Fanfic del manga yaoi Koi suru boukun de Hinako Takanaga
Esta historia se basa en el mundo omegaverse, es la introducción de la primera historia que he escrito. Espero plasmar aquí el gran amor que le tengo a mis preciados personajes.
El omega Souichi Tatsumi
-Souichi estaba sumamente concentrado haciendo sus supresores, los que vendían eran muy flojos solo servían para ayudar en la tortura del celo, él no quería eso, él no quería tener un celo en primer lugar, no quería oler a omega, nunca, como odiaba que todos los omegas olieran a estúpidas flores, era tan empalagoso para él tener que oler jazmines, gardenias, lirios, flores de chocolate, intensas clavellinas, glicinas, también era común el olor a la miel o la vainilla, era tan irritante que los padres de poca imaginación bauticen a sus hijos omegas por su olor eso es tan molesto! No es que odiara su olor realmente, sabía que era bastante inusual, desde que era niño sus compañeros lo molestaban por no oler como ellos y su madre Hana le abrazaba mientras le decía que el olía como una gran montaña, a su tierra mojada por la suave brisa, fértil y fuerte. Le besaba con ternura y le aclaraba que no olía a ninguna flor en específico que él era la primavera entera, con orgullo le dijo que olía a libertad. Él era un niño omega bastante inusual, odiaba que lo trataran como a una niña, ¡él era un niño! No le gustaba jugar con muñecas ni con bebes de mentiras, ¡él no quería jugar a ser la mami de nadie! Él quería ser un astronauta e ir a la luna, o a otros planetas muy lejos de sus bobos compañeros de clases, siempre se enojaba con su madre por dejarle su cabello largo eso asía que lo confundieran aún más con una niña pero ella solo le sonreía y le decía que se veía hermoso con su largo cabello de suaves hebras platinadas que brillaban doradas con la luz del sol. Él la amaba solo por ella no cedió a sus malos deseos de cortárselo con sus tijeritas. Era tan feliz tenía un nuevo hermanito Tomoe, otro omega como el, que olía tan bonito como su madre, le quería mucho, y como era el mayor juro protegerlo siempre, su padre Souiji un alfa, un gran investigador de insectos que viajaba por todo el mundo, por eso casi no estaba en casa pero aun así le admiraba mucho, su padre era muy apasionado con lo que hacía, a él también le quería mucho, era muy bueno y más consentidor incluso que su madre. Era un niño brillante, demasiado inteligente, Con un gran sentido de la justicia, ¡quería cambiar al mundo! Con el paso del tiempo tuvo a su segunda hermanita una omega que era la bebe más bonita de todas Kanako era idéntica a su madre, incluso en la suave fragancia que despedía su pequeño cuerpecito, no pudo evitar sentirse un poco celoso él era el único que no se parecía ni olía como su madre, pero él no se quejó y le prometió a su madre que también la cuidaría para siempre. Todo iba muy bien hasta que un día cuando tenía trece años estando en plena clase de química, su primer celo se presentó, todo fue demasiado confuso, su cuerpo no le respondía, su piel dolía por ser tocada, sus compañeros alfas enloquecieron y trataron de marcarlo, Souichi odio tanto su naturaleza de omega porque a pesar de resistirse tanto como pudo su cuerpo traicionero anhelaba que lo ultrajaran, se sentía asqueroso, tan caliente y sudoroso, su pene dolía, su entrada palpitaba y no paraba de secretar lubricante natural, que escurría y empapaba su uniforme, se sentía vacío, desesperado por tener algo rompiéndolo todo dentro de él, lo odiaba, odiaba sentirse tan vulnerable. Souichi lo sabía, ya todo eso lo sabía su cuerpo ya estaba listo para recibir a un alfa dentro de él, recibir su semilla y engendrar una nueva vida, eso le aterraba, rechazaba con todo su ser esa idea, él no quería pertenecerle a nadie, y en medio de sollozos se juró a si mismo que nunca lo iba a permitir, él demostraría que era mucho más fuerte que ese primitivo instinto animal, estaba llorando desconsolado, le gritaba a su profesor que lo ayudara, aferrado a su profesor escapo ileso a la enfermería, se sentía tan humillado, con los benditos supresores pudo sobrevivir a esa tortura, decidió con gran convicción nunca volver a experimentar un celo en toda su vida. Se volvió incluso más gruñón, en la secundaria se burlaban constantemente de él le decían que olía desagradable y que era el omega más feo de todos, que por eso era tan amargado que nunca tendría pareja y a Souichi le importaba una mierda, con sus gafas, el cabello alborotado y recogido en una simple coleta, Su ropa cómoda, no usaría por nada en el mundo esa ridícula ropa para omegas masculinos, ni maquillaje e inútiles accesorios, solo quería estar tranquilo, su lugar favorito era el laboratorio de ciencias tenía una gran fascinación por la química desde que descubrió que así podía hacer sus propios supresores y se convirtió en su nueva obsesión, su gran objetivo era crear un supresor que no solo ayudara a evitar sus celos, también quería crear uno que ocultara su olor a omega y lo hiciera parecer como un simple beta, como los envidiaba no tenían que sufrir por instintos tan primitivos.
