Notas:

Ángeles-Habitan en el cielo, poseedores de alas con plumas blancas se dividen en serafines, angeles y arcángeles.

Demonios-Habitan en el infierno, poseedores de Alas negras parecidas a las de los murciélagos.

Híbridos-Los híbridos son hijos de un Ángel y un demonio, poseen un ala de plumas blancas y un ala negra de demonio. Estos habitan por lo general en caso del abandono de su progenitor o muerte de este (cosa bastante común) en las Tierras de Nadie. Llamadas así por ser el hogar de los híbridos huérfanos, despreciados por el cielo y por el infierno, son los hijos de Nadie y así nombraron sus tierras.

Ángeles Oscuros-Aunque se les da esta denominación es más correcta es el término caído, los Ángeles Oscuros o Ángeles Caídos habitan en las Tierras de Fuego, se dividen en dos tipos:

1. Aquellos Ángeles que fueron expulsados del cielo por algún crimen o infracción, a estos ángeles se les queman sus alas hasta volverlas negra carbón, a pesar de volverse negras, no son como las de los demonios, si bien las de los demonios son negras, estas son similares a las de los murciélagos mientras que las de los ángeles expulsados son de plumas solo que sus plumas son vueltas negras mediante el castigo de la "quema".

2. Aquellos demonios, que habían roto las reglas del infierno y son expulsado de este, estos demonios pierden sus alas de murciélago adquiriendo por unos segundos alas de angeles, pero dado que el cielo no los quiere estas se tiñen de negro sin necesidad de la "quema".

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Chihiro Mayuzumi

¿Quién soy? ¿Cómo nací? ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Cómo terminé siendo el líder de los Ángeles Oscuros? Sí, sé que se hacen esas preguntas, por eso ahora les daré respuestas. Y tal vez cuando se las dé entiendan porqué odio a los ángeles y a los demonios, aparte iguales, ambas razas corrompidas y corruptas.

Bueno, nací del más hermoso y delicado ángel y el más fuerte y aguerrido arcángel. Fui un serafín muy esperado y muy amado. Pero la felicidad no es eterna algo como la completa perfección… no existe, es tan simple como eso. A penas unos once meses después de que nací yo, nació mi hermano pequeño: un híbrido.

Mi papi había tenido la mala suerte de andar en el lugar equivocado en el momento equivocado, y había sido violado por un demonio.

El resultado de ese acto, un híbrido llamado Kise Ryota. Debido a su procedencia mi padre se negó a reconocerle, mucho hizo permitiendo que mi papi lo tuviera, así que Kise solo pudo llevar los nombres que le dio mi papi. Mi hermano pequeño, mi querido Ryota y por quien terminé siendo lo que soy, indirectamente.

Era un ángel y como tal vivía. Mi cabelloeran largo hasta el suelo, y mi delicadeza rozaba lo andrógeno, como mi papi, mi belleza era tranquila y angelical, el cabello de un azul-grisaceo, los ojos a juego la piel blanca como la porcelana, contrastaba con la belleza jovial y alegre de Kise, con su largo cabello rubio, sus ojos de oro, su piel blanca pero más bronceada que la mía y como en todo hibrido lo más que destacaba de él eran sus alas, una hermosa llena de plumas blancas la otra negra y huesuda como la de un murciélago, un ala de demonio, un ala de angel. Aquello que recordaba a todos lo que lo veían que no era ni lo uno ni lo otro, que era un híbrido.

A medida que crecía en el cielo, como uno de los más poderosos y virtuosos serafines, veía cómo en este despreciaban a mi pequeño otouto, mi hermoso otouto. Incluso mi padre, mi admirado padre, lo despreciaba porque era un híbrido. ¿Qué culpa tenía Ryota? El no pidió nacer así. ¿Qué les daba el derecho a tratarlo así?

Pero a mí no me importaban sus alas bicolor, mi otouto era mi otouto y yo, inocente de mí, lo adoraba, adoraba su energía y cada uno de sus hermoso cabellos como hilos de oro.

Fue mientras crecíamos que todo pasó. Yo tenía poco más o menos los trescientos años cuando pasó.

Mi hermano y yo descendimos a la tierra, juntos. Era increíble, me sentía fascinado; a pesar de ser más pequeño que yo, como híbrido Kise podía salir del cielo y a nadie le importaba, había estado en la tierra en una excursión con otros pocos niños híbridos que habitaban en el cielo como él.

La tierra había encantado a Ryota cuando la conoció y quería llevarme a ese lugar para que lo conociera. Quería compartir ese lugar conmigo. Así que fui con él. Decir que me encantó el lugar a mí, un inocente serafín, era decir poco. Adoraba cada cosa que mi hermano me mostraba.

