Editado el 25/04/2011

Summary: Emily nunca ha pensando en ningún otro hombre que no fuera Sam, pero él siempre tendrá a Leah presente. SamxLeah; SamxEmily

N/A:Por Leah, que es el único personaje femenino de esta saga que no es jodidamente perfecto, algo que se agradece.

Humana

Leah no camina, zanquea, pasos largos, de felina, de loba. Finge despreocupación cuando entra todas las tardes en casa de Emily y ocupa un asiento entre Jacob y Paul. Come por tres y apenas habla. Los demás ya no se preocupan porque saben que si hablase soltaría el mismo veneno con el que les corroe al pensar. En un principio nadie la quiso en la manada. Leah era una amenaza, alguien que no tenía ningún inconveniente en destripar sus secretos ante los chupasangres, haciendo que se deleitasen con su psique colectiva. Dejaron de querer entrar en fase si ella estaba cerca y no volvieron a los entrenamientos con los Cullen.

Emily no es tonta y se da cuenta. No hace falta ser de la manada para comprender por qué Sam tiene esas ojeras que nunca antes tuvo, o por qué Jacob ya no es capaz de mirar a Leah a la cara. Por qué Embry, Quil y Paul ya a penas se pasan por su casa. Emily no es tonta y se da cuenta, de la tensión constante en la que Sam parece vivir, de la acusación en los ojos de su prima cada vez que evita mirarles a los dos.

Sin embargo, Emily no es nadie como para decir nada así que se calla y sigue con su papel de humana. Finge que no sabe nada, ni lo de Embry, ni lo de Jacob, ni siquiera lo de Sam. Se hace la sorda cuando les sirve la comida y pregunta por Bella y por cuándo será la próxima vez que la chica les haga una visita. Limpia el polvo y espera a Sam; cocina y espera a los chicos. Le quema en el alma saber que ella nunca ha pensado en ningún otro que no fuese Sam, pero que él siempre tendrá a Leah presente. Les une un hilo, a los tres, un hilo con el que se tejieron las historias de sus vidas en el momento en el que Sam personificó las leyendas más antiguas de los Quileutes, un hilo que jamás se va a cortar pase lo que pase y que Leah se encarga de tensar cada día un poco más, porque mientras Sam ame a una, piensa en la otra y ninguno de los tres parece ser capaz de hacer nada para evitarlo.

A veces Emily es egoísta y desea que Jacob olvide a Bella y encuentre a otra. Que encuentre a Leah. Es egoísta y piensa en cómo habrían sido las cosas si Leah nunca hubiese estado en la ecuación, si Sam no le hubiese hecho promesas que luego se vio forzado a romper, si no le hubiese roto el corazón.

Así que no hace nada sino esperar. Todas las noches, se sienta en el porche de su casa y no respira tranquila hasta que los aullidos de su familia la rodean y todos aparecen. Quil, marrón como el chocolate, dulce. Embry, marrón suave, como los árboles de sus bosques sagrados. Paul, marrón oscuro, como las colinas que dibujan la pequeña La Push y Seth, color arena. Detrás siempre están Jacob, Sam y Leah. El primero, marrón rojizo. El segundo, negro carbón. Y ella, gris perla, un gris que parece gritar que es el reflejo de su alma.

Emily es sólo una humana, al final y al cabo. Lo único que puede hacer es esperar.

¿Os ha gustado? Eso espero. ¡Casi no hay fics de estos tres! Pobre fandom, really. Sería genial que la gente se animara escribir más o algo, no sé ;;

En fin. ¿Críticas, tomatazos, algo que mejorar? Dadle a mi amiguito el GO! Y a hacédmelo saber. O Leah os pateará el trasero. LOL.

Bxitos.

.wirhaven.