Disclaimer: Los personajes no son mios, solo la historia de este fic. Y bueno aquí estoy de nuevo...Saludos a las todas ustedes...
Espero esten bien...Solo disfruto de escribir de mis personajes preferidos o algunos no tanto del anime...
Género: No se cual le habría quedado bien...
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La niña de ojos esmeraldas
Era otro día como cualquier otro desde ese infausto día de nieve. Daba igual si era día o noche. Paseo mirando las calles, observo los periódicos, el de nuevo ahí en esos papeles. Tenía fama, pero nadie a quien dedicarse. Si tenía a alguien, a un ángel rubio y pecoso. Miro el cielo con dolor, se le estrujo el pecho. Sentía que le faltaba aire. Si, tenía un ángel, pues ella ya no estaba. Lo supo un día que el primo elegante de la rubia pecosa apareció entre ofuscado y dolido. Fue terrible en modo cómo se entero, pero aquello solo lo dejaba desolado. Recordar ese día, salía de un ensayo, y el elegante joven le dijo todo lo ocurrido con el objeto de su amor. Suspiro, miro el cielo, imagino su rostro sonriente.
"Fui muy feliz de haberte conocido…" pensó que algo así le diría ella de estar ahí con el a su lado. Pero no era posible. Continúo con su caminata. La calle estaba algo vacía a esa hora. Era temprano, a eso de las nueve o diez de la mañana. Nada que llamara su atención. En eso recordó que decía ir a visitar a la mujer que le salvó la vida.
Pero primero quería caminar, últimamente estaba más huraño, y encerrado en si mismo que de costumbre. Desde que supo que ella había muerto. Sus éxitos apenas lograban que se sintiera que en parte le cumplía la promesa hecha un día.
"Tienes que prometerlo, Candy…. Prométeme que vas a ser feliz…"
"Tu también, Terry…"
Al parecer ella no pudo. Eso no lo hacia sentirse mejor. Llegó a un parque amplio, por alguna razón que no alcanzo a comprender ese lugar le traía cierta tranquilidad que no experimentaba desde hace tanto tiempo. Habían pasado años de su muerte. Pero aun recordaba ello. Siguió caminando por ahí, y se adentro al parque. Vislumbro un árbol frondoso. Se acerco a el, y la imagino a ella trepada en una de sus ramas.
"Te ves muy graciosa con todas esa pecas…"
Pero ella ya no estaba, aún si no estaba con el, habría preferido que ella estuviera en brazos de otro, pero viva. Mas no fue así. Ella se fue. La muerte se la llevo, mejor dicho le arrancaron la vida. En la guerra, no entendió que hacía ahí alguien tan pura como ella. Había ido a apoyar como enfermera. Y solo regresó su cuerpo sin vida de esa nefasta guerra. Lloro en su tumba, aun iba a solo para convencerse que no era un sueño, no era una pesadilla. Era la triste verdad, esa era su realidad. Le gustase o no. Alguna se preguntó si tuviera la forma de remediar ello. Extrajo un cigarrillo que tenía consigo. Había vuelto a reincidir en ello desde que supo que ella ya no estaba.
"En vez de fumar ,toca la armónica…."
El no pudo cumplir con eso, si ella no cumplió su promesa de ser feliz. Sentía que no tenía sentido alguno si quiera intentar ser feliz. Encendió el cigarrillo y lo acercó a sus labios.
"Ella….Murió, murió en la guerra…..Murió ahí…. ¡Maldita sea! ¡Nunca tuvo que conocerte! Tu y su maldito amor que solo la llevo a su fin….Ella murió, es tu culpa….Tuya y solo tuya….Si no la amabas no tenias porque ilusionarla….Eres un miserable, Grandchester….Eres un maldito miserable…. Debiste dejarla sola con su vida, ella estaba bien antes de ti…Estaba bien….Solo llegaste a traerle dolor…..Lo se porque regreso mal, ella volvió mal…De esa vez que la mandaste venir a New York…. ¿Por qué? ¿Solo para jugar con ella? Eres despreciable….Lo eres….¿Eres feliz así? ¿Feliz de basar tu felicidad sobre una muchacha inocente? Si lo eres…. Nunca la mereciste…¡Nunca!..."
