¿En que se convertiría Edward sin Bella a su lado?
¿Qué seria si se la arrebataran?
¿Si ella muriera…?
Esto es algo que se me ocurrió un día, así nada más, y lo escribí. Pero como no puedo dejar fuera al mundo de Harry Potter, esto es algo mesclado. Décadas después de que muera Bella…
¡Dejen comentarios por fa!
(Esto esta escrito para un solo capitulo, depende de ustedes si es una historia)
xoxoxo
-¡Lucero! –me grito mi mamá desde la planta baja de la casa.
-¡¿Quéee? –respondi. Ya me estaba preparando para dormirme en mi habitación.
-¡¿Tienes toallas mojadas en tu cuarto? – pregunto, volviendo a gritar.
-¡Solo una! – respondi gritando también, después de pensarlo unos segundo. Rayos me haría bajarla, pensé.
-¡Pues tráela! Después se te olvida y la ropa acaba mojada. Luego no la quieres lavar.
-¡Hay no, mañana! Ya me voy a dormir, ma…
-¡No Lucero tráela ahorita! –me ordeno mi madre.
-¡No-oo…! –respondí. Yo no la iba a llevar…
-Llévala –me ordeno otra vos detrás mío ya conocida pero aun así, de estar acostumbrada a sus apariciones espontaneas en mi habitación, me asusto.
-¡Jesús! –brinque asustada. Me volteé y lo vi ahí recostado en mi cama-sillón (originalmente es una cama pero yo la utilizo de sillón) como si llevara horas ahí y mejor aun, como si lo hubiera invitado a entrar. Me vio de manera pacifica.
-Llévala –insistió- no seas floja, vamos ve, no desobedezcas a tu madre.
Como vio que no hacia más que mirarlo de una manera que dejaba claro que no estaba de acuerdo con el, tomo la toalla y me la aventó bruscamente, la atrape justo a tiempo de que se me callera y de nuevo me ordeno tajante:
-¡Llévala!
-Tu… -masculle irritada retorciendo la toalla en mis manos apunto de soltarle lo que pensaba de llevar la toalla abajo, mientras el permanecía inescrutable, mi mamá giro el picaporte de la puerta de mi cuarto y un segundo después en el marco de la puerta apareció mi madre enojada por culpa de la toalla. Para entonces, el ya se había ido.
-Vaya, este es el colmo ¿Qué no tienes cosas que hacer? No se, asustar a la gente, aullarle a la luna, tejer un suéter, que se yo, ¡cualquier otra cosa menos entrar en mi habitación sin permiso! ¡Como un ladrón!
El sonrió encantado de la vida como respuesta. Luego se sentó en la cama (en la que si duermo), y cuando iba a protestar para impedírselo, levanto un dedo índice y las cejas para hacerme callar y me invito a sentarme con el, mientras cambia de postura y expresión: de relajado y divertido, a cauteloso y decidido.
-Ven. Siéntate. Donde gustes, si tienes razón, yo no te mando. En el lugar que prefieras pero siéntate por favor. Tenemos que hablar.
Silencio expectante mientras me sentaba en la cama. Si, si, si, al final de cuentas cedí, pero por que no me quería sentar en el piso. Nada más.
Lo vi a los ojos para animarlo a continuar. Me devolvió la mirada y prosiguió.
-Dime –comenzó eligiendo sus palabras. Luego hablo lento.- ¿Qué es la Orden del Fénix?
Se me cayó el alma a los pies. Se me fue el aire y mi sangre comenzó a burbujear.
¡Santo Dios, que es lo que sabia!
Casi llore en ese instante de puro susto. Pero no deje que se diera cuenta, en el acto lo escondí, pero por la sorpresa, medio segundo si. Lo suficiente para el, más que suficiente.
Espero paciente el casi minuto que tarde en contestar seguro de si mismo. Ya me tenía.
No podía mentirle, se lo prometí, pero esto no era un secreto mío así que no sabia que decir y que no. Al final solo respondí:
-¿Por qué esa pregunta?
El soltó una risilla, dejo caer su cabeza y la levanto de nuevo moviéndola de un lado al otro sin dejar de sonreír, en reacción a mi respuesta-pregunta.
