Esta vez, ninguno de los personajes me pertenecen y la historia es completamente inventada xD
LE BALCON
1. Miraditas y sonrisitas por aquí.
Voy a contarte una historia, si haces correr tu imaginación y ubicas más o menos quienes son las personas que te digo, seguramente podrás entenderla toda. Bueno, aunque no los conozcas, vas a entenderla porque sucedió aquí mismo en Hogwarts y curiosamente tuvo mucho que ver con esta aula, la de Historia de la Magia. Más que nada, te la cuento porque la clase del profesor Binns ya me aburrió y no tengo nada que hacer.
Todo comenzó en un caluroso mediodía de abril cuando el receso había terminado y los alumnos de sexto curso teníamos la clase de Historia de la Magia. Hacía tanto calor, que aunque no fuera esa clase la que tuviéramos, difícilmente podríamos poner atención. Sólo había una chica en toda el aula que podía decirse estaba atenta en la clase, la admiraba porque yo aún no era capaz de comprender esa habilidad suya por poner atención a las cosas sin que se la merezcan. Pero así era mi mejor amiga Lucietta Malfoy. Gentil, buena, amigable y sobretodo amorosa. Si yo era el amor andante, ella era una romántica empedernida.
Todavía, después de ya un año, puedo recordar ese día como si hubiera sido ayer. Ambas nos sentábamos juntas y yo intentaba mantener mis ojos abiertos para que el desagradable fantasma no le bajara puntos a mi casa (que mucha falta nos hacían) y ella, por primera vez en todo lo que yo llevaba de conocerla estaba distraída y hacía como que escribía, pero en realidad estaba dibujando una letra "J" en el margen del pergamino. Yo la miré extrañada, normalmente era yo quien se distraía con facilidad.
¿Esa "j" que indica? –pregunté con curiosidad.
Naaada –dijo soltando un suspiro.
Wow, ¿que fue eso? –dije con una sonrisita y la miré para poner toda mi atención en ella, el profesor y la clase podrían esperar.
Ya te dije que nada –dijo con una sonrisita y estoy segura de que sus mejillas de muñeca de porcelana se sonrojaron-. Déjame poner atención, Emy, porque si no a las dos nos van a bajar puntos.
Y antes de que yo pudiera decir o hacer nada, ella ya estaba poniendo de nuevo toda su atención en el profesor Binns. Me incline hacía adelante y apoyé mi mentón en los brazos. Esa clase iba a ser muy larga. Me puse a ver a todos mis compañeros y vi que James Potter estaba muy atento a mi mesa. Extrañadísima me levante y lo miré, el me hizo una seña con la mano y yo hice una ademán con la mía para preguntarle si realmente me estaba hablando a mí. El asintió y yo quedé en extremo sorprendida. En los seis años que llevábamos en el colegio él solo me había hablado para pedirme la tarea. Tenía que admitir que era de los chicos más guapos del colegio y de los más revoltosos, quizá el único que le hacía competencia era el hermano mellizo de Lucie: Derek. Siguió mirándome y un papelito doblado calló justo en frente de mí:
"Adams, podrías entregárselo a Luciette, sin que Malfoy lo lea por favor. Gracias, te debo una.
J.P"
Sí, había sido demasiado bueno como para ser verdad. Pero yo tenía la culpa, tipos como James Potter y como yo, simplemente no éramos compatibles. Pero entonces, caí en la cuenta de lo que la "j" significaba.
Toma, Lucie, te lo mandan –dije pasándole el papelito.
Ella lo abrió y puso una sonrisa de lo más angelical y dulce. Cuando terminó de leer, miró hacía donde el chico de los cabellos azabache estaba y para mi sonrisa le sonrió con complicidad. ¿Pero qué diablos pasaba? ¿Por qué una Slytherin como ella era amiga de un Gryffindor como él? Y peor, ¿por qué una Malfoy le sonreía así a un Potter?
