Hey hey, hola a todo mundo -o al menos a los lectores de 9 latinos y españoles xD- Aquí con un nuevo fic, y saben de qué es?...Seh! 9! Esta película me pareció bastante interesante, bueno, era de Tim Burton, con eso lo simplificamos todo, si piensas que solo es para niños, estás equivocado, ya que a pesar de la moraleja, el camino que tomaron los personajes para aprenderla no es el típico de "Viva, salvé al mundo" Siempre hay pérdidas, esta no fue la excepción.
La Catedral de San Patricio
El día como era acostumbrado, se encontraba con nubes, todas ellas encima de las otras; y más que esponjosas, lucían oscuras y cargadas de odio. La mano lo sujetaba fuertemente del hombro, como si quisiera evitar que escapara ¿Escapar a donde? ¿A la nada del campo minado que había a los alrededores? Solo había basura, un campo de cultivo donde antes habían existido edificios tan grandes como una iglesia. Se sujetó aún más fuerte a la correa de su mochila, vieja, pero aún lista para un trayecto lejano y sin buen cuidado.
-¿Acaso no tienen dinero para pagar un conserje? Lo único que veo son piezas de metal oxidadas, incluso Benjamin Franklin pudo haber tomado…-Se agachó y tomó lo que era una taza de porcelana partida por la mitad-…de aquí mismo y nadie se molestó en quitarla- El hombre de negro soltó un bufido y literalmente lo arrastro hasta que el chico se pusiera en pie, él se esperaba a un cuidador más histérico, pero este se comportaba muy arisco, era como si lo hubiera hecho un millón de veces y cada vez era más fastidioso para él. Tenía un aspecto canoso, era ya una persona mayor, pero eso no lo detenía a la hora de hacer su trabajo, sus ojos parecían vacíos, como si alguien le hubiera arrancado el alma por ellos.
Siguieron caminando por el sendero pedregoso hasta llegar unas puertas de madera, pequeñas rejas que no parecían detener a nadie, hasta que se dio cuenta el verdadero desafío: estaban electrificadas. ¿Cómo saberlo? Él a los 7 años ya sabía distinguir qué era posible robar, dónde, cuándo y cómo, esas "fisuras" no eran más que cables bien colocados, si nadie esperaba tu visita, seguramente terminarías como Freddy Krueger, freído por las manijas de metal conectadas al cableado.
El hombre de negro pulsó el botón por unos instantes y unos segundos más tarde, la puerta se abrió. Se hicieron paso entre toda la espesa hierba que crecía alrededor del camino de tierra, el chico dio una mirada a todo lo que rodeaba, era un área rectangular, dentro estaba limpio de todas esos metales con años de antigüedad, solo maleza, maleza y...más maleza. En la zona no llovía, así que era normal que estuviera seca. Había al menos 2 kilómetros de territorio libre hasta encontrarte con los muros que cubrían todo el parámetro, era frío y doloroso concreto. Por lo que parecía, escapar sería una tarea difícil, tomando en cuenta que todo estaba rodeado de púas y solo había una salida, pero no le importó, le encantaban los retos. Si el mecanismo te permitía abrir la puerta a control remoto, definitivamente había cámaras que vigilaban.
Avanzaron esos largos 10 metros de recorrido y se dirigieron ante el edificio que se estancaba enfrente de ellos. Era alargado, aproximadamente unos 30 metros cúbicos a cada lado de la entrada y de al menos 4 pisos si se contaba la azotea, el color era de un desvalijado amarillo oscuro que ahora terminaría siendo igual que la maleza. Habían pocas ventanas, un poco mal distribuidas a su parecer, solo podías tomar la sombra en el porche. Terminaron hasta la puerta de metal, dos golpes firmes con los nudillos hicieron que las ventanas del edificio vibraran peligrosamente, hubo minutos de espera, los cuáles comenzaron a hacerse incómodos, no había ni un alma en el "suave y verde" pasto, el muchacho se preguntó donde rayos estaban todos.