-"Por que" –enfatizo- quiero saberlo, tengo curiosidad, la tenemos todos. Debemos saberlo, Lucero, "quiero" saberlo por que si resultan ser una amenaza, tengo que protegerte de ella y eliminarla, y saber de que te protejo. Sabes que tengo derecho, además me lo prometiste, confió en que no me mentiras. Creo en ti. Bien, ahora, ¿Queda claro por que esa pregunta, o te suelto las razones de toda la familia?
Suspire.
-Bien, bien, pero no tienes que protegerme de nada, no tienes por que, ya te lo he dicho, y si, te lo prometí además de que tienes todo el derecho del mundo.
La Orden del Fénix –recite el nombre con añoranza, orgullo y respeto. El no noto- es una organización (por así decirlo) de brujas y magos que Dombuldore, el director de mi, digo, de Howards fundo para luchar contra el-que-no-debe-ser-nombrado la primera vez. Eso fue hace diecisiete años.
Pasaron cinco segundos después de que dije la última palabra. Después el enarco las cejar y pregunto incrédulo:
-¿Eso es todo? Vamos, cuéntame. ¿No confías en mí o a caso crees que lo voy a divulgar por doquier?
-¡No! No es eso, como crees. Yo confió en ti. Lo que pasa es que es que, entiende E-Edward, -sus ojos algo así como que brillaron cuando dije su nombre.
Hace poco que comencé a llamarlo por su nombre de pila en lugar de su apellido, que sinceramente a mi me iba mejor. Aunque ya me estaba acostumbrando a llamarlo "Edward" en lugar de "Cullen". Lo hice por que el casi me lo pidió. Si, su hermana, Alice, me lo hizo.
No estoy segura de por que sus ojos hicieron eso ¿le molesta? En fin, lo deje pasar sin la debida importancia o atención. Amen por que seria, pensé encogiéndome los hombros mentalmente.
-Ese tema es muy delicado –proseguí con la explicación para que el lo entendiera- sin mencionar que jure no hacerlo, dale gracias a Dios que no lo jure bajo el juramento inquebrantable, sino, no podría decirte absolutamente nada. Pero no te preocupes si podre darte información, ya que el momento de sacarme de Londres –me llene de amargura y tristeza al mencionarlo. El lo noto.- me desprendieron de absolutamente toda la magia, incluido el juramento.
Pero aun así… es muy peligroso, la vida de muchos magos y brujas pendería de un hilo (si de por si) si esto lo llegara a saber el señor oscuro… una tragedia tremenda, seria como si Harry fuera a tomar el té con el a azkaban.
-Si, tienes razón. Lo comprendo. Aun así, tienes que saber que ese secreto esta a salvo conmigo. Jamás te traicionare a ti o a los tuyos. Puedes decímenlo. Yo te ayudare a guardar el secreto. Solo así puedo, podemos protegerte…
-¡Y dale de nuevo con lo de protegerme! Cullen, perdón, Edward, no tienes que hacerlo, ¡yo estoy bien!, de verdad. Mejor deberías de cuidar del medio ambiente, la paz mundial y esas cosas, las que importan. Si tu único pretexto para que te diga lo que se es que es para protegerme, lo siento, pero no lo hare. Aun así eso implica romper mi promesa. Oh vampirillo, concentra tu vida en otra cosa, respira y reinvéntate, no sigas atado, no me gusta. Ya superaste la fase mas dura, ahora tienes que seguir. No te aferres a los viejos hábitos, no te estanques de nuevo en el pasado, no quieras...
-Si, si, ya lo se, gracias –me corto tajante.
-Ah, disculpa, no quería molestarte, yo…
-Tu me estas cambiando el tema –me acuso ya un poco mas calmado, solo un poco.
-¿Disculpa? Mira nada mas, una de buena gente, tratando de ayudar a sus amigos ¡y con lo que me sales!
-Oh, mil perdones madre Teresa de Calcuta, mi intensión no era cortarla en plena inspiración de un discurso que estoy seguro pasaría a la posteridad y muchísimo menos ofenderla, le ruego me perdone, soy un maleducado. Donde quiere el fusilamiento ¿aquí? ¿o esperamos a todo el pelotón?
