Conocerte
UA - Xover (Shaman King y Soul Eater NO ME PERTENECEN, pero la historia es mía, favor de no plagiar.)
Pues bueno, esta historia la había publicado como lo que era, un crossover. Pero después de revisar, me di cuenta que los xovers al ser escasos y estar en un apartado distinto tienen muy pocas visitas! Espero que de esta manera la gente interesada en estas dos series puedan verla con facilidad y se animen a leerla. Disfruten la lectura y gracias por darle la oportunidad! :D
Capítulo 1. "Huyendo de casa"
El estruendo de la puerta al cerrarse recorrió la calle entera. Yoh, enfadado por otra pelea con Hao, caminaba con su mochila a cuestas, lleno de una rabia que hasta ese momento desconocía.
-Maldito Hao...- murmuraba con frío, tratando de esconder sus manos en la chaqueta negra. – todo por sus muchas novias... ¡Como si yo tuviera la culpa! Además, ni que le hubiera cambiado el nombre tan feo...
Estaba triste. Luego de que su gemelo le reclamara el cambio nombre de la supuesta "Yuki" a "Clarisse", se había pasado hora y media gritándole cosas sobre sus padres fallecidos en un incendio, diciéndole, mientras su enfado iba emborrachando sus sentidos que él había tenido la culpa, que no era más que un estorbo, ¡un idiota!, y cuando Yoh no pudo soportar más palabras hirientes de su parte, guardó las pertenencias que creía más importantes y fáciles de cargar, tomó el dinero que tenía ahorrado y le gritó a Hao un: "si no me quieres aquí, no me verás más imbécil".
Ahora, recordando, se sentía como una novia engañada al haberle gritado eso. ¡Ja! Hasta la supuesta Yuki tuvo más dignidad al salir de una manera realmente calmada de ahí. Yoh se golpeó la frente ¡había olvidado su violoncello por la estúpida prisa!
¿Qué haría ahora? Podría ir por Amadis, su instrumento, en el horario de trabajo de Hao, pero por ahora no tenía ningún lugar a donde dormir, pues desde la muerte de sus padres ese departamento había sido su hogar. ¿Amigos? Horo era un vago sin casa, Ryu de viaje en motocicleta, Manta de viaje de negocios... Pensó en Kid y en Ren, pero no tuvo ganas de irse a meter a un régimen tan estricto.
De repente, como una idea llegada del cielo, se acordó de Maka, una amiga cercana que siempre apoyaba a todo su grupo de amigos. Ella trabajaba en un bar cercano y ¡a lo mejor se encontraba ahí a los muchachos!
Más tranquilo por recordar a sus buenos amigos, se puso los audífonos, y para cuando llegó al bar, ya estaba totalmente calmado gracias al poder de la música.
Quitándose los audífonos entró al oscuro recinto, un lugar pequeño pero acogedor, con gente hablando bajo y disfrutando de sus bebidas.
-¡Eh, Maka!
La joven sonrió al ver a su amigo y le indicó que se acercara a la barra mientras le ofrecía una copa.
-¡Yoh, que gusto! Toma, un tequila para entrar en calor.- dijo guiñándole un ojo.
-Maka, ¡yo no tomo! ¿No ves que este jovenzuelo menor de edad no puede romper las reglas del gobierno?
La chica soltó una carcajada ante el comentario.
-Que bruto eres. ¡Trágate tus veintiún años de una buena vez!
Yoh sonrió como respuesta, y con la bebida esperó a que Maka tuviera unos segundos libres.
-Ahora sí, disculpa.- Maka suspiró ante la mueca de su amigo.- Otra vez Hao, ¿cierto?
-Me salí del departamento Maka... – murmuró con tristeza.- No tengo donde dormir.
-¡Yoh, AMIGO!- La voz estruendosa del chico del norte resonó por todo el bar interrumpiendo a Yoh.- ¡Hace mucho que no te veoooo!