Antes de que ofreciera la idea de largarse de ahí, la puerta de metal se abrió. De ella, un hombre con el mismísimo aspecto del Papa se apareció con los años pisando sus talones, no tan viejo, pero si un cambio drástico de lo que debía ser un cincuentañero. Poseía un rubio platinado que le sentaba un poco mal debido a su piel amarillenta, casi enferma. Sus ojos azul claros lo miraban con desdén, eran fríos y llenos de arrogancia pensó. Vestía de unos pantalones de color beige y una camisa de igual color, tenía la impresión de ser un nazi malnacido, lamentablemente estaba en la época equivocada.
-Llegan tarde, y con un solo toque bastaba- El hombre de saco se limitó a empujar toscamente al muchacho hacia la persona que los recibía.
-Mi trabajo es solo entregarlo, no satisfacerte- Y es cuando se fue, caminando rápidamente para largarse de ahí.
-¿Qué crees que haces afuera? Anda, adentro, tu papeleo debe estar listo, ¡Qué chico tan más desorganizado!- Entraron a lo que era un recibidor, era sumamente grande, habían mesas con floreros encima y varios espejos, lucía cruelmente como cualquier casa norteamericana. Para su disgusto, tampoco las paredes tenían el mejor color, un gris bien pintado pero aún así triste. A mano izquierda, había una gran entrada, cubierta por un par de puertas de madera, enfrente había una escalera merecida a una mansión, tenía la forma de una "Y", llevándote a dos caminos diferentes, conectados por un pasillo. A su mano derecha, había una puerta más pequeña, ésta a diferencia de la otra, si se encontraba abierta. El hombre arrancó su mochila de sus manos sin previo aviso.
-¿Qué demonios cree que hace? - Fulminó al tipo con la mirada. Él lo ignoró olímpicamente y prosiguió a tomar la mochila desde abajo y con el cierre abierto, las cosas cayeron violentamente contra el suelo de mosaicos pulidos. Antes de que pudiera apresurarse a ver el recuento de los daños en sus posesiones, el hombre las tomó todas y las comenzaba a examinar, no duraban ni tres segundos entre sus dedos y las lanzaba a una papelera justo al lado de una de las múltiples mesitas.
-Inservible, estúpido, inútil, tonto, extraño… Pero qué es esto – Delicadamente tomó con dos dedos una navaja suiza. Era de un color tinto, una vez se mostraban todas las herramientas, poseía lo que cualquier ladrón ocupaba, abrir ventanas, puertas, candados, lo que fuera. El hombre soltó una sonrisa arrogante. –Mira, uno de tus múltiples juguetitos ¿Qué será de ti sin él?- Se lo echó en el bolsillo frontal de su camisa y siguió hurgando entre las cosas. Entre todo, había un sobre, no parecía tener algo valioso, pues era ligero.
El chico por primera vez ante la presencia del hombre soltó una mirada de preocupación. Este respondió a su gesto con una sonrisa de satisfacción aún más grande y maliciosa que todas las anteriores, disfrutaba tener el control, eso era indudable, iba a abrirla y él no podía hacer nada para detenerlo.
-¡1!- Una voz rasposa hizo acto de presencia. El aludido giró sobre sus talones con la carta aún en la mano, sus ojos mostraban irritación, una mueca de desagrado al ver a la figura que esperaba en el pasillo con nexo a las escaleras. Un hombre, claramente mucho más mayor con respecto al que le estaba haciendo un infierno en los últimos minutos. A simple vista, no parecía especial, su cabello era negro como ala de cuervo, pero se notaban unas finas secciones de canas, claramente en las patillas y alrededor, si queríamos hablar de su forma de cabello, era abstracta, como un remolino viviente.
Conforme bajaba los escalones, no sin cierta dificultad, notó que la ropa no tenía nada que ver con "1", era como aquellos trajes que se usaban en los años 20. Una camisa blanca de manga larga, un chaleco marrón encima con "cordones" para atar. Sus pantalones eran largos, no tanto como para cubrir sus zapatos, también marrones. Hasta donde había visto, esto era un museo viviente, se preguntó si estaría soñando en ese instante.