Cullen sonrió. Le sonreí.
-Tonto… -lo reñí cariñosamente.
-Lo se, y aprecio mucho que te preocupes por mi, enserio no sabes cuanto. Así que si tú te preocupas por mi y tratas de que este a salvo de otros pero en especial de mi mismo, querida amiga, ¿Por qué yo no puedo cuidar de ti? Es lo justo, como a ti te gusta, los dos por igual. tu ya conoces todo mi mundo, ahora, yo quiero conocer el tuyo, me toca.
-Humm…excusas, excusas. Te la has pasado diciendo palabras bonitas, no creas que por eso ganas algo, por cada "proteger" que dices, crees ganar un punto, vampiro mañoso ¡pero no!
-Esta bien, esta bien me atrapaste. Eres una bruja peligrosamente inteligente –sonrió.
-¡Lo hiciste de nuevo!
Edward comenzó a reír cuando brinque y lo apunte con un dedo acusándolo. Yo estaba que no cavia en mi de indignación y felicidad.
Cuando termino de reír y yo deje de fulminarlo con la mirada y sonreír a mi posta, le conté sobre la Orden.
Primero, le asegure, prometí, jure que la Orden no era una amenaza, sino todo lo contrario. Comencé con lo poco que sabia de la Orden del Fénix original, quien era el fundador y que objetivo tenían, pero nunca le dije mas nombres de los que el ya sabia o se imaginaba. Le conté sobre el ministerio de magia y como estaba en ese entonces la comunidad mágica. Seguí con la muerte de los papás de Harry, y como y por que los traicionaron (la verdad, que Sirius era inocente, no lo que todos los demás creen) y la caída de Lord Voldemort, al tratar de matar a Harry.
Me brinque hasta el regreso de el-que-no-debe-ser-nombrado hace un casi año (sin mencionar nada de los años anteriores, Voldemort en el cuerpo de un profesor, el diario de Tom Riddle, colagusano…) cuando Harry quedo como participante del Torneo de los Tres Magos involuntariamente. Todas las raras situaciones y las sospechas que generaba tal situación y por consiguiente la prueba final, en la que el Señor Tenebroso regreso de la muerte y se llevo de entrada a Cedric Diggory ("oye por cierto te pareces un buen a el ¿no te lo había dicho antes?") otro participante del torneo, y por un pelo casi también a Harry. Y como este dijo que quien-tu-sabes había regresado.
Y termine con la situación actual, de cómo estaba la cosa en Londres: Fudge sin querer aceptar que Voldemort había regresado y como puso en contra de Harry y Dumbuldore por decir la verdad, a toda la sociedad mágica por medio del Profeta, alegando que Dombuldore estaba loco y que Harry solo eran un niño traumado por su trágico pasado, deseoso de atención, Umbridge en el colegio, ganando terreno, las desapariciones, terror y exeptismo social…
-Pues la Orden es principalmente eso. Ya te lo explique, su objetivo, misión etc, etc.
Silencio.
Mientras Cullen reflexionaba lo que le conté, yo tome aire.
Minutos después…
-¿Tu eres parte de la Oden? –me pregutno al fin.
-¿Qué, yo? Bah, como crees , antes de permitirnos entrar, Dumbuldore, Mcgonagall, Snape, el Profesor Lupin, Sirius, el Señor y la Señora Weasley, Tonks, shacklebolt y un numero mas de magos se cortan los dos brazos y le entregan su varita al propio volde… si, perdón quien-tu-sabes en persona.
-¿Permitir"nos"? ¿A ti y quien?
-Mmm… ya lo sabes, para que preguntas.
-¿Ah, si? ¿A quien? –sarcasmo.
-A Samuel, Ángel y a mí. Chistosito.
-Y como sabes todo eso, no creo que venga en tus libros, comprendería que lo supieras superficialmente, no que sepas la verdad de la muerte de los padres de Harry Potter y tampoco la situación actual, los magos y brujas implicados, los movimientos, escondites, contactos, movimientos (todo lo que no me has contado) pero no la verdad que los demás no saben, y no creas que no me di cuenta que te guardaste muchas cosas, todavía hay mas, estoy seguro, pero ya habrá tiempo. En fin, ¿Cómo lo sabes?
