Nota del Autor:


Hola a todos mis lectores. Aquí estoy de vuelta con una historia que me ha tenido despierto hasta tarde por la noche. No pude parar de pensar en esta idea que, dicho sea de paso, hace tiempo quería escribir y bueno, aquí lo tienen. Sean bienvenidos al primer crossover en español entre Naruto e Idolmaster. La última no es muy conocida PERO no es necesario que la hayan visto. Sólo estoy tomando sus personajes y quizás algunas canciones o ideas. La trama es mía así como también los sucesos que describiré en los próximos capítulos.


Bien, antes de comenzar, creo que es preciso discutir el tema de las parejas. Como leyeron en el Summary, esto será un Naruto x Harem x Hatsune Miku, así mismo voy a incluir personajes de otros animes o mangas que influirán en la historia pero no es necesario que conozcan. Los incluí porque me agradaron para la idea que tenía en general.

Para los que quieran una descripción de las parejas del harem, éste estará compuesto por:

Mika Jougasaki

Airi Totoki

Shizuku Oikawa

Por ahora esas, más Miku Hatsune, constituirán el Harem. No es necesario que las conozcan, sus respectivos roles en el Idolmaster y sus diferentes versiones no influirán en esta historia.

Como única advertencia voy a decir que este fic no se centrará completamente en el Ecchi, pero habrá escenas del mismo, hasta quizás considere escribir lemons en el futuro, pero eso se verá. Quiero que esta historia tenga un poco de todo, pero principalmente desarrollo de la trama y de los personajes, que es lo que me interesa.


Disclaimer: Ni Naruto ni Idolmaster me pertenecen, así como tampoco sus respectivos personajes ni los que he tomado de otras series como (Vocaloid, Highschool of the Dead, KissxSis). Todo lo mencionado es propiedad de sus autores, creadores.


Prólogo : Una Inesperada Propuesta


Naruto Namikaze no pudo evitar exhalar un suspiro mientras recorría sus cabellos dorados con la palma de su mano, alborotándolos aún más de lo que ya estaban. Su joven rostro se ceñía inconscientemente en preocupación, algo que reflejaba su estado de ánimo actual.

Sus ojos azul zafiro, otrora brillantes de energía y entusiasmo, parecían pálidos al tiempo que observaban su reflejo en el agua cristalina debajo, su cuerpo recostado contra el barandal del puente en el que se hallaba. La mente del chico cuya edad era de 15 años estaba atormentada con problemas que sólo a los adultos deberían concernir, referidos a un evento que había transcurrido la noche anterior, cuando regresaba a su hogar.

"¡AH! ¡No puedo creer que haya reprobado ese examen de inglés!", exclamó un molesto Naruto, llevándose ambas manos a la cabeza. "Cuando Ero-sennin se entere me va a..."

La repentina imagen de Jiraiya rodeado de mujeres en uno de los antros que solía frecuentar, bebiendo sake y carcajeando con las mejillas enrojecidas por el alcohol se materializó en su cabeza, algo que provocó que el rubio sonriera de forma complacida. No por el reiterado comportamiento de su pervertido tutor, Kami sabía cuanto odiaba que fuese de esa manera, sino por el hecho que, al encontrarse fuera seguramente, le permitiría evitar el asunto por un tiempo, mejorar sus notas en secreto y aprobar el año a duras penas, tal como había ocurrido en ciclos anteriores.

Sin embargo, aquello no dejaba de ser preocupante para el muchacho, quien soñaba con graduarse lo antes posible y conseguir un trabajo, independizándose así de su lamentable tutor. Quería a ese pervertido como un padre, de verdad que sí, pero Naruto prefería depender de sí mismo a hacerlo de los demás.

La vida le había enseñado a siempre valerse por sí mismo, algo que había aprendido por la fuerza luego de la muerte de sus verdaderos padres años atrás, en aquel terrible accidente...

Naruto sacudió repentinamente la cabeza para evitar que sus pensamientos viajaran hacia aquel momento tan trágico, y decidió apurarse para llegar rápido a casa, atravesando la oscura calle de su vecindario con prontitud. Sus piernas lo condujeron hacia el pórtico de un amplio edificio en la esquina, completamente iluminado por una serie de postes de luz en la acera. Múltiples puertas podían verse tanto abajo como arriba de la fachada exterior, las cuales conducían a diversos apartamentos; el rubio no pudo sonreír al percatarse que las luces a su departamento estaban apagadas, algo que confirmaba su anterior teoría.