Hasta que no estuvo enfrente de él, pudo percatarse de que tenía el mismo color de ojos que 1.
-¿Qué ocurre 2?- 1 preguntó, parecía que era un esfuerzo sobrehumano hablar educadamente hacia él, o hacia todos hasta ahora.
-Tienes una llamada, está por ahora en espera, pero no creo que debas dejarla más tiempo pendiente- A pesar de la hipocresía de 1, 2 permaneció calmado, estúpidamente amable. 1 hizo lo que el muchacho, intentar fulminarlo con la mirada, pero no pudo permanecer más tiempo entre ellos, pues salió despedido hacia el par de puertas de la izquierda, se cerraron con un fuerte estruendo. 2 no parecía afectado por este comportamiento, seguramente estaba acostumbrado ante todo ese show.
-¿Quieres algo de comer?- El muchacho giró la cabeza con sorpresa, no esperaba que fuera tomado en cuenta, después de todo, él era invisible para el mundo. –Anda, no seas tímido, hay sándwiches- Negó enérgicamente con la cabeza, pero su estómago le traicionó, pues comenzó a agitarse y a gruñir como fiera. 2 rió con verdaderas ganas. –No te preocupes, 1 saldrá de ahí seguramente hasta la medianoche, vamos a la cocina y si vemos a alguien más, podemos hacer un tour por las instalaciones- Sonrió con sinceridad, los instintos del muchacho bajaron sus defensas, era confiable. -Toma esto, te hará bien- 2 lanzó una manzana, 9 apenas pudo atraparla, el anciano le dio un guiño, tenía muchos trucos bajo la manga al parecer. 9 la terminó en ese mismo instante, no estaba satisfecho, pero al menos duraría otras 5 horas sin morir.
2 se dirigió a la puerta abierta. El muchacho estuvo a punto de seguirlo, pero antes de olvidarlo, tomó su mochila y recogió todo lo que había en el cesto, dígase todas sus pertenencias, se sintió un poco decepcionado, debería de recuperar el sobre y su navaja, pero ahora no era el momento. 2 lo esperó pacientemente en el umbral de aquella puerta, cuando lo hubiesen cruzado, no esperó lo que venía a continuación.
Era una cocina de proporciones cósmicas, pues fácilmente un departamento de tamaño mediano podía ser una cuarta parte de todo. A mano derecha, había una barra que daba con la cocina, toda clase de electrodomésticos estaban en ese sitio, brillantes y sobretodo, pulcros. Todo el lugar era blanco, del lado oeste, se encontraba una mesa de mármol gigante con sillas alrededor, al menos suficiente para dos docenas, incluso más. Para nuevamente la sorpresa del recién llegado, 2 siguió cruzando la estancia hasta dar con una puerta semi escondida de todo lo demás.
Continuaron caminando, ahora se encontraban en el patio, que también era maleza; si todo estuviera bien cuidado, podría incluso vivir ahí, soportando a 1 de ser necesario. No sabía a dónde lo dirigía, solo tenía la idea de que sería lejos del lunático narcisista que atendía sus llamadas.
Después de caminar por unos minutos entre la maleza, dieron con lo que era una puerta pegada al suelo de tierra. 2 dio unos pequeños golpes con el talón, esperaron respuesta, y de nuevo, antes de que pudiera decir algo, la puerta se abrió, pero sin mostrar a quién. Se revelaron casi enseguida unas escaleras, 2 bajó por ellas con paso seguro, su joven acompañante le siguió, un escalofrío recorrió su espalda cuando escuchó como la puerta se cerraba con un horrendo chillido, eliminando su única fuente de luz, todo era oscuridad.
Caminar a ciegas no era nada divertido, mucho menos cuando no conoces el lugar.