-Yo…
-¿Ronald es parte de la Orden del Fénix?
-¡Rayos! ¿Cómo lo adivinaste? Espera, no me digas ¿es muy obvio que lo sepa por Ra?
-Si bastante.
-Si, bueno, si quisiera lo negaría y tu te verías obligado a creerme, aun así no lo quieras. Podría decir que no, y que todo esto lo se por Harry Hermione y Ron.
-Si podrías, pero sabrías que yo no te creería ni eso ni que la luna es de queso, así que como resultado, a la larga tendrías que contarme toda la verdad con puntos y comas. Y por cierto, narras de una forma… peculiar. Y tendrías que disculparte conmigo y de nuevo con mi familia, por que a esa altura ya les abre contado todo, solo por el único hecho de que tengas la molestia de hacer todo eso y disculparte dos veces.
-Hipotéticamente, pero como no lo eh hecho, ya que te lo prometí y yo siempre cumplo mis promesas, además que no tengo por que mentirte y aun mas por que quería contártelo, has de estar agradecido Edward Cullen, tienes suerte, hoy estoy de buenas.
Sonreí altanera y divertida.
El también sonrió, sarcástico y burlón.
-Y así me siento, serenísima alteza, así me siento. ¡Festejen los cielos por tu buen humor! –se burlo.
Nos reímos y le di un almohadazo. El dejo que se lo diera.
Al terminar de reír y acomodarnos cada quien en sus respectivos lugares de la cama y de verificar si mi mamá no se había despertado con el ruido pues ya eran casi la 1:00 am, le pregunte lo que me inquietaba mas que nada (aparte que no se de donde fregados saco lo de la Orden).
Me di cuenta desde que dijo: "por favor. Tenemos que hablar". Algo no andaba bien desde eso, el no era así, al menos conmigo. Mas bien diría: "quédate donde quieras" y "tienes que responderme con la verdad, Lucero, esto es cero, sin jueguitos". Tampoco habría repetido tantos "proteger" es mas ¡ni los había dicho! Y mucho menos había sonreído tanto y portado tan… amable… y sarcásticamente encantador. Pero sobre todas las cosas, jamás, nunca en la vida habría me llamado "querida amiga".
Algo andaba mal.
-Cullen, que ocurre ¿algo va mal? –le pregunte seria.
Al escuchar su apellido volteo al instante y me vio con sus ojos miel, tratando de descifrarme. Comenzaba a transformar su rostro en lo que yo conocía, me causaba tristeza y rebeldía.
-Si –me respondió con una media sonrisa de hielo- tu no me has dicho lo que necesito saber acerca de la Orden del Fénix, eso va mal.
-Sabes a lo que me refiero, tú…
-¿Yo que? –Pregunto con una risilla fría en los labios- no pasa nada –continuo con voz de terciopelo envenenada- solo son ideas tuyas, Lucero, déjalas y sígueme contando lo que necesito saber para tomar precauciones, en caso de que haya que tomarlas. No te preocupes todo esta bajo control.
Mientras hablaba lo observe detenidamente. Era increíble cuanto dolor podía tener dentro. Aunque ya haya pasado casi un siglo, el no deja de sufrir. Es horrible en lo que se a convertido. Sin el amor se convirtió en todo un vampiro, en la extensión de toda la palabra. Antes, era bueno, de la forma en que podía serlo siendo un vampiro, además que dentro de los de su raza ya lo eran, el y su familia, al no beber sangre humana para alimentarse.
Aunque ahora lo sigue haciendo es pero, por que el ya no siente nada. Se a convertido al paso de las décadas, calladamente en un vampiro bueno, en el peor de los sentidos. Obligado a estar solo por estar, mientras se quema por dentro, al no poder morir, no solo por ser lo que es. Obligado a la monotonía de diario, encerrado en lo mas hondo de su ser, sufriendo lentamente. Se convirtió en una serpiente envenenada. Exóticamente hermoso pero con colmillos letales llenos de veneno.
Un ángel expulsado del paraíso, del lado de lo que más adora. Infeliz, condenado a vagar por la tierra sin fin.
Fantasma de alas negras.