Recordaba bien como el joven paladín de su amor, su inolvidable. Expulso su primera bocanada de aire. Sin ella que importaba. En eso se sentó bajo ese árbol, la recordaba y sentía su esencia en ellos. Su esencia vivaz, y alegre, como ella. Escucho a lo lejos el murmullo del viento. Era como un llamado silencioso. Le daba igual, a veces creía escuchar su voz entre la multitud de espectadores. Esa voz ansiosa, pero lo atribuía a su cargo de conciencia. La veía entre la inocencia de los niños, entre el sonido de su risa. Tal vez por eso en parte iba al parque. Par evocarla con cualquier cosa que tuviera alguna relación con ella. Por más pequeña que fuera eso, le alegraba un poco el día. Su cigarrillo humeaba.
"¿Por qué? ¿Por qué tuviste que irte? Me bastaba saberte bien para ser feliz, Pecosa… Tú y yo jamás pudimos concretar nada… No luche por ti, nos rendimos fácil….Al final resultamos un fraude, ¿No crees? Albert dijo una vez que éramos los rebeldes del San Pablo…. ¿Donde estaban esos jovencitos que eran ellos mismos? ¿Dónde estaban? Créeme que si tuviera otra oportunidad de tenerte de nuevo conmigo, lo que sea…..No me rendiría esta vez, así todo estuviera en contra…Así fuera el mundo en contra nuestra…. Créeme que de tener esa oportunidad no la dejaría ir , no otra vez…."pensaba el joven castaño, evoco a la rubia de ojos esmeraldas. ¡Cuanto la extrañaba!
En eso escucho un ruido que lo saco de sus pensamientos. Se escuchó el sonido de una rama quebrándose, no pudo fijarse bien que era. Pues algo cayo encima de el. Haciendo que el cayera de rostro. Sintió un peso ligero sobre el. Una rama y algo más lo habían golpeado. Estaba en el pasto echado de barriga. Luego observo algo que lo hizo cuestionarse si estaba vivo o no. Observó unas esmeraldas que lo veían con curiosidad.
-¿Se encuentra bien, señor?-decía una dulce voz, dueña de esa esmeraldas que lo veían con preocupación. Al que el se quedo sin voz. Seguía acostado en el suelo. Solo la miraba asombrado.
-¿Le duele? Yo…Yo….No era mi intención caer sobre usted….-decía la dueña de esas esmeraldas.
La criatura apartó la rama de su espalda y la puso a un lado. Luego le extendió su pequeña manito para ayudarle a ponerse en pie al joven. AS lo que el joven castaño se puso en pie, recobrando fuerzas. No podía creer lo que tenia delante de él.
Era una angelical criatura rubia, de ojos esmeraldas. Cabello dorado ensortijado, mirada vivaz. Lo único que le afataba para ser idéntica eran esas dos inconfundibles coletas. No las tenía, solo una lazo color verde que sujetaba su cabello a modo de diadema. Tenía las mejillas ligeramente sonrojadas. Le faltaban esas pecas y las coletas, Pero era muy parecida a la rubia enfermera fallecida. Era una niña de unos pocos años de edad. Quien le veía atenta, bajo la mirada esmeralda, veía la rama en el suelo.
"Es ella…" pensaba el joven, con asombro, estaba estático. No podía creerlo, pensó que estaba imaginando cosas. Ella no podía ser real.
-Es una rama grande…-decía la niña mirando ahora la rama, sonrió entrecerrando los ojos.-Y parece que ese señor es mudo…Por lo que no puede regañarme, pero aun así me debo disculpar…Si es lo correcto, mi padre se molestaría de ver que no soy responsable….¡Aigh! Bien, pero mi madre diría que no fue mi culpa, pero ella me consiente mucho….Así que no me debo confiar…..
El castaño la miró atento, escuchaba lo que decía. Su voz era dulce, la escuchaba hablar consigo misma. La encontró simpática, de hermosos ojos que se movían inquietos mientras andaba en círculos ella. Sintió algo inexplicable dentro de el cuando la observó. Algo que solo sintió esa vez en el barco esa noche que miro por primera vez a Candy. La encontró muy curiosa, pues parecía algo más despierta para su edad.
-Se que usted es mudo, y que no me entiende, pero se que estuvo mal caer encima suyo….Por lo que tenga mis disculpas, señor….-decía la niña, antes de ir a intentar cargar la rama.
