Notas: HOLA A TODOS BUENO COMO LES DIJE AQUÍ ESTA MI FIC, BUENOS COMO IRONIA VA A COMPARTIR "UNIVERSO" CON EL FIC DE MATSU A MODO DE REFERENCIA (ES MAS FACIL) Y GRACIAS POR EL APOYO EN MI DESESPERADO GRITO DE AYUDA 7u7, PERO HAY COSAS QUE AL PARECER NO QUEDARON CLARAS Y LAS EXPLICARE COMO SE DEBE AL FINAL :D

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Capitulo 1: sorpresa

Mi día había resultado largo. La sensación de tedio e insatisfacción no me abandonó desde bien temprano, y el trajín de los combates me había parecido interminable. Deseaba llegar a mi habitación, abrazar por la espalda a Riven o ahri y relajarme. Pensaba en el placer de acomodarme en mi habitación, dejar la desazón de lado y vestirme con un pantalón suelto y una camiseta fina. Así, aceleré mi ritmo para ver pasar con rapidez mí tiempo. Me gustaba esa sensación.

Tras llegar a mi habitación, me quité la capa y abrí ligeramente mi traje. Mi habitación no era especialmente encantadora pero cumplía lo básico. Paredes blancas, pequeña, a unos metros de los cuartos de mis hermanas y con un paisaje verde rabioso alrededor si te asomabas por una de las dos ventanas. Los cuartos que te daba la liga de legendas, solían ser tranquilas y acogedoras. Y hasta hace poco ofrecía a mi vida un entorno prácticamente tranquilo. Montañas verdes detrás, con sus instalaciones y ruinas le daba una impresión de ser inmenso y seductor. Para completar mi felicidad (por haci decirlo), solo estaban dos chicas. Me acerque a la única ventana que tenía pequeña sala y, mirando el cielo morado y naranja –estampa trágica la que ofrecía el sol al ponerse-, pensé en ellas. Riven de aspecto agradable, tenía proporciones equilibradas y rostro atractivo. Pero tenía un par de rasgos físicos y una manera de ser que me volvía loco y ahri su cuerpo bellamente agraciado, sus rasgos jonios y su vos que hacía que con solo oírla ya me hacía tener ganas de hacerla mía. Deseé verlas cuanto antes.

Lo primero que percibí fue un aroma mágico. Las luces se apagaron y la oscuridad solo estaba rota por unas velas en el suelo su flama era de un muy familiar tono azul, formando un camino hacia el interior del pasillo. Al instante me invadió una mezcla de aromas: incienso suave por un lado y colonia de mujer por otro. La mezcla resultaba sensual. Y, de fondo, se escuchaba música ligera, agradable. El misterio me gustó.

TA -Hola, ¿hay alguien? ¿Riven? ¿Ahri?

Una figura apareció de la oscuridad. Con una sonrisa, el pelo suelto y en una de sus orejas tenía puesto un simpático moño y con los labios de un rojo oscuro, se presentó ahri. Se acercó, posó un dedo en mis labios y me pidió silencio.

Ahr-Esta noche mando yo. Y tú obedeces. Olvida los combates y el cansancio. Y quítate la ropa.

Me encantaban estas cosas. Miré a mi zorrita, sonreí y disfruté con lo que veía: unos vaqueros ajustados que presentaban un culo redondo y unas piernas llenas, bien dibujadas; y una camiseta blanca, prieta, de botones, que dejaba un canalillo profundo y visible. Y aquí detuve la mirada. Porque esas dos tetas eran un sueño. Y eran el sello personal del físico de ahri. Grandes, pesadas, carnosas. Se mantenían turgentes y bamboleaban al andar. Resultaba un placer jugar con ellas, meter la cara entre ellas o lamer despacio sus rozados pezones.

Ahr-¿Ya has acabado la revisión? Puedes mirarme a la cara, que estas no se van a ir.

Con sonrisa pícara, Sara se acarició el canalillo y se mordió la punta de la lengua. Me quitó lo que quedaba de mi traje.

Ahr-Sígueme.

