Fue cuando acababa de terminar su almuerzo que recordó que había guardado un caramelo en su bolsillo. Lo sacó y se quedó mirándolo por un momento, luego no pudo evitar sonreírse.
"¿Qué pasa?" preguntó Syaoran con cierta curiosidad.
"Yukito siempre me daba un caramelo cuando me acompañaba a la primaria" comentó Sakura casualmente "Era solo uno, pero eso siempre me hacía sentir en las nubes" rió ligeramente al recordar.
Syaoran se quedó callado tratando de disimular una mueca de disgusto. Sabía muy bien que ella ya no sentía nada por Yukito, pero no podía negar que le causaba cierta molestia cuando Sakura hablaba de él, especialmente si era sobre aquellos días cuando todavía estaba enamorada de Yukito.
Sakura tenía la mirada en el caramelo, mientras recordaba sus días de primaria. No notó la reacción de su novio.
"Me decía que mi hermano le había dicho que a mi me gustaban los postres y las cosas dulces, y por eso…"
"…es que te daba los caramelos" completó Syaoran, queriendo cambiar de tema lo mas pronto posible.
"Sí" dijo Sakura sonriéndole, aun embelezada con sus recuerdos "Yukito en verdad es una persona muy amable"
Syaoran hizo un sonido de disgusto. Fue entonces que Sakura se dio cuenta de su error, olvidó por un segundo lo celoso que era el muchacho.
"Ah…pero hace ya mucho tiempo de eso" agregó rápidamente Sakura.
Syaoran no dijo nada. Seguía con una expresión enfadada pero comenzó a buscar algo insistentemente en los bolsillos de su chaqueta. Sacó una pequeña caja de color amarillo. Él miró el empaque por un momento con cierto desencanto.
"No son… caramelos, pero…" dijo apenado ofreciéndoselo.
Sakura tomó la cajita y vio que eran chocolates. Ella sonrió al ver aquello, luego le dio un ligero beso en la mejilla al muchacho haciéndolo sonrojarse un poco.
"Los chocolates son mi nuevo favorito"