-Mis amigos se reirán de ver que puedo cargar esta pesada rama…Jajajajaja…Ya me imagino la cara que pondrá ese niño….Jajajaja…Se arrepentirá de haberme llamado debilucha….-decía la niña, sujetando la rama, dejando al castaño con sus reflexiones. –Por lo que cuando regrese a casa, se sorprenderá mucho….Mmm, ¿Ahora como me llevo esto? Tal vez así…
El joven salió de sus cavilaciones. Al ver que la niña cayó sentada. Parecía que se aguantaba el dolor. Apretó los dientes. El seguía en su admiración, no sabía si pensar que eso era un sueño donde la recordaba. ¿Pero como una niña? Bueno si era un sueño, ¿Por qué no seguirle el juego? Pensaba al ver a esa niña que lo miraba por ratos de manera disimulada.
-Tatataraatatatalalalatara….-tarareaba la niña, antes de sujetar la rama de nuevo.
-Tú….-decía el castaño, la niña no le escucho.
-Mmm….-se tocaba la barbilla la criatura.
-¿Qué hacías arriba?-le pregunto el castaño. La niña alzo la vista sorprendida.
-¿Usted puede hablar?-preguntaba la niña.-¿Por qué no dijo nada antes, señor? En tal caso lo repetiré otra vez…Discúlpeme por…
-¿Cómo llegaste arriba?-decía el joven mirando desde donde había caído.
- ¿Eh? En realidad….Pues no se…-decía la niña, encogiéndose de hombros.-Yo solo quería buscar un lugar donde ocultarme de mi niñera…Pues es muy estricta….Me dice que "Una señorita no debe de esto, el otro, y aquello…."….No me gusta que me diga eso….Me hace sentir inútil….
-¿Te escapaste de tu casa?
-No, no dije eso, señor….
-Pero dijiste que te ocultabas de…
-¡Ah! Pero hoy si tengo permiso…-decía la niña, acomodando sus cabellos.-¿Por qué lo hace?
-¿Qué?
-Fumar….
-¿Eso te molesta?
-Si, pues mi papi dice que es malo para la salud, y solo la gente que no se quiere lo hace… ¿Usted no se quiere?
-¿Qué tiene que ver que me quiera con fumar?
-Mucho, pues las personas que se quieren, se cuidan…. ¿Es divertido hacerlo?
-¿Qué?
-Fumar… ¿Lo es? ¿Por eso lo hace?
-No, no es divertido…
-¡Que raro es usted! Si no es divertido, y le hace mal, ¿Por qué lo hace?
-Eres muy entrometida, ¿Te lo han dicho?
-Si, me lo dice mi madre….Pero no le presta mucha atención… Creo ya le da igual….
-¿Sabes? No eres la primera persona que me dice que eso esta mal…
-Pues debería de hacerle caso a esa persona, señor…
-No me digas señor, que no estoy viejo, niña…
-¡Oh! No era mi intención incomodar con…. Bien no le diré señor. Pero usted no me diga niña….No me gusta….
-Pero eres una niña…
-Y usted un señor…
-¡Que parlanchina eres! Ya me imagino como le harás doler la cabeza a tus padres…
-¿Si? Y usted de seguro que a mi edad era un aburrido con letras mayúsculas…
-Créeme que a tu edad no iba cayendo encima de otros…
-Ya me disculpe, pero creo que no me ha disculpado usted….Mmm….Bueno no se que hacer para que me disculpe…¡Ya se! Le daré esto…-decía la niña, rebuscando ente sus bolsillos algo. Le entregó un pedazo de tela, que era un pañuelo.
-¿Un pañuelo?-decía el joven, después de que la niña pusiera eso en sus manos.
-Si, lo hice yo misma….Lo borde solita… Puse en el mi nombre…..-decía la criatura orgullosa.
-¿En serio? Bien, veamos qué "bonito" nombre te dieron tus padres….-decía el castaño, antes de desdoblar el pañuelo.
-¡NO se burle de mi nombre!-decía la niña, molesta.-Apuesto a que mi nombre es mucho mas bonito que el de usted…
-Si, aja, como digas….-decía el castaño, quien deslizó la tela suave entre sus dedos. Observo ese pañuelo con atención. Era color lila suave, tenia en los bordes los bordados en forma de rosas blancas y rojas.
-Lo personalicé yo misma…Astuto de mi parte, ¿Verdad?-decía la niña. Quien sonreía al ver que completaban su creación.