Seguimos la luminosa línea trazada por las velas hasta llegar a la puerta del baño. Ahri la abrió y me cedió el paso. La imagen era la deseada por cualquiera tras un agotador día: el ambiente humeante dejaba entrever una bañera repleta de espuma blanca, algodonosa y suave. Las velas titilaban, creando anaranjados rincones. Ahri me abrazó por la espalda y me mantuvo mirando al frente. Bajó las manos por mis costados y las posó en mi cintura. Después, me bajó el ajustado bóxer y puso las manos en mi culo. Yo seguía de espaldas, y notaba el despertar de mi entrepierna y las tetas calientes y abundantes de Ahri en mi espalda.

Ahr-Entra en la bañera. Ahora vuelvo-

Ahri se evaporó con un movimiento ágil. Yo quedé solo, expuesto entre la penumbra y el vaho. No lo pensé y me sumergí en el agua. Mi cuerpo, percibió el placer del agua caliente. La sensación era sedante. El calor y la sensación de bienestar me recorrían cada centímetro del cuerpo. Podría estar así el resto de la noche. Pero ahri tenía otros planes. Y los planes de ahri nunca eran aburridos.

Tras dos suaves golpes, la puerta del baño se abrió. Entre la neblina apareció Ahri, envuelta en una batita fina, suave y corta. Era de color púrpura, y resultaba una belleza. Ocultaba a duras penas el escote y dejaba libres las piernas. Se situó delante de la bañera, ante mi mirada desbocada, pude notar que sus colas se movían ligeramente.

Ahr-No tienes que hacer nada. Deja que te proponga un buen plan para esta noche.

Tragué saliva. ¿Qué plan podía ser ese? Así, repentinamente, nada se me ocurrió. Percatándose de mi confusión, Ahri se inclinó levemente y susurró:

-No te preocupes. Yo me encargo de todo. Déjate llevar.

Tras estas palabras, retrocedió un par de pasos y se giró. Seguí el movimiento con la mirada. La bata era corta y el inicio del culo se perfilaba sin dificultad. El morbo me estaba ganando, y necesitaba salir de la bañera y abrir esa bata. Pero decidí que lo mejor era esperar. Entre otras cosas, porque a ahri nadie le gana en morbo. Mientras sonreía pensando esto, la puerta se volvió a abrir. Mi zorrita entró sosteniendo una bandeja. Sobre ella, una copa de vino tinto y un plato con jamón serrano. Ahri se acercó, se situó en cuclillas y presentó la bandeja. Mi visión era escandalosa: una copa de vino, jamón serrano en finísimas lonchas y, detrás, el escote vertiginoso se mi zorrita. Todo se fundía y se confundía: el vaho humeante, la espuma suave y perfumada, los tonos cálidos de las velas, los reflejos en la copa de vino, el canalillo eterno y sabroso de Ahri, la excitación que sentía bajo el agua… Alargué la mano y me hice con el caldo rojo y el jamón. Mientras, observé que la bata se abría ligeramente por la cintura y divisé, como un destello, el blanco de un tanguita. ¿Cómo sería su sujetador? Me estaba calentando. Pensé que con el vino no iba a aguantar. Le abriría la bata y le arrancaría de un mordisco el sujetador. Deseaba que le restregara las tetas por la cara. Pensé que no existía una sensación parecida a esa.

Ahri se levantó y salió del baño, no sin antes dejarme sin respiración con estas palabras:

Ahr -Come y bebe, Talon. Lo vas a necesitar.

¿Qué querría decir? Mientras yo daba buena cuenta del jamón y me recreaba con el vino, pensé que era el hombre más afortunado del mundo. Con esta mujer uno podía dejarse llevar y gozar despreocupadamente. Recordé una anécdota que aún hoy me excitaba. En uno de sus encuentros durante un combate, cuando no teníamos una relación en común, tuvimos un simpático percance. Mientras estábamos desnudos en la maleza, ella encima de mí, me percaté de la indiscreta mirada de gnar. Estaba cazando en la jungla pero, al vernos, abandono su labor y, medio escondido tras una roca, nos observa baba. Le estábamos dando un buen espectáculo. Ahri se movía encima de mí y sus tetas bamboleaban sin perder el ritmo. Cuando me percaté que nos miraban, intenté advertirla. Pero sabiendo el gusto de Ahri por el exhibicionismo, supe lo que iba a decir.

