Buenas! Es el primer fic que subo, así que espero que les guste, o que al menos no les disguste.
Quería avisar desde ahora que va a ser un fic un poco... Diferente. Se sitúa al principio de cuarto año para una chica que les va a dar más de una sorpresa.
Y sin hacer esperar más, aquí va el primer capitulo!
Disclaimer: Nada de esto me pertenece, todo es de J.K. Rowling.
Me alisé una vez más la falda mientras miraba mi reflejo en una de las ventanas del tren, vestida ya con mi uniforme del colegio. El pelo castaño(demasiado largo según mi madre) me caía sobre los pechos, y mis ojos color miel me devolvían la mirada preocupados.
Este sería mi primer día en Hogwarts, e iba sola en el vagón del tren.
Algunos chicos se asomaban por la ventanilla para mirarme, para después marcharse cuchicheando. Detestaba aquello. Así que intenté no prestarle mucha atención y seguí mirando por la ventanilla.
Dos chicos entraron en mi compartimento riendo. Parecían esconderse de algo, pues se agacharon nada más entrar. Y también parecían no haberse dado cuenta de mi presencia.
-Dentro de muy poco, hermanito...-susurraba uno de ellos, medio riendo- Es una de las mejores bromas que se nos han ocurrido...
-Sí, ya verás... La bomba de humo que cambia el color de pelo es brillante. Y mucho más brillante si la soltamos en el compartimento de Malfoy.-le contestó el otro chico, también en un susurro. Sus voces eran casi idénticas. Ladee un poco la cabeza para mirarles a la cara, pero desde donde estaba sentada solo podía ver sus espaldas, y su pelo, rojo como el fuego.
Carraspee para que notaran mi presencia, y ambos se dieron la vuelta a la vez. Eran exactamente iguales.
-Vaya, perdona...-dijo uno de los pelirrojos- Pensábamos que estaba vacío...
-Pero como te vemos muy sola, nos quedaremos aquí a hacerte compañía-dijo el otro de los pelirrojos, sonriéndome. Tenían unos ojos azules preciosos.
-Podéis esconderos aquí todo el tiempo que queráis...-susurré al cabo de unos segundos, desviando la mirada.
Ambos gemelos se miraron un segundo, y poco después se sentaron a mi lado.
-Y como es que una chica tan guapa... -dijo uno de ellos mirándome fijamente
-...está aquí tan sola?-continuó el otro, acabando la frase del primero.
-Es mi primer año aquí, la gente no me conoce...-contesté mirando por la ventana. La proximidad de aquellos chicos me ponía nerviosa.
-Somos Fred y George Weasley- dijo uno de ellos, señalándose respectivamente. Los miré despacio para después volver a mirar por la ventana.
-Y tu no tienes nombre, preciosa?-preguntó George, asomándose para verme mejor.
-Preciosa?-dije con el ceño fruncido.- No me llames así. Mi nombre es Lia.
-Un nombre muy bonito. Eres de primer año, entonces? Nosotros vamos a cuarto año. -me pregunto Fred. Noté que el y su hermano miraban frecuentemente el pasillo durante la conversación.
-No, en realidad a cuarto año también. Antes estudiaba en Beauxbatons. Pero decidí venirme aquí. -contesté mirando de nuevo por la ventana. ¿Es que esos chicos no se cansaban de hablar?
-Vaya, con que estabas aquí. -dijo un chico rubio, abriendo la puerta de mi compartimento de golpe.-No deberías andar con este tipo de personas, Lia. Vamos, mi compartimento no queda lejos...
-Gracias, Draco.- le contesté mirando sus grises ojos.- Pero creo que puedo apañarmelas sola.
-Aún no me explico como pudiste pedir que te entraran en Gryffindor...-susurraba Draco mientras cerraba bruscamente la puerta.
Ambos gemelos se levantaron para asomarse a la ventanilla, y justo cuando Draco cerraba la puerta de su compartimento, se escuchó un gran estruendo seguido por algunos gritos. Los gemelos rieron.
-Bueno, nos vamos Lia. Nos veremos más tarde por la sala común. Por lo que parece vas a estar también en Gryffindor. Y encima en nuestra clase. -me dijo Fred sonriendo mientras salía a toda prisa del vagón. George se disponía a imitarlo, cuando dio y la vuelta y volvió a sentarse a mi lado. Otra vez esa sensación de nervios.
-Sabes? Espero realmente que nos volvamos a ver... -susurro George poniendo especial énfasis en sus palabras. Sonrío mientras pasaba su dedo indice delicadamente por mi brazo izquierdo. Solo ese roce bastó para erizar toda mi piel, y hacer que mis entrañas se encogieran. Tragué saliva sin poder apartar mis ojos de los suyos. Me mordí el labio inferior, y el sonrió aún más.- Me encantaría poder morder ese labio ahora mismo...
Aquella frase bastó para que mi temperatura subiese de una manera que nunca lo había hecho. Incluso me sentía mareada cuando aquel pelirrojo se separó bruscamente de mi y se dispuso a seguir a su hermano.
Mierda, Lia. Controlate, joder. - decía una vocecilla en mi interior, enfurecida.
Cerré los ojos el resto del trayecto intentando distraerme y cuando me quise dar cuenta ya estábamos en Hogwarts. Aquello era impresionante. Nos condujeron hacia un gran comedor, donde dieron una charla y un lujoso banquete, después de haber seleccionado a los de primer año.
Aquello era maravilloso, mucho mejor que Beauxbatons. Los prefectos nos guiaron hacia nuestras salas comunes. Todos los Gryffindor decidieron continuar la fiesta allí, pero yo quería descansar y ver mi cuarto, así que subí hacia las habitaciones.
Allí estaba mi baúl junto con mis cosas. Me senté en la cama y empecé a quitarme la ropa deseando ponerme el pijama y meterme a la cama a leer algo.
Pero unos pasos me sacaron de mis pensamientos, haciendo que cogiera rápidamente mi varita y me diera la vuelta, aún en ropa interior.
-Joder, que haces aquí? No se supone que los chicos no pueden entrar a las habitaciones de las chicas?-pregunte casi gritando, intentando taparme con la camiseta del pijama.
-Tranquila, preciosa. Solo he venido a verte. Y sí, los chicos tenemos la entrada prohibida al cuarto de las chicas. Pero me conozco todos los truquitos de Hogwarts... -susurró despacio, acercándose más a mi. Di un paso atrás instintivamente. El sonrió. Esa jodida sonrisa me ponía nerviosa, no podía parar de mirarle. -Vamos, tranquila. Solo quiero hablar contigo, pasar un buen rato...
-Lárgate Weasley. -le espeté. Nerviosa, di otro paso atrás.
-Eso no es lo que me dice tu cuerpo... Se que tu cuerpo me desea ahora mismo -joder. Seguía acercándose. Tenía los ojos oscuros y media sonrisa en la cara.-Estás temblando de deseo, nena.
-No, márchate de aquí. Ahora. No te deseo, y nunca lo haré! Si no quieres que te mande por los aires ahora mismo... -le dije sujetando mi varita con más fuerza. Me puse tan nerviosa que al querer alejarme más, conseguí tropezarme con la cama y quedar boca arriba. La varita se me calló al suelo. Miré asustada como aquel pelirrojo se tumbaba encima de mi, como me miraba a los ojos y como podía notar su erección contra mi vientre.
Y aquí llega a su fin el primer capitulo. Espero que les haya resultado entretenido, espero sus reviews con observaciones o cualquier sugerencia!
Normalmente suelo actualizar cada dos días, por problemas con el pc y tal.
Un beso muy muy fuerte a todos!