El castaño leyó ese nombre varias veces antes de convencerse que ese era el que estaba en ese pañuelo.
-¿Ese es tu nombre?-pregunto el joven, mirando a la niña.
-¿Le parece feo?-cuestiono la niña. Puso una mueca, lo miró irritada.-Fue lo mejor que se le ocurrió a mi papá, ponerme el nombre de su hermana….pero es bueno porque ella fue una persona buena…Era muy bondadosa….
-¿Quiénes son tus padres?-pregunto el castaño, inclinándose a nivel de la niña. Quien dio un paso atrás. Pero tranquilamente sonrió.
-Son personas muy buenas…-decía la niña.-Mi papá está en una junta de trabajo, por lo que quise acompañarlo, pero como estaba ocupado. Salí a jugar aquí…
-¿Y tu madre?
-¿Ella? Se quedo en casa, pues es muy delicada de salud como para acompañar a mi papá, por lo que yo lo acompaño…Porque no somos de aquí, vivimos más lejos….Solo vine por una reunión importante de mi papi…
-Entiendo…
-¿Por qué me lo pregunta, señor?
-Te dije que no me dijeras así, niña….
-¡Aigh! Y yo le dije a usted que no me llamara "niña"….Tengo nombre, úselo….
-Si, es verdad….Tu nombre…-decía el castaño.
-¿Y usted cómo se llama?
-Terruce Graham Grandchester…
-Terr… ¿Terruce…? Jajajaja… ¡Que nombre más extraño!-decía la niña. Riéndose. –Suena a terrible…
El castaño la miro, le hacia gracia que ella lo confrontará de manera directa y sin miedo. Quiso decirle algo más. Pero en eso no pudo decir nada mas, pues alguien vino donde la niña.
-¡Señorita!-decía una voz a sus espaldas. Estaba algo lejos. Pero se le oía con fuerza.
-¿Eh? Me llama mi niñera…
-¿No que no te habías escapado?
-Y así fue, pero me pase de la hora….-decía la niña. Se alejo rápido. Pero antes volteo a ver al joven, le hizo una seña con la mano. –Adiós, Terruce…
-Adiós….-decía el castaño, al ver a la niña correr al encuentro con la mujer que era su niñera.
-Adiós, Candice Rosemary Andley…-decía el castaño al ver que esta se alejaba.
"Pecosa, se parece a ti….Pero. No se… ¿Sabes? Me da la misma sensación de paz que solo me dabas tu…Solo le faltan las pecas….Solo eso…Pero no es hija tuya, pues las fechas en que partiste al frente con su posible edad no coinciden….Solo se parece a ti…No es hija tuya, pero parece una pequeña copia tuya…Es muy linda….Si la hubieras visto, dirías que observe a tu versión pequeña de ti… Acaso es una señal de ella…." pensaba el castaño, al ver que se alejo.
"Se feliz, Terry…" escuchó que el viento murmuraba eso.
-Candy….-decía el castaño, recordando a la rubia pecosa que le robó el corazón.-Tu eras única….Única…. Te prometo que no me rendiré, Candy,… Seré feliz….Por ti…Tomare las riendas de mi vida, desde ahora… No podré amar a nadie que no seas tú…. Ahora se que debo hacer… Lo se… Gracias, Pecosa….Por haberme dado la oportunidad de conocerte esa noche de año nuevo….En verdad gracias, esa vez me alegraste con tu sola presencia….Algún día te volveré a ver….Tenlo por seguro….Estaré contigo si no aquí, pues de alguna otra forma…Viviré una vida con sentido, y cuando tenga que partir pues te volveré a encontrar… Te volveré a ver… Y si, encontré a otra niña rubia entrometida….¿No te parece adorable, Pecas?
Fin?...
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Hola, soy yo de nuevo.
Elabore esta historia. NO sé en qué género puede ir calificado. Pero ahí va. Fue una idea que cruzó mi loca mente. ¿Qué les pareció? Pensé en toda una historia larga, pero mejor una síntesis de ello. Es más fácil de leer, y menos pesado. Buen día, y los veré después…. ;)
Dejen sus comentarios…Los escucho…. J Cualquier apreciación es buena, pues así me ayuda a aprender mas de ustedes…. ;)
¿Esto cuenta como una introducción? No se...Ustedes diran... Que les pareció...
Selenityneza
