Hola queridos lectores, espero estén bien, esta vez les traigo una historia en un Universo alterno de Saint Seiya, vamos a ver en esta trama criaturas sobrenaturales de todo tipo no solo licantropos. También si son amantes del SaorixSaga les comento que lo tendrán a montón, si les gusta la historia pues la continuo, si no pues me la llevo xD ustedes dirán. Por supuesto acepto criticas, comentarios e incluso sugerencias sobre las próximas parejas aunque mas o menos las tengo visualizadas, en fin espero les guste y puedan disfrutarla.
Antes deben saber que:
NO ES YAOI, ya he dicho que lo respeto pero yo no lo escribo
En esta historia aclaro que, Saga aparenta 24 años y Saori tiene 20, asi como la mayoria de los personajes cuyas edades rondan en los 20+, nada de romances fuera de la edad.
Ahora si ya pueden leer :3
Los personajes de Saint Seiya no me pertenecen
Capitulo 1
La Tristeza de Ambos
Bosque Ariccia, Roma-Italia
La oscuridad de la noche abrazaba el bosque de Ariccia a las afueras de Roma, se dice que nunca se vieron casas dentro del lugar solo templos, cuentan que es un lugar sagrado visitado por los dioses. A través de los árboles y enormes pinos brotaban gruesas gotas de agua pertenecientes a la fuerte tormenta que se descargaba, una chica de 17 años caminaba bajo la lluvia en lo profundo del bosque, parecía perdida, triste, sin vida. Sus pasos eran lentos, como si no le importara en lo más mínimo, el enfermar, o el simple hecho de estar en un terrorífico lugar a mitad de la noche.
La chica, una peli lila de cabellos largos, contextura delgada y frágil, que vestía un pantalón beige que combinaban a la perfección con una blusa celeste, calzando sandalias sin tacón dejando sus pies al descubierto, aun así, parecía no importarle, ella continuaba con su caminata. La lluvia arreciaba y parecía cubrir todo rastro de sonidos en el bosque, incluso aquellos que le permitirían encender su instinto de supervivencia.
A lo lejos un par de ojos azules le observaban, brillaban como la misma luna, el solo saber que se convertiría en su cena le causaba un éxtasis total. La criatura desde lo mas profundo de la oscuridad le acechaba, calculaba con detalle cada uno de sus movimientos, esperando el momento exacto en el que atacaría, su pelaje marron oscuro le otorgaba la facilidad del camuflaje, cazar sin ser visto.
Un par de lagrimas se confundían con el liquido fluvial, el que observara su rostro mojado solo pensaría que lleva varias horas a merced de la tormenta, sin embargo, el que realmente le viera con detalle sabría por sus facciones que estaba completamente triste, que lloraba, que se lamentaba. La muchacha escucho ciertos ruidos que la pusieron alerta, aun así no era suficiente como para detenerse, al final no le interesaba si moría o vivía.
Residencia a las afueras del bosque Ariccia – Minutos antes
Tan solo había pasado 1 semana de su llegada a la ciudad de Roma, tenía que encontrar un lugar lo suficientemente bueno para pasar desapercibido, tratar de llevar una vida "normal" y empezar de nuevo, aun así no era nada sencillo. El chico que a simple vista parecía tener unos 24 años, creía que el comenzar de nuevo no era tan fácil, es decir, ya lo había hecho antes, pero para ese entonces solo eran 2, ahora se había duplicado el número y no estaba tan seguro de su nueva vida en Roma.
No era como si le encantara la idea de que fuera Italia, sino que en ciertos documentos encontró un título de propiedad que pertenecía a esta nueva casa en la que se quedaban. Al decir verdad no estaba nada mal, suficientemente grande como para vivir cómodamente y adecuada para no llamar la atención, lo mejor de todo era la ubicación, puesto que estaba fuera del radio de búsqueda, cruzando el bosque, alejado de la ciudad pero a la vez cerca de la civilización.
