Hola:
Esto es una locura¡
Forma parte de la tercera actividad en el rally del foro I Am Sherlocked, para el equipo Sabueso de Baskerville.
Seria una tontería si les pido adivinar que cuento me toco. Yo solo espero que lo disfrutes.
Nota/Aclaración/Recordatorio: Nada de esto me pertenece, salvo la locura de trama que hoy te presento. Todo lo demás es de cada autor.
-O-
— ¿Un anillo?—dijo John con escepticismo— ¿Qué tiene de especial?
En su campaña por Afganistán había conocido a una bella mujer con la que había estado teniendo encuentros nocturnos por los últimos dos días. Badroulboudour le había contado una historia que sus antepasados habían pasado de generación en generación, ella le tenía la suficiente confianza como para contarle el pequeño relato. John de pronto cayó en cuenta.
—Sabes que no me quedare, ¿Verdad?
Ella hizo una reverencia antes de entregarle el anillo al médico.
—Este anillo te llevara a casa cuando te sientas perdido—dijo con un aura misteriosa—Sé que no eres mío, tu cuerpo así me lo dice, disfrutas del calor que una mujer te ofrece pero tu alma necesita más.
—No soy gay—dijo firmemente el soldado.
—Bajo la piel el amor es igual, la diferencia es la intensidad.
Esa noche John sintió que era la despedida y se esmeró en darle el mejor trato del que su caballerosidad era capaz. A la mañana siguiente despertó completamente vestido y en su saco de dormir, como si no hubiese pasado absolutamente nada.
La verdad es que después de aquel encuentro no se dio tiempo para ningún otro, por fin la guerra los había alcanzado y entre atender heridos propios y extraños llego a la conclusión de que si moría no lo llegaría a hacer en vano, pelearía hasta que su cuerpo no resistiese el paso del tiempo. Se llegó un momento en que en una de las tantas rondas nocturnas que le tocaba hacer se perdió en la inmensidad del pueblo abandonado casi en ruinas, Billy se ofreció a acompañarlo en su caminata nocturna y con una mano se había negado. ¿Qué podría pasarle si la luna iluminaba intensamente sobre sus cabezas? Con lo que no contaba es que una nube malvada fungiera de velo protector para el astro nocturno aumentando la frialdad de la noche. Con las piernas cansadas y el cuerpo agarrotado por el frio se dejó caer en una esquina de lo que parecía una edificación comercial, abrazando sus piernas fuertemente contra su pecho comenzó a intentar darse calor frotando sus palmas sobre su uniforme.
Y una chispa salió de entre sus dedos.
Su mano izquierda se tiño de un color rojo intenso como si de hierro en las brasas se tratara más sin embargo no le quemaba. Una briza cálida golpeo su rostro y una luz de colores oscuros se presentó ante él. Poco a poco la noche venció a aquello que presencio y término por preguntarse si se estaba muriendo o en el peor de los casos volviéndose loco.
El hombre ante el medico vestía un elegante uniforme de color negro que se le ceñía al cuerpo como si fuese su propia piel, cuello, rostro y manos es lo único que se alcanzaba a apreciar y en contraste con la noche estos eran blancos como la nieve que tanto extrañaba de su amada Londres. Dentro de su sorpresa John había olvidado cualquier rastro de frio e incluso se podría decir que hasta olvido donde se encontraba.
— ¿Cuál es tu deseo?—Pregunto el hombre penetrando con su mirada cada centímetro que era John Watson.
— ¿Mi deseo?—pregunto el medico aun perdido.
El hombre se acercó lentamente al militar como si se tratara de un animalito herido, colocando una rodilla en el suelo pudo estar a la altura visual de su al parecer nuevo amo ¿Por qué tenían que tocarle personas tan idiotas?
— Badroulboudour es la hechicera madre y ultima heredera de todos los secretos mágicos del mundo. —pronto descubrió que el temblor que aquejaba al humano no era miedo si no de temperatura, con un chasquido de dedos encendió el horno que había en la habitación haciendo que esta de inmediato se templara—Al parecer le agradaste.
— ¿Cuál es tu nombre? —pregunto el medico un poco más confiado aun que escéptico.