Pero al fin y al cabo, un serafín y un híbrido pequeños no son un gran rival, o eso pareció pensar el demonio que nos atacó.

Kise y yo corrimos tomados de las manos, cuando nos sentimos asechados por la presencia oscura. Pronto noté que aquel demonio era muy poderoso y que no podríamos escapar de él, no importa cuánto corriéramos.

- Ocúltate, otouto.

Le ordené a Kise.

- No te dejaré solo, Chihiro-ni.

Dijo Kise agarrándose a mí. Fue la única vez en mi vida que levanté la mano contra mi otouto, y la primera vez que utilicé la violencia en mis trescientos años de vida.

Golpeé a mi hermano tan fuerte contra la pared que lo dejé inconsciente, lo oculté entre unos cajones, y corrí alejándome de ahí con lágrimas en los ojos para que el demonio me siguiera.

Funcionó: me siguió a mí y se alejó de mi otouto. Pero pronto me atrapó.

Aún recuerdo con horrible claridad ese momento, cómo sin dificultad me redujo a la nada. Era sólo un niño, teníaapenass trescientos años y un cuerpo de nueve años humanos.

Fui violado por aquel demonio de quien nunca supe su nombre; sólo sus ojos oscuros y su lunar en la mejilla se mantenían en mi memoria, un cruel demonio de cabello negro y piel blanca como la pureza que estaba lejos de tener que me sodomizaban cruelmente, esos son mi único recuerdo de él.

No recuerdo cuánto duró, ni todas las cosas que me hizo, cuando terminó conmigo yo estaba inconsciente, lastimado y lleno de sangre. Cuando desperté mi otouto estaba a mi lado con mi cabeza en su regazo protectoramente, llorando.

Me abracé a él sintiéndome sucio e impuro.

Fue mi pequeño hermanito quien, tomándome en brazos, me llevó al cielo; ahí me curaron y me atendieron, pero me apartaron de mi otouto. Preguntaba por él y no lo encontraba, no lo dejaban venir a mí.

Luego supe que mi padre lo culpó de que aquel demonio me hubiera violado por sacarme del cielo, le dio tal paliza y lo lastimó tanto con su espada sagrada que mi hermano también estuvo grave siendo atendido por mi papi, el único ser en el cielo que, además de mí, lo quería.

Pero de esa violación surgió el producto más horrible y blasfemo que podía salir para un ángel: un híbrido.

Sí, quedé embarazado de aquel desconocido demonio de cabellos negros.

Ahora entendía cómo se sintió mi papi cuando se negó a abortar a Kise y se empeñó en tenerlo, pues a pesar de todo era su hijo.

Pues yo pasé lo mismo. Y en mi embarazo sólo contaba con el apoyo de Kise y de mi papi, mi padre me había retirado la palabra por haberme negado a abortar a lo que él llamaba 'aquel engendro'.

No era fácil, a pesar de ser un serafín poderoso, mi cuerpo era muy pequeño y el embarazo resultó un auténtico infierno, cuyo parto casi me arrancó la vida.

Fue en el parto donde todo ocurrió. Terminé muy débil de él, más muerto que vivo, pero mi hijo había nacido, mi papi me lo puso en mis brazos, era un pequeño híbrido precioso, de cabellos azules como el cielo igual que sus ojos y aquel lunar que me había llamado la atención en el demonio.

Al verlo, nunca más pude odiar el rostro de aquel demonio que aún veía en mis pesadillas, porque mi bebé tenía mucho de esos rasgos en él. Pero sus preciosos rasgos no eran crueles, eran inocentes y curiosos.

Lo acune en mis brazos y lo nombró. Y pronto quedé dormido por el cansancio. Me despertaron los gritos y ruidos de pelea. Mi padre juraba que iba a matar a mi hijo, y mi papi y mi otouto trataban de detenerlo.

Kise había tomado a mi hijo en brazos y había salido corriendo, mi papi se había interpuesto entre mi padre y la salida, mientras mi padre le ordenaba.

- Quítate, estúpido, voy a matar a ese maldito híbrido tuyo y a ese engendro recién nacido.

- ¡No!

Fue mi grito desesperado, mientras me levantaba de la cama tambaleante. Mi padre me miró con desprecio y, sin remordimiento, alzó su espada al ver que mi papi no se quitaba, y le cortó la cabeza. Me desplome en el suelo de la impresión, mientras ese arcángel, ese monstruo que me había engendrado a mí, salió en busca de mi hermano y mi retoño.

La cabeza de mi papi había rodado hasta mis pies y yo estaba en shock, pero no tuve tiempo a lamentar su pérdida, mi otuto y mi hijo estaban en peligro; me levanté como pude, aún adolorido por el reciente parto, y salí apoyándome en las paredes en pos de mi padre y mis dos híbridos del alma.