-Lo lamento, pero las baterías se agotaron esta mañana, pero no te preocupes, sostente de mi hombro- El muchacho obedeció y juntos recorrieron un largo túnel, parecía que habían muchas entradas, pero 2 sabía cuál era el camino correcto, no titubeaba. Después de dar una gran cantidad de vueltas, encontraron lo que era otra puerta, giró la perilla y una luz lo encegueció. Por instinto, protegió sus ojos, separando el contacto con su guía, habían muchos sonidos a su alrededor, hasta que se vio listo para proseguir, el silencio comenzó a aparecer.
Apenas pudo combatir contra el dolor ocular, se vio invadido por un par de miradas extrañas y distintas. Aunque le parecía interesante la clase de personas que estaban en su frente, se dedicó un poco más al lugar. Era como una sala de estar enorme, excepto que tenía más pinta de una sala de juegos, había toda clase de cosas dentro: Mesas de billar, Hockey de Aire, Arcadias, Televisiones, Muebles...incluso una tirolesa, si se lo llegaran a preguntar, aseguraría que estaba viendo el Headquater de las Tortugas Ninja. 2 saludaba a los que estaban ahí, para el visitante no eran más que zumbidos sin importancia. Un aroma se infiltró por su nariz...pizza, definitivamente estaba dentro de una caricatura, pudo continuar con sus comparaciones del lugar perfecto, hasta que una oración por fin pudo captar al menos algo de su atención.
-Tuvo suerte de que aparecieras 2, no me imagino la cantidad de sangre derramada por todas esas ofensas- Un tipo alto y medio delgaducho habló. Su cabello era un rubio castaño con mechones de castaño rojizo, como si se fuese destiñendo el color con cada rizo, no era ondulado, pero si despeinado como para dar la impresión de serlo. Su piel era blanca, un poco bronceada, pero lo suficiente para pasar por un norteamericano común y corriente, tal vez atlético. Tenía un buen aspecto, a pesar de solo poder ver su lado derecho, ya que estaba de perfil.
-No me imagino la expresión de 1- Comentó una chica, los hombres comenzaron a reírse. Para él, era la chica más hermosa de todo el planeta. Piel pálida, como si el sol nunca le hubiese tocado, tenía el cabello de un color pelirrojo increíble, colgado y con unas cuantas plumas colocadas en su coleta, su cabello cubría el lado izquierdo de su rostro. Tenía un buen cuerpo, parecía ejercitarse a menudo, otro punto a favor para el gusto del muchacho. Fue cuando sus ojos se encontraron con los suyos, los de ella verde claro y los de él, hazel. Los otros dos se dieron cuenta del cambio.
-¿Cómo te llamas?- Preguntó ella, amablemente. Él tardó en responder, súbitamente sintió la sangre en sus mejillas. Ella río un poco. -Yo soy 7, él es 5 y supongo que ya conociste a 2-
-Mucho gusto- Dijo 5, pronto sintió un escalofrío, al verlo tan imponente, pudo percatarse que tenía cubierto su ojo izquierdo, una bandana negra con los signos de la Anarquía, curiosamente donde debía estar su ojo estaba uno de aquellos signos, debía ser la moda, era común encontrar ese estilo en las personas, más comúnmente debajo de una gorra, pero aún así, se veía bien, lucía.
-No te intimides, es una buena mascota- A pesar de la diferencia de altura, pudo fácilmente acariciarle la cabeza, como si fuera un perro. 5 contestó al sacar la lengua y a ladrar. El muchacho rió, la imagen era cómica.
-Soy 9- Respondió finalmente.
-Perfecto, parece ser que te quedarás al menos un tiempo por aquí, acompáñanos, te mostraré el lugar y si tenemos suerte, encontraremos a los otros- Le guiñó un ojo, 9 sintió como nuevamente el sonrojo aparecía; 5 tosió, ocultando s u risa al darse cuenta de ello. Bajaron las escaleras para ver con más detenimiento todo el lugar. -Esta es sala, aquí la televisión, los DVDs, stéreo, también encontrarás videojuegos y varias consolas- Caminaron hacia la izquierda, era una gran zona espaciosa, juegos de distintos tipos y varios que no conocía, era definitivamente un paraíso.