-¿Te puedes callar idiota?
-Muchachos, ¡hola!- El castaño los saludó con alegría.- Que bueno verlos por aquí.
-Sí, bueno... Black Star y Kid nos retaron...- comentó Ren con calma.- ¿Todo bien Yoh?
-¡ESOS IDIOTAS NO NOS VAN A GANAR!
Yoh suspiró cansado y Ren lo notó.
-Cualquier cosa, dime.
-Sí, gracias... Igual le vine a pedir ayuda a Maka.
-¿¡A QUIÉN LLAMAS IDIOTA, MORTAL!?
Ren asintió con la cabeza e Yoh se puso a saludar con gusto a los recién llegados, mientras que los cuatro se peleaban por diferentes motivos al mismo tiempo.
Por unos momentos palabras como "estúpido", "rayitas", "picudo" e "imbécil" iban de un bando a otro sin parar.
-Es increíble que después de conocerse sigan comportándose como unos idiotas.- murmuró Maka mientras secaba y acomodaba unos vasos.- Así que no tienes dormir, ¿verdad?
Yoh negó con la cabeza mientras veía a los chicos aventarse contra un futbolito de mesa como idiotas.
-¿Te acuerdas de que tengo una prima que es dueña de una pensión?
Yoh volteó a verla confundido. ¿Prima? ¿Pensión? ¿Cuándo habían tenido esa conversación?
-Ahh...-Mala rodó los ojos con cansancio.- No importa. El punto es que puedes dormir ahí.
-¿Con tu prima?
-En la pensión.
Yoh rió ante los ojos severos de la joven y le recibió otro tequila.
-¿Quieres emborracharme, Maka?- murmuró mientras lamía un limón con sal y hacía caras chistosas.
-Salgo en quince minutos. ¿Me esperas y te llevo?
Yoh le contestó con una sonrisa mientras veía a Maka atender a otras personas.
Se quedó un rato viendo su bebida, y se sobre saltó cuando sintió que alguien le movía el hombro.
-¿Nos vamos?- dijo Maka sonriéndole.
-¿Tan pronto pasaron los quince minutos?- Al ver a Maka decir que si, se despabiló y se tomó de un trago la bebida que había observado al parecer, por quince minutos.
Luego de pagar, se despidió de los muchachos, quienes en realidad estaba más concentrados en su juego.
-¡ESO NO ES SIMÉTRICO!
El grito de Kid fue lo último que escuchó al salir.
-.-.-.-.-.-.-.-
-Mira, mi prima es una persona muy seria, y si te voy a llevar ahí, no quiero que seas grosero o distraído, ¿me oyes?
-Siii, Maka, por quinta vez ¡SÍ!
Maka había ido dándole clases de Anna (porque ya sabía cómo se llamaba) durante todo el camino. Que no subiera los pies a la mesa, que en las noches no hiciera ruido, que no la molestara mientras veía sus telenovelas, que cuidara su cuerpo de los golpes (¿¡GOLPES!?), que no la hiciera enojar.
Y a todo esto Yoh decía si, si, si una y otra vez, sin saber en qué momento se callaría Maka.
Cuando por fin se encontraron frente a la puerta de la pensión, Yoh estaba temblando por todas las advertencias que la joven le había hecho. ¿Si respiraba de más lo golpearía también?
-Ah, y seguramente estará de mal humor porque ya es muy tarde.- Yoh casi se cae de espaldas al escuchar esto.
Tocaron la puerta y minutos después, se abrió violentamente. Yoh retrocedió unos pasos de la impresión, y cuando vio a la famosa Anna, se quedó petrificado mientras habría desmesuradamente los ojos.
Anna era... Simplemente...
-Hermosa...- Yoh murmuró lo que estaba pensando sin siquiera notarlo, y las dos rubias lo voltearon a ver estupefactas.
Yoh quitó su cara de idiota y sacudió la cabeza mientras se disculpaba.
