Luego de acumular experiencia, he decidido comenzar a publicar en FF. La siguiente historia es de temática homoerótica (Relación entre dos hombres) Si es algo que consideres inapropiado, por favor cierra esta ventana; no los obligaré a leer algo que no deseen. Si lo que deseas es echar pestes sobre mi trabajo, por favor que me aclares qué está mal y cómo debo corregirlo. Aquellos que sean escritos por herir serán borrados. Este fic está pensado para personas mayores de trece años, debido a que no existe contenido explícito, aunque hay referencias a relaciones heterosexuales, relaciones homosexuales y violencia. Las historias están narradas según el punto de vista de algún personaje, el cual es mencionado en el título. Comentar para cualquier duda, peticiones otras historias, hechos o emparejamientos para el futuro, críticas constructivas y opiniones, por favor dejar review, nada de lanzar piedras. Desde ya gracias por leer.

Isla del Drama, Luz, Drama, Acción y todo contenido relacionado no me pertenece.

Spoilers: Situado luego de Luz, Drama, Acción (Total Drama Action) Menciones de sucesos de dicha temporada (Incluyendo ganadores)

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Capítulo 1: Cambios. Narrador: Duncan

Te sorprendes de amanecer por tu cuenta, no en alguna situación embarazosa o amanecido abruptamente, como habían sido tus últimas mañanas; esa realidad ya no es la tuya. En ese momento sólo eres tú y tu cama, mucho más cómoda que la bolsa con piedras en la que habías estado durmiendo hacía un tiempo, por cortesía de Harold, quien caballerosamente las colocó a fin de saldar en parte la rivalidad. Te sorprendes además de poder estirarte sin que una cámara esté registrando cada movimiento que realizas, cual mosca a un trozo de pastel. Te sorprendes también de encontrarte una vez más con tu baño. Pequeño es, pero tuyo. Tuyo y de nadie más. Tan bien has dormido anoche, que tus ojeras se han reducido a un nivel que no veías hacía ya años. Además, estas de mejor humor, y aunque eso no te gusta mucho, te sientes agradecido por el buen descanso.

Ya que estás en el baño, aprovechas de orinar, lavarte los dientes, ducharte y afeitarte, antes de que tu buen humor matutino sea reemplazado por tu habitual mal humor y flojera. Regresas a tu habitación, colocándote frente a su armario, del cual extraes desodorante, un bóxer negro, una camiseta también negra, unos jeans, un cinturón y un par de calcetines, los que en conjunto se transforman en tu tenida para ese día. Mientras te pones tus zapatillas, sientes el deseo de posar tus dientes en algo, por lo que bajas las escaleras para llegar al comedor, que está en el nivel inferior.

"¡Duncan! ¿Que haces tan temprano despierto?" La habitual voz seria de tu madre tiene un temple de sorpresa no menor al ver al dormilón de su hijo listo para salir a las ocho y media de la mañana "Hacía mucho que no te veía levantado a estas horas. ¿Quieres tomar té?"

"Prefiero un café, Jeannette, si no es mucha molestia" Ni como madre, ni como policía, significa para ti algún tipo de autoridad. Hace tiempo que le llamas por su nombre. Ella, por su parte, anhela volver a ser mencionada por lo que es; tu madre, mas saben ambos a la perfección que sólo un abrupto giro en tu vida, o una emergencia harían posible ese milagro "¿Y Stan?"

"Tu padre salió temprano" Un alivio para ti; la relación con tu padre es bastante conflictiva, además que has tenido suficiente estrés en el reality, como para tolerar un sermón de tu progenitor, los que te resultan, además de largos y molestos, totalmente inútiles "Hubo un incidente y tuvo que partir"

"Ah" Poca, por no decir ninguna importancia le das al asunto; ni tú ni tu padre toleran verse mucho tiempo, de hecho, cuando uno comienza a hablar, el otro pasa monumentalmente del tema y se retira "¿Y tú ya te vas?"

"En unos momentos, Duncan" De seguro, piensas, la razón por la cual aún tienes un techo es tu madre. La relación entre tú y ella, aunque poco lo aparenta, es muy afectiva. Forjada desde que eras apenas un bebé, ha logrado superar el paso del tiempo, manteniéndose hasta estos días "¿Necesitas dinero hoy?"