El muchacho se tiro en la cama de golpe boca abajo, hoy era ese día, ese que todo los años detestaba, que si pudiera borrarlo del calendario, lo haría. El 1ro de Mayo, como lo odiaba, sus razones eran suficientes como para que todo el mundo lo dejara en paz ese día, al menos el que considerara valiosa su vida. Suspiro cansadamente, la sensación lo invadía, el calor en el pecho, la melancolía, la tristeza, la rabia, la impotencia de no haber podido hacer nada.
El peli azul de aparentes 24 años con cabello azul largo, vestía pantalones negros igual que sus botas y camisa sin mangas, una chaqueta de cuero con hebillas plateadas, en ambos lados, en su cuello una placa militar, con sus datos, los verdaderos, estos tenían más de dos siglos con él y era el recordatorio de que alguna vez fue humano, al igual que esa cicatriz que llevaba desde arriba de la ceja izquierda pasando por su ojo hasta terminar en la mejilla, no era muy grande se trataba de un par de líneas diagonales que atravesaban su ojo, también el recuerdo de que fue vencido esa noche que no pudo hacer nada.
Rápidamente se levantó, acomodo su ropa y bajo las escaleras, en la sala pudo observar a sus hermanos, a su manada, su hermano, idéntico físicamente a él, su gemelo, vestido prácticamente igual que su par con la excepción de que su cabello era más oscuro y tenía una camisa sin mangas roja, su chaqueta de cuero en el perchero, pues no pensaba salir. También ese chico que habían salvado en la frontera de Grecia con Bulgaria, un peli azul también, con cabello más corto y ojos azules, tenía 20 años de edad y vestía pantalones negros con botas iguales, una chaqueta de jean azul con cuello levantado y una musculosa roja debajo. El ultimo, de la misma edad que el otro, aquel que rescataron en Francia, de cabello aguamarina y ojos azules, vestía un pantalones y zapatos negros, musculosa azul oscuro y una chaqueta blanca con el cuello levantado. Un par de cachorros si le preguntaban, Aun así, no era como si los invito a seguirle, ellos simplemente lo hicieron, de esa manera habían terminado todos juntos, los cuatro.
-¿A dónde vas? Y con esta horrible tormenta- se atrevió a preguntar el peli azul menor, que comía algo de cereal en el mueble de dos puestos
-Milo, déjalo en paz, no tiene que explicarnos a donde va- le replico fríamente el de cabello aguamarina apenas levantando la mirada del libro que leía
Saga les observo a ambos, ceño fruncido, puños cerrados, sin duda no era una buena señal, su vida era tan fácil cuando no tenía que encargarse de ese par, cuando solo viajaba bajo la luz de la luna con su gemelo, ahora todo era más complicado, sin duda era el Alpha de la manada y con un gruñido todo quedaría claro, pero se tornaba más difícil mantener su paciencia.
Kanon, que había observado a los menores de la manada y su hermano por el cual se preocupaba cada vez que ese día llegaba, decidió que era buena idea calmar el ambiente que de pronto se tornó tenso y pesado. Se levantó de su sitio y se dirigió hacia su gemelo.