Seguí el rastro de ambos y encontré a mi hermano agazapado contra la pared con el bebé abrazado a su pecho protegiéndolo, y a mi padre con la espada en alto a punto de matarlos. No lo pensé, simplemente mi fuerza fluyó y una espada de fuego con el poder del sol apareció en mi mano y con ella maté a mi padre.

De la impresión la espada desapareció de mis manos y casi me desplome pero mi otouto me sostuvo, miré a mi hijo en sus brazos y quedé inconsciente sin saber que esa seria la ultima vez que vería en largas centurias a mi hermoso bebe.

Cuando desperté lo hice frente al juzgado celestial. Me condenaron sin remordimiento por haber matado a mi padre. A ellos nada les importaba que este hubiese tratado de matar a mi hijo y a mi hermano, eran híbridos y para ellos los híbridos no contaban, eran basura, no tenían valor, que hubiese matado a mi papi tampoco importaba, mi papi habia perdido su valor como angel a sus ojos cuando conservó a Kise a su lado.

Mis alas fueron quemadas cruelmente hasta que cada pluma una vez nívea se tiño del negro del carbón y a mí me dieron el peor de los castigos para un serafín o un ángel: la expulsión, la caída del cielo.

No me importaba, lo único que me importaba era saber dónde estaban mi otouto y mi hijo.

Me encontré a mi otouto en su celda momentos antes de ser expulsado del cielo mientras me trasladaban de la mia, corri a esta y me aferre con mis manos atadas por pesados grilletes a los barrotes de su celda.

- ¿Dónde está mi hijo?

Le pregunté desesperado al verlo con los brazos vacíos.

- Me lo quitaron, aniki - Sollozó - Me lo arrebataron, no sé qué hicieron con él, Chihiro-ni. - Fue su lamento.

Traté de consolarlo abrazandolo, de ordenar que me devolvieran a mi hijo, pero ya para los ángeles no era nada y, separándose de mi hermano, me expulsaron del cielo, arrojandome en una caida de miles y miles de metros, con unas alas lastimadas por el castigo que no sabía usar, pero logre entenderlas y sobrevivir a la caída.

Fue la última vez que vi a Kise, pues no sé a dónde lo enviaron a él, ni tampoco volví a saber qué fue de mi hijo.

La desesperación me llevó al borde de la locura.

Fue entonces que fui encontrado, por Ogiwara Shigero, el más poderoso de los ángeles oscuros. Y segun los rumores el primer Angel Oscuro.

Me llevó con él a las tierras de fuego, el territorio reclamado de los caídos, me cuidó y me adoptó como su heredero.

Me entrenó, y mi odio tanto por los demonios que desgraciaron mi vida al violarme, como por los ángeles que me destruyeron al arrebatarme a mi hijo, a mi papi y mi hermano, fue creciendo.

Y lleno de odio me volví un ser frío y cínico, y mi otouto y mi hijo fueron quedando en un rincón de mi mente, no puedo decir que los olvidé, eso sería falso, pero deje de aferrarme al sueño de encontrarlo. Despues de algunos siglos entendi que esto no pasaria, asi que enduresi mi corazon para no morir de tristesa.

Tal vez el único símbolo de que aún los recordaba, era mi hermoso cabello, antaño largo, ahora corto más o menos por las orejas, que para mí representaba la pérdida de ellos, por lo que no me lo dejaba crecer más de ahí.

Así cumplí los 4,500 años, y entonces Ogiwara desapareció sin dejar huellas, dejándome frente al clan Kuro, el líder de todos los clanes de ángeles Oscuros.

Tomé el mando de él, y desde ese momento intenté exterminar a todo ángel y demonio que se cruzó en mi camino, era un ángel oscuro sumamente poderoso, respetado y temido. El mejor líder que habían tenido los ángeles oscuros. Y así habían pasado quinientos años.

Ahora tengo 5000 años, aunque sólo aparente veinte años si me comparáis con un humano físicamente. ¿Ahora pueden entender por qué los odio a los ángeles y a los demonios?

Ellos me quitaron todo y me volvieron en lo que ahora soy.

Continuará...

Como algunos os abráis dado cuenta ya, el demonio en cuestión es Himuro Tatsuya, pero no os apresuréis a juzgarlo en el próximo capítulo se cuenta la historia desde su punto de vista y entenderéis porque paso lo que paso.

También como abráis notado por la descripción el bebe no es otro que Kuroko Tetsuya, Kuroko es exactamente como lo conocemos, lo único es que por licencia artística le e dado el mismo lunar que Himuro para darle una característica de este.

A por cierto KNB no me pertenece ^^