-Quisiera jugar contra tí en el billar un día de estos, bueno, cuando no tengas tareas- 9 lo miró no sin cierta confusión. -Lo siento, no sabes como no se maneja el lugar, bueno, cada día uno de nosotros tiene deberes que hacer dentro del Instituto, ya sea limpiar las instalaciones, preparar la comida para mañana, reparar lo que se necesita o cosas por el estilo-
-Labores domésticas- Afirmó 9, para su mortal desagrado, él odiaba hacer limpieza o todo aquello que ameritaba el orden.
-Si, es por eso que jamás nos verás a todos juntos entre semana cuando comiences con tu rutina, o al menos no nos verás legalmente aquí- Añadió para reírse con 7 y con 2.
-Haré oídos sordos- 2 mostró una agradable sonrisa.
-Por eso te queremos tanto- comentó 7.
-Como iba diciendo, los únicos días que tenemos libres son los sábados, desde la madrugada hasta la medianoche y una parte del domingo, tú escoges si noche o mañana, además de que debes tener tus tareas académicas y haber tomado las clases correspondientes- 9 soltó un bufido. -Podrás pedir días, pero repondrás ayudando a otros en sus debers más tarde o lo que gustes, hay una tabla en la cocina para eso, si enfermas, bueno, otro tendrá que hacer tu trabajo- 9 bufó nuevamente, demasiadas responsabilidades por cumplir.
-¿Tenemos que hacer todo eso en el día?- Preguntó a 7, 5 no se sorprendió por ello.
-Sip, dígase que siempre tienes que ser productivo- Puso los ojos en blanco, a juzgar por la manera en la que lo dijo y el que lo haya dicho, 1 debió establecer esa regla. -Continuemos- Prosiguieron hasta lo que era la cocina, no era espectacular como la primera, es más, solo era un cuarto común y corriente, una vil porquería si comparaban. No fue hasta que casi se dio de bruces con una lista de nombres y números que vio para que era esa habitación.
-¿Tienen todos los números telefónicos de franquicias con servicio a domicilio? ¿Todos los de la ciudad?- Se impresionó.
-Sí, por lo general pedimos cuando en la cafetería hay cosas asquerosas...-
-Siempre- Interrumpió 5.
-...o cuando hay algo que celebrar, pero no puedes decir a nadie sobre esto- 7 casi rogaba con los ojos.
-Palabra de Muñeco de Trapo- Miraron a 9 como si fuese el ser más fascinante de la Tierra. -Entre mis amigos, es una forma de decir que es guardar el secreto, o ser tratado como muñeco de trapo, te pueden hacer lo que quieran por al menos 3 minutos, más si lo que hiciste fue grave-
-Interesante- Opinó 2.
5 miró la tabla de deberes, del horario que era de las 24 horas y varios cuadros para toda la semana. -Vaya, parece que nadie tiene algo que hacer, así que 9, ¿Te animarías a ayudarme a reacomodar los libros de la biblioteca mañana?- Sonrió.
-Claro, mientras no me dejes la sección de todo lo que tenga que ver con cálculos matemáticos- Física, Química, Biología, Ingeniería, Arquitectura...una larga lista si se le preguntase.
-Esa sección es para los 2 y los gemelos- 9 se encontró por primera vez ansioso de conocer a los demás, 2 era un salvavidas adulto de lo que era 1, 5 parecía ser un gran amigo, él nunca había tenido uno lo suficientemente estable para no ser metido en la cárcel; ya fuera por conducir ebrio o consumir droga. Tampoco uno lo bastante inteligente como para poder distinguir entre la izquierda y la derecha. 7 era...simplemente indescriptible.