TAL -Ahri, creo que gnar nos está mirando.

Ahr-¿Cómo? Vaya, ahora que lo estábamos pasando bien. Bueno, no te preocupes.

TAL-¿Seguimos follando?

Ahr-Claro, déjalo que disfrute. Solo tiene curiosidad.

Ahri ralentizó el ritmo, haciendo movimientos más lentos y más sensuales. Me besaba sin pudor y, en cierto modo, actuaba para el pequeño mirón. Al acabar, descansamos unos segundos y aun en la misma posición. Gnar seguía allí, apostado tras su particular refugio y por su expresión no creo que haya sabido muy bien lo que hacíamos. Nos vestimos y tome su muñeca y para llevarla a su línea, no sin antes presenciar el final del show: ella miró a gnar y, balanceando sus imponentes tetas, los despidió lanzándole un beso.

Estaba recordando esta escena, con cara de felicidad y empalmado bajo la espuma, cuando Ahri entró sigilosa en el baño. Ocultaba algo tras ella, y se presentó misteriosa.

Ahr-Te traigo algo. Espero que te guste. Lo conseguí ayer.

Descubrió un pequeño libro envuelto en papel de regalo. Yo, tras mirarlo curioso, me deshice del papel y observé. Se me iluminó la cara. Era un libro que hace tiempo había querido leer. El arte de la guerra es un libro sobre tácticas y estrategias militares, escrito por Sun Tzu. No lo había podido conseguir debido que era jónico. Ahri se inclinó y me besó. Abrió la boca y las lenguas se mezclaron. Era un beso ansioso, desmedido, de los que calentaban a cualquiera. Busqué el culo de ahri bajo la bata. Y lo encontré. El tanga era de hilo y dejaba los cachetitos descubiertos.

Ahr-Espera, guapo. Un momento. Cierra los ojos.

Protesté pero cerré los ojos. Esperé, intentando prestar atención. Me pareció que ahri salía del baño y, al poco, volvía a entrar. Y escuché una vocecita que me saludaba.

¿?-Hola, Talon.

Era la voz de Riven. ¿Qué pasaba aquí? Abrí los ojos. Y me encontré una imagen sorprendente. Ahri, sonriente, agarraba por la cintura de Riven. Las dos vestían batas similares, no era habitual que ellas estuvieran en la misma habitación, de hecho ellas habían acordado no estar en el mismo lugar. Riven explicó la situación.

Riv -¿Pensabas que eras el único afortunado hoy? Yo también quiero pasármelo bien, mi amor. Hacía tiempo que Ahri y yo queríamos… no sé… comenzar a llevarnos bien…. dejarnos llevar. Intimar. Y no encuentro mejor manera que contigo, a nuestro lado.

Yo sonreí, complacido. Me encantaba la sensibilidad y tacto con que actuaba Riven a veces. Conseguía lo que deseaba sin dramas, siempre de la mejor manera, intentando que yo también saliera beneficiado. Riven si bien no era muy cercana con Ahri. Habíamos llegado al acuerdo de compartirme o más bien dividir mi tiempo para cada una hace tiempo. Yo sabía que se gustaban, siempre note la tensión sexual entre ellas. La situación puede parecer extraña, pero a mí nunca me molestó que ahri o Riven tuviera estas experiencias con algún campeón bueno una era ahri que más se podía hacer. Parte de la personalidad morbosa y atractiva de ella tenía que ver con esta visión abierta, natural, con la que se tomaba el sexo incluso con las propias chicas. Reconozco que me atraía esta forma de ser y de ver la vida. Ella ya me había contado un par de experiencias con algún campeón o campeona:

La primera fue sugerente: tomando café y charlando animadamente, gana notó que Ahri miraba discretamente su boca. Tras seguir la conversación, mi zorrita no se cortó y piropeó sus labios. Le parecieron sensuales, redonditos, carnosos y, suponía, muy jugosos. Janna no se incomodó y contestó que era un placer que una chica tan morbosa como Ahri la piropeara. Sonrieron, pero sus miradas se iluminaron. Ahí quedó la cosa.

