Hola!

aquí les traigo mi segundo finc de Yugioh, ya sé,tengo que continuar con Marcas del destino pero hace rato que venía pensado esta historia así que aquí esta, espero que les guste o que sea denlen una oportunidad.

PD: para los que ya leyeron anteriormente el primer capítulo veran que cambie algunas cosas y mi forma de escribir.(tenganme paciencia estoy aprendiendo sobre esto de escribir historias)

Yugioh y sus personajes no me pertenecen.

Más allá de lo que los ojos ven.

Una chica llamada Anzu la cual poseía pelo castaño oscuro hasta la altura de los hombros con unos profundos ojos azules como el mar, se encontraba tratando de dormir, miro otra vez el reloj de su mesita de luz, era como las dos de la mañana y su cabeza daba vueltas como una calesita. Hace horas que ella intentaba sin éxito conciliar el sueño. La luz de la luna iluminaba suavemente una parte de su habitación y las cortinas se movían delicadamente por el viento. Se levantó de su cama bostezando, se asomó para ver las luces que iluminaban la ciudad aquella noche llena de estrellas, le pareció ver varias sombras que aparecían y desaparecían pero no le dio importancia ya que era muy probable que sea solo su imaginación, da un último vistazo al paisaje ante ella y luego se acuesta nuevamente en su cama, cierra los ojos, llega un momento que al fin la venció el cansancio y se quedó completamente dormida.

Se encontraba en un hermoso paisaje cubierto por árboles y flores exóticas de distintos colores, el sol brillaba con intensidad iluminando por completo el enorme bosque. Camina hasta llegar a una pequeña laguna, no había señal de animales, todo estaba tan tranquilo, tan silencioso que te hace pensar que algo anda mal, que todo eso se puede derrumbar de un segundo a otro. Mira su alrededor, se asegura que no haya ningún ser escondido entre la vegetación, ya con más calma se acerca al agua y remoja sus pies en ella, el líquido trasparente la relaja, siente como el viento acaricia su pelo e inconscientemente cierra sus ojos perdiéndose en sus sensaciones. Logra escuchar el revoloteo y el canto de las aves, todo era hermoso, tanto como el lugar y la paz que este traía, perdiendo la noción del tiempo, no sabía cuánto tiempo se había mantenido en una misma posición. Escucha el sonido de una rama romperse la cual hace que abra rápidamente sus ojos y que se ponga a alerta pero se distrae al ver a una mariposa que vuela cerca de ella, sus colores le llama la atención, parecía como si alguien hubiese pintado sobre aquel precioso insecto, manchándolo con diversos colores, azul, rosa, violeta y celeste. Estaba tan distraída observando ese raro ejemplar que no se dio cuenta como varias criaturas se fueron acercando hacia ella, los seres de diversos tamaños la miraban con curiosidad. Ella se sale de su transe y pone atención a su entorno y se sorprende al ver elfos, enanos, ogros, duendes y miles de otros seres fantásticos encontrados solo en los cuentos que ella leía fascinada pero al fijarse bien eran los monstruos del famoso juego de cartas. Una corriente de aire la golpea por la espalda haciendo que perdiera el equilibrio y que quedara sentada sobre el pasto verde que cubría el suelo, levanta la cabeza y abre bien grande los ojos al contemplar varios dragones los cuales volaban en círculos o se quedaban suspendidos en el aire. Una de aquellas temibles criaturas aterrizó cerca de ella, era un dragón rojo y se sorprendió al reconocer que se trataba del dios egipcio Slifer y sobre él se encontraba un joven con cabello tricolor y ojos violáceos quien la miraba fijamente mientras le sonreía.

Anzu se sobresalta con el sonido de su despertador, mira nuevamente el reloj el cual marca las siete de la mañana, suspira, solo era un sueño como tanto otros aunque este pareciera más real que los demás , se tenía que relajar después de todo era el comienzo de un nuevo día y como siempre se repetía la rutina. Sonaba el despertador, ella lo tiraba al piso, se daba media vuelta y seguía durmiendo hasta que los gritos de su madre exigiéndole que se levantara de una buena vez la terminaban por despertar completamente. Esa mañana no era la excepción, con mucho cansancio, se estiro y se levantó bostezando. Abrió su ropero y saco su uniforme escolar de la escuela domino el cual consistía en una chaqueta de color rosa, una camisa Oxford blanca, una corbata azul y una falda plisada también azul sin mencionar los zapatitos marrones. Se cambia, se arregla y peina su cabello frente al espejo. Después de asegurarse que se encontraba bien arreglada, toma su mochila, sale de su habitación y baja las escaleras dirigiéndose hacia la cocina donde se encontraba su mamá que la esperaba con el desayuno como todas las mañanas.

