto que sucedió le conté todo, él solamente me miro se rio un poco y se fue a su cuarto, cuando salió de allí traía consigo un polvo de color blanco, ya tenia el presentimiento de que era, y no quería intentarlo al principio pero después de que él me dijo que si empezaba a consumir "eso" ya no sentiría el dolor que sentía en esos momentos, me sentiría diferente, ya no habría más dolor…

Y empezó, mi escape, mi cambio, mí alegría.

A mis 13 años cambie completamente, se acabó la ingenuidad, el sufrimiento, las burlas. TODO. Según los demás me volví una persona fría, déspota, malvada, cruel y demás huevadas que solamente por imbéciles decían. Elian y los demás me enseñaron a defenderme y a que lo que los demás dijeran me debería importar una mierda. Me dijeron todo lo que tenía que saber para estar por mi cuenta, ya que ya no los vería dentro de un año en su graduación. Hubo un estúpido que quiso pasarse de listo conmigo después de tiempo hasta que llegamos a los golpes. Solo diré que tuvo que ir al hospital por contusiones y hemorragia nasal debido a que casi le partí la nariz de un puñete. Y como era de esperase me dieron una paliza mis padres.

-Ya basta imbécil, deja de llorar - me dije mientras sacaba las lágrimas que habían caído por mis mejillas.

Salí de la bañera, me seque con la toalla que traje y salí a mi dormitorio a elegir que ropa ponerme. Saque una camiseta negra con unos jeans del mismo color.

Mientras me secaba el cabello mi celular sonó dando a saber que me había llegado un mensaje. Agarre el celular y leí lo que decía.

"Vamos a reunirnos dentro de media hora en mi casa ¿vienes?"

Escribí un "si" y me puse mis zapatos. Me mire al espejo, parecía una mierda con mis ojos rojos, mi cabello despeinado y mis bien marcadas ojeras con mi pálido rostro. Nadie creería que tuviera 16 darían que tengo 18 o 19 pero qué más da.

Esta persona soy yo, no me arrepiento en lo que me he convertido, así me siento bien y me da felicidad. Así soy, muchos que hablan a mis espaldas dicen muchas cosas sobre mí. Me da risa cada estupidez que hablan fingiendo saber algo de mi cuando solo conocen mi nombre… y algunos ni eso…

Pero prefiero que me digan como otros estúpidos lo hacen.

La chica corrompida. Yo soy. Dawn Hikari Berlitz.

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Esta algo corto pero es más como un prólogo, ya que esta es historia es un proyecto que está en periodo de prueba, si recibe aceptación para que continúe, continuare el segundo cap. Si no creo que eliminare la historia. O la continuare con pocos cap… es difícil decidir... Pero como he dicho es un proyecto ya que es la primera historia que escribo con estos temas.

Sin nada más que decir.

Hasta luego.