Ya que estamos en pleno 14 de Febrero o mejor conocido como San Calcetín... digo San Valentín y tbm cumpleaños de Valentine de Arpía jajaj xD...

Pues un shot precuela de mi fic "Cuán profundo es tu amor", otro detalle es que esta historia sería posterior al shot que le corresponde e Albafica de la serie "Aún así" (con la que ya me atrasé... xD)

en fin, puede haber OOC, locuras de la autora, cursilerías e incoherencias, pero vamos! xD no me maten... por favor(?)

Y se lo dedico a mi bichita *3* "airoveyu"


Veneno Mortal

Deambulaba por el pulcro piso de mármol del Doceavo Templo, el eco de sus pasos inundaba el lugar, el balanceo de su capa le daba aún más dramatismo al conflicto interno que el guardián dorado tenía en ese momento, se había prometido unos días antes abstenerse por completo de salir de su Casa del Zodiaco para ir, como ya había acostumbrado unos meses atrás, a las afueras de la Villa de Rodorio, cerca de aquel pequeño campo de flores donde cierta doncella de castaña cabellera y mirada verde iba regularmente a proveerse de esas hermosas flores. Giró repetidamente su cabeza tratando de sacar de su mente el recuerdo del último incidente que había acontecido entre ellos.

-Si tan solo no hubiera sido tan estúpido –se reprochó por lo bajo

Pero quién le iba a decir que un simple y sencillo listón rojo podría ser la inequívoca señal de su perdición; en definitiva los destinos debían de divertirse a las costillas de los pobres humanos; aunque no podía negar que haber besado accidentalmente a la joven Agasha había sido una de las sensaciones más bellas que en su vida hubiese podido experimentar.

Sin darse cuenta llevó sus dedos hasta su boca, rememorando la suavidad y calidez de los labios de la tierna doncella, su suavidad no era ni comparable con los pétalos de las rosas más hermosas de su jardín, ni siquiera el color de ellos, que oscilaba entre el rosa y el rojo claro. Justo en ese momento Albafica de Piscis había sentido un pinchazo en su corazón, como si la joven Agasha le hubiera lanzado una de sus rosas sangrientas, y de alguna forma le había inyectado un veneno más fuerte que su propia sangre.

Por un momento pensó en confiarle a Pefko ese extraño malestar que le estaba aquejando desde aquel día, sus síntomas eran sin duda peculiares, durante todo el día y la noche, incluso en sus sueños la imagen de Agasha habitaba en la mente del Santo Dorado, porque cada uno de los detalles que él admirara fuera en su Templo, en su jardín o en la Villa de Rodorio le recordaban a ella; además de ello había un extraño calor recorriendo de pies a cabeza el cuerpo del Caballero de Piscis, uno que solo se aliviaba cuando se bañaba con agua fría, y finalmente un tremendo deseo de atrapar el blanquecino rostro de la joven florista entre sus manos para clavar nuevamente sus labios en un beso que durara por la eternidad.

Sage sonrió recargado en la columna después de escuchar tremenda confesión del Caballero de Piscis, era una lástima que a pesar de contar con ya algunos años el muchacho no se hubiera dado cuenta de lo que le había sucedido, al parecer aún poseía el corazón de un niño inocente. ¡Ah! Pero que nadie acusara al Patriarca de entrometido, es solo que el líder del Santuario había estado preocupado por lo dicho de su discípulo Manigoldo de Cáncer, quien ahora mismo estaba ausente en un viaje a Italia, sospechoso si le preguntaban, pues había pedido permiso después de recibir una carta de una misteriosa joven de nombre Gioca; volviendo al tema de Albafica, el Patriarca había escuchado que el Santo de Piscis tenía un comportamiento extraño y el rumor de que estaba enfermo había circulado ya por todo el Santuario, preocupando en demasía al ex Caballero Dorado.

-Parece que en realidad sí estás enfermo Albafica –le sorprendió el ex Santo de Cáncer el Pisciano

-¡Señor! Disculpe pero yo… -se arrodilló de inmediato consciente de su descortesía

-No hace falta, escuché parte de lo que te aqueja y creo saber qué es lo que tienes –hizo una seña para que se pusiera de pie

-¿Lo sabe? Yo he pensado que se trata de un veneno, no encuentro otra explicación –expuso el peliceleste

-Efectivamente Albafica, te han envenado, ese veneno que ella clavó en tu pecho, es de los más peligrosos –murmuró en un tono lúgubre observando el rostro del muchacho palidecer –y al mismo tiempo el más poderoso del Universo Albafica -

-¿Qué es señor Patriarca? –interrogó preocupado el ojiceleste

El Patriarca sonrió condescendiente y dictaminó esa peculiar enfermedad que recorría, el cuerpo, la mente y el alma de Albafica de Piscis.