- Buenos días mamá.-Dijo acercándose a ella la cual estaba tomando su café como siempre, le da un beso en la mejilla y se sienta al lado de ella para tomar la leche con tostadas recién hechas.

Su madre era una mujer de unos treinta y tantos años, tenía pelo castaño, sus ojos eran de un exótico color gris. Vestía una camisa blanca y unos jean azules. Dentro de todo era una mujer con un carácter fuerte y respetuoso pero muy afectuoso sobre todo con su hija. Ella trabajaba en una oficina como contadora de una de las más importantes empresas de la ciudad, a causa de eso no pasaba mucho tiempo con su hija y cuando estaban juntas en la hablaban lo más que podían, sus conversaciones eran sobre cómo les había ido en el día en el trabajo o en la escuela, la danza, el cual era un tema que amaban ambas, música, entre otras cosas, lo importante era que pasaban un buen rato juntas. Desde que Anzu tiene memoria siempre fue muy apegada a su madre ya que siempre estuvieron las dos solas, su papá había fallecido en un accidente cuando tan solo tenía dos años, no poseía recuerdos de él, solo lo reconoce por fotos o grabaciones de cuando ella era pequeña y estaban todos juntos en familia.

-Buenos días mi niña ¿dormiste bien?- Pregunto la madre de la ojiazul.

- Si, como siempre-Le respondió ella para luego tomar la taza un beber su contenido.

- ¿Que fueron esta vez? ¿Las hadas? ¿Los dragones? ¿Los elfos? ¿O cualquier otra cosa?- Pregunto provocando que Anzu casi se ahogara con la leche chocolatada.

- Coff, coff, - Tosió ruidosamente-Pues… algo así, no estoy segura, solo sé que últimamente apareciendo los nombrados y otros más, sin mencionar que a veces terminan siendo pesadillas.-Dijo mientras recordaba cada uno de sus sueños anteriores.

-Creo que no fue muy buena idea leerte tantos cuentos de fantasía cuando eras pequeña- Dijo mientras le sonreía con ternura.

-¿Estas bromeando? Me encanta esas historias, soy fanática, de hecho ¿acaso nunca viste mi baraja de duelos de monstruos? está llena de esos fascinantes personajes, sobre todo de hadas.

- No recuerdo ver tus cartas ya que no jugas mucho con ellas.- Dijo mientras la miraba extrañada.

- Lo sé, lo que pasa es que no soy buena jugando como mis amigos- Dijo para luego devorar una tostada la cual estaba untada con dulce de leche.

-Creo que ya es hora de pedirles que te enseñen a jugar mejor así no te sentís inútil como ya me dijiste varias veces. Dijo mientras tomaba su café.

-Tenes razón, le pediré a Yugi que me ayude porque es el mejor- Dijo mientras sonreía.

-Por cierto, ante antes que me olvide, hoy voy a llegar más tarde del trabajo, así que no me esperes a comer- Dijo mientras miraba como su hija se entristecía y se preparaba para hacer los berrinches de siempre cuando ella le comentaba eso.

-¡Otra vez! Siempre te hacen trabajar demás.-Se quejó.

- Es eso o que me despidan, no tengo opción bebe.-Dijo desanimada.

- Bueno mamá, ahora me voy a la escuela- Dijo una vez que termino de desayunar y se despidió dándole un beso en la mejilla a su mamá, luego se marchó para la escuela pero antes se dirigió a la casa de su amigo de la infancia como todas las mañanas para ir juntos.

Yugi desde muy pequeños fue su mejor amigo, pasaron muchos momentos felices, divertidos y tristes, es alguien el cual podía confiar en cualquier cosa sin mencionar que era un poco tímido e introvertido, Anzu siempre le da su apoyo y ánimos en lo que fuera. Por otra parte estaba Joey quien es a veces bastante impulsivo y fácilmente irritable y sobre todo nunca piensa antes de hablar, una persona que tiene un buen corazón y que está dispuesto a cualquier cosa por sus amigos sobre todo a su hermanita menor Serenity . También este Tristán es un buen amigo, siempre se metiéndose en cualquier pelea con Joey, está enamorado de Serenity por lo cual su amigo siempre lo quiere matar si lo ve cerca de ella. Anzu no era la única chica del grupo, también estaba Kisara quien ella la conocía de la academia de baile que ambas frecuentaban y se hicieron mejores amigas, ese año se había cambiado de escuela y en poco tiempo fue haciéndose una grande amiga con Yugi y los demás.

