Más fácil de lo que parece

Renge estaba asustada. La tapa de la olla ubicada sobre el fuego se movía de un lado a otro, como si temblara, y dejaba escapar agua hirviendo. No se atrevía a acercarse, siquiera, por miedo a quemarse, pero tendría que apagarla si no quería quedarse sin cena.

El timbre sonó y, desesperada, la chica corrió a abrir. Esperaba que en la puerta estuviera su madre, que ya debería haber llegado, pero no: se topó con Haruhi, que la saludaba animadamente.

-¡Haruhi-kun, ayúdame!-pidió, bastante apurada.

-Pero... ¿qué ocurre?

-Quise hacer una comida casera para ti y Kyoya, y creo que la dejé en el fuego más tiempo del necesario.

Al llegar a la cocina, el panorama no era demasiado bueno. El contenido de la olla se derramaba hasta el suelo, mientras una especie de silbido se propagaba por la habitación. Haruhi se limitó a apagar la hornalla, mientras Renge suspiraba de alivio.

-Muchas gracias, y lamento que mi torpeza te haya traído problemas.

-No digas eso, no fue tan grave. Además, me alegra mucho que te esforzaras por nosotros.

Sonrió ampliamente, yéndose a buscar un trapeador. Tendría que limpiar ella, pues la criada se había marchado hacía un tiempo, pero estaba feliz de tener a Haruhi consigo.

FIN

Notas finales: ¿se entiende? (gotaza). Los hosts tenían una cena en la casa de Renge, ella quiso homenajear a sus amores, y le salió mal por falta de habilidades plebeyas XP.