This is Halloween

Come with us and you will see

This, our town of Halloween

This is Halloween, this is Halloween

Pumpkins scream in the dead of night

La música en la recamara de Redseb no lo dejaba oír muy bien la televisión, especialmente porque quería escuchar los consejos de los niños que estaban ya pidiendo dulces afuera. Se levantó y se asomó por la ventana, este año le habían dicho que habría un gran espectáculo en el centro.

-¿Mamá, has visto el maquillaje?-Llamó desde su recamara Redseb, pero nadie contestó.

No tardó más de cinco minutos en salir y bajar el volumen de esa canción. Nunca lo había visto esmerarse tanto como este año, lo más probable es que saliera a una fiesta, y ahora más que nunca demandaba la atención de su rubia madre, quien estaba desparecida por la enorme casa.

-¡Mamá!-Le gritó de nueva cuenta.

-Está con Yoh-Respondió Seyram, que había salido a recoger un paquete de galletas de la sala en la que se encontraba él.

No lo miró, ni siquiera le prestó atención y él tampoco a ella. Todos ahí parecían estar en su propio asunto, sólo Redseb se sentó a su lado y comenzó a tararear esa canción de Halloween. Si lo respetaban o no como su hermano, lo cierto es que ellos dos sí que parecían creer que sus padres eran los mismos y por lo tanto su hermandad era especial.

-¿Ya te ha dado tu disfraz?-Preguntó Hana a su hermano mayor.

-No, pero será genial, siempre ha hecho cosas impresionantes-Comentó Rebseb arrebatándole una galleta de su propio paquete.- ¿Ya te lo ha dado a ti?

-No, pero será grandioso, soy su hijo predilecto-Se jactó con alevosía el pequeño Hana mientras comía una galleta.

-¿Te lo ha dicho?-Cuestionó algo incrédulo el mayor- Su preferido es Yoh, Hana.

Pero él no era su hijo, qué acaso no seguía el hilo de la conversación, además sabía que no podía competir con su padre, no en balde llevaba con él más de una hora encerrada en…

-No, en realidad me gusta pensarlo, soy su pequeñito-Dijo emocionado al ver las grandes botargas de dragones en la televisión.

-Bien… a mí también me gusta pensar que soy su preferido-Contó con una sonrisa en su rostro al ver la emoción del pequeño- Pero seamos francos, el hecho de que te parezcas a ella y a Yoh te da la ventaja.

-Yo no creo-Rebatió Seyram-Por algo lo dejaron con Tamao.

-No me lo recuerdes…-Habló con cierta incomodidad el pequeño.

El ambiente se oscureció de repente. Y Redseb miró de mal humor a su hermana, a veces quería comportarse como Anna, pero en ocasiones se pasaba de la línea.

-Cosas de ellos-Intentó arreglarlo Redseb- Además, ya están aquí.

-Sí, supongo-Contestó el pequeño rubio- ¿Y tú no piensas salir?

-Tal vez-Respondió sin mucha emoción Seyram- Tampoco está mi disfraz.

-Vaya…- Agregó Hana a la tan emotiva conversación- Ustedes pueden divertirse más, son más grandes, y están esperando a que mamá termine de arreglarlos.

Seyram se molestó, se levantó y se adentró a su habitación. A veces podían rivalizar tanto, y otras veces eran casi invisibles, quién los entendía realmente. Sólo Redseb se llevaba la vida tranquila, sobre todo porque Yoh parecía más su hermano que una figura paterna.

-Sí que se está esmerando, ¿no crees?-Comentó el mayor a un pequeño que miraba entretenido el televisor.

En eso se parecía tanto a ella, al menos eso era lo que pensaba Yoh cada vez que veía a la rubia medir los detalles de los trajes, se notaba el empeño, la dedicación y la majestuosidad que tenían, especialmente se percibía su espíritu incansable. Llevaba cerca de dos horas ahí a su lado, y casi estaba seguro que terminaría pronto.

-El de Redseb te ha quedado muy bien, debería entregárselo ya que lo has terminado-Pronunció encantado con el diseño que tenía en su mano.

-No es buena idea, tu hijo pensará que tienes más preferencias por ellos antes que por él-Contestó sin reparo mientras se paraba e iba a recoger algunos botones.

-No creo, los niños piensan en otras cosas ahora.

-¿Sí? ¿Tú que pensabas cuando tenías su edad?-Le preguntó sin ningún interés real.

-Con seis años… pensaba que tenía muchas obligaciones-Respondió algo abrumado con los recuerdos-¿Tú crees que estamos en buen camino?

Pero nadie estaba con él, Anna lo había dejado completamente solo. Ella ya estaba cruzando el pasillo de la planta alta, en donde estaba más que segura se encontraba su pequeño hijo y Redseb viendo un programa especial de la fecha. El rubio miraba acostado el televisor, mientras el más grande reía divertido de las ocurrencias del conductor, hasta que se percató de su presencia.