Anzu camino tranquilamente hacia la escuela junto a su grupito de amigos, Joey como siempre era el más gracioso del grupo y se la estuvo pasando todo el tiempo haciendo chiste o acotando a cada conversación que hacían. Luego de llegar a la escuela y que tocara el timbre anunciando que empezaban las clases de ese mismo día, todos los alumnos de dirigieron a sus respectivas aulas.

La primera clase de ese día era nada más ni nada menos que plástica, la materia favorita de Anzu, no por la teoría que te daba que era extremadamente aburrida sino a que le fascinaba dibujar, para ella no había nada mejor que expresarse que cada línea que trazaba, ama dibujar tanto como bailar. Dibujaba cada línea suavemente y con destreza, se dejaba llevar por cada detalle que hacía, perdiéndose entre líneas y formas que creaba usando su imaginación, se expresaba de una forma casi idéntica que cuando bailaba, lo ideal para ella era hacer todo con música porque gracias a eso le llegaba la inspiración y su imaginación volaba.

- ¿Qué estas dibujando hoy Anzu?- pregunto el tricolor acercándose a ella.

- Pues… míralo vos mismo. Le dijo mostrándole el dibujo, también se acercaron Kisara, Joey y Tristán.

- ¡Esta genial!-Dijeron al unísono al ver un hada de pelo castaño con los ojos cerrados, vestida con una túnica azul la cual se encontraba danzando con sus alas desplegadas y en el fondo se observaba la luna la cual iluminaba al ser fantástico y a la laguna hallada debajo de ella.

-Sí, creo que esta vez sí que me llego la inspiración-Dijo admirando su obra.

- ¿Anzu sabes cuánto valdría tu cuadro si lo vendemos?

- yo no lo quiero vender- Dijo ella mirándolo extrañamente.

-Además ¿Por qué haría eso?- pregunto su mejor amiga.

- No sean avariciosos, es decisión de Anzu si los vende o no- Dijo Yugi mientras miraba como la castaña levantaba una ceja y los miraba feo.

-Solo piensa todo lo que ganaríamos y la comida que podríamos comprar- Dijo el castaña mientras se imaginaba toneladas de comida.

- Ni loca Tristán, encuentra a otra persona que quiera vender sus cuadros o mejor vende los tuyos.-Dijo mientras cruzaba sus brazos.

- Los venderíamos pero…

- Somos un desastre, solo mira nuestros cuadros- Dijo acercándole la pintura de Joey.

-¿Qué se supone que es eso? ¿Un conejo? ¿Un perro? -Pregunto tratando de descifrar el dibujo de su amigo.

- ¡Ya se es un conejo-perro!

- ¡No! ¡Es un dragón! ¿No les ves las alas? -Dijo enojado Joey mientras señalaba un lugar específico de la pintura.

- Yo pensé que se trataba de unas montañas que estaban detrás del conejo-perro- Dijo Yugi

- Ves lo que digo, no sirvo para esto-Dijo desanimado con los ojitos vidriosos.

-Por lo menos el tuyo no parece un gato que ha sido aplastado por un auto- dijo Tristán mientras miraba su dibujo.

- A mí solo me sale dibujar bien a los dragones- dijo Kisara.

-Por lo menos dibujas, yo directamente no se dibujar.

- Es solo cuestión de práctica, prueba y error.- le giñaba un ojo-Es como bailar solo tenes que dar lo mejor de vos hasta que te salga bien.- dijo la castaña mientras sonreía.

Pasaron las horas y ya habían tenido casi todas las materias ese día, faltaba solamente lengua. Entra al aula la profesora Ori quien era una mujer de veinticinco años, de mediana estatura, con pelo rojizo y ojos grises. Mira a sus alumnos, toma lista y luego hace que todos los adolescentes saquen su manual de lengua y literatura.

