Los días grises nunca terminaban, y no parecían hacerlo… el imperio de Cristal habrá tenido mejores momentos, pero estos no, muchos de los ciudadanos, los ahora esclavos trabajan día y noche, apenas descansan, y comen algo, la furia de la Reyna era mucha, no parecía mostrar absolutamente ninguna compasión por nadie, quizás era por esto que todos, y ninguno decidía si quiera alzar la voz por miedo a que fuera ella la que pusiera puño de hierro sobre el o los que se revelaban, esto anteriormente había pasado, y era por eso mismo que nadie se dignaba a hacerlo, el temor nublaba sus corazones, a la vez su juicio y moralidad, quizás para no recibir tanto trabajo o incluso insultos por la misma reina, decidían muy pero muy pocos servirle como guardias, ya que de ese modo se les Tania un poco mas "Compasión" por así decirlo, pero esto era todo lo contrario ya que si le fallabas a la misma reina de las sombras… no solo tu vida corría peligro si no la de toda tu dinastía… familia y amigos. Pero quizás los que se llevan la peor parte son aquellos esclavos que sirven actualmente a la reina, ya sea como Mucamas o mayordomos.
-Su majestad… encontramos a esta escoria rondando por los alrededores del imperio.-
Todo el palacio tenia una pinta de cristales oscuros, purpuras, negros, rojos y grises, marcaba cierta depresión en el ambiente, la reina era una poni algo alta, de pelaje gris, y crin y cola de color negro, sus ojos marcaban ciertas tonalidades, una de ellas y la mas notoria era el rojo, la segunda era de un color verdoso fosforescente, y finalizando con un aura purpura la cual salía hacia los lados de sus ojos, un cuerno extrañamente encorvado, que comenzaba de la base de color negro y luego se volvía rojo conforme se alzaba, en sus manos llevaba unos brazaletes, plateados, en los cuales llevaba incrustado un cristal rojo, su atuendo era levemente parecido a un vestido de juste, tal parecía que carecia de calzado, esto debido a que los equinos carecían de pies y los compensaban con pesuñas.
La mirada de la Reina marcaba cierta repulsión al ver lo que dos de sus guardias traían ante ella.
-¿A las afueras del imperio?-Miro con cierta seriedad a la criatura- No pareces minotauro… mucho menos un perro diamante.-Se puso de pie y camino hacia el susodicho.-
-Suponemos que debió ser enviado por las princes…-Fueron silenciados cuando la reina alzo su mano-
-Ellas no me preocupan ni en lo mas mínimo… la última vez que tocaron mi imperio, no salieron del todo ilesas.. Siendo incluso superada en número… ¿Que ha dicho?-
-Nada su majestad… además no parece si quiera que hable nuestro idioma… intento hablar, pero no le entendimos ni la mitad de lo que esta escoria dice.-Empujo a la criatura al suelo, haciendo que este quedara de rodillas con las manos en el suelo. Apenas y alzando la mirada para ver a su opresora.-
Ante la reina yacía una criatura que en su vida había visto, era una criatura de "crin" corto, carecía de cola, además sus ropajes eran muy diferentes a la de todo el imperio, incluso toda Equestria. Se le miraba bastante, acicalado de no ser por los moretones en su rostro por los golpes que los guardas imperiales le dieron a la criatura.
-Ya tendré una plática con esa cosa mas tarde… llévenlo a la mazmorra sur.-Ordeno la reina regresando a su trono.-
-Como ordene mi señora…-
Dos guardias tomaron de los brazos a la criatura, para levantarlo, no parecía siquiera forcejear, tan solo se dejaba hacer… las Mazmorras estaban compuestas por una serie de pasadizos subterráneos, los cuales había celdas cada 2 metros, esto para evitar que los que se encontraban dentro no interactuaran físicamente, desde cadenas que estaban pegadas a los pisos y paredes junto a grilletes, como instrumentos de tortura los cuales aun tenían sangra fresca.