La segunda experiencia resultó abiertamente excitante: Ahri consiguió unos cupones por participación en un evento para dos masajes. Se lo convencio a Seguían (anda a saber cómo lo hizo) y decidieron darse el gusto. Tras llegar al centro de masajes y pasar a la habitación, la chica encargada explicó lo que tenían que hacer: desnudarse, ponerse unos tangas especiales y tumbarse en las camillas. El masaje era en la misma habitación. 2 personas masajistas acudirían de inmediato. Cuando se quedaron solas, se produjo un momento de tensión excitante. Tenían que desnudarse. Se miraron y sonrieron. Con naturalidad, empezaron a desvestirse. El físico voluptuoso de Ahri impactó a Seguían. No tuvo reparo en comentarlo, con toda la sensibilidad propia de las chicas. Ahri se sintió halagada y se tumbó en la camilla. Tras los masajes, volvieron a quedarse a solas. Ahri estaba excitada y sabía que sejuani también. Con voz sugerente y sin dejar de sonreír, invitó a la ira del invierno a tocarle las tetas. "¿Te gustan? ¿Quieres tocarlas?" ella se acercó despacio y aceptó gustosa. Las acarició despacio, palpando su tamaño y su peso, según ahri sus manos son ásperas. Los pezones de Ahri se endurecieron inmediatamente. La situación era morbosa. Sejuani besó y lamió sutilmente un pezón y acarició el otro. Después, levantó la cabeza y sonriéndole. "Gracias". Como muestra de este agradecimiento, acercó sus labios a los de Ahri y la besó. Fue un beso de unos 15 segundos, con lengua, muy erótico.

Ante dos mujeres estaba yo, ambas muy diferentes pero de gran carácter, desnudo en la bañera y con cara de alucinado. Ellas tomaron las riendas de la situación. Dijo que Riven era una seguidora del mismo escritor que yo. Yo no sabía ni qué decir. Ni falta que hizo. Riven se situó tras de mí y comenzó a acariciarme el cuello y el cabello. Y habló.

Riv-¿Sabes es un libro muy interesante? Tanto Sun Zi como Sun Bin son referidos como Sun Zi en los escritos jónicos clásicos. ¿Quieres que te lo cuente mientras le masajeo… los hombros?

Mientras la Riven hablaba, Ahri se acercaba a la bañera y se sentaba en el borde. Su cara picarona era elocuente. Estaba disfrutando sorprendiéndome. Metió una mano en el agua y comenzó a moverla despistadamente, sin tocarme.

Riven continuaba hablando, con ese delicioso acento y el tacto de sus suaves manos acariciando mis hombros.

-Algunos sugieren que las enseñanzas contenidas en El arte de la guerra pueden aplicarse fuera del ámbito militar. En tiempos recientes, el libro ha sido utilizado como guía en programas de administración de empresas y liderazgo dedicados a la gestión de conflictos y la cultura corporativa. Numerosos hombres de negocios dicen haber encontrado maneras de resolver sus conflictos, en las estrategias y tácticas descritas por Sun Tzu.

En este momento, Ahri acercó su mano hacia mí. Me tocó la cintura, y me sobresalté. Avanzó hacia mi entrepierna y, mientras Riven seguía hablando, me agarró la polla con toda la mano. Respiré hondo y me dejé llevar. Riven seguía la narración, acariciando mi cuello y mis hombros.

-El arte de la guerra es uno de los libros más antiguos que se han escrito sobre el tema. Fue el primer intento conocido sobre lecciones de guerra. Sin embargo, es todavía frecuentemente utilizado en la actualidad, debido a que sus enseñanzas pueden ser aplicadas en muchas otras áreas donde esté palpitando un conflicto de intereses de diversa índole.