-Ve, Saga- dijo el menor colocándole una mano en el hombro- pero procura regresar en una pieza, hermanito, haz lo que tengas que hacer- el gemelo le miraba a los ojos, dándole el apoyo que necesitaba, Kanon sabía lo que este día significaba y por supuesto, tenía ya muchos años soportando el dolor en el pecho que le transmitía su hermano gemelo. Saga asintió, tomo las llaves y salió de la casa con dirección al bosque
- Como eres de molesto Milo, sabes muy bien que para esta fecha hay que dejar a Saga en paz, tal parece que no valoras tu vida lo suficiente- le reprendió su mejor amigo
-Bah, yo solo lo estoy cuidando Camus, mira la tormenta que hay afuera, es un diluvio, está bien que sea un licántropo, pero para los cazadores es más fácil este tipo de situaciones, es el quien nos dice que no debemos abusar de nuestra condición y confiarnos, además sigo sin entender porque se pone tan irritante este día- Milo dijo llevándose las manos detrás de la nuca
-Suficiente, Milo, No es algo que te interese, limítate a cerrar la boca y a obedecer, si no lo haces por voluntad propia, tal vez Saga lo haga por ti- Kanon le dijo con semblante serio y una mirada de reproche, dicho esto el muchacho desapareció en la cocina
Milo paso saliva y luego bufo, no entendía nada- Camus- le llamo
El francés suspiro cansado – Dime, Milo- sin despegar la mirada de su libro
-Tu sabes ¿por qué?- el peli azul se sentó correctamente para mirar fijo a Camus
El galo volvió a suspirar cerrando sus ojos- No, no lo sé, pero me parece que no nos importa, es decir, ese no es nuestro problema Milo, lo que haya pasado, no debe interesarnos, simplemente déjalo en paz, esta no es la primera vez pasamos por esto, este es el quinto año que estamos con los gemelos- Camus culmino observando directamente a los ojos a su compañero
Milo se puso serio y frunció un poco- Somos manada, Camus, debería tenernos algo de confianza, aunque, es cierto, tal vez tu tengas razón, lo mejor es que me mantenga callado- dijo eso ultimo suspirando, metió las manos en sus bolsillos y comenzó a caminar a su habitación- Buenas noches- el otro asintió con la misma frase, Milo no estaba molesto, solo le parecía que habían cosas que los gemelos deberían contarles, que los secretos, eran lo único que no terminaban de unir completamente a la manada.
Bosque Ariccia, Roma-Italia
Saga corría y lo hacía al máximo que sus piernas le permitían, la descarga de adrenalina en su cuerpo le pedía más, necesitaba sacar todo lo que tenía acumulado. Para cuando se dio cuenta ya estaba transformado, habia salido de su casa igual que llego al bosque, corriendo, Ariccia era una extensión demasiado grande podría estar horas ahí que no lo notaria, cuando finalmente llego al centro lo hizo jadeando, su pelaje estaba empapado y ahora cansado, observaba desde un pequeño montículo la luna mientras se preguntaba ¿Por qué? Seguía haciendo aquello, después de tantos años.
Sus oídos, agudizados totalmente le informaban de la presencia de otra persona a lo lejos, un pequeño sollozo le llamo la atención, era muy extraño encontrar gente internada en el bosque a la media noche con semejante tormenta. Sin embargo a medida que se acercaba podía escucharlos mejor, algo llego a su nariz, un olor, uno muy conocido, era igual a él, otro de su especie estaba cerca y no le gustaba nada lo que estaba pasando por su mente así que apuro el paso.
…
La chica sollozaba, más y más, se había sentado en el borde de un árbol abrazando sus rodillas mientras recostaba su frente en ellas, sentía la lluvia caer fuertemente sobre su espalda y temblaba de frio, ignorante de que un peligro la acechaba.
El enorme animal de pelaje marrón, decidió que era el momento para atacar, aunque jugaría un poco primero, la perseguiría hasta que rogara por su vida y luego, simplemente le desgarraría el cuello.
La peli lila escucho unos pasos acercándose y un gruñido, se atrevió a levantar la cabeza para ver el enorme animal que estaba frente a ella, lo que parecía un lobo de libros de ficción estaba allí parado, con enormes ojos azules brillantes, pelaje marrón oscuro y denso además de enormes colmillos blancos indicándole que si no se movía, pronto estaría muerta. Inconscientemente los recuerdos llegaron a su mente, aquella noche que hubiera querido evitar, la causa de la muerte de su familia estaba frente a ella, no directamente, pero aun así ella no podía borrarlos de su memoria.
La chica como pudo se levantó trastrabillando y comenzó a correr a la máxima velocidad que su cuerpo le permitía, lo cual para el animal eran un par de zancadas al parecer. Pronto se fue acercando a ella y más aún cuando una rama le impidió seguir corriendo, derribándola por completo, la muchacha se tocó el lado derecho de su frente y vio el líquido escarlata, era apenas un hilo de sangre, pero allí estaba. Retrocedió con sus brazos en la tierra mojada, pantano en realidad. Sus labios temblaban, jamás había visto tal cosa, su corazón latía demasiado fuerte, pensó que se le iba a salir del pecho e irónicamente su mente le dijo que si no se salía solo, la bestia se lo arrancaría.