-Entra.-Golpeo con fuerza la espalda de la criatura con su espada.- Si fuera tu…-Comenzó a cerrar la celda con llave.- me preocuparía por tener mejor humor para hablar, a nuestra reina no le gustan los que no cooperan.-
Poco o nada le importaba este comentario del guardia, cuando el guardia se retiro, todo el lugar se volvió oscuro, apenas se podía mirar un palmo delante de sus narices, guiándose por el suelo a palpadas logro sentir lo que eran un colchón en el suelo y una manta apenas gruesa. Lo único que hizo fue recostarse para tratar de calmar un poco el dolor sufrido de hace unos instantes.
Junto a quejidos e insultos, logro calmarse un poco, pero aun le era imposible siquiera pensar en lo ocurrido, pues…
-Que es esto… Porque yo realmente… esto no me parece nada justo… ¿¡Que hice yo para merecer esto!?-Golpeo el suelo furioso tras pensar en lo ocurrido hace unos instantes.-
En sus recuerdos solo recordaba caminar por los parques de una ciudad, y de la nada ¡PUM! Esta caminando en medio de una tundra, en la cual dos guardias para nada amigable lo sometieron a un gran cuestionario el cual el chico no puede responder debido a la diferencia de idiomas.
-T-Ten… llevas varios días aquí… s-se que es duro estar aquí abajo… pe-pe-pero debes comer algo… aunque sea de mi ración.-
Habían pasado dos días desde que había sido encontrado, una poni de cristal la cual se encargaba de la limpieza del castillo, se enteró de que alguien estaba aquí, al principio pensó que era cualquier poni, pero cunado miro a aquella criatura, se había llevado un leve susto, era normal, puesto que el era diferente pero no intimidante, ni en lo mas mínimo, mas sin embargo a legua se notaba que necesitaba algo. Esta poni que le ah estado ayudando se llama Cristal Hope, ya sea con algo de agua o un trozo de pan, ella le entregaba parte de su comida para que el también comiera y pudiera aunque sea subsistir en esa fría celda.
-L-Lamento que no sea mucho… La Reyna tiene muy controlada las raciones que nos proporcionan.-se puso en cuclillas para poner un plato pequeño en el suelo dentro de la celda.- Come… te ira bien, es algo dulce esta vez.-
Con algo de esfuerzo el chico tomo el plato dándole mordidas lentas al pan que la poni le había traído, ella solo se quedaba mirándolo por unos instantes, lamentablemente en ningún momento que ella ah estado con el se dispuso a hablar, quizás era porque no le agradaba estar ahí o simplemente… no estaba aun de humor.
-Sabes que puedes hablar… bueno… no están los guardias aquí, así que…-Miro al chico sentado.-Si quieres, claro.-
Pasaron alrededor de 5 minutos y el no dijo nada tan solo una simple. -Gracias- Fue lo único que había escuchado la poni de cristal, esto hasta cierto punto le alegro un poco el día, mas que nada sabiendo que el también conocía su idioma, ya que por un momento comenzaba a pensar que el no podía hablar el idioma.
-Escucha…supe que la reina vendría a verte. Por favor… intenta no faltarle al respeto, ella es muy estricta, no quisiera que ella…-
-¿Que ella que Señorita Hope?-
La sangre se le volvió de hielo al sentir la presencia de la misma reina de las sombras atrás de ella, con la boca tiritándole y un par de incomodos escalofrío recorriendo su espina dorsal, vio que la reina estaba acompañada de dos guardias imperiales.
-No recuerdo haberte puesto a limpiar esta zona del castillo.-Miro con suma seriedad a la poni de cristal frente a ella.-
-Si-si su majestad me deja explicarle…-Sus nervios la llevaron al borde pero no termino si quiera la frase cuando escucho.-
-¿Explicar qué?, ¿que le traías comida a esta cosa?-Señalo con uno de sus dedos a la criatura en la celda.- ¿que cuidabas de el?... Hope… se absolutamente todo lo que ocurre en este imperio… si aprecias un poco tu vida te largaras en este instante de la mazmorra.-
-P-Pero su majestad-Sus palabras eran quebradas, era como si evitara llorar frente a la misma reina pero, Hope solo se inclinó levemente mientras se retiraba del lugar, solo una mirada de preocupación hacia la criatura fue lo único que hizo antes de salir por el cancel.