Mientras Riven hablaba, Ahri me hacía una suave paja. Me la meneaba al compás de las palabras de la otra, acelerando o ralentizando según la intensidad de la historia. La escena era fantástica. Yo estaba en el séptimo cielo. Pero lo mejor, como en la vida misma, estaba por llegar. Riven se levantó y se acercó a Ahri. Esta no paró de menearme el rabo cuando recibió la boca de la otra. Se dieron un beso dulce, cálido y sonoro. Yo no podía creer lo que veía. La mano de Riven bajó despacio, sin prisas, al escote de Ahri. Abrió ligeramente el cinturón que cerraba la batita y pude ver el sujetador blanco, de encaje, semitransparente, de mi zorrita. Con las tetas a punto de desbordarse. El beso acabó y las dos amigas miraron me miraron. La paja de Ahri estaba a punto de hacerme culminar. Ya no iba a aguantar más. Pero Ahri se detuvo. Mi cara se volvió un poema. No me hagas esto, parecía decir.

Ahr -¿Qué te parece, Riven? Nuestro amigo Talon ya ha tenido bastante, ¿no? Ahora, ¿nos divertimos tú y yo?

Ahri se levantó y posó su mano en la cintura de la otra. La bata de Riven, parecida a la de Ahri pero de un color negro brillante, se deslizó hacia el suelo. Y apareció su secreto. Era un corsé morado, precioso, ajustado y con los costados de un tono más oscuro. Una cinta negra recorría, enlazada y formando graciosas curvas, la distancia que iba del ombligo al escote, acabando en un lazo anudado. Por detrás, el corsé cerraba con una cremallera negra y un botón superior. Redondeando el espectáculo, unas braguitas negras de encaje, semitransparentes. A mí solo me faltaba aplaudir. Admiro la sensualidad que puede desprender una mujer con los complementos que tienen a su alcance. Tiene múltiples recursos para jugar, seducir o, sencillamente, sentirse bien. Ahri se situó tras su Riven y la miró. Yo me propuse disfrutar del espectáculo, y sabía que eran ellas las que querían disfrutarse, quererse. La mano de Ahri empezó a recorrer el hombro de Riven, bajó por el brazo y se detuvo en la cintura, jugando con la cinta de la cola de otra. Con su otra mano, Ahri bajó la cremallera posterior. El corsé se abrió. Y yo abrí más aún mis ojos. Ahri, aún situada tras Riven, la abrazó completamente. Fue subiendo sus manos y llegó, dulcemente, a sus tetas. Eran pequeñas, bonitas y con los pezones de color rosa un poco más claros que ahri. Las manos de mi novia las acariciaron unos segundos, jugando suavemente con los pezones. Después, sus manos bajaros hasta las braguitas. Yo iba re-descubriendo el cuerpo de Riven siguiendo las manos de Ahri. Era todo un placer. No quería interrumpir el momento, sabía que lo estaban disfrutando. Mi zorrita se agachó hasta quedar en cuclillas. Con una suavidad mágica, bajo las braguitas. Ante mí re-apareció un tesoro muy excitante. No tenía vello. La rajita estaba despejada, limpia, a la vista. Tenía que dar gusto comerse ese coño en condiciones, sin prisa alguna, durante horas si fuera necesario. Ahri, sin duda atraída por esa visión, pasó su mano por la vulva y la besó. Yo hubiera querido inmortalizar esa imagen. Riven de pie, con los ojos cerrados, desnuda; y Ahri en cuclillas, besando el pequeño tesoro de la otra.

Era la primera vez que Ahri tocaba en profundidad el cuerpo de una mujer conmigo delante. Yo me sentía bien, algo extraño –no celoso- pero sumamente excitado, Ver a mis chicas disfrutando el cuerpo de otra me hacía alegrarme porque esto nunca había pasado y, por qué no, excitarme por lo que yo podía disfrutar. Ahri estaba concentrada, gozando cada caricia. Se levantó, acarició las caderas de la otra y subió sus manos hasta taparla las tetas. Me miró y me ordenó salir de la bañera. Llevó consigo a Riven y salieron del baño.

