Compañeros de habitación

Ciudad nueva, trabajo nuevo, vida nueva… y sin embargo McCoy no podía sentirse más apático mientras recogía, en el puesto de recepción del edificio dormitorio de los médicos, sus uniformes de cadete.

–Doctor Leonard McCoy, cadete de primer año. Habitación trescientos veintinueve. Puede subir por las escaleras o por los ascensores situados al fondo del pasillo a la izquierda.

El médico tomó las dos tarjetas identificativas, con sus datos grabados, que el recepcionista le adjuntó junto a su bolsa reglamentaria. Murmuró un "gracias" y tomó el ascensor.

Una vez en el pasillo adecuado no tardó en encontrar la habitación. Tecleó el código de apertura que venía en las tarjetas y entró para desvelar su nuevo hogar. Se trataba de un cuarto estándar, con dos camas, dos mesitas de noche, dos escritorios, dos armarios, un sofá, una pequeña cocina y un baño. Todo en tonos grises.

–Genial– dijo el hombre dejando sus cosas sobre la cama más próxima y sentándose.

Cerró los ojos e irremediablemente los recuerdos de su vida pasada regresaron a él: vio el iracundo gesto de Jocelyn cuando le comunicó que ya no sentía nada por él, su mirada cargada de desprecio, la forma posesiva de sus brazos alrededor de Joanna, cómo la mujer se alejaba con su hija en brazos, la confusión en el rostro de la pequeña.

No pudo soportar aquel último recuerdo y decidió distraerse empezando a ordenar sus ropas. Abrió el equipaje y lo colocó en el armario. Luego hizo lo propio con la bolsa que le habían entregado minutos atrás, comprobando cómo en ella iban dos trajes de cadete, dos uniformes deportivos, y tres cambios médicos así como un par de zuecos. Tomó uno de los zuecos y le dio vueltas entre sus manos: Una semana atrás era un respetado médico de trauma con una idílica familia, ahora estaba solo, apesadumbrado y humillado, rodeado por cadetes diez años más jóvenes que él y un montón de estúpidos uniformes con el logotipo de la flota estelar. Sus ojos se aguaron, aquello no podría salir bien…

Alguien llamó a la puerta.

Leonard se puso en pie, frotó sus ojos para borrar cualquier rastro de debilidad y fue hacia la puerta dispuesto a ahuyentar a cualquier chiquillo engreído que se creyese con el derecho de acercarse a sus nuevos dominios para realizar cualquier novatada.

Se sorprendió al ver al muchacho que había viajado con él en la lanzadera.

–¿Kirk?

–¡Bones!– exclamó Jim dándole una palmada en el hombro–. Me alegra saber que esta es tu habitación–. Le enseñó su tarjeta, en la que venía indicada la misma dirección y sonrió–. Somos compañeros de cuarto, ¿qué te parece?

–¿Qué?– McCoy intentaba comprender que estaba pasando, pero Jim ya estaba dentro de la habitación.

–Que genial es, si tiene hasta cocina– el rubio corrió a comprobar la dotación de la misma.

–Kirk, ¿qué haces aquí? Se supone que esta zona está reservada para los cadetes de la rama médica.

–Me alisté en el último minuto. No tenía una habitación asignada– sacó un pequeño y desvencijado padd de uno de los bolsillos interiores de su cazadora. Su sonrisa se ensanchó–. Y digamos que le di un empujoncito a la lista para que me pusieran aquí.

–¿Qué? ¿¡Has pirateado el sistema de la flota!?

–Ei Bones, ¡no es tan difícil!– accionó el sistema de apertura de las persianas y la luz comenzó a entrar en la pequeña habitación revelando el perfil de San Francisco a lo lejos–. Mira que vistas, es increíble.

–No, lo que es increíble es que hayas saboteado el sistema, eso va en contra de una veintena de normas.

–¡Pero mira las vistas!

–Sí, la verdad es que son muy bonitas– admitió el médico ojeando el horizonte–. ¡Pero no cambies de conversación!

–Tampoco es para tanto, en verdad sólo he roto tres reglas y no veinte.

–Oh, entonces nada, olvidémonos de este pequeño incidente– dijo irónicamente McCoy pero Jim pareció no darse cuenta pues asintió.

–Eso es. Ahora lo mejor será ir a por algo de comer, ¿qué te apetece?

–Que te calles, eso me apetece.

–Oh vamos Bones, no seas tan gruñón. Si empiezas así tu primer día de academia no me quiero ni imaginar cómo estarás en seis meses.

Con el paso del tiempo, Bones echaría la vista atrás y jamás podría recordar cómo Jim consiguió engañarle pero, finalmente, el médico salió del cuarto con el rubio que se dirigió a una hamburguesería en la que comieron en relativa tranquilidad antes de dar una vuelta por los alrededores de la academia. Sin importarle no conocer a nadie, Jim fue saludando a todos aquellos que parecían estar desorientados, cómo ellos, presentándose y obligando a McCoy a hacer lo propio. En poco más de una hora el médico creyó posible decir que ya conocían a tres cuartas partes de los cadetes que iban a iniciar sus clases con ellos al día siguiente.

Una vez revisadas la mayor parte de las instalaciones de la flota, los dos hombres fueron a hacer un par de compras para llenar sus despensas y, en el caso de Jim, su armario, algo que llamó la atención de McCoy pues Jim se hizo con varios objetos personales incluso ropa. No dijo nada y actuó con normalidad tratando de no inmiscuirse en la vida del joven.

Al anochecer regresaron a su habitación. Mientras Leonard colocaba la compra en la cocina Jim dejó sus nuevas pertenencias en su armario. El médico miró disimuladamente a su compañero: Jim no había llevado consigo ningún objeto personal más allá de su viejo padd, y sus únicas ropas eran los cambios de cadete y las pocas prendas que había adquirido horas atrás.

Tras una sobria cena a base de sandwiches ambos se fueron a la cama y Bones se encontró dando las buenas noches al impertinente muchacho sin darse cuenta qué, desde que el rubio había entrado por la puerta de la habitación, no había sentido ni una sola vez tristeza o apatía alguna.


Nota 1: He decidido escribir este fic tal y cómo hice el de "5 Secretos de Jim", cómo entretenimiento más liviano entre actualización y actualización de "El Alzamiento" que, a pesar de estar casi escrito por completo, me lleva un tiempo revisarlo y ponerlo cómo creo que debe estar antes de subirlo. En principio este fic tendrá más capítulos que el de Jim, pero serán breves. Espero que os guste.

Nota 2: No he podido responder a muchos de los que me enviáis reviews o mensajes por que estos días están siendo un poco caóticos en mi bandeja de entrada. No obstante: muchísimas gracias a tod s por vuestros comentarios :)