-Perfecto, supongo que no tardarán en sacar la basura, así que podrás conocerlos a todos- 2 parecía alegre- Bueno, es mi hora para partir muchachos, tengo que lograr que 1 no se de cuenta del desastre con pintura que hubo esta mañana, sé cuánto quieren ver American Idol-
-Es que Simon es taaaaaan guapo- 5 consiguió una voz afeminada y consiguió una actuación pasable de colegiala al ver al galán de sus sueños, o con cabeza más llena de aire caliente en todo caso. 7 le dio un codazo juguetón mientras reventaba a carcajadas, 9 encontró aquél sonido como lo más maravilloso del momento. Se despidieron de 2 y se quedaron viendo la televisión. Eran alrededor de las 8:30 cuando hubo un gran estruendo en una de las tantas puertas, un ascensor, sin duda, disfrutaba vivir ahí. Unas figuras bajaron del lugar, todas ellas desiguales respecto a la estatura. Los más veloces eran los más pequeños, casi del mismo tamaño, corrieron desde la zona de las habitaciones hasta la sala de estar. 9 los miró con interés, al ver uno, notó que el otro era exactamente igual. Ojos grises, piel pálidas, rubio con tonos oscuros...eran gemelos. Los dos sonrieron con verdadera alegría, sus capuchas les sentaban bien, una bonita sudadera color azul cielo, distinguían sus rostros.
-9, te presento a los gemelos, 3 y 4- Estuvo a punto de saludarlos cuando comenzaron a ver su ropa, a tocarla, a quitarle su gorro y a husmear en su mochila, 9 se levantó con intención de darles una buena paliza por tomas sus cosas, una mano lo detuvo, giró el rostro para encontrarse con otro de los que estaban ahí, un tipo enorme, de al menos 1.90 de altitud. Cabello castaño claro, ojos color avellana, bronceado...de una musculatura similar a boxeadores, solo impresionante.
-Discúlpalos, ellos son curiosos por naturaleza- 7 los tomó de los hombros y los arrastró hasta un lugar donde no pudieran tomar nada ajeno. En el asunto, una de las capuchas de los gemelos se fue para abajo, dejando a relucir una coleta, 9 la miró impresionado, pues el otro tenía el cabello corto, eso significaba que eran mellizos, no gemelos. Hasta ese momento donde estuvieron quietos, notó que curiosamente en sus sudaderas estaban sus nombres, 3 era el niño, 4 era la chica, que a diferencia del primero, su nombre estaba colocado en el lado derecho hacia el corazón. 9 los miró un rato más, no parecían superar los 15 años, eran altos, pero aún tenían los rasgos de lo que eran, niños, finalmente le sonrió, le recordaban a él cuando era más joven. -Por cierto, él es 8- Él gigantón le regaló una torpe sonrisa, al menos sincera.
-Hola, soy 9- Los gemelos lo siguieron viendo, interesados. Esperó una respuesta, pero los mellizos no hablaban. 5 ofreció la idea de ir a pedir una pizza, los pequeños y 8 se fueron inmediatamente a la cocina, emocionados. 7 fue la única que se quedó con él.
-9...quería hablarte de algo- El recién llegado se sintió con mariposas en el estómago, emocionado. -Es sobre los gemelos, ellos no pueden hablar-
-¿A qué te refieres 7?- Preguntó, podían no ser los más sociales verbalmente, pero solo era timidez.
-Es que...ellos son mudos- 9 sintió como un balde de agua helada le mojó la espalda.
-Por nacimiento- Intuyó él, pero 7 negó.
-Tuvieron un accidente hace años, no quisiera comentarte sobre ello hasta que ellos mismos te lo cuenten- 7 volvió a sonreír, débilmente.
-¿Cómo lo harán sin hablar?- Sabía de gente que usaba el lenguaje de los signos, pero él no tenía la capacidad de entender.
-De distintas maneras, ellos siempre son originales, no esperes que todo venga en cartitas- La chica pelirroja lo dejó en la incógnita, fue a la cocina. 9 permaneció unos minutos más, estuvo a punto de acompañar a los otros, cuando escuchó un ruido de parte de las habitaciones. Se acercó para ver que podía ser, sentía que algo o alguien lo obervaba en la oscuridad del pasillo, iba a investigar.