Me levanté cubierto de espuma. Mis músculos estaban tensos por la repentina sensación de frío. Me sequé y salí del baño con celeridad. Entré en mi habitación y otra imagen volvió a impactarme: Ahri sentada en un extremo de la cama, ya sin bata y con su sujetador y tanguita blancos a la vista y Riven tumbada a lo largo de la cama, completamente desnuda. La luz era tenue, cálida, e iluminaba perfectamente los cuerpos de las chicas. El edredón de la cama era blanco puro, con lo que sus cuerpos contrastaban y quedaban bien definidos. Una pequeña estufa se encargaba de caldear el ambiente. No existía el frío ni el calor, ni existía nada más fuera de esa habitación. Solo ganas de enlazarse, acoplarse, conectarse. Ahri se incorporó y se situó, de pie, a los pies de la cama. Puso los brazos en cruz y, con gesto simpático, nos ordenó que la desnudáramos. Yo me coloqué detrás de ella y Riven delante. Desabroché el sujetador y Riven lo sacó cuidadosamente. Las tetas de Ahri se desplomaron pesadas, grandes, jugosas. Yo me agaché y bajé el tanguita de mi chica. Era una lencería deliciosa. Me encantan los tangas de hilo. Riven descubrió el pubis de Ahri. Limpio, despejado, sin vello. Daba gusto olerlo y saborearlo.

Así, Riven delante y yo detrás, comenzamos a saborear el cuerpo erguido de Ahri. Yo acariciaba las piernas hasta llegar al culo seguido de sus colas. Riven besaba los muslos de ella hasta llegar a su coño, en el que se detuvo para besar, lamer y acariciar. La escena se calentaba por momentos. Ahri de pie, gozando cuatro manos y dos lenguas, unas por delante y otras por detrás. Riven continuó su camino y besó el ombligo de Ahri, plano, casi sin profundidad. Yo lamía su espalda hasta llegar al cuello y Riven atacó la boca de ella. El morreo se notó caliente, deseoso. Ahri devolvió el beso y las lenguas jugaron juntas. Después, Ahri detuvo nuestras caricias y besos y nos situó delante, sentados en la cama. Sus tetas, cálidas, enormes, tomaron protagonismo. A Ahri la encantaba jugar con ellas. En esta posición, ella de pie y ellos sentados, nos las ofreció. Cada una a uno. Riven abrió la boca y lamió su teta. Yo me apliqué con la misma ansia a la mía. La imagen era salvaje. Ahri gimiendo suave, bajito, mientras dos bocas se ocupaban de cada una de sus enormes tetas. Yo sentí mi leche recorrer mis huevos y lanzarse a la aventura. Tuve que aguantar.

Ahri nos tocó el pelo y nos dijo, con voz melosa:

Ahr-Ya basta, mis amores.

Dejamos libres sus dos tetas y esperamos. Ahri me tumbó en la cama. Después, se situó entre mis piernas, se inclinó y abrió su bonita boca. Empezó una mamada lenta, especial, riquísima. Sin tiempo para gozarla, Riven subió a la cama. Se acercó y se sentó sobre mi cabeza. No desaproveché el manjar y comí el regalo lo mejor que supe. La delicadeza y suavidad que emanaban del coño de Riven eran extraordinarias. Parecía que olía a perfume. De pronto, noté cómo dos tetas calientes recorrían mi polla y mis huevos. Qué placer. Ahri estaba caliente y se montó directamente sobre mi duro falo. Gemí. La penetración fue profunda y consistente. Riven se levantó y se tumbó al lado de la pareja. Se dedicó a observar cómo follábamos. Los dos gemíamos y las tetas de Ahri botaban libres. Se volvió a incorporar frente a Ahri besándola en la boca. Ahri agradeció el beso desmontándose y tumbándola, abrió sus piernas y lamió con sumo gusto. Su lengua jugueteaba, entraba, salía, buscaba el clítoris. No paró hasta que Ahri se corrió, con unos gemidos maravillosos, musicales, muy eróticos. Ahri se limpió lascivamente la boca y subió hacia su cara. Se puso a cuatro patas. A perrito. Con un gesto, me indicó que estaba esperando. No me lo pensé y busqué su clítoris con mi lengua, desde detrás. Lo lamí un rato, metiendo y sacando dos de mis dedos. Mientras, Riven metió su cabeza entre las bamboleantes tetas de Ahri, que colgaban y se movían por su propio volumen. Las acarició y lamió hasta escuchar el gemido sonoro de su Ahri, que indicaba que volvía a estar follando conmigo. Embestí con fuerza, gozando con los sonidos de las chicas y con sus movimientos. Me encantaba entrar en Ahri y escucharla gemir. Me corrí, la noche estaba siendo emocionante, No aguanté más.