Sin embargo, esa sonrisa pronto se convirtió en una mueca confundida al encontrarse a su inquilina, Tsume Inuzuka, sentada en los peldaños de la escalera que conducía a la parte superior del edificio.

Y parecía molesta.

"¡Yo, Tsume-baachan!", saludó el rubio, ignorando esto último. "¿Qué-?"

"Cierra el hocico gaki, no estoy de humor."

La advertencia, si bien repentina e inesperada, fue suficiente como para que un sorprendido Naruto cerrara la boca y alzara las manos en señal de disculpa. "H-Hey, ¿ocurre algo?"

Ante la pregunta, Tsume soltó un leve gruñido antes de ponerse de pie con aire de cansancio. Sus ojos intimidantes observaron al joven rubio enfrente suyo por un momento. "El pervertido de Jiraiya...", una pequeña pausa le permitió a la severa mujer escuchar cómo el Namikaze ahora se quejaba por lo bajo, "dejó esta nota en mi puerta hace unas horas."

Naruto notó en silencio la vena hinchada que se hacía visible en la sien de Tsume, quien pareció luchar contra sí misma para no hacer añicos el pedazo de papel que ahora le entregaba al adolescente. '¿Qué habrá hecho ahora ese pervertido? No debe ser para tanto', pensó, teniendo en cuenta lo mucho que la matriarca de la familia Inuzuka odiaba al viejo por todas las ocasiones en la que trató de espiarla a ella y su hija mayor, Hana, mientras se bañaban en las aguas termales de la ciudad.

El rubio aún tenía pesadillas con los horripilantes gritos de dolor de su maestro la última vez que trató algo tan estúpido como espiar a Tsume.

Por otro lado, que la mujer estuviese forzada a tolerar a Ero-sennin por estar a cargo del chico no necesariamente significaba que podía acercarse directamente a hablarle, razón suficiente como para enviar una nota en lugar de acercarse a ella. Aunque... ¿qué podría haber hecho que el anciano decidiese comunicarse con Tsume por sí mismo? Por lo general era Naruto el que se ocupaba de eso...

Ese último pensamiento incentivó al chico a leer el trozo de papel en sus manos con mucha atención su rostro volviéndose más pálido con cada oración que pasaba.

¡Yo Tsume! ¡Soy yo, el gran sennin Jiraiya!

Sé que ha pasado mucho tiempo desde la última vez que hablamos... Pero necesito de tu ayuda.

Estaré fuera de la ciudad por un tiempo, no sé cuánto. Ha surgido algo importante, muy importante, que requiere de mi atención.

Junto a esta nota adjunto el dinero para el alquiler del mes pasado, pero desafortunadamente no podré pagarte este mes. Necesito recursos para mi largo viaje.

Dile a Naruto que estaré fuera, y que le he dejado algo de dinero para unos días, no es mucho pero es todo lo que puedo hacer. Ese gaki necesita un poco de experiencia laboral, así que creo que es tiempo que consiga un trabajo a medio tiempo. ¡Después de todo, no puedo permitir que el discípulo de un escritor tan magnífico sea un holgazán toda la vida!

Como última petición, cuida al chico por mí, ¿de acuerdo? Prometo compensarlo a mi regreso.

Te agradece,

Jiraiya.

Apenas el rubio terminó de leer la nota, su rostro, que para ese momento estaba vacío de toda energía, se giró en dirección de Tsume, cuya expresión ahora era una de tranquilidad al notar la reacción del chico, sintiendo al mismo tiempo algo de lástima por el chico que hasta quería como un hijo.

"Yo... Él...", Naruto se detuvo en seco antes de tragar saliva sonoramente. "¿Qué?"

Tsume exhaló un suspiro cansado ante aquello. "Increíble, lo sé", y sin esperar su respuesta, dijo, "pero seré honesta contigo Naruto. Por más que odie a ese pervertido sí estoy de acuerdo con él en que deberías conseguir un trabajo. Puedo dejar que te quedes este mes sin pagar la renta, pero no me es posible mantenerte. Eso es algo de lo que deberás ocuparte por tu cuenta", al ver que el chico pestañeaba en silencio, su mente aún incapaz de comprender lo que estaba ocurriendo, la Inuzuka decidió proseguir. "Sé que es difícil, pero estoy segura que encontrarás a alguien dispuesto a emplearte en un instante. Los estudiantes de secundaria son muy buscados en las tiendas por el poco salario que perciben."

El hecho que Naruto no hubiese reaccionado como ella esperaba la decepcionó un poco, pero supuso que su sorpresa era de esperarse. Después de todo, que alguien de su edad debiera hacerse cargo de sí mismo de un día para otro era algo duro, pero no imposible siendo Minato Namikaze (su difunto padre) el mejor ejemplo de aquello.