-En cuanto a ti-Haciendo un ademan con su mano izquierda, la Reyna provoco que una fuerza hiciera que atrajera a la criatura hasta estar prácticamente pegado a los barrotes de la celda.-De haber sido enviado por las princesas, ellas habrían venido en tu rescate… se de muy buena fuente que a ellas no les gusta dejar a nadie atrás.-Una risa maliciosa salió de su boca, pero cuando dirigió nuevamente su mirada hacia el humano dijo.- Dime… que fue lo que te trajo por MI reino… Independientemente de tu respuesta.-
Metiendo su mano por las rejas, tomo del cuello a la criatura, apretando fuertemente para infundirle miedo, este solo tocio un poco por la falta de aire pero sin soltarlo seguía esperando la respuesta.
-M-Me seria… mas fácil si…-
-No te hagas el inocente conmigo crio-Lo golpeo contra los barrotes tomándolo del cuello y chocándolo contra ellos- Habla o quédate aquí hasta que te mueras, por mi me da igual tu situación, te estoy dando la oportunidad de salir de esto.-
Con bastante dificultad, el chico comenzó a explicarle mas o menos como fue que los guardias le habían encontrado, pero todo remontándose un poco antes de que el llegara a ese lugar.
-Le juro… que solo caminaba por las calles de mi ciudad y…-Le costaba hablar dado a la precio de la mano de la Reyna en su cuello.- al pasar por el túnel de Castilla, termine a las afueras de este lugar. Vague por unos minutos hasta que bueno… mire esta ciudad a lo lejos y… bueno… noto que no son nada hospitalarios.-
-Muy graciosito potrillo… Entérate de una vez que aun estamos en guerra, por otro lado.-Lo soltó, dejando en paz al chico quien al no sentir la presión en su cuello, lo primero que hizo fue tomar una buena bocanada de aire-Desde que llagaste aquí… has desprendido cierta energía curiosa.-Miro con curiosidad a la criatura, la cual miraba con confusión a la Reyna- Y no cualquiera… Te propongo algo. Si tu aceptas quedarte, obedeciéndome en su totalidad… puede y considere que se te perdone la vida por vagar a las afueras de mi reino.-
-¿Que pretendes con esto?-Miro con desconfianza a la Reyna.-
-Mi oferta es de un solo día… si quieres quedarte aquí y pensarlo por mi esta bien.-Se dio media vuelta para disponerse a ir.- Digo… No es como si pudieras ir a otro lado.-Se carcajeo mientras comenzaba a caminar fuera de las celdas pero se detuvo en seco al escuchar.-
-¡Espere!-
Una sonrisa se dibujó en el frio rostro de la Reyna, quien volteo con una mirada descarada, sabiendo que todo fue como ella quería.
-¿SI?-
Suspiro de manera pesada- Cual se supone que es mi papel si aceptara.-
-Harás lo que se te ordene, y estarás en constante vigilancia, a cambio…-Se acercó a la celda metiendo su mano en medio de su busto sacando una llave plateada- Podrás estar viviendo aquí, sin salir para nada de este castillo… tendrás estrictamente prohibida la salida. Y… si resultas ser alguien… Obediente.-Le dedico una mirada coqueta- Puede y tengas un mejor trato, créeme no soy de aquellas yeguas que no cumplen con su palabra.-
Tras tragar algo de saliva, dado que su decisión lo tenía en duda, y meditarlo con sus dos conciencias.