-!9! !Llegó la pizza!- 5 habló mientras pasaba con una enorme pila de cajas de pizza en sus brazos. -Dame una mano compañero, esto se va a caer, y seguramente no querrás ver a 8 con hambre- La ansiedad de 9 se incrementó, quería saber que era lo que estaba ahí, pero dio media vuelta y fue a ayudar a los otros. Después de unas horas de diversión con consolas, pizza y Simon Cowell, era hora de dormir, 9 comenzaría su primer día en lo que era el infierno fuera de la Fortaleza del Ocio, como solían nombrar a toda la instalación. Uno a uno fueron a dormir, primero 8 ya que debía mover el refrigerador temprano, a pesar de ser el más grande de todos, parecía que ese refrigerador era todo un reto. Después fueron los gemelos, quienes fueron arrastrados a la cama por 7, quien hacía la función de madre para ellos, se veía que disfrutaba de ello. 5 y 9 permanecieron un poco más hasta terminar una película de muertes sádicas y sin sentido, que más que miedo les dio ataques de risa a cada momento.
-Dormirás en mi cama hasta que tu habitación esté lista, espero que perdones los inconvenientes- Era demasiado cortés, pero agradeció que haya ofrecido su habitación para ser habitable, según lo que parecía, 8 mataba a todo aquél que lo levantara antes de lo debido. Los gemelos compartían habitación, había un par de cortinas retráctibles, si querían estar juntos, solo debían quitarlas, cada quien con un control remoto, si querían privacidad, se limitaban a cerrarla, útil para cuando querías tus momentos a solas. Había otro chico viviendo en la Fortaleza del Ocio, pero este tenía una definición de espacio personal muy distinta a los otros, su propia habitación, 9 lo comprendió. 7 dormía en otra habitación, pero él no sabía cuál era, pues las puertas no tenían los nombres de los que habitaban ese espacio.
Entraron a la recámara de 5, estaba ordenada, bueno, un poco de ropa sucia por ahí y unas bolas de papel en el sitio, pero eso no le desagradaba. 9 dejó su mochila en una esquina, 5 tiraba toda la basura a la papelera y movía su ropa a otro rincón. Cuando pudo ver por fin el piso, notó que el lugar era agradable, grande; del extremo derecho había un escritorio, arriba de este una ventana, la luna pegaba contra la cama, que estaba en el sitio izquierdo, en la parte norte había un librero, con gran cantidad de cuadernos, papeles y obviamente libros.
-Los baños se encuentran en cada extremo del pasillo de afuera, te recomiendo que uses el de la derecha, 8 usa el otro y bueno...mejor no te digo nada- Rieron un poco, el nuevo sacó lo necesario de su mochila. Una vez dentro, hizo de sus necesidades biológicas, se cepilló los dientes y se miró un minutos en el espejo. Sus ojos eran hazel, según palabras de sus primero cuidadores, iguales a los de su madre. En cambio, el cabello castaño rojizo era de su padre, despeinado y un poco largo, lo hacía resaltar entre muchos. Era un poco bronceado, solía estar en la calle, pero más que nada en la noche. Era de estatura normal, como cualquier otro chico de 16 años. No era un Adonis, aunque se podían ver como resaltaban ciertos músculos, era atractivo según las chicas. Suspiró y se puso cualquier ropa para dormir. Cuando llegó, 5 estaba dormido en un colchón, justo a lado de la cama. Con pasos sigilosos, 9 atravesó todo el campamento de guerra y se tumbó con la cama. Miró la luna por unos instantes. La palidez del astro le recordó a 7. Sonrió y al cabo de unos segundos, terminó completamente dormido.
Ta dah!!! Por fin, después de una semana de planeación y cuatro días para hacer este cap, finalmente está listo! Espero les haya gustado, trataré de actualizar lo más pronto posible -claro, si mandan reviews por que que es un comediante sin público? XD Me siento particularmente feliz, agradecería, pero eso es hasta el final del fic .w. XD
Tomatazos, críticas, enhorabuenas y palmaditas en la espalda con el botón de abajo, gracias .w.
