Buenas a todos, he vuelto con un gerita a mis espaldas. Como regalo atrasado (pero muy atrasado) a Bianca por su cumpleaños ^^

Sinceramente, debería dejar de regalar historias tristes en los cumpleaños. Al final conseguiré que la gente se suicide con el glaseado de su tarta de cumpleaños. En fin. Disfruten.

.

.

.

Ciao

No sé ni cómo empezar esto... Mi fratello dijo que me ayudaría. Yo no entiendo como lo hará, pero si lo dice mi fratello será verdad.

Empezaré por el principio. Me llamo Feliciano Vargas. Seguro que tú no me conoces por este nombre, sino por el de mi país, Italia.

Soy una nación. No te preocupes, no soy ningún monstruo con súper poderes. No soy muy distinto a ti. Cuando nos hacemos daño nos curamos muy rápido y tenemos una vida muy, muy larga, quizás demasiado larga.

Esas son nuestras grandes diferencias (quizás haya alguna más, no lo sé. Y si la hay, es tan pequeñita que no me he dado cuenta.). Pero para todo lo demás somos iguales: reímos y lloramos, sufrimos y disfrutamos, amamos y odiamos,... como los seres humanos.

Sigo sin entender por qué debo escribir. Fratello dice que continúe, pero si está él en la habitación no soy capaz de escribir. Se ha ido algo cabreado. Yo creo que solo se comporta así para aparentar, el tampoco sería capaz si estuviese alguien delante.

No creo que deba escribir toda mi vida. No va a dirigida a nadie, cuando termine, la quemaré. No sé a quién dirigirla... Pues a quien lo esté leyendo, aunque no hay nadie así. Tú serás quién lo lea. Ciao otra vez, lector o lectora.

Lo que vas a leer no se lo he contado a nadie; salvo a mis dos fratellos, Marcello y Lovino. Ni siquiera se lo he contado a Kiku, y él es uno de mis mejores amigos. Yo estoy seguro de que él lo sabe, pero nunca dice nada. ¿Quizás espera a que se lo diga yo? No sé qué prefiero, que pregunte o que no lo haga. Muchas veces he querido decírselo; pero siempre me acobardo antes incluso de sacar el tema.

Como está quedando esta carta parece que es Kiku el que... No es así. Por favor, ¿Puedes esperar a leer toda la carta antes de sacar tus conclusiones? Así podré explicarme, grazie mille.

Voy a continuar.

Me costó decírselo a mis fratellos. Primero se lo conté a mi fratellone, Lovino. Más que contar, aproveché el momento en el que él se sinceró conmigo. No es como si me sorprendiese mucho. Soy despistado, pero no tanto. Quizás no debería hablar de las cosas de otros en esta carta. Eso estaría mal. Cuando yo se lo dije, se enfadó más por la persona que por ser un chico. La verdad es que eso me alegró. Al menos no se cabreó porque fuese un chico. Además, por alguna razón ellos dos siempre se habían llevado un poco mal.

Unas semanas después se lo dije a mi fratellino mientras estábamos dando una vuelta. Me atropellé unas cuantas veces al decirlo y me puse a parlotear de cualquier otra cosa antes que del verdadero tema del que tenía que hablar. Al final se lo dije cuando faltaban unos minutos para regresar a casa. Parecía muy feliz de ser el primero al que se lo había dicho. Se decepcionó un poco cuando supo que era el segundo; pero sobre todo no entendía como se lo había podido contar primero a Lovino. No le podía decir la verdad, porque Lovino todavía no se lo había dicho a él. Tuve que mentirle, aunque odie mentir; pero yo no podía traicionar a mi fratellone.

Le dije que Lovino me había preguntado lo que de verdad sentía por una... bueno... una persona en cuestión y no se había creído mi mentira. Por suerte, Marcello sí se lo creyó.

Odio mentir y siempre estoy mintiendo. Debería dejar de dar tanto rodeos, al final va a pasar como con Marcello y no quiero eso. ¿Por qué vosotros no me vais a juzgar por ser lo que soy? ¿Verdad?

Escribo esta carta para... Quiero deciros que... La verdad es que...

Amo a Ludwig.

Ya está. Lo he escrito.

Sé que es una palabra un poco fuerte, pero es así. Al principio era un "¿podría ser que...?", después un "me gusta", más tarde un "creo que me estoy enamorando". Unos años después ser convirtió en "Te quiero" y ahora, unas décadas más adelante es un "Ti amo". Me gusta decirlo en italiano, porque, no sé, es mi idioma. Solo siento que se oye demasiado bien. Sale directamente, si hablo en otros idiomas debo pensármelo; pero en italiano simplemente sale así, espontáneamente.

¿Cómo me di cuenta? Poco a poco. Al principio pensaba que mis sentimientos eran típicos de una gran amistad. Más tarde me di cuenta de la diferencia entre lo que sentía por Ludwig y mis sentimientos hacia los demás. Pienso en él a menudo y cuando hago algo, de alguna forma siempre acaban mis pensamientos en él. Me encanta abrazar o besar, pero si tuviera que elegir el primero sería Lud.

Odio no poder abrazarle cuando quiera. Cuando me meto en su cama, muchas veces me tengo que recordar que no debo abrazarle mientras duerme. Porque al final reparará en que eso no es algo que hacen los amigos normalmente.