"¡Si no aceptamos nos dejara aquí!"-Gritaba un Ángel desesperado mientras unos barrotes aparecían frente a el, en el hombro de la criatura- "Si que es alguien cruel"-Decía fingiendo drama mientras se dejaba caer en el hombro-
"Y si aceptamos… Podremos estar con esta hermosura de Furro. La verdad no tengo inconveniente alguno" Hablo un Demonio el cual estaba parado en el hombro contrario en el cual estaba el Ángel "Acepta Hombre, llevas las de ganar en su "Contrato" y te lo dice el mismo Lucifer.-De giño el ojo el demonio antes de desaparecer.-
-Vale… Acepto-
-Muy bien…-Abrió la puerta con ayuda de su magia oscura un chillido se escucho cuando las puertas de aquella cárcel se abrieron, pero un extraño escalofrío recorrió el cuerpo de la Reyna, no le dio mucha importancia, al final de cuentas, paso lo que ella tanto quería.- Ven… Quisiera aclararte un par de cosas.-
Los pasillos del castillo estaban custodiados por guardias de cristal, ninguno de ellos tenía una cara amigable, cosa que noto el chico en el instante, de hecho no despegaban la vista hacia la nada, como si ellos estuviesen en una especie de trance.
-Escucha con atención, que no quiero repetirlo dos veces… Sala oeste, cuarta puerta a la derecha se encontrara tu habitación… 7:00 AM, fuera de la cama, el comedor se encuentra en la sala central 2 puerta a la izquierda. Almuerzo a las 8:30, comida a las 3:00 pm y cena 9:00 PM. Donde me llegues tarde una sola vez te enviare a buscar y no con los mejores tratos ¿entendiste?-Miro al chico con algo de seriedad.-
-V-Vale entiendo… Se que… quizás no sea de mi incumbencia pero… L-Le pido de favor que… no le haga daño a Hope.-
-¿Que te traes con esa yegua?-Detuvo su andar para mirar a la criatura- En primer lugar, desobedeció una de mis órdenes, que NADIE, entrara a tu celda, segundo y no menos importante, En las mazmorras solo pueden pasar los guardias con MI permiso y yo.-
-C-Comprendo… pero bueno… Moralmente hablado. Ella.-Se le hacia un nudo en su garganta.-
-¿Ella, que?-Cruzo los brazos mirando a la criatura con seriedad.-
-Hizo lo correcto al ayudarme… Por favor…-Pidió casi en suplica mientras una voz quebrada se el escuchaba-
-Hummm… Puede… y lo considere con la almohada.-Abrió la puerta- Entra. Dos de mis guardias estarán aquí en la puerta siempre, si quieres ir a algún lugar en particular avísales en todo momento. Y…-Se le acerco y lo tomo de uno de sus brazos, mientras una voz fría y molesta le decía- Si te atreves a escapar, ten por seguro que TU no serás lastimado eh tratado con muchos como tu, y ver como sufren los demás es algo que no toleran, así que evítame la molestia de tener que irte a buscar. ¿Entendiste?-
-S-S-Si…-
-¿Si que?-
-M-Majestad.-
-Bien, ya vas entrando en razón potranco.-Cerro la puerta para dejar solo al chico en la habitación.-
Era como ver una habitación de un hotel… solo que ennegrecida por todo el cristal oscuro que rodeaba la habitación, había algo en la habitación que no le daba buena espina al chico, quien eventualmente termino sentándose sobre la cama, meditando lo ocurrido hasta ahora… su mirada se perdió en la nada de la misma habitación tratando de pensar si realmente valía la pena escapar… pensarlo era algo casi obligatorio, pensar en las consecuencias era lo que realmente le preocupaba. Se recostó sobre la cama tratando de conciliar el sueño. Y esperando que los días por venir fueran un poco mas llevaderos.
Los primeros días fueron para acoplar a su "invitado", cualquier falta, la Reyna castigaba a la criatura, ya sea llegar tarde aun lugar o… no hacer las cosas de manera indicada, puede que esto no lo entendiera ya que de donde el viene, la realeza no tiene significado alguno, es como si eso no tuviera poder alguno, pero la Reyna se lo hacia ver de sobremanera, ella siempre cargaba consigo un látigo en su costado derecho, pese a tratar de hablar la Reyna era muy estricta, y tal parecía que no solo quería ver si el aguantaba los golpes que ella misma le propinaba si no, saber si el también era capaz de hacer ese mismo daño.
