Los personajes de Naruto no me pertenecen, sin embargo, la historia es de mi autoría.
Aclaratoria: Serie de drabbles independientes, centrados en Ino Yamanaka.
Pareja principal del capítulo: SasuIno.
I
Inevitable.
Ella brillaba, como un rayo destellante, iluminando la fría noche lluviosa. Se deslizaba sin premura, bajo su abrazo protector, resguardándose de las corrientes heladas que atravesaban las ventanas abiertas. En aquella cabaña, en el medio de la nada, en el que solía ser terreno Uchiha, se mantenían observando las gotas caer. Ignorando todo. Desde el aullar del viento, hasta el simple conocimiento de que lo que hacían, estaba mal.
La observaba, pálida como la nieve, brillando bajo la etérea luz de la luna cubierta y el mortecino fulgor de las velas, con las mejillas y los labios enrojecidos por un beso compartido. Deseaba quedarse ahí por el resto de su vida, sin pensar en las responsabilidades que tenía atravesando la puerta. En su refugio, en su cabaña, sólo eran ellos dos, y el cálido crepitar de las velas.
Su cabello rubio se desplegaba en su espalda, dándole un toque angelical a su cuerpo desnudo, y se perdía en la unión de ambos. No sabía cómo habían terminado ahí, no lo recordaba con certeza, pero le constaba que no era la primera, ni la última vez que retozara con ella. Sintió como sus ojos azules analizaban su rostro, produciéndole un sentimiento extraño en el abdomen. Ella sonrió, complacida al encontrar lo que buscaba, y tocó con delicadeza el lunar que se ocultaba bajo el nacimiento de su cabello en el lateral de su cara.
—Uchiha no es tan perfecto como parece. —Murmuró con voz adormilada y aquella sonrisa que le hacía olvidar sus prioridades—. Tiene veintisiete lunares en todo su cuerpo.
Sintió como su ceja se alzaba, preguntándose en qué momento se había tomado la molestia de fijarse en algo como eso. Le dedicó una sonrisita altanera, que provocó un mohín en su boca, incitándolo.
—Sólo eso.
—Te falta un brazo. —Alzó su pálida mano y la deslizó entre los mechones oscuros de cabello que se colaban en su frente, revelando aquel ojo que siempre mantenía oculto—. Y tienes un ojo diferente. —Como si aquellos detalles no importaran nada, ella se alzó sobre él, sentándose en su cadera y dejando que la luz temblorosa de las velas abarcara toda la extensión de su cuerpo.
La sintió inclinarse y besar su frente, sus párpados, sus pómulos, y finalmente se detuvo un rato en su boca. Recorrió la extensión de su cintura delicada con destreza y presionó en la base, sin importarle si dejaba alguna marca, otra más, de todas las que ya había hecho esa tarde.
Marcarla le hacía sentir que tenía control de aquella situación de alguna manera, diciéndose a sí mismo que no le importaba que todo se fuera a la mierda, si ella estaba con él. Pero sabía que no era así, que, en minutos, cuando se hicieran las nueve, todo volvería a la normalidad y ellos serían un par de jóvenes adultos, comprometidos, que se ignoraban el uno al otro.
—Aún así, me gustas, tal como estás.
—Hmph.
Responder algo romántico no estaba en sus genes, pero él sabía que ella comprendía sus escuetos monosílabos y cortos sonidos, porque no necesitaban más que eso.
—Te adoro, Sasuke.
Volvió a depositar un beso en sus labios, esta vez más suave, más ligero, más significativo, porque ya era hora de irse. Miró como se levantaba, luciendo mordidas y chupetones en el pecho y el cuello, haciéndolo sentir calor en su bajo vientre. Analizó sus movimientos mientras se vestía, con aquellas prendas que a veces no pensaba más que en desgarrar.
Ino era delicada, suave y brillante. Sasuke sabía que no merecía nada de ella, ni siquiera viéndose arrastrados a aquella situación que compartían. No merecía su entrega, y su disposición a dejar todo. Tampoco merecía su amor, sin embargo, allí estaba ella. Siendo la centella que era, y otorgándole todo eso que declaraba inmerecido.
—Saluda a Sakura de mi parte. —Escuchó que decía, con una sonrisa juguetona deslizándose por sus facciones. Dejó un rápido beso en su boca y se marchó.
Allí, en aquella cabaña en medio de la nada, se hallaba Uchiha Sasuke, solo. Las velas parecían más tenues y la habitación más oscura. Pero no había nada tan oscuro como sus pensamientos, y el sentimiento de que jamás tendría realmente a Yamanaka Ino.
Ella iba a casarse con Sai, él iba a casarse con Sakura. Y eso era un destino que ninguno se atrevía a evitar. Por eso suspiró, y se vistió, tratando de olvidar los recuerdos de la tarde, sabiendo que probablemente, al siguiente día, aquello se repitiera.
N d A.
Quiero aclarar de una vez que no se centrará en ninguna pareja en específico. Serán drabbles de parejas crack, donde siempre participará Ino como protagonista, pues es mi personaje preferido.
Ante todo, gracias por leer.
Un abrazo.
Luna.