Souichi Tatsumi odiaba muchas cosas pero lo que más aborrece con todo su corazón era a los Alfas. En toda su vida tenía dos excepciones su viejo Soiji y Minato sensei que le enseña química avanzada pero ellos no contaban realmente solo eran así de buenos y justos porque tenían hijos omegas que amaban. Ahora en pleno siglo XXI no era tan malo se había avanzado mucho en los derechos de los omegas y su trato igualitario, incluso muchas leyes que los protegían, aunque aún hay muchos alfas trogloditas que aún viven en el pasado de cuando ellos gobernaban el mundo, un mundo donde solo ellos recibían educación superior, cargos importantes en política y manejo de negocios, mientras que los betas solo eran simples peones y los omegas eran totalmente sometidos, sin oportunidades de educación y trabajo, solo eran instruidos desde niños que su deber y mayor logro en la vida era parir hijos robustos, criarlos con las buenas costumbres, saber cocinar, lavar atender la casa y lo más importante era pertenecer y complacer a su alfa, total sumisión se esperaba de un buen omega, en cuanto los omegas tenían la edad de su primer celo sus padres solo se preocupaban de encontrarles un buen marido, los omegas son una minoría, muy valorados de una retorcida manera, por lo tanto se conseguían buenas dotes al casarlos, los malditos prácticamente vendían a sus propios hijos, por otro lado los omegas de padres pobres y vulnerables de la sociedad corrían el grave riesgo de ser secuestrados, vendidos a viejos alfas con delirios de sultanes queriendo crear arenes o prostituidos por proxenetas quienes querían vivir de su sufrimiento o incluso sus propios padres les vendían y de ellos subsistían . Por esto cuando nacía un omega que no podía ser protegido y por ser tan valiosos existían centros para omegas donde se les cuidaba y educaba para al final conseguirle buenos alfas que cuidaran de ellos.
Por eso los desprecio tanto aun hoy en día, los hijos de puta se creen superiores, menosprecian a los betas y quieren poseer a los omegas.
_El sonido de la campana lo saco de sus profundos pensamientos ya era hora de ir a casa, quería llegar pronto su madre aunque trate de ocultárselo ha estado enferma necesita comer y descansar más, puedo ayudarle para que descanse, la última vez que quise prepararle algo de comer me puso una orden de restricción no puedo acercarme a menos de dos metros de la cocina, ella no entiende porque soy tan malo cocinado aun cuando se me da tan bien la química dice que la preparación de alimentos es química pura.
Madre no mejoro, se había desmayado mientras iba a dejar a Kanako a la guardería, en el hospital le diagnosticaron leucemia ya estaba muy avanzado no podían hacer nada para curarla. Murió al poco tiempo.
La muerte de mi madre rompió algo en mi corazón, estaba devastado, ella era lo que yo más amaba y su partida me hacía sentirme perdido y abandonado, estuve con ella sus últimos momentos la vi como tranquilamente se quedaba dormida para ya no volver a despertar nunca más.
Mi madre se despidió de nosotros, nos deseo felicidad, quería la misma felicidad que ella sintió, porque toda su vida fue feliz porque nosotros la hacíamos sonreír.
Souichi agudizo su complejo de hermano, siendo sobre protector, los corrige con su puño del amor, su viejo siguió en sus investigaciones en las selvas de algún lugar del mundo lo quería mucho pero desde que su madre murió parece que vuelve menos a casa. En la preparatoria al fin pudo crear el supresor de sus sueños uno que eliminaba su olor a omega completamente pasaba desapercibido como cualquier otro beta, no podía conservar el olor que tanto le gustaba a su madre, repudiaba que los alfas lo olieran e interesados por su rareza aspiraran descaradamente y excitados trataran de definir su esencia, como se atrevían esos hijos de puta a querer corromper algo que era tan especial para él, por eso como modo de disculpa mantenía su cabello largo.