-¡M-Mi Reyna por favor perdóneme!-Suplico un poni de cristal el cual había sido traído por los guardias de cristal-
Lejos de siquiera hacerle caso, una sonrisa sádica se formo en el rostro de la yegua mientras extendía el látigo, y pasándole el mismo a la criatura que estaba aun lado de ella.
-Adelante, tres azotes.-Extendió su mano con el látigo-
Un gran temor se apodero del chico, quien solo negaba con la cabeza, cosa que la Reyna miro con enojo.
-N-No puedo.-Miro al poni de cristal el cual temblaba de miedo solo mirando al suelo incapaz de siquiera defenderse.- No es correcto…-Sus manos temblaban, al igual que sus piernas… no tenia control sobre si mismo y mas aun cuando sentía como su corazón latía con mayor rapidez.
-¡Que lo hagas!-Exclamo furiosa haciendo que sus ojos brillaran de un tono rojizo - ¡No quiero debilidad en mi Reino!-
El cuerno de la yegua comenzó a brillar con intensidad, una aura de color rojo carmesí se apodero completamente del chico, todo el contorno de su cuerpo desprendía aquel destello de color rojo, pero se escuchaban fuertes gemidos de dolor, los cuales posteriormente se transformaron en gritos.
-¡Tres azotes y no quiero escusas!-Exigió nuevamente extendiendo el látigo hacia el chico- Tómalo.-Dicho esto, grandes punzadas de dolor recorrieron todo el cuerpo del chico, pero haciendo que incluso en contra su voluntad tomara el látigo que sostenía la reina.- Uno.- otras fuertes punzadas golpearon el cuerpo del chica, todo lo que hizo fue involuntario, por lo cual termino dando un fuerte latigazo al poni el cual al sentir el primer golpe en su rostro retrocedió llevándose sus manos a su cara al tiempo que gritaba- Dos…-Volvió a ocurrir lo mismo, sin embargo el golpe que esta vez se lanzó en su espalda.- Tres…-Este último logro dejar inconsciente al poni de cristal, el cual se desplomo en el suelo, la reina sonrió satisfecha al mirar esto, pero al voltear hacia el "verdugo" este prácticamente estaba de pie, pero sin fuerzas para nada, lo único que lo mantenía de pie era la magia de la reina, la cual obligaba a la criatura hacer su voluntad. Cuando la reina de las sombras dejo de usar su magia el cuerpo del chico cayó al suelo, ella no presto importancia alguna de no ser que de ciertos lugares específicos de su cuerpo, comenzó a brotar sangre, como de la parte trasera de su cuello, el hombro derecho, su espalda, y abdomen.-…-
/Tiempo después/
Habían pasado unos días y el chico pudo recuperarse de las heridas provocadas por la magia de la reina, lo primero que hizo al despertar fue tratar de palpar su cuerpo para identificar los lugares afectados, pero al hacerlo con lo único que se topo fue con un par de vendajes, uno en su espalda cubriendo también su abdomen y el segundo en su hombro derecho, apenas tocar esas partes sintió una fuerte punzada que le decía que aun eran recientes, un fuerte suspiro se escucho del chico quien únicamente se resigno nuevamente a la idea de escapar, mas que nada por el simple hecho de que irían por el. Y si la reina era capaz de hacerle algo semejante, no quería si quiera imaginarse que le podría pasar si intentase escapar.
Un leve suspiro volvió a escucharse pero fue súbitamente cortado cuando la puerta se abrió, dejando ver a una yegua con traje de Mucama, era Hope, quien al entrar a la habitación se aseguró de que nadie mas la viniese siguiendo, tras un suspiro de alivio cerro la puerta tras ella acercándose al chico quien únicamente guardo silencio.