-Hueles a alcohol.- le dijo la muchacha al sentir el aliento del joven.- ¡Maka! ¿Qué te dije de traer borrachos a mi casa?
-Aunque lo parezca, no es un borracho.- dijo Maka tranquila.- Va a quedarse a dormir, yo se que tienes habitaciones libres, dale una renta por favor, Anna
Maka sonrió y la mencionada suspiró con pesadez. Sólo a su prima le permitiría ese tipo de cosas. Se hizo a un lado para que Maka pudiera pasar, pero cuando Yoh iba a entrar en la pensión, le cerró el paso con el ceño fruncido.
-No quiero que rompas ninguna regla, ¿me oíste?
-Si Annita.- Dijo el castaño nervioso por la cercanía de la joven.
Anna trató de evitar el sonrojo.
-¡Y no me digas Annita!- farfulló con una minúscula sonrisa.
-Perdón, Annita.- Murmuró embobado.
La rubia gritó indignada y dando media vuelta empezó a caminar. Yoh entró la casa, y Maka, al hacer contacto visual le dijo quedito: "te estoy viendo" mientras movía dos dedos de sus ojos verdes a los del muchacho.
Yoh sonrió y Maka se despidió de ambos.
-¡No lo mates, es mi amigo!- gritó antes de cerrar la puerta.
-¡Ey! ¡Nombre!.- gritó Anna con un montón de papeles que tiró en un escritorio.
-Yoh Asakura, veintiún años, ¡no se cuanto peso!
Anna lo miró con extrañeza mientras se sentaba detrás del escritorio. Era curioso que existieran jóvenes así, tan... Raros.
-Bien... llena esto, esto y esto.- dijo mientras le llenaba de papeles las manos.- Aceptas esto, esto y esto.- Mientras iba señalando todos los puntos con un dedo fino y una uña muy cuidada.
Yoh seguía su dedo por todo el papel, pues a ratitos ella abría la mano al ir explicando, y a él le gustaba ver lo delgado de sus dedos.
-Es una mano muy bonita.- le dijo sonriendo.
-¿Me has puesto algo de atención al menos?
-¡Por supuesto!
-¿Qué debes firmar primero?
-Ehm...-Yoh le sonrió despistado.- Es que tengo mucha hambre Annita, estoy un poquito mareado...
Y era verdad, pues como casi nunca tomaba, esos dos tequilas comenzaban a darle vueltas la cabeza.
-Ven.- Le dijo resignada la rubia mientras lo arrastraba hacia la cocina.
-Tus manos son suaves.- dijo con voz boba mientras agarraba entre sus grandes manos las pequeñas y delicadas de la joven.- ¿Te han dicho que eres hermosa?
-Estás borracho.- repuso con frialdad.- No quiero que vomites mi alfombra.
A partir de ahí, Yoh se acordaría bien poco. Anna le obligó a tomarse una espesa bebida mientras él le hacía pucheros porque sabía feo, y luego de escucharlo llorar y quejarse de Hao, de lo malo que era con él, de lo triste que había estado desde la muerte de sus papás y de lo mucho que los extrañaba, le ayudó a subir las escaleras y lo dejó caer en un futón cuan largo era.
Anna se había dado la vuelta y estaba dispuesta a irse, pero al voltear y verlo ahí, medio tirado y encogido por el frío, no pudo evitar inclinarse y meterlo bien en la cama.
Mientras le quitaba los restos de lágrimas, sonrió con dulzura. Era un muchacho... Especial. "E increíblemente guapo", se dijo mientras le quitaba los audífonos y le apartaba el pelo de la cara.
Suspiró y salió de la habitación, dejando a un Yoh tranquilo que soñaba con naranjas...
NA
¿Qué tal? Espero les haya gustado!
Dejen reviews para que me anime a seguir publicando esta historia! :D
KAIMKA ;)