- Bueno, la clase de hoy vamos a hablar sobre la nueva unidad que veremos para este trimestre la cual se trata sobre el género fantástico.-Dijo la profesora mientras ojeaba el libro.

- Genial, vamos a ver esto y yo me olvide de traerme mi almohada para poder dormir tranquilamente.- Se quejó el rubio.

- No exageres hay temas más aburridos- susurro Anzu.

-Lo decís porque te encanta este tema.

-Anzu tiene razón, mejor guarda tu almohada para la clase de historia- le aconsejó Tristán.

- Ese grupito, se callan o se van derechito a dirección-Dijo la docente mientras señalaba hacia la dirección de Joey.

- Mejor hablamos después que la profe siempre habla enserio- Dijo Anzu mientras sacaba su manual de la mochila.

- Como decía el género fantástico es un género artístico de ficción en el cual los elementos principales del argumento son imaginarios, irreales y sobrenaturales. Este tipo de relato no puede explicarse por completo, rompe el orden natural de las cosas, provoca que el lector una vacilación acerca del carácter natural o sobrenatural de lo narrado- Dijo Ori mientras leía la teoría del libro de clase.

Anzu prestaba mucha atención a lo que decía lo profesora, admitía que le gustaba el tema ya que leía varias historias sobre ello. Miro su alrededor entonces vio que sus compañeros estaban charlando de cualquier otra cosa, otros peleaban, tiraban cosas o estaban con el celular. Joey se estaba quedando dormido lo cual no era nada nuevo ya que en todas las materias hacia lo mismo, Tristán estaba haciendo garabatos en su libro y los únicos que prestaban atención era Yugi, Kisara y ella. "definitivamente en cualquier momento la profesora explota y todos iremos a dirección haciendo fila india" pensó Anzu cuando la profesora termino de leer y lanzaba una mirada asesina a todos los alumnos.

- Ya que todos saben y les está aburriendo mi explicación, tendré que darles tarea. Lean el cuento de la página treinta dos y resuelvan todas las consignas de la página treinta y tres y treinta y cuatro- Dijo ya harta del comportamiento de sus alumnos, ante esto se podía escuchar la queja de todos los adolescentes.

Después de hacer todo lo pedido por la profesora sonó el timbre y todos salieron corriendo del aula excepto Anzu quien estaba terminando de guardar sus cosas.

- Vamos Anzu que nuestros amigos nos dejan atrás- dijo Kisara mientras se acercaba a ella.

- Si, ya voy- le respondió mientras cerraba su mochila y se la ponía en la espalda.

- Siempre tenes la mala costumbre en ser la última en salir de clases.

- Es que me aseguro que no me falte nada.-Dijo mientras caminaba con su amiga hacia la salida de la escuela.

- ¡Anzu, Anzu!- Dijo desesperadamente Kisara mientras la arrastraba hacia un árbol hallado cerca de la salida de la escuela y se escondían.

- Pero que te pasa.-Se quejó mientras se zafaba del agarre de su amiga.

- ¿Es que no ves? Seto está en la salida de la escuela- Dijo mirando fijamente al chico de ojos azules.

- Ya lo vi ¿Por qué no le hablas? Desde que viniste a este cole estas profundamente enamorada de él.

- Fácil decirlo, difícil hacerlo ¿nunca te enamoraste? O sea que cupido te dio justo en el blanco- dijo mirándola fijamente esperando la respuesta de Anzu.

- Emmmm, pues….yo…. -dijo pensativa.

- Eso significa un rotundo NO.- Dijo un poco desanimada.

- Si, no tengo ni idea, solo me imagino como debe ser por lo que leo.

- ¿Nunca pero nunca sentiste algo especial por alguien?- Le pregunto extrañada.

- De verdad no, capas vea chicos que me gusten pero nunca me enamore, ya sabes que ames todo lo de él tanto sus virtudes como sus defectos. Crees que la otra persona es perfecta.

- Y lo es- Afirmo mientras miraba a Kaiba y suspiraba.

- jajaja, mejor vámonos antes que babes- dijo mientras se reía de la expresión de la chica.

-¡Ey! - Grito molesta.

- Vamos ojitos de corazón, sino Yugi y los demás nos van a dejar.- Dijo mientras le sonreía.

- Corrección, ya nos abandonaron.-Dijo señalando al grupo de chicos que se alejaban de ellas.

- Entonces apúrate, hay que alcanzarlos- Dijo mientras la tomaba del brazo y ambas corrían en dirección de los demás.

