Bienvenidos y Gracias por leer.

Este fic esta editado…Fue algo que escribí hace como dos años y pues, perdí el hilo y lo deje algo abandonado…Hasta que las ideas volvieron a surgir y las ganas de saber que pasaba se volvieron insoportables.

Otra cosa que me motivo fueron las personas de LMF (Los Malos Fics) específicamente a Jude Long Gracias. De verdad que les agradezco su interés en mi historia y ayudarme darme cuenta de que…No soy una mala escritora y esto no es un fic malo como ustedes decían…sino que me estaba volviendo algo descuidada y estaba escribiendo sobre algo del cual había perdido la idea.

Gracias por su ayuda y por hacer que esta historia continué.

También agradezco a:

Kris
Adi
Lady Cydalima (para mi…ese siempre va a ser tu seudónimo xD)
Chimel
Grand-père

"Por que siempre se necesitara la opinión de muchas personas"

Gracias por sus correcciones, su paciencia y por su todo. También es por ustedes que esta historia hoy continua.

Disclaimer:

Los personajes y cualquier similitud pertenecen a J.K. Rowling, nuestra amada escritora. Todo lo demás es fruto de mi imaginación.

Warning:

-Contiene escenas violentas y de sexo algo explicito.
-Contiene palabras Obscenas
-
Mayores de 17

No creo que tenga otro aviso así que:

A la carga!!!

Mansión de Los Riddle

"Y al final te darás cuenta,
Que siempre ha valido la pena"
Te dirá quien se haga llamar,
Tu Servidor.

- Hermione, ¿Qué haces?

La chica apuntaba con la varita al pecho de Harry Potter.
Estaba determinada a hacerlo, y eso era lo que más miedo le daba;
la determinación que el pelinegro podía observar en su mirada.

Todos a su alrededor contenían la respiración.

¿Sería posible que Hermione matara a Harry?

¿Qué haces cuando todos tus principios se ven violados por razones injustas? ¿Qué te queda cuando los cimientos sobre los que te sostuviste son derrumbados como un simple castillo de naipes? Todo lo que conociste como verdad, realmente es mentira, y la vida de te pertenece debió ser otra completamente diferente… Y como siempre: Te niegas a aceptarla.

Y como dicta la siempre irónica Ley de la Vida:

Todas las acciones, traen consecuencias…

**

Mansión de Los Riddle

Hermione Granger caminaba rápidamente de la manera más silenciosa que podía, pero aún así, sus pisadas podían escucharse. Sus zapatos sonaban contra el suelo de piedra a cada paso. En esas circunstancias todo tipo de encuentro era peligroso y corrían el riesgo de ser vistos. Bajó su capucha tratando de cubrirse más de lo necesario. Se encontraba nerviosa. Demasiado.

Gotas de sudor resbalaron lentamente desde su nuca, bajando por su espalda. Respiró profundo y empujó la puerta del bar. De inmediato, percibió el olor a alcohol y cigarrillos que inundaba el lugar. Podía escuchar el ligero sonido de la música de fondo, aderezada con el leve tintineo de los vasos siendo colocados en el armario y el murmullo de discretas conversaciones.

Buscó con la mirada entre las mesas el rostro alguien conocido, y como era predecible no lo encontró. Caminó hacia la mesa más alejada, que estaba junto a una ventana y se sentó de manera que quedase con vista en dirección a la puerta; Estaba impaciente.

Reposó sus manos sobre la mesa, conteniéndose para no tamborilear los dedos contra la madera, al tiempo que mordía su labio inferior. Miró por la ventana.

Era un pueblo alejado de la ciudad, de esos que parecen detenidos en el tiempo. Ella y sus padres habían hecho una pequeña parada el año pasado en ese lugar; De aspecto abandonado, donde una señora poco amistosa les dio direcciones y el hombre de la gasolinera llenó el tanque. Sus padres les habían dado las gracias con la amabilidad que los caracteriza y se marcharon.

Aquel lugar reunía todos los requisitos fantasmagóricamente sospechosos para ser la típica ciudad fantasma. No se veía ni un alma caminar por las calles y mucho menos algún letrero que indicara el nombre de ésta. Si, ideal.

Hermione dejó escapar un suspiro. Apartó la mirada de la ventana posándola en la superficie de la mesa en la que estaba. Una camarera se acercó a su mesa, le entregó el menú y Hermione lo tomó.

- ¿Algo de beber?

La castaña levantó la mirada, y pudo observarla con más detenimiento; Era de tez india y pelo rizado, su rostro era simpático y una estudiada sonrisa cortés se dibujaba en el.