—Mi nombre es Kahn y seré tu sirviente desde esta noche hasta el final de tus días.
— ¿Todo lo que yo quiera?
El genio del anillo se cruzó de brazos en un intento de no partirle el cuello a su nuevo amo. Su uniforme detonaba valentía y un poco de neuronas dentro de esa rubia cabeza.
—Sin importar el coste.
El militar sonrió e hizo un ademan de levantarse a lo que el genio le dio espacio cuando ambos estaban de pie viéndose uno al otro el medico pudo ver la diferencia tan marcada de altura. Algo que hizo que Kahn sonriera con arrogancia.
—Me he perdido, debes llevarme devuelta a mi campamento.
El genio no dijo nada más y con un movimiento de sus dedos hizo que la tierra bajo sus pies se moviera de forma rápida llegando al punto en el que se despidió de Billy.
— ¿Algo más en lo que pueda serle de utilidad?—dijo Kahn como si todo le pareciese aburrido.
— ¿Te podrías vestir como un lugareño?—La pregunta hizo que la perfecta frente de porcelana del genio se arrugara por la sorpresa del pedido—Serás de más utilidad fuera del anillo que dentro de este.
De nueva cuenta sus dedos se pasearon por su cuerpo cambiando sus ropajes oscuros por unos de color marfil y contento con su obra miro a su amo con satisfacción descubriendo desconformidad en el rubio.
—El cabello aún se ve muy occidental. —dijo señalando con un dedo hacia su cabeza.
Estaba a punto de reclamarle cuando se vieron interrumpidos por tres personas que parecían preocupadas por su bajito amo. Sin dar muchas explicaciones y creyendo ciegamente en la palabra del medico aceptaron como otro compañero al genio dándole comida y vestido.
A la mañana siguiente un pueblo vecino fue invadido por lo que requirieron del escuadrón al que pertenecía su amo y básicamente sus deseos eran tres:
Comida.
Medicamentos.
Un arma de confianza.
El primero era lo de menos y cuando empezaba a escasear era mi turno para alimentar a todo un regimiento de manera no tan obvia, por lo que de repente alguien encontraba todo una bodega de alimentos distintos desde enlatados hasta cosechados. Cuando los rumores de que alguna magia divina los estaba ayudando John dejo de pedirme tantas cantidades y así que los rumores dejaran de sonar, algo que no tardó mucho en pasar.
Lo segundo fue lo que más trabajo le costó administrar, cuando necesitaba morfina yo no tenía ningún inconveniente en darle para los hasta 40 pacientes que llegaba a atender en el día. Cuando estaba en una cirugía riesgosa y sin el equipo adecuado no necesitaba decirme nada y yo se la proveía. Pronto sus jefes comenzaron a hacerle preguntas un tanto incomodas y la gente lo lleno de rumores que iban desde tráfico hasta venta ilegal de medicamento y utensilios para su delicada labor. Bajo vigilancia no me pidió nada más y vi como John Watson se perdía cada vez más dentro de sí cuando sus pacientes morían más rápido que de costumbre.
Encontré en su tercer deseo algo que me daba satisfacción personal y es que en arrebatar una vida había aún más emoción que en salvarla. Entre los compañeros de mi amo pase de ser aquel a quien estaban cuidado a alguien de cuidado en campo. Proteger a John Watson siempre fue mi objetivo y entre charlas durante las guardias y combates a cielo abierto descubrí que mis acciones estaban motivando en el soldado algo más que una simple relación de propiedad y eso me lo confirmo la noche antes del desastre.
— ¿Es posible Kahn, que alguien como yo se enamore de ti?
Su mirada estaba perdida entre las estrellas que surcaban por sobre nuestras cabezas dándole un toque de inocencia a su pregunta y belleza a su persona.
— ¿Es tu deseo?
Nunca me había pasado y la verdad estaba tan perdido por ello como él que al verme de nuevo una sonrisa cálida surcaba su rostro y un sentimiento liberador se expandió en el ambiente.
—No es nada Kahn, buenas noches.
Y si realmente no es nada ¿Por qué su rostro se ensombreció? Eso no lo supe y jamás llegaría a saberlo.