- P-pero.-Dijo Kisara mientras miraba de reojo a Seto quien también la miraba sin embargo su mirada no expresaba ninguna emoción.

- ¡Ey, no nos vuelvan a dejar atrás!- Se quejó la castaña una vez que estaban todos juntos.

- Perdón Anzu, es que Joey tenía prisa.- Se justificó Yugi.

- Es que si no llega a tiempo a su casa lo mataran ya que la dulce hermanita de él hoy viene de visita- Dijo Tristán provocando que Joey se enoje.

- Tristán si llegas a seguirme hasta mi casa te mato.-Dijo con mirada asesina.

- Ustedes siempre igual, cambiando de tema- Dijo mirando al ojivioleta- Yugi te quería preguntar si me podrías enseñar a jugar mejor al juego duelos de monstruos.

- Claro Anzu, no habrá problema- Le respondió mientras le sonreía.

- Genial, hoy a la tarde pasare por tu casa ¿Qué dices?- Dijo muy contenta.

- emmm, Anzu… no sé, hoy viene de Egipto mi hermano.

- ¿Tenes un hermano? -Preguntaron todos al unísono.

- Eh, sí, a partir de ahora vivirá con mi mamá, mi abuelito y conmigo- Dijo nervioso.

- Nunca mencionaste a tu hermano antes- Dijo extrañada Anzu.

- Es que… hablamos después ahora tengo que irme.-Dijo Yugi mientras corría en dirección de su casa.

- ¡No es justo Yugi, no te vallas, igual a la tarde voy a tu casa quieras o no! - Le grito molesta consiguiendo que el tricolor se diera vuelta para solo asentir e irse más rápido de ahí.

- No te enojes así con él, seguro se abra olvidado.- Dijo Kisara tratando de calmar a Anzu.

- Si, no le des importancia.

- Me voy o sino me matan, nos vemos mañana sino mi mamá me va a matar si no estoy para cuando venga Serenity.-Dicho esto se fue corriendo también.

- Nos vemos, no tengo que perder de vista al cabeza hueca- Dijo Tristán mientras seguía a su amigo sigilosamente.

- Asegúrate que no te mate, no quiero ir a un funeral.

- Creo que yo también me voy a casa-Dijo Anzu haciendo una mueca.

- ¿Qué te pasa? – Le preguntó preocupada.

- Nada es que no puedo creer que aunque conozco a Yugi desde siempre, nunca me había hablado de su hermano- Dijo un poco triste.

- No te aflijas, debe de tener alguna buena razón, ya verás que te lo va a contar después - Trato de animarla.

- Puede ser pero no se va a salvar del interrogatorio que le voy a hacer.-Dijo decidida.

- Bueno pero no seas muy dura con él, eso sí cuando lo interrogues llámame que no me lo quiero perder por nada del mundo.- Dijo imaginándose a Yugi atado de una silla y Anzu lo llenaba de preguntas mientras lo amenazaba con romperle las cartas de su mazo de duelo si no le contaba todo.

Dicho esto ambas chicas se van a sus respectivos hogares, Anzu llega a su casa, tira la mochila y se cambia la ropa de la escuela por ropa más cómoda que consistía en una remera de mangas cortas lisa con cuello en v de color celeste y una pollera de color azul marino, luego se tira a su cama para ponerse a pensar que haría antes de ir a la casa de su amigo de la infancia ya que su madre no estaría en casa hasta altas horas de la noche. Decide poner un poco de música, no le gusta estar en silencio, cierra los ojos y le aparece la imagen del joven tricolor que soñó a la noche, entonces se da cuenta de que era casi idéntico a Yugi pero este era más alto, su apariencia era más madura, sus ojos aunque eran igual que los de su pequeño amigo, estos reflejaban misterio y sabiduría. Algo que definitivamente le atrajo de aquel joven.

- ¿Pero qué cosas que estoy pensando? – dijo mientras abría sus ojos y sacudía su cabeza.-Solo fue un sueño, esa persona no existe- Suspira y mira el reloj, el tiempo paso volando y era mejor no ir tan tarde a la casa de Yugi.

Continuara...

¿que les pareció? ¿bien? ¿mal? ¿o que sea interesante?

bueno este es solo el comienzo, espero su opinión y por favor dejen Reviews. n.n

besos y abrazos psicológicos.

Reviews?