-Que bueno que estas bien.-Dijo la yegua acercándose al chico, sacando de uno de sus bolsillos lo que parecía ser una botella con un líquido blanco.- me tenias algo preocupada… cuando me dijeron los guardias lo que paseo en la sala del trono… intente venir pero… la reina estaba de muy mal humor.-Miro el rostro del chico el cual se miraba cansado.- Me alegro de que no hallas pasado a mayores.-Suspiro aliviada-
-Nunca creí que eso a lo que llamábamos magia… realmente seria tan doloroso.-Trato de enderezarse para estar sentado en la cama pero la yegua lo detuvo, tratando de recostarlo nuevamente-
-¿No hay magia de donde vienes?-Pregunto la mucama mojando un paño con el liquido que llevaba en la botella.-
-No… Lo mas cercano, son ilusionistas y eso… es decir mucho…-Miro como la poni trato de llevar el paño que humedecio con el liquido hacia la frente del chico- ¡Hey!-La detuvo poniendo una mano frente a ella-
-Tranquilo, esto te calmara el dolor, tan solo trata de descansar un poco mas.-
Tras unos breves minutos en silencio, Hope solo se limito a curar las heridas del chico, pero, al escuchar su voz quedo algo pensante.
-¿Dónde esta ahora?-Pregunto de manera indiferente-
-Salió junto aun grupo de sus guardias a las fronteras, si mal no recuerdo… dijo algo sobre las ciudades cercanas a Canterlot.-Trato de recordar- Nunca pensé que esta guerra se tardaría tanto desde que la reina regreso…-Suspiro pesadamente- Sabes… Ella nunca fue así… muchos piensan que es algo que la hizo cambiar de la noche a la mañana. Cuando eso paso. Las princesas intentaron hacerle frente pero… solo ese conflicto termino en una guerra… se que eventualmente este conflicto terminara. Bien dicen que nada es para siempre ¿verdad?-Miro al chico de manera amable.- Intenta descansar… vendré a traerte algo de comer después. ¿Vale?-
El chico asintió un par de veces antes de que la mucama saliera de la habitación intuyo que fue ella la que le había puesto los vendajes, después de todo… ella a sido la única que se ah preocupado por ella.
Sin embargo, su estancia al principio no fue de las mejores, dos días cuando regreso la Reina, lo primero que hizo fue mirar al chico quien para este punto, caminaba hacia lo que parecía ser la biblioteca del palacio de cristal, encontró al chico pasando el tiempo leyendo un simple libro, no iba muy aventajado, quizás pagina 10 o 15…
-¿Veo que te acostumbraste a mi ausencia verdad?-Se escucho una voz fría de una mujer atrás del chico, quien rápidamente cerro el libro mientras un escalofrío recorría toda su espina dorsal.-
-N-No, es eso, tan solo…-La reina alzo una de sus manos pidiéndole que se callara, cosa que hizo casi inmediatamente.-
-Mientras no escapes y husmees, no importa dónde te encuentres… ahora acompáñame.-Comenzó a caminar pero al no escuchar los pasos del humano, volteo a verlo.- ¿Qué esperas?-
-Disculpe.-Siguió a la yegua no muy convencido.-
Desde lo ocurrido hace unos días el chico guardaba su distancia, esto la reina lo noto, pero no le daba mucha importancia pues en si el estaba "obedeciendo" lo que ella le pidió, tras vagar por los pasillos de cristal oscuro, una puerta se abrió, dejando ver todo el imperio de cristal, pese a que las calles estaban solas y solo militares recorrían la zona, el lugar se sentía muy tenso, había cierta negatividad en los alrededores, cosa que hasta el mas aséptico podría percibir.