"Creo que lo entiendo", dijo en voz baja el rubio luego de lo que pareció una eternidad, su rostro ahora ensombrecido por sus cabellos. "Daré mi mejor esfuerzo si no hay más remedio. Oyasumi, Tsume-baachan."

Y sin murmurar más palabras, Naruto pasó al lado de una sorprendida Inuzuka, subió las escaleras, y se dirigió hacia la puerta que yacía a unos metros más allá de los peldaños. La mujer lo siguió con la mirada hasta que el chico cerró la puerta suavemente, quedándose un momento en su lugar con algo de tristeza antes de marcharse hacia su propio departamento. 'Le será difícil asimilarlo', concluyó mientras caminaba.

Sin embargo, y antes que pudiese llegar a su destino, un furioso grito irrumpió en la pacífica noche, provocando que muchas luces se encendieran de golpe en todo el edificio. El lugar pareció temblar por la potencia del mismo, y la matriarca de la familia se detuvo en seco. "Heh", sonrió ferozmente Tsume, "eso está mejor. Ahora a preparar mis elementos de tortura para darle a ese pervertido lo que se merece..."

Naruto maldijo su suerte por lo bajo mientras sacudía su cabeza en un claro intento por borrar esos recuerdos de su mente. Esas imágenes aún le provocaban una ira descomunal, una que estaba dirigida en su totalidad al pervertido de Jiraiya — esa rabia en aquel momento sólo serviría para incrementar su estado de desesperanza infundido por su rotundo fracaso en su búsqueda.

¿Quién podría imaginar que conseguir un trabajo fuese tan difícil? Todos los lugares a los que había acudido aquella mañana lo habían rechazado sin siquiera darle una oportunidad a probarse a sí mismo, todo por su malas calificaciones en la escuela y su infame reputación como "bromista".

Sí era cierto que en su infancia había jugado alguna que otra broma a los dependientes de las tiendas en la ciudad de Konoha, pero eh, eso había sido en el pasado. Naruto ahora era un adolescente, uno que estaba dispuesto a trabajar duro y hacer lo que le dijesen con tal de conseguir algunos Yenes... Al menos lo suficiente como para subsistir hasta que el sennin regresara de ese estúpido viaje — el cual ni siquiera se había molestado en explicarle, a él, su ahijado, el único que realmente lo quería por ser la última conexión viva con sus difuntos padres.

"Quizás sí fue importante...", murmuró el rubio, alzando la vista hacia el celeste cielo en las alturas con aire desganado. "Más le vale tener una buena excusa para cuando regrese", su mirada ahora se dedicó a contemplar las nubes esponjosas que flotaban tranquilas ahí arriba, sin nada que preocuparse. En momentos como esos, Naruto entendía lo que Shikamaru solía decir a menudo sobre querer ser una nube y desligarse de las miserias del mundo actual.

Pero aunque eso último ahora sonara atractivo, Naruto entendía que no podía entretenerse con pensamientos irreales. Tenía un problema que debía solucionar de cualquier forma posible, puesto que de eso dependía su futuro. 'Quizás Inoichi-san me acepte como ayudante en su florería', pensó el chico, haciendo una mueca de disgusto un momento después al venírsele a la mente cierta chica rubia. 'Aunque eso significaría trabajar junto a la fan número 2 del teme, Ino... ugh.'

Fuese lo que fuese, Naruto sentía que las opciones se le agotaban, y la desesperación amenazaba con ocupar su decepcionado semblante. ¿Acaso debía rogar por ayuda, por dinero? No, eso era patético, y el Namikaze nunca se rebajaría a algo como eso.

Al menos no mientras tuviese una alternativa...

"¡Vuelve, por favor! ¡No te vayaaaas!"

Y como si el mero pensamiento de la palabra rogar hubiese activado una serie de eventos en consecuencia, Naruto giró la cabeza con desdén hacia la izquierda, dirección por la que vio aproximarse un joven adulto vestido en una arrugada camisa arremangada y corbata desajustada en el cuello, pantalón negro y zapatos, el cual corría detrás de una linda chica con... aspecto de loli, quien en cambio caminaba apresuradamente en dirección al puente del parque en el que se encontraba el rubio.

"¡Piérdete pervertido!", le gritó la chica dándose media vuelta antes de poner pie en el puente, su cara un perfecto reflejo del desprecio en su tono. "¡Ya te he aguantado mucho tiempo! ¡Espera que le diga a papi lo fracasado que eres!"