En la universidad nadie sabía que era un omega, trabajo muy duro era un excelente estudiante que se ganó el reconocimiento y la confianza de los profesores tanto que ya era un asistente en los laboratorios, pero él también era reconocido en todo el campus por ser un demonio y un tirano, con defectuosa personalidad, por su antipatía hacia los demás, el solo necesitaba su laboratorio y sus experimentos para ser feliz.
Su vida era pacifica, estaba tan metido en su tan exclusivo mundo que había ignorado totalmente y más de una ocasión a quien revolucionaria toda su vida.
El Alfa Morinaga Tetsuhiro
Era un alfa de clase alta, con poderosas feromonas, alto, de negros cabellos, de mirada dulce y sonrisa amable.
Pero él no era perfecto al menos no para su padre que era un alfa severo que siempre reprobó su manera de actuar, "tu no pareces un alfa" -le decía- "corrige esa manera tan femenina de hablar y de moverte" "no juegues cosas de omegas" "no te juntes con los insignificantes betas de los que no sacas ningún provecho" Su padre no le quería pero el sentimiento era mutuo. Tetsuhiro odiaba la forma en la que ese hombre trataba a su madre quien era una pequeña omega en extremo sumisa que vivía temerosa, era una triste extensión de los deseos de su padre, a ella ya no le quedaba amor en el corazón todo eso él se encargó de acabarlo. A pesar de tener tan poquito amor creció como un niño alegre con un gran sentido de justicia, prometió nunca convertirse en un alfa como su padre. Su primer gran amor fue el mejor amigo de su hermano mayor, Masaki, era un beta hijo de un importante político solo por eso su padre soportaba su amistad con su hijo todo por conveniencia.
Pero nada de eso le importaba a Tetsuhiro. El trataba a las personas como iguales y desde niño estuvo cautivado por tan hermosa persona. El día que junto el valor y se declaró sintió morir de felicidad cuando sus sentimientos fueron correspondidos y vivieron por más de un año un amor secreto donde Tetsuhiro experimento junto con Masaki la magia del primer beso, la primera caricia y la primera vez que hicieron el amor, era tan feliz hasta que su hermano Kunihiro los descubrió y les dijo cosas muy crueles que hicieron heridas muy profundas en el corazón de Masaki y su felicidad de desvaneció, la persona que adoraba más que a nada en el mundo le confeso que amaba a su hermano, que si lo despreciaba no podría vivir, llorando le pedía perdón por aprovecharse de su amabilidad y de su amor.
Fue un gran escándalo el hijo del importante político trato de suicidarse todo por haber sido seducido por un alfa que se aprovechó de el con sus irresistibles feromonas y jugo de manera vil con sus sentimientos.
Su hermano lo odio y lo culpo, su madre nunca se sintió realmente como una, nunca le dio ese amor incondicional, ella solo era como una extensión sin mente de su padre, que despreciaba el hecho que su hijo se revolcara con un beta inferior y además un varón eso iba en contra de la naturaleza. Repudiarlo hubiera sido demasiado para el qué dirán de la alta sociedad después de todo él era un alfa y los alfa tenían el poder y un simple delis con un insignificante beta no era motivo suficiente para desheredarlo. Tenía solo dieciséis años y su familia le ignoraba, todos sus conocidos creyeron los rumores evitándole por su crueldad, así con el corazón roto, sintiéndose más solo que nunca, decidió no volver a preocuparse por el amor buscaba consuelo quizás, en los brazos de amantes desconocidos no importaba quien era la otra persona siempre y cuando fueran betas, no le atraían las mujeres, ni los omegas, su extrema sumisión le recordaban a su madre y le apagaban. Temía aprovecharse de ellos se igual de ruin que su padres por eso les evitaba. Tuvo una vida salvaje por casi dos desolados años hasta que decidió darle un cambio a su vida, se inscribió para la universidad de Nagoya y se iría muy lejos a empezar una nueva vida.
No sería más un alfa, tomaría supresores y pasaría como cualquier otro beta si tenía suerte podría conocer a alguien que lo amara por quien realmente era, alguien que sanara su corazón. Alguien a quien pueda amar, fue a su encuentro, estaba lleno de esperanza.