Eso era lo que me causaba un gran miedo y tristeza. Y rebeldía de no querer que sea así. Todos tenemos una segunda oportunidad. Pero no podía de dejar de sentí miedo de el, de lo que era ahora; de los recuerdos de Bella (los sueños que tuve) tengo la verdadera imagen de Edward, por eso me entristece mucho en lo que se a convertido, algo que es… monstruosamente escalofriante.
Quise ayudarlo, por algo supe la verdad, pero lo pague muy caro, física y mentalmente. Después de dejarme así, solo desapareció. Yo volví a respirar. Cuando regreso casi me volví loca de miedo, pero el había cambiado. Se acerco y comenzó a hablar conmigo. Se disculpo de verdad, lo vi en sus ojos; y me dijo que ya veía a Bella como le aconseje, por el bien de el y el de ella: lo mas maravilloso y hermoso que le había pasado y pasaría en la vida. Que ella estaba bien, donde quiera que fuese y después el se reuniría con su amada para seguir siendo eternamente felices. No importaba que ahora estuvieran separados, se seguían amando, después volarían a estar juntos pero mientras tanto aquí con el estaba su familia, su amada familia, que sufría con el, entonces si el reía ellos también. Y que así serian las cosas de ahora en adelante. No me prometía que seria pronto ni que seria un regreso triunfal a la vida y volarían las mariposas, pero que lo iba a intentar. Y al final, dijo: Gracias.
Desde entonces se establecieron en un pueblo cercano al mío y pasaron a formar parte de la "gente" de aquí.
Hablamos pero de forma tensa, palabras cortas, ofensivas (mas de su parte), conversaciones fluidas en insultos y retos disfrazados, retoricas, sin casi disculpas, a veces sin razón solo pelábamos y el no se molestaba en contenerse. Reíamos también, poco pero limpio; viniendo de el, era como pasear por un prado de flores. Lo hacia por que según el, era raro y el aun no lo acababa de entender, pero yo era su amiga.
Siempre discutimos, reímos poco, me reta, yo le respondo retórica. Orgullo contra rebeldía. La "amistad" avanzaba lento o casi nada, pero lo hacia. Hasta que descubrió que yo era un bruja.
La tierra se sacudió cinco veces por su enojo. Se sintió traicionado, me barrió por el piso de todas las formas posiblemente habladas y volvió a ser el mismo de antes.
No me dejo explicarle nada, además de que yo no ayudaba mucho, estando encerrada en mi misma todo ese tiempo, no queriendo aceptar mi posición y reconocer que mi mundo a todas las personas a las que amaba (excepto mi mamá) estaban del otro lado del mundo y yo estaba confinada en casa, sin mi adorada varita y convertida de nuevo, en una simple muggle, lejos de todo lo que yo era mientras mi mundo amenazaba con desaparecer; supuestamente por mi seguridad.
Llore (al fin) todas las noches amargamente durante toda una semana o vete tu a saber cuanto mas, cuando me abrí de nuevo al mundo y reconocí donde estaba y quien era ahora; después de que me le plante en plena carretera y lo obligue a escucharme.
De ahí a entonces le eh estado contando poco a poco quien soy y como y cual es mi mundo (por que no eh renunciado a el, aunque ya no sea parte oficialmente).el se volvió a relajar un poco y de nuevo se disculpo, con la diferencia de que esta vez yo también lo hice. Aunque su forma de verme cambio un poco, todo sigue igual de cómodamente tenso entre nosotros. Una amistad (si eso es lo que es) rara definitivamente, una vampiro y una bruja. Con todo el miedo y rebeldía que le tengo, me cae bien. Se que es un buen tipo, o trata, aunque este destrozado por dentro. Se curara, tengo fe en que si. No le podrían pedir más.
Es ahí cuando lo recordé de golpe. Fue como si me dieran en puñetazo en el estomago, sofocándome y sacándome todo el aire.
-¿Edward, que día es hoy? –le pregunte, cayendo en la cuenta.
El se tenso completamente, apretó los dientes y transformo su rostro por completo.
-Que te importa –mascullo entre dientes amenazante.