"P-Por favor Iori-chan... Te lo ruego, regresa conmigo", en ese momento, el hombre de traje, el cual Naruto observó tenía cabello rubio corto peinado hacia atrás y algo alborotado arriba de la frente, se tiró a los pies de la asqueada loli. "R-Reclutaré más idols, te conseguiré más audiciones, ¡lo que sea! Sólo... No te vayas, eres la última que queda en el estudio y-"

Naruto observó con una ceja elevada cómo la tal Iori, vena hinchada en la frente y ojos cerrados, alzaba uno de sus zapatos para empujar bruscamente al hombre sobre su espalda. "¡Ja! Entiéndelo Morita-baka, sólo acepté trabajar bajo tu guía porque papi dijo que sería una buena oportunidad para mí. Lo único que has logrado es que todas las demás te abandonaran y el estudio haya perdido mucho dinero. Eres un fracasado y jamás tendrás éxito. Los accionistas te reemplazarán por alguien que sí se toma en serio su trabajo. Mientras tanto, yo he recibido una oferta del estudio 775, y no pienso desaprovecharla."

"No... te vayas..."

"¿¡Acaso no escuchaste lo que te dije!?", en aquel punto, la chica se notaba más que furiosa. "Tch, ¡déjame en paz sucio pervertido!"

Y dicho aquello, la iracunda loli retomó su camino y, sin siquiera prestarle atención a Naruto ni al tal Morita, pasó por el lado del primero y se perdió en la distancia. El Namikaze no pudo evitar sentir algo de empatía por el supuesto pervertido, quien se puso de pie con algo de dificultad mientras hacía un claro esfuerzo por no llorar de impotencia o tristeza, Naruto no supo bien cuál. Cualquiera fuese la razón, la empatía del chico estaba centrada principalmente en ese entendimiento que tenía sobre cómo se sentía.

Aunque decidió mantenerse callado por el momento, porque quizás, reflexionó, lo mejor era no meterse en dónde no lo llamaban; después de todo, él también tenía sus propios problemas de los que preocuparse...

Fue en ese momento en que el Namikaze estaba absorto en sus pensamientos que el deprimido hombre se aproximó cabizbajo a él, dejándose caer contra el barandal justo a su lado.

"Estoy perdido", murmuró Morita, llamando la atención del chico a un costado quien no pudo evitar girar la cabeza en sorpresa ante la súbita presencia del hombre. "Cuando mis jefes se enteren que he perdido hasta la hija de uno de los principales accionistas de la compañía van a demandar mi cabeza", su rostro se volvió pálido, sombrío, envejeciéndolo considerablemente. "¿Qué haré ahora? Después de esto nadie querrá contratarme... Y no puedo ni voy a regresar a casa con mamá. Sólo le estaría dando la razón... Y antes que eso prefiero estar en la calle..."

Naruto regresó la mirada hacia el frente, sin saber qué decir. ¿Le estaba hablando a él? Quizás ni siquiera se había percatado de su presencia. Ese tipo de cosas solía pasarle a él cuando algo le preocupaba mucho, cómo su actual predicamento por ejemplo.

"Quizás Iori-chan sí tenga razón... Quizás sí soy un fracasado..."

Ante aquello, el rubio no pudo contenerse. "¡Oi!", comenzó, "¡nunca dejes que otras personas te digan lo que eres y lo que no eres! Tu éxito sólo depende de ti mismo."

"¿Ah sí?", Morita se encogió de hombros para luego cerrar los ojos en señal de claro desdén. "Pues yo digo que eres muy joven para saber eso. Ustedes los adolescentes siempre la tienen fácil. Pasan la secundaria espiando a otras chicas y masturbándose como idiotas, o al menos eso hacía yo cuando tenía tu edad. Ah... Que buenos tiempos. Ojalá pudiese volver..."

Escuchar ese relato de algo que Naruto NO quería saber en absoluto, más el erróneo concepto que tenía sobre él, le hizo perder la poca simpatía que tenía por el tal Morita. "Ahora veo que esa loli tsundere tenía razón en algo, sí eres un pervertido", espetó el rubio asqueado, cosa que hizo que su acompañante en el puente permaneciera en silencio, sin darle mucha importancia al comentario. "Cómo sea, yo también tengo mis propios problemas de qué ocuparme."

"¿Oh? ¿Y qué puede ser tan importante como para que te preocupes? Déjame adivinar, te rechazó la chica que te gustaba y eso te desanimó."

