CAPITULO 1: LA BIENVENIDA A REDSEB

-Podrás correr pero no esconderte- esas eran las palabras que se oían mientras el joven de cabellos rubios corría desesperadamente por la zona de Funbari, hasta que por fin llegó aliviado a la pensión "En" abriendo las puertas violentamente.

El joven corría gritando por toda la casa en busca de auxilio mientras una sombra lo perseguía repitiendo siempre la misma frase.

-¿Qué te ocurre?- preguntó un joven de cabellos castaños y audífonos naranjas abrazando al pequeño.

-Una sombra me estaba persiguiendo- dijo el niño con voz temblorosa.

-Ya no te preocupes- dijo el joven sonriendo –Nadie te lastimará mientras yo esté aquí-

-Gracias joven Asakura-

De pronto una niña de cabello largo y rubio apareció.

-¿Qué tanto estás haciendo Yoh?-

-Es que tenemos visitas Annita- dijo Yoh sonriente.

Anna observó con curiosidad al pequeño niño que estaba en los brazos de Yoh.

-¿Se puede saber qué haces aquí, Redseb?-

-Una sombra...una sombra estaba detrás de mí, y quería quitarme la vida, señorita Kyouyama- dijo el pequeño con pequeñas lágrimas en los ojos.

-Vamos Anna, dejemos que se quede aquí- dijo el joven shaman con una tierna y convencedora sonrisa.

- Mmmm... ¬¬ Está bien-

- Sabía que dirías que sí-

-¡Muchas gracias! - dijo el pequeño con el rostro iluminado.

Los tres jóvenes entraron a la casa, Yoh estaba por preparar el almuerzo, dado que era casi mediodía, mientras que Anna preparaba un cuarto para Redseb.

-Manta y Tamao llegarán en cualquier momento, -.-tendré que esperar a que traigan los ingredientes- el joven Asakura se sentó junto al estanque de agua que había en el jardín para esperar.

-Redseb, tu cuarto está listo- indicó Anna señalando la habitación con una fría mirada.

-Se ve que no soy bienvenido aquí ¬¬- dijo el pequeño en voz baja mientras entraba en su cuarto.

-¡Ya estamos aquí!- exclamaron dos personas que estaban en la entrada de la pensión.

-¿Joven Yoh? ¿Señorita Anna?- preguntó una niña de cabello color rosa.

-Aquí estoy- dijo Yoh acercándose con una tierna sonrisa, lo que provocó que la pelirosa se sonrojara.

-Jeje n.nU Trajimos los ingredientes que nos pidió Anna- dijo el niño que acompañaba a Tamao.

-Es cierto...Anna ha estado algo alterada hoy o.o- se dijo a si mismo el joven Asakura.

-¡Yupi! ¡Comida!- el pequeño Redseb apareció de repente y se puso a dar vueltas por todo el jardín.

-¿Qué hace este niño aquí?- preguntó Manta.

- El es Redseb, alguna vez lo habrán visto -.- Vino aquí porque lo estaban persiguiendo- acto seguido Yoh hizo pasar a todos y preparó un exquisito almuerzo.

Luego...

-¡Esto está delicioso! ¬ - exclamó con mucha alegría el joven rubio que estaba arrasando con la comida.

-No seas impaciente, hay que esperar que todos estén en la mesa¬¬- le dijo Manta al ver como devoraba todo lo que veía.

-Iré a buscarla- dijo Yoh con una pequeña sonrisa, se levantó y fue a buscar a Anna a su habitación.

Al llegar ahí la encontró dormida en su futón, con el sol que entraba por la ventana iluminándola y calentándola. El joven shaman se arrodilló suavemente frente a Anna y le acarició las mejillas.

-Yoh...- dijo la Itako entreabriendo los ojos.

-¿Qué te ocurrió Annita? ¿Por qué estás aquí dormida?- preguntó el joven con curiosidad.

-No pasa nada- dijo mientras se incorporaba –sólo tenía un poco de sueño, es todo- dijo con un tono algo altanero.

-Me alegro- dijo Yoh sonriente –ven a almorzar-

Cuando Yoh y Anna bajaron las escaleras se encontraron con una mesa vacía.

-T.T Tratamos de detenerlo, pero acabó con toda la comida- dijo Tamao mientras lavaba los platos.

-Jeje Estaba delicioso- dijo el pequeño niño relamiéndose.

-Nosotros apenas pudimos saborear algo- dijo Manta apenado.