-Lo sabía…
-¡No, tu no sabes nada! –rugió al mismo tiempo que se levantaba de la cama como un resorte, tan rápido que no lo vi, solo hasta que estaba parado frente a la ventana amenazador. Tenia todos los sentidos alertas, encolerizado. Los brazos hechos garras, los ojos… los pies ligeramente separados, listos para saltar… el abdomen, los hombros, las caderas, el cuello… todo tenso y alerta, la boca que revelaría sus colmillos si tuviera… como si al hablar yo me hubiera convertido en su enemigo.
Me horrorice.
Los escalofríos recorrieron todo mi cuerpo en un segundo llenándome de terror completamente. Comencé a respirar rápido, a todo lo que daba, ya que por mas que respiraba el aire no me hacia justicia.
Me obligue a calmarme frenéticamente, por que sabia que podía lidiar con esto, hasta cierto punto, era lo malo. Lo iba a intentar. Me tome unos segundos por que la voz no me salía. Entonces le dije:
-Cullen cálmate, vas a despertar a todo el pueblo –le aconseje y ordene.
Sonrió cruelmente.
-Y a mí que me importan esos lúgubres humanos pétreos. Por mi que se despierten, a ver si les gusta despertar para luego morir.
- No digas eso, tu no eres un asesino, mira, este, solo tienes que calmarte. Todo va bien como esta. No rujas.
Soltó una carcajada estridente que revelaba demencia.
-Todo va bien… todo va bien… ¡NADA VA BIEN! –Rugió de nuevo- lo haces parecer fácil, no tienes idea. No entiendes. Esto mata ¡y yo ya estoy muerto! Cada día es un infierno, ahora imagínate años ¡décadas! Y entonces tu vienes y me dices que me calme, que todo va bien ¡ES LA COSA MAS ESTÚPIDA QUE EH OÍDO JAMÁS! Como se nota que no has sufrido por amor, no has sentido vacio tu corazón, condenado a vivir sin la persona que amas o al menos llorado por que el amor de tu vida nunca más estará contigo. Como te atreves a decir siquiera "cálmate" –se burlo- ¡No sabes lo que dices! ¡No conoces mi sufrimiento! ¡ASI QUE MEJOR VETE AL INFIERNO CON TU CALMA!
Claro que conocía eso.
Percy.
Hasta quiera olvidarlo pero yo no andaba gritándolo a los cuatro vientos.
Si para calmarlo tenia que ser como el, me pondría a su altura. ¿Cuántas veces el no me había dicho cosas parecidas?
-Todo eso que has dicho no tiene nada que ver con la patética forma en la que estas autocompadeciendote ¿Cuántas décadas dices que llevas, sintiéndote el mártir del cuento?
-Que estas…
-Sabes algo Cullen, te tengo noticias: No eres el único. A diario personas en todo el mundo pierden al amor de su vida, y sabes que ¡se levantan! No por que tu seas un vampiro es diferente ¿o acaso te sientes especial? ¿Estas culpando al tiempo de tu desgracia? ¿O acaso piensas que generando lastima Bella va a regresar? ¿Qué es lo que quieres, eh? ¿Lo sabes? O te vas a sentar otros setenta años a sentirte miserable mientras lo averiguas.
Sus ojos estaban clavados en mi de una forma… de una forma en la que jamás lo habían hecho.
Segundos de asesino silencio.
Proseguí apunto de llorar de terror e indignación, un poco mas leve.
- Se que es duro Cullen, de verdad, te comprendo. Pero ya va siendo tiempo de que cuando llegue el aniversario de Bella, vallas a su tumba y le lleves un ramo de flores, y platiques con ella, le cuentes lo que te ah pasado. En setenta años, creo que se a de haber sentido sola.
Inhale y exhale rápido, con una pausa entre las dos y continúe antes de que se me fuera la voz de nuevo. Sus ojo seguían iguales. Un escalofrio me recorrió.
-Se que la vida no será la misma –proseguí, tratando que entendiera- para ti habrá perdido el sentí, pero nunca le quites su valor. La vida es el milagro más grande y maravilloso que existe, Edward, no te atrevas a despreciarla.
Ten fe en ti mismo. Basta de martirizarte, vive; vive por los dos, por ti y por ella… ¿Quieres? –lo ultimo le suplique.
Silencio y obscuridad.
Por respuesta, Edward se fue.