El enorme hocico del animal que mostraba los dientes estaba a centímetros de su rostro, estaba a punto de ser asesinada y nadie podría evitarlo, la encontrarían con suerte días después si es que el pantano del bosque no la enterraba. Pero entonces el momento de su tan esperada muerte nunca llego, la chica sintió como el calor del aliento de la criatura le era arrebatado, se froto los ojos para observar con claridad y lo vio, otro, era otra de esas cosas enormes, esta vez un poco más grande que el otro, de pelaje negro azabache como la misma noche y sus ojos, esas esferas rojas carmesí brillantes que parecían ser luces artificiales. Esa otra bestia había atacado al de pelaje marrón, se revolcaban en el pantano y ella no podía moverse, solo observaba como esos animales se mataban entre sí, el que anteriormente le había atacado le proporciono una mordida en el costado a su defensor que aulló de pronto, aunque este se reincorporo y con todo su peso lo embistió al atacante y le mordió la yugular, la bestia dio un alarido, se levantó y corrió.
Ella seguía en el suelo, observando atentamente lo que había sucedido, su defensor, se volteo hacia ella mirándola con esos orbes rojos, se fijó que la sangre corría en su lado izquierdo, sin embargo el lobo sacudió su pelaje empapado y se acercó a ella. Ambos se miraban a los ojos, Saori no supo por que, pero en vez de querer correr, alzo su mano como si quisiera acariciarle, darle las gracias, el animal bajo la cabeza y esta pudo hacerlo, se dio cuenta de la cicatriz que tenía en el ojo, deslizo uno de sus pulgares mientras el can solo la dejaba tocarle, sus ojos volvieron a tomar su color verde esmeralda y ella sonrió, eran los ojos más hermosos que había visto. El miedo que la chica sintió por aquel lobo desapareció, el recuerdo seguía allí pero no estaba segura de la razón por la cual no podía reaccionar ante el lobo azabache.
-Te lo agradezco mucho- sus ojos azules se iluminaron a pesar de la oscuridad, era como si le otorgaran otra oportunidad de vida
El enorme lobo froto su cabeza contra la mano de la muchacha y dicho esto salió corriendo por donde vino
Saori se quedó perpleja, sonriente, pero sorprendida, viéndolo irse, escucho una voz que le decía algo como "Deberías volver a tu casa" en su mente, imagino que sería su propia consciencia, así que se propuso a levantarse y caminar directo a su casa, que realmente no estaba lejos, solo quería salir de ahí.
Residencia de Saga
Kanon estaba aterrado, en su pecho tenía una angustia terrible, de esas que le daban cuando su hermano estaba en algún problema, al cabo de unos minutos dejo de sentirlo, y la calma vino a él, acompañado de otra sensación que no podía definir, paz, tranquilidad, alivio, ¿felicidad? El gemelo menor no supo interpretarlo.
El segundo gemelo se encontraba acostado en el mueble de tres puestos, se había quedado dormido mientras hablaba con Camus que realmente se durmió primero que él leyendo aquel dichoso libro, le había dejado hablando solo, Milo en su habitación también descansaba y ahora Kanon se sentaba de golpe por aquella sensación que lo había despertado. Su agudo oído percibió el sonido de las llaves y unos segundos después su hermano entraba por la puerta.