-Sólo agua, por favor – La chica asintió y se alejó.

Hermione la siguió con la mirada hasta que la campana de la puerta sonó. Dos personas con capas oscuras se detuvieron en el umbral y estudiaron el lugar. Su corazón se acelero; Uno de aquellos sujetos señaló con su barbilla hacia dónde ella se encontraba.

Ambos caminaron en su dirección y finalmente tomaron asiento en su misma mesa. Exhaló con una sonrisa aliviada al encontrar la mirada esmeralda de Harry que se dejó ver bajo la capa.

- Hola – La saludó en voz baja, dejando escapar un bufido y retirándose un poco más la capa de la cabeza.

- Este lugar es tenebroso, Herms – Entonando con la misma discreción de Harry, Ron también se retiró un poco la capa, sin descubrirse el rostro en su totalidad. Hermione miró sus ojos azules y sonrió abiertamente – Todavía no comprendo por qué no pudiste haber ido a la Madriguera…

- Ron, sabes que sólo nosotros conocemos la existencia de… – Miró hacia ambos lados disimuladamente: – los Horrocruxes – Harry se movió incómodo en el sillón.

- Pero este sitio me da escalofríos – Harry y Hermione se miraron, ignorando el comentario.

- ¿Cómo has estado?

Ella suspiró y dirigió su mirada hacia fuera, por la ventana. ¿Cómo podía estar? Era más que obvio que bien no era. Se sentía constantemente perseguida, como si fuera la presa que intenta escapar de la mirada acechante de un cazador. Las muertes de hijos de familias muggles aumentaban, y vivía con el miedo de ser ella quien fuese la siguiente en la larga lista de nobres por tachar… Sacudió la cabeza y dirigiendo su atención a sus amigos decidió echar a un lado esos pensamientos. No era el momento.

Harry comprendió que no respondería y abrió un poco su capa, sacando un mapa y un rollo de pergamino.

- El calor es sofocante… – Murmuró Ron.

-¡Ron! ¿Podrías dejar ya de quejarte? – Aunque exasperada, Hermione mantuvo el tono confidencial que ameritaba la conversación. Su ansiedad comenzaba a mutar en irritación.

- Lo siento – El pelirrojo tomó el menú olvidado sobre la mesa y cubrió su rostro con él.

Harry se levantó y sentó al lado de la castaña, desplegando un poco el mapa para mostrárselo a la chica, quien pudo observar que una de las calles estaba marcada dentro de un gran círculo.

- Fuimos a la mansión de los Riddle – Le informó.

La chica abrió su capa; sacó un rollo de pergamino y una pluma. Ron bajó el menú. Ninguno dijo nada pues justo en ese momento la mesera que antes se había dirigido a Hermione se detuvo frente a la mesa; Dejó el vaso de agua de la castaña, depositó dos menús más sobre la mesa y sacó una libreta.

- ¿Lista para ordenar?

La castaña la miró moviendo la cabeza negativamente, dejando claro que no tomaría nada más.

- ¡Yo sí! – Ron tenía una boba sonrisa en la cara.

La mesera le devolvió la sonrisa y él aclaró su garganta: – Quiero un sándwich completo, patatas fritas, panqueques con fresa…

- ¡Ron!

- … y eso es todo – Cerró el menú de golpe y lo dejó sobre la mesa.

La camarera tomó nota de lo que él había ordenado y tras murmurar un "en seguida", se alejó.

- ¿Es que sólo piensas en comer? – Censuró Hermione.

El pelirrojo abrió los ojos de manera dramática – ¿Cómo piensas que sólo pienso en comer?

Sonrió, y la castaña le devolvió la sonrisa para luego mirar el mapa una vez más.

Harry respiró profundo y regresó su atención al mapa – La cosa más extraña sucedió cuando nos dirigíamos hacia la puerta. Fuimos disparados hacia atrás como si algo la protegiera.

Hermione le miro críticamente, alzando ligeramente las cejas - ¿Cómo fueron disparados?

- Como si un millón de hormigas culonas se apoderaran de nuestro cuerpo – Intervino Ron.

- Un choque el eléctrico – Aclaró Harry de manera sencilla.

La chica anotó algo en el pergamino y continuó escuchando.

- Creo que ahí hay algo, Herms.

Ella sonrió. – Definitivamente hay algo, Ron.

El chico se encogió de hombros. Harry movió pensativamente la cabeza mientras observaba a la castaña cavilar.

- ¿Crees que haya un Horrocrux ahí?

- No… Debe ser donde "Él" se está escondiendo – Se mordió el labio inferior y continuó escribiendo en el pergamino.