-No importa ¿verdad Annita? U Si quieres podemos ir a comer afuera- dijo Yoh tratando de arreglar la situación.

-Por mí no hay problema- dijo la joven Itako con indiferencia.

Yoh tomó su abrigo y el de Anna y salieron de la pensión.

-¡Cuiden a Redseb mientras no estamos!-

-T¬T ¡Ustedes no se preocupen!- dijo la pelirosa luciendo despreocupada.

Más tarde Yoh y Anna caminaban por la ciudad, buscando algún restaurante para comer.

Pasado unos minutos entraron a uno muy elegante, poca gente iba a aquel lugar, parecía que la comida era muy costosa; pero eso no importaba.

Yoh pidió una porción de fideos y Anna un plato de arroz.

Estaba todo muy silencioso, hasta que Yoh decidió romper el silencio.

-Oye Anna, hoy te he notado, nose, algo...extraña- dijo Yoh mientras enroscaba los fideos en los palillos.

-¿Extraña? ¿Por qué dices eso?- preguntó Anna con una mirada seria.

-Bueno... normalmente no te duermes a mediodía bajo los rayos del sol, y generalmente te enojas cuando los invitados son tan irrespetuosos-

-Pues...no ocurre nada- dijo la Itako desviando la mirada y con las mejillas sonrosadas.

-Espero que eso sea cierto- dijo sonriendo y mostrándose algo preocupado.

Al terminar de almorzar Yoh pidió la cuenta y entendió por que nadie iba a ese restaurante. (n.ñU)

Mientras caminaban hacia la pensión Anna se detuvo frente a una casa de ropa sin que Yoh se diera cuenta.

-T.T Nos hemos quedado algo cortos de dinero, supongo que tendré que salir de nuevo a vender periódicos- dijo lamentándose el joven Asakura mientras seguía caminando.

Luego se percató de que Anna no estaba a su lado y volteó la cabeza. Allí estaba ella, parada frente a la vidriera, con una expresión seria, como de costumbre.

Pasó un tiempo y el joven shaman de pronto sintió un fuerte deseo por abrazar a su prometida. Eso era realmente extraño, pero él seguía preocupado por el comportamiento de la Itako; se acercó lentamente con la mirada perdida. Anna volteó la cabeza y vio a Yoh caminar directo hacia ella. Al ver que él no se detenía le preguntó que le pasaba. El joven siguió caminando sin responder a la pregunta de Anna. Ella lo miró extrañada por el comportamiento del joven.

Yoh se puso frente a frente con Anna y la tomó por la cintura.

-¿Y...Yoh? ¿Qué te ocurre?- preguntó Anna preocupada.

-Anna...hay algo que quiero decirte...-

-¿Qué es?-

-Bueno...yo...-

-Yoh ya lo sé, suéltame ¬¬ -

El joven de cabellos castaños cerró fuertemente los ojos y soltó a su prometida.

-Nada, nada...-

Anna lo observó algo confundida. Yoh dio la vuelta y siguió caminando, seguido por la Itako.

-¿Te ocurre algo Yoh? Tu eres el que está extraño ¬¬

-No Anna... lo que pasa es que...

En silencio caminaron y en silencio llegaron a la pensión.

-¡¡Al fin llegaron!!- exclamó Redseb con alegría.

-¿Dónde están Tamao y Manta?- preguntó Yoh mirando de un lado a otro de la pensión.

-Ahh...ellos están ocupados ordenando y reacondicionando mi habitación nn- dijo el pequeño con una gran sonrisa.

-Jeje n.nU-

-Oye joven Asakura...¿le puedo pedir dos favorcitos?-

-¿Cuáles?–

- Primero: deja de abrazar de esa forma la cintura de la señorita Kyouyama ¬¬ te vez ridículo. Y segundo: ¿podemos ir a buscar a mi hermanita Seyram?-

-Sí n.nU No hay problema- dijo el joven Asakura soltando lentamente la cintura de Anna mientras ella lo miraba fijamente con algo de disgusto.

Los tres jóvenes salieron en busca de la pequeña hermana de Redseb, Seyram.

----Minutos más tarde----

-Oye Redseb, ¿tienes idea de dónde está tu hermana?- preguntó el shaman con agotamiento.

-¡Sí! Debe estar en la cabaña que habíamos tomado prestada- dijo señalando hacia la espesura del bosque.

Yoh, Anna y Redseb siguieron caminando hasta adentrarse en la espesura del bosque, donde alguien los estaría esperando...