-¿Miras lo que todos verdad?-Miro al chico el cual estaba aún lado de ella-
-No comprendo su pregunta.-Dijo confundido mirando la pobre ciudad.-
-Quiero que me digas… que vez y que podrías ver en un futuro.-
El chico volteo a ver a la reina pero esta no lo volteaba a ver, si no que miraba la ciudad en si.-Si quitamos el hecho de un pueblo oprimido y una dictadura, y el hecho de que es muy difícil mantener una guerra Económicamente hablando…-Suspiro de manera pesada- lo que muchos le dirían este lugar terminara.-
-Quizás… Pero yo no pienso dejar que me dominen ten eso por seguro… quiero que esto sea digno para sus ciudadanos ¿que es lo que tu opinas de mi?-Esta vez si volteo a verlo, pero no fue lo único que le dijo- No te guardes nada, quiero que tu aquí y ahora me digas todo lo que tengas guardado. Si tiñes algo que decirme o desquitarte por lo ocurrido hace unos días adelante… te juro que no te hare nada.-
-¿Enserio?-La reina asintió tres veces. Pero dentro de el sabia que decirlo, de cierta forma levantaría cierto rencor hacia el.-
-SI no dices nada será peor lo que te esperara cuando cruces esa puerta.-
-¿Tu crees que ayudas a tu pueblo?-
-Quiero que me digas tu opinión.-
-Les quitas la comida… los castigas sin clemencia, incluso los obligas a entrar a tus fuerzas militares para seguir tus ordenes infundiendo el miedo hasta el terror mismo…-
-Quizás sea mejor ser temida que respetada… Ahora… ¿Robar comida? No, la requiso para cuando haiga escases de alimentos, esta misma pueda ser racionada, en cuanto a los reclutas… no se les entrena únicamente para combatir. Si no para que comprendan el valor del orden y la disciplina, ahora los castigos… estarás consciente que si dejas que vea alguien que te puede robar… muchos otros podrían intentarlo. Lo único que hago es darles a entender su respectivo lugar.-
-Por muy nobles que tu creas que son tus intenciones, esos actos son crueles y deben de terminar.-
-¡Se bien que lo que hago es correcto!-Miro con cierto recelo al humano-
-en cierta forma es un punto de vista… y como tu dijiste… solo querías mi opinión y te la eh dado, en lo que a mi concierne, puedes hacer lo que tu quieras, eventualmente las cosas tomaran su curso.-
-¿Que estas insinuando?-Miro con el seño fruncido al chico-
-Que caerás… junto a esto que llamas ¡Tu reino!-Encaro a la reina-
El nunca sabrá de donde obtuvo el coraje, la voz y… vulgarmente hablando "Huevos" para haber dicho esto, la reina toleraba lo que le decía, pero burlarse y insultarla eso lo que hizo que los ojos de la reina se tornaran de un color blanco, mientras que su cuerno comenzaba a brillar en un tono obscuro, haciendo que el chico terminara cediendo contra el piso, como si algo lo estuviese obligando a que se mantuviera en el suelo.
-¡Una cosa es dar tu opinión… otra es burlarte y la otra es Insultarme niño ingrato!, ¡Se que hare lo mejor y cuando esta guerra termine, no solo mi reino me aclamara si no toda Equestria ten eso por seguro!-
Tras unos minutos mas, la reina dejo de usar su magia liberando así al chico quien para este punto tenia apenas fuerza para seguir respirando, pero no con las fuerzas suficientes como para levantarse. Poca o ninguna importancia le presto la reina y decidió salir del lugar, dejándolo ahí… el chico únicamente maldijo un par de veces antes de tratar de volverse a poner de pie. Al menos agradecía un poco que eso no haiga ido a mayores, o eso pensaba el.
/
Habían pasado unos días y la reina aun seguía yendo al frente, pero uno de esos días, cuando regreso… quizás fue su orgullo, quizás fue su necedad, pero había terminado algo mal herida, pese a las grandes insistencias de sus propios médicos militares, hizo caso omiso a las advertencias… el chico solo se limito a ver como ella la reinase iba a su dormitorio, dejando a tras suyo leves gotas de sangre en el piso de cristal, por un momento estuvo tentado a ayudarle, pero… tras recordar lo que ella misma le había hecho, solo se resignó a ir, tanto por tenerle rencor como para evitar que ella misma le hiciera algo a pesar de que fuera con buenas intenciones.
-a veces el orgullo es muy grande…-Hablo Hope acercándose al chico quien estaba parando mirando la puerta.-
-Obtiene lo que merece… cosecha lo que siembra.-Dijo indiferente mientras se disponía a irse del lugar.-
-Bueno… de ser ese el caso… creo que lo justo seria que tu le devolvieras el favor a la reina.-Miro de reojo al humano.-
Fin del cap.