-¡Wow! ¡Se ve genial!- Exclamó feliz, y de inmediato se paró hasta donde estaba ella- ¡Gracias!

Sí, pocas veces denotaba tanta felicidad, no, aquí desbordaba emoción. En cambio Hana seguía acostado, comiendo más y más galletas, tal vez aún tenía recelo con ella y con Yoh, y no importaba que Tamao se fuera de vacaciones, regresaría y probablemente todo sería igual.

-Ve a cambiarte o se te hará más tarde-Le indicó al joven castaño- ¿Irás con Seyram?

-Tal vez, voy a convencerla, creo que no tiene mucho ánimo para salir-Contestó distraídamente- Yo le llevó su disfraz.

Y se lo entregó. No objetó nada, ni siquiera cuando Redseb gritó a todo pulmón que el traje estaba terminado. Miró a Hana y él a ella, una extraña y singular conexión se suscitó y aprovechó parte de ese sentimiento para llamarlo y darle la mano. El pequeño rubio se acercó y cogió su mano con cierta confianza, después de todo era algo raro que Anna se mostrara tan maternal.

-¿Y dónde está papá? Pensé que llegarías con él-Cuestionó intrigado, mas cuando entraron a su habitación la duda se evaporó y la prisa llegó al escuchar los fuegos artificiales.

-¿Ya te has bañado?-Preguntó Anna al verlo desvestirse con total apuro.

-Desde hace una hora-Fue la respuesta que tuvo del niño.- ¡No puedo creerlo! Horo Horo se llevó mi calabaza, demonios, debí saber que algo quería hace rato que vino.

-¿Sirve de algo hacer ese escándalo?-Le preguntó con curiosidad mientras se acercaba para vestirlo, a pesar de que él podía hacerlo solo, según sabía por Tamao.

-¡Anna!- Oyeron a escasa distancia la voz de Yoh.

Hana la miró y no se movió ni un centímetro para atender el llamado de su padre, aunque de antemano sabía que no correría a sus brazos. No, ella seguía descolgando el disfraz que había colgado en un gancho, lo iba colocando en el futon de forma cuidadosa mientras inspeccionaba por donde comenzar.

-Puedo cambiarme solo, si quieres puedes ir con él…-Le dijo con sinceridad- Parece muy desesperado por encontrarte.

-Puede esperar-Le contestó con una pequeña y sutil sonrisa en su rostro- ¿Por qué un zombie?

Refiriéndose al vestuario que traía, no creyó que le interesara mucho vestirse de algo tan común, ese niño siempre iba a lo extravagante, justo como ella.

-¿Has visto esa película de zombies, donde unos tipos van y tratan de eliminar un virus? ¡Wow! Se ve increíble!-Contestó con emoción mientras ella le colocaba el pequeño saco.- ¡Da miedo! Perdón, creo que me he emocionado…

-Está bien, no temas decir lo que piensas-Dijo segura- Eso te hará un adulto mejor.

-Sí… un buen hombre-Recordó con pesadez las palabras que Tamao siempre le decía.

-No, serás un mejor adulto, ser un buen hombre depende de ti y lo que decidas en el futuro. Bien, parece que está listo, sólo falta maquillarte un poco la cara.

Hana sonrió como habitualmente no hacía y se sintió especial, no sólo porque Anna lo vestía, sino porque le interesaba saber de él.

-Oh… aquí estás. ¡Hana, te ves muy bien!- Escuchó a su padre muy emocionado.- Anna, Manta llamó, dijo que en media hora pasa por nosotros para ir a la fiesta.

¿Iban a dejarlo solo? Sí, sí lo creía. A menos que Seyram aceptara quedarse con él y acompañarlo a pedir dulces y también al centro… y tenía tantas ideas para pasar de maravilla ese día. Ni siquiera se percató cuando su madre terminó de maquillarlo, ni cuando Yoh comenzó a preguntarle cosas sobre lo que haría.

-Yoh, tiene seis años, no puedes mandarlo a la calle solo-Aclaró Anna, aún enfrente de él- Es decir, no porque a ti o mí nos criaron como adultos quiere decir que vayas a dejar a tu hijo largarse a donde quiera.

-No, Anna, Tamao dijo que lo acompañaría.

-¿En serio?-Preguntó con extrañeza el pequeño- ¿Mamá Tamao vendrá?

Y Anna se molestó. Entendía que Tamao era importante para Hana, pero llamarle mamá era algo inaudito y que no estaba dispuesta a tolerar. Encima tenía que ir a convivir a una fiesta en la que seguramente terminarían todos borrachos.

-No, no vendrá-Afirmó Anna- Yo te acompañaré a todo lo que vayas a hacer hoy en la noche.

Continuará…

N/A: Un mini fic de capítulos cortos, de aquí hasta que termine día de muertos. Oh sí, cómo me encanta esta fecha. Bien, Feliz Halloween.

Ciao!