-Ese veneno se llama "amor" –

Los ojos celestes del hermoso muchacho brillaron confundidos, su mandíbula se movió sin poder pronunciar palabra alguna, poco a poco cada una de las piezas empezaron a caer en su lugar y descubrió que el Patriarca tenía razón, un color carmesí se apoderó por completo del rostro blanquecino de Albafica y trató de ocultarlo con sus manos, sin embargo la risa de su Santidad solo le hizo acentuar esa actitud.

-No tienes de qué avergonzarte –comentó Sage pausadamente

-Pero señor usted sabe… -trató de justificarse

-El amor no entiende de barreras como esas, nace en lo más profundo de nuestras almas, es como un veneno, puede ser lo más dulce o fatal en nuestra vida –sonrió con cierta amargura recordando el pesar de algunos de los Santos Dorados

-Yo no puedo amar, de ninguna forma… en especial dudo que ella… -se mordió los labios bajando la mirada recordando ese cruel incidente que creía haber enterrado en lo más profundo de su ser

-El amor no entiende de razones, ahora Albafica debes de afrontar ese veneno y decidir si quieres que sea tu fuerza o tu perdición –aconsejó el mayor

-Señor creo que no debería de alentarme a pensar en algo así –murmuró aflijido el peliceleste

Una risilla escapó de los labios del ex Santo de Cáncer quien se cruzó de brazos

-Albafica, si fueras como Manigoldo lo pensaría, pero conozco tu personalidad y sé que no deseas dañar a nadie, por eso no puedo prohibirte tajantemente que te enamores –llevó una de sus manos hasta su barbilla –además ya has visto lo que ha sucedido con tus camaradas, incluso los más respetables han quebrantado la Ley, por eso la señorita Atenea y yo hemos decidido no restringirles más, además de que terminaríamos azotando a todos los miembros de la orden dorada y eso sería contraproducente –concluyó el Patriarca

-¡De ninguna forma haría algo así! Agasha no se lo merece… -apretó sus puños –sin embargo aún si es cierto lo que dice señor, yo no estoy seguro de lo que ella pudiera sentir por mí -bajó su mirada sopesando la idea de que tal vez en el corazón de la castaña pudiera haber alguien más

-Bueno Albafica, eso no puedo decírtelo yo, es algo que debes de averiguar tu mismo, pero por lo menos debes de saber que no serás castigado por ese amor, al menos en el Santuario –dijo a modo de despedida el Patriarca descendiendo a la Casa de Acuario

El hermoso Santo llevó la mano a su pecho y esbozó una sonrisa suave, asintió antes de descender por las escalinatas del Santuario.


XD no me maten(?)...

Esta historia me nació al estar escuchando una canción, "Cómo te voy a olvidar" de Los Ángeles Azules (si no quieren escucharla busquen la letra), xD cualquiera diría q es un gusto culposo, pero nop, no siento culpa! mujaja cof...

Tal vez Albafica esté OOC, pero no creo, al final cuando nos enamorados como q nos atontamos y cambiamos un poco nuestra forma normal de ser, (ah tbm xD está comprobado cientificamente que el amor nos lleva a la locura...)

Y Sage tal vez esté OOC pero la vdd creo q es la figura paternal de todos los dorados, no creo q sea demasiado estricto, sino incluso algo comprensivo y con buen humor, a diferencia de Hakurei q creo le habría soltado la noticia a Albafica sin más ni más...

Una leve mención de ManixGioca, xD xq... puedo jajaj!

Creo q es todo... yo sé que es un final medio ambiguo, pero ya no se me ocurría como continuarlo, me disculpo por ello, no sé si se pueda convertir esto en two-shot, aunq lo estoy como que maquinando jejeje

Nos leemos!

MCR77 ~

PD. Sigo con mi fic largo, solo q ¬¬ me tienen muy ocupada...

PD2. sip el fic rompecorazones seguirá y nadie se salva!