Si a él le ya cuesta dormir en la misma cama que yo, si le abrazase... sería demasiado obvio. Todavía hay día que se me olvida y termino abrazándole durante toda la noche. Y en el momento en que noto lo que estoy haciendo ya no sé qué hacer. Me recuerdo muchas veces que ese no puede ser mi comportamiento, pero que queréis que os diga, es muy fácil saltarse esa norma sin querer.

Lo mejor es cuando está dormido y él es el que me abraza. Por la mañana se sonroja, mientras que se disculpa. Yo le digo que no tiene importancia. Es la única forma de que se tranquilice.

Eso no es lo único que me gusta de él: Me encanta cuando tiene que trabajar pero de todas formas para cinco o diez minutos para estar conmigo, o cuando está concentrado en algo y no se da cuenta de nada, o cuando tengo miedo en una película y me abraza mientras me repite que no es real, o cuando cocina uno de sus postres, o cuando jugamos con sus perros, o cuando se deja pintar por mí, o cuando... no importa lo que sea. Es todo, no hay suficientes cosas para explicarlo. Es muy complicado. Si tú también quieres a alguien sabes de qué hablo, no sé cómo explicarme, mi dispiace.

Cualquiera pensaría que no tengo derecho de quejarme. Me mudé con él. Quizás no fue la mejor idea que he tenido, pero me encanta estar con él. Mi hermano dice que soy un idiota, porque si lo que quiero es librarme de estos sentimientos nunca lo conseguiré. No le he dicho la verdad: No quiero que desaparezcan. Son muy dolorosos, sí, pero yo quiero seguir así. Es muy tonto, lo sé. ¿Pero qué queréis que haga?

Lo peor de todo no es amarle, sino saber que él también me quiere, o me quería al menos.

Lo sé desde hace años. Desde ese día de San Valentín. Desde ese día que lo rechacé.

Quiero retroceder en el tiempo y evitar que mi viejo yo cometa ese error. Es lo que más quiero. Pero también sé que no debo.

Somos naciones. ¿Y si llega el día en qué debamos luchar entre nosotros? ¿O dónde solo pueda quedar uno?

Ha pasado muchas veces en el pasado. Los países más débiles desaparecían. Yo muchas veces pensé que moriría, pero todavía sigo aquí. Pero hay muchos que no.

Perdí a dos personas que quería mucho. A mi nono y a Sacro Imperio. Sufrí durante décadas y todavía hoy duelo recordar. ¿Y si también perdiese a Ludwig? Ahora mismo me veo incapar de soportarlo. Si estuviésemos juntos no sé que haría.

Si tuviésemos que luchar hasta que solo quedase uno no sería capaz de hacerle daño. Aunque eso suponga morir. Soy muy estúpido, porque las naciones debemos hacer todo lo contrario. Sobrevivir sin importar los sacrificios que sean necesarios, incluso si eso significa ser el último de nosotros.

No creo que él fuese capaz de herirme. Ni siquiera en esa situación. Es Ludwig, él no haría nada a sabiendas de que yo sería perjudicado. Nunca.

Y siendo países ¿Qué le diríamos a nuestros gobiernos si saliésemos? ¿Y a todos los demás? Mis jefes no serían muy felices. No sé qué dirían el resto de mis hermanos, pero sé lo decepcionado que estaría Vaticano conmigo. Y yo no quiero decepcionarle ¿Y si me excomulga? Marcello dice que no debe importarme lo que Vaticano piense; pero yo no soy capaz de eso. Además, hay muchas otras naciones que no les gustan ese tipo de relaciones, mis jefes no estarían muy felices si me dejasen de hablar y sé lo mucho que le preocupan a Lud las relaciones internacionales.

Esto no es lo que más miedo me da.

Me aterra pensar que Lud me rechace. ¿Y si ya no tiene ningún sentimiento por mí? Han pasado muchos años y fui yo el que le rechazó, sería lo normal y lo que me merecería. Incluso si él dijese que no importaba y que todo seguiría igual, a partir de ese momento sería muy incómodo vivir en la misma casa sabiendo él mis sentimientos ¿Y si se muda porque es incapaz de estar viviendo con alguien así? ¿Y si ya no quiere ser mi mejor amigo? Él seguiría a mi lado, lo prometió; pero quizás solo fuese por obligación y no por ningún lazo que nos uniese.

¿Pero y si la respuesta es todo lo contrario? ¿Y si todavía me quiere? ¿Y si fuese así? Por eso no quiero perder la esperanza. Hay veces en los que pienso que él también me ama y solo debo atreverme a preguntarle; pero me veo incapaz de pronunciar una sola palabra sobre el tema.

¿No hay alguna forma de saberlo sin tener que preguntar? ¿Alguna máquina que lea la mente de la gente? Alfred seguro que tiene una o Kiku. A ellos les gusta inventar extraños aparatos con funciones muy raras. Debería preguntarles, pero ellos querrán saber para qué necesito la máquina y yo no sería capaz de contárselo.

Prefiero seguir siendo solo su mejor amigo antes que arriesgarme a no ser nada.

No sé qué más decir.

Muchas gracias por escucharme, persona a la que esté dirigida la carta.

Carta, siento tener que quemarte, pero no puedo guardarte. Alguien podría encontrarte. Y me aterra pensar que sucedería si todos se enterasen. Sobre todo si se enterase Ludwig.

Ciao

.

.

.

Bueno, aquí está la primera parte de este fanfic, Vamos a por la segunda.

Ciao significa tanto hola como adiós en italiano (a ellos si que les gusta ahorrar palabras).