Me recosté y las observé ambas. Ahora la zorrita estaba tumbada y Riven lamía su coño con delicadeza pero con firmeza. Saboreaba el interior de Ahri, escondía dentro su lengua, lamía, acariciaba… y subía de vez en cuando a disfrutar del volumen de las tetas. Las amasaba, las acariciaba, las besaba… y volvía a bajar. Cuando se centró en el clítoris de Ahri, se esmeró especialmente. Lamía sin descanso, con los ojos cerrados, respirando por la nariz y jugueteando con la lengua. Ahri tensó el cuello, agarró del pelo a su amiga y gimió. Primero con fuerza, luego de manera sorda, casi inaudible, y acabó con unos gritos que resonaron en toda la habitación. Me hubiera quitado el sombrero si tuviera uno.

La noche acababa así, con tres cuerpos durmiendo enlazados, conectados y bañados por la luz de la luna que entraba, indiscreta, por la ventana.

La mañana siguiente desperté confuso. Recordaba la noche anterior como un sueño. Estaba solo en la cama y me pregunté dónde estaba Ahri o Riven. Iba a incorporarme cuando la puerta se abrió y aparecieron las chicas, vestidas con sus ropas normales. Riven, sonriente, habló con su acento dulce y meloso:

Ahr- Anoche me quedó algo pendiente.

Las dos retiraron el edredón y mi cuerpo apareció allí, desnudo y somnoliento. Riven se sentó y, tras mirar con complicidad a Ahri, me besó con toda la lengua. Era fantástica. Su dulzura contrastaba con unas maneras decididas y muy sexuales. Me agarró el rabo y me lo empezó a menear. Ahri se sentó junto a mí tranquila, mirándonos. Riven aceleró el ritmo y bajó la cabeza. La mamada fue sabrosa y larga, elaborada. A los pocos minutos me dejé llevar y no opuse resistencia. Sentí un calambre en la espalda que llegaba a mis testículos y se alargaba hasta el final de mi exhausto rabo. Riven se percató y me acabó con una vigorosa paja. Mi leche saltó por los aires y las dos chicas siguieron su trayectoria. Tras dos o tres disparos más, se acabaron las reservas. La mano de Riven se cubrió de leche. Con un gesto lascivo, se llevó un dedo a la boca y lo saboreó. Me guiñó un ojo y se despidió.

Un nos vemos después, había terminado el día de mi ahri pero comenzaba día de mi Riven.

Como no amarlas.

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Notas finales: BUENOS ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO DEBIDO A QUE ES T ME TENGO QUE LIMITAR U.U PERO BUENOS UNO HACE LO QUE PUEDE… BUENO BUENO ACLARANDO UN TEMA EN CONCRETO :O CREO QUE SE CONFUNDIERON, CUANDO DIJE QUE IBA A HACER LEMON NO ME REFERIA A LAS PAREJAS RARAS ME REFERIA A PAREJAS QUE USTEDES ESCOGIERA PARA MI YA SEAN CONBENCIONALES O NO, USTEDES ELIJEN COMO PAGO A QUE ME AYUDARON EN MI DESESPERADO BUCLE MENTAL, NO TENGO NADA EN CONTRA DE LAS CONVENCIONAL O NO CONVENCIONALES, YO SOY UNA LEMONISTA YO SOLO PIENSO EN COMO PUEDEN COGER LOS PERSONAJES, SI ESTOY UN POCO EMFERMA PERO ÑEEEE