Naruto frunció el ceño ante aquello. "No, mi tutor, quien oh casualidad es el pervertido más grande de la tierra, me dejó para irse en un viaje a Kami sabe dónde. Ahora tengo que encontrar un trabajo o sino se me acabará el poco dinero que me ha dejado Ero-sennin."

Ahora fue el turno de Morita de sentir algo de empatía por el muchacho a su lado, cosa que reemplazó su anterior escepticismo por las previas palabras del adolescente. "Eso... suena problemático."

"Lo es. Pero a diferencia de ti, no voy a quedarme pensando en lugar de actuar. Yo forjo mi propio destino. Ja ne."

Y con un ligero gesto de su mano en saludo, el Namikaze se dispuso a dirigirse en la misma vía que había tomado la chica antes que él, manos en los bolsillos y postura algo encorvada al caminar. Algo en aquella conversación lo había dejado más determinado que nunca a encontrar un trabajo y seguir adelante, haciendo que todos los que lo habían rechazado se arrepintiesen por permitir que alguien tan bueno como él se les escapase.

O ese era el plan. Después de todo, y si bien tenía muchos lugares a los que ir, quién sabe hasta dónde se había extendido su mala fama...

"¡Oi, chico! ¡Espera un segundo!"

Sus pasos lo llevaron solamente un trecho antes que la súbita voz de un renovado Morita lo detuviese en seco, obligándolo a darse media justo a tiempo para ver como el hombre se detenía frente a él.

"¡Yo! Nos volvemos a encontrar", dijo el hombre, colocando una mano en el bolsillo mientras esbozaba una sonrisa alegre.

"Sólo pasaron unos segundos desde que te vi..."

Pero Morita ignoró debidamente el comentario y la gota de sudor que ahora recorrió la nuca del rubio. "Me di cuenta que nunca me presenté. Empecemos de nuevo. Mi nombre es Ryota Morita. Productor y CEO de estudios 463, la segunda compañía productora de Idols más grande Konoha. Después de nuestro archirival, el estudio 775. Pero no dejes que esos bastardos te engañen, sólo son unos tramposos que se preocupan por el dinero antes que sus Idols."

"Claro...", Naruto no pudo evitar rascarse la nuca con algo de desconcierto, pero supuso que no haría daño presentarse. Era algo cortés, después de todo. "Como sea, mi nombre es Naruto Namikaze. Estudiante de primer año de secundaria. Un placer."

"El placer es todo mío, Nar... Espera un segundo, ¿acaso dijiste que tu apellido es Namikaze?"

Una ceja se elevó en respuesta a la pregunta antes que nada, siendo eso un claro reflejo de no saber qué tenía de malo su nombre. A no ser que... su reacción se debiese al hecho que su mala fama hubiese llegado a oídos de Morita también. No es que le importase en absoluto, pero si realmente su reputación era conocida por toda la ciudad entonces adiós a su esperanza de encontrar trabajo. "Eso dije... Qué, ¿tienes algún problema con eso?"

Pero para su alivio parcial, el aludido alzó las manos en un gesto de paz. "No no, en absoluto. Es sólo que me resultó familiar, pero no tengo idea por qué", Morita se encogió de hombros antes de dejar que una enorme sonrisa ocupara sus labios. "¡Pero eso que importa! Tengo una propuesta que hacerte Naruto", y antes que el mencionado pudiese siquiera reaccionar, el hombre presionó: "¿qué te parecería audicionar en mi agencia para ser el nuevo boy Idol de Japón?"

Ante una propuesta como aquella, Naruto hizo lo que cualquiera hubiese hecho en su lugar.

"¿EHHHHH?"

Las cosas acababan de dar un giro bastante interesante en la vida del Namikaze.


Y corten! Hasta acá llega el prólogo. Más o menos aburrido, lo sé, pero los siguientes capítulos se pondrán más interesantes. ¿Cómo lo sé? Porque ya he escrito un par, así que si deciden darle una oportunidad al fic podrán ver hacia donde se dirige todo esto.

Los siguientes capítulos serán mucho más largos que este (más de 8000 palabras) para que se entretengan.

Oh, y antes que me olvide, el personaje de "Morita Ryota" (Cuyo nombre se lo inventé) es el Morita de Highschool of the Dead. Fue el primero que se me vino a la mente y me pareció buena idea usarlo.

Cualquier sugerencia, comentario u opinión que tengan sobre la historia pueden dejármelo en sus reviews. Leo todos y cada uno de ellos, así créanme cuando les digo que no será una pérdida de tiempo dejar uno.

Con eso me despido hasta la próxima. ¡Ja ne!