-Saga- el joven se levantó de golpe, le observo de arriba abajo, su ropa era un desastre llena de pantano, estaba completamente sucio aunque su preocupación se fue directo a lo que goteaba en el piso, la sangre que emanaba del costado del muchacho
-Relájate Kanon, estoy sanando- dijo mientras observaba su herida, levanto la camisa y gruño- Al menos eso creo
-¿Que me calme dices?, escucha sé que eres un Alpha y todo pero, eso no está bien y no lo hizo cualquiera, fue un Lobo ¿verdad?- dijo en un tono no muy amigable
El gemelo mayor le miro mientras se quitaba la chaqueta con una mueca de fastidio- mmm, ¿Tal vez?- le dijo en tono inocente
El francés se había levantado por la voz del gemelo menor que no parecía estar contento y al ver a su mayor supo porque- ¿Qué te paso?- preguntaba el muchacho mientras se frotaba los ojos
-Nada Camus, vuelve a dormir, no vamos a alarmarnos por esto, voy a darme una ducha, mañana hablamos- Saga camino escaleras arriba ignorando la mirada de su gemelo, cada paso que dio era una mueca que hacía, realmente le estaba molestando
Camus miro interrogante a Kanon – Ya lo escuchaste, hablaremos mañana- el chico asintió quitándose su chaqueta y caminando escaleras arriba hacia su habitación
-Buenas noches Kanon- le dijo el de cabello aguamarina y desapareció de la vista del gemelo
Residencia Kido al norte del Bosque Ariccia
Un vecindario para nada concurrido era el hogar de la chica peli lila que había presenciado un hecho sobrenatural, esa noche que salió a olvidarse de lo triste y cruel que era su vida, la razón por la cual no quería regresar a casa era porque le recordaba a ellos, apenas se cumplía un mes de su muerte, de aquel terrible accidente. Una noche tan oscura y lluviosa como la que estaba presente, su abuelo, hermana y ella regresaban de una pequeña reunión en la casa de los socios, era prácticamente familiar pues estos se conocían de toda la vida, por eso su abuelo había decidido llevarlas a ambas para que disfrutaran de la velada alrededor del joven Solo. Sin embargo esa noche no planeaba ser como cualquier otra, algo golpeo el auto donde viajaba la familia Kido, al parecer un animal, eso hizo que se estrellaran con un poste de electricidad, sin embargo no fue eso lo que los asesino, los tres estaban heridos por el golpe pero pudieron alejarse del auto antes de que estallara, sin otra salida que tomar, se adentraron en el bosque buscando ayuda o por lo menos al salir del otro lado encontrarían civilización. Aun así lo que consiguieron fue la muerte, bestias enormes corrían hacia ellos en una velocidad tremenda, estaban huyendo de algo así que pasaron de largo, sin embargo la ráfaga de flechas no lo hizo así, ella, Saori, cuando observo a los enormes lobos pasar se agacho en la tierra cubriendo sus orejas con las manos soltándose de su hermana, su abuelo y hermana mayor un poco más separados se habían abrazado, el protegiéndola a ella, ambos muriendo ante las flechas que les atravesaron en el acto, Saori no recordaba nada mas, no supo que sucedió después, excepto que apareció en su casa, policías alrededor y uno le explico que fueron cazadores los que mataron a su familia (ignorando el hecho de que lo que cazaban eran lobos) jamás se dijo nada sobre la captura de estas personas o si alguien pago por el crimen, un mes había pasado y aún seguía todo igual.
Suspiro cansada mientras salía de la ducha, observo el corte en su frente que había dejado de sangrar por el agua y se dispuso a vestirse. Cuando se recostó sobre la cama pensó en el susto que se llevó, esa bestia, era como los que vio aquella noche, eran iguales, por eso no podía reaccionar, aun así sonrió al recordad a su salvador, otro de ellos, uno que no tenía intenciones de hacerle daño y que la resguardo del otro animal que se disponía a matarla. Sus ojos, primero rojos escarlata brillantes y luego un apacible verde esmeralda, no lo olvidaría nunca, le estaría agradecida siempre, si la había salvado ese Lobo era porque definitivamente no le correspondía morir, es decir, ¿qué posibilidades existían de que otro lobo le salvara la vida?, era una en un millón. La chica se volteo dispuesta a dormir y a comenzar un nuevo día por la mañana, esperando algún día volver a encontrarse con esos hermosos ojos esmeralda.
Si les gusto no duden dejar sus reviews y si no, también para saberlo, como siempre depende de la aceptación del fic para que la continúe, gracias por leer :3