"Pues el millón aún no me llega" Y, siendo sincero, dudas que alguna vez te llegue "Pero tengo algunas monedas por ahí. No te preocupes"

"De todas formas te dejaré veinte dólares" Te dice posando el billete sobre la mesa, junto con la taza con café, frente a ti "Aquí tienes tu café" Das un sorbo, el cual se queda varios segundos en tu boca, producto de la dicha que te produce el volver a consumir algo que sabes de qué esta hecho, y que, por demás, hacía tiempo no bebías. Tu madre aprovecha de darse un gusto y besa tu frente con ternura, cosa que te es en este momento indiferente; que lo disfrute "Intenta no meterte en problemas, al menos por ahora"

"Está bien" Eres sincero; no te sientes para interrogatorios policiales ni para noches en celdas. Después de lo vivido, poco deseas regresar a ese ambiente tan similar al programa en el que estuviste.

"Nos vemos, Duncan" Se despide antes de desaparecer por el pasillo y abandonar la vivienda con un estruendoso golpe, el que retumba en tus oídos varios segundos. Los minutos posteriores son de silencio absoluto, hasta que un timbre hace que te des vuelta para buscar el origen del sonido. Es el horno, quien anuncia que el pan con jamón y queso que tu madre cariñosa y secretamente te había preparado, está ya caliente. Algo que, curiosamente, era lo que más deseabas comer en ese momento. Bendita sea.

"Gracias, mamá" Suspiras antes de levantarte y coger el alimento, el cual dura pocos minutos en la mesa, debido al hambre que te invade. Subes a lavarte los dientes y a cerciorarte que tu peinado está perfecto antes de salir.

Muchas veces oíste decir que quien cambia más que uno con la fama es el resto, y vaya que tenían razón; sentirte observado y en boca de los demás, ver tu caminar interrumpido por fanáticos que te piden que les firmes un sinfín de cosas o que poses con ellos en una foto no es agradable para ti en ninguna forma. Pensando en cómo escapar de la horda de personas que sabes te está siguiendo hace varias calles, recuerdas el lugar al que ibas cuando buscabas privacidad: Una bodega abandonada a las afueras de la ciudad. Luego de dar varias vueltas confusas a fin de despistar a la muchedumbre, logras escabullirte dentro del recinto sin que nadie lo note. Una vez allí te lanzas al sofá que está en un rincón, listo para comenzar a clasificar todas las cosas que te han pasado desde la última vez que habías estado en ese lugar.

El tema más importante es, sin duda alguna, la popularidad que tienes en estos momentos. No te gusta para nada que la gente te siga a todos lados, además que para alguien como tú, eso no es conveniente; tu vida es un secreto y así quieres que se mantenga. Deseas con fuerza ser una estrella pasajera, de esas que son olvidadas a la semana siguiente, y así ser envuelto nuevamente por la sombra del anonimato, donde quieres estar.

El segundo tema es más complejo; tu vida amorosa. Ahora que vuelves a ser libre, puedes buscar a esa persona que dejaste antes de partir, a la que le prometiste volver para estar juntos luego de ganar. Aún quieres algo con esa persona, siempre y cuando haya entendido que los motivos que tenía tu deslealtad mientras estuviste adentro sólo eran divertirte a costa de la ingenuidad, y de paso asegurar tu estancia en la competencia. ¿Courtney? Una chica caprichosa, que lo único que quería era algo salvaje en su vida, algo que no pudiese controlar. Te convertiste en ese algo y la liberaste de sus cadenas; le ayudaste, ella está agradecida, pero hasta ahí llega tu aporte. De todos modos está saliendo con un famoso actor cuyo nombre no te interesa recordar. Le deseas lo mejor y das vuelta la página. ¿Gwen? Una amiga. La mejor, y la única que has tenido también. Y además la única persona a la que has sido sincero, con la cual te has abierto tal y como eres, y la única que te ha aceptado tal y como eres, sin mentir o aparentar. Ella, junto a DJ, son las únicas personas que conociste en el encierro a las que puedes llamar sinceramente, amigos.

Pero no puedes olvidar a esa persona que te dejó helado desde el primer día que la viste. Esa persona con quien casi no pudiste compartir por más que quisiste. Esa persona a la que pudiste acercarte cuando nadie miraba, y de cobarde no lo hiciste. Por ese miedo al qué dirán los demás, que no es la primera vez que te vence en estas cosas. Pensaste que era un deseo por el encierro, pero estás afuera y no dejas de pensar en esa persona.

Pero el destino sabe romperte el juego, con un accidente, o en tu caso, con una inesperada llamada, que en el fondo era esperada.

"Diga"

"¿Duncan?" Reconoces la voz, es inconfundible. Una sonrisa se dibuja en tus labios.

"Veré si está, Al" Le bromeas, esperas unos segundos y retomas la conversación "¿Qué pasa, Al?"

"Oficial Alexander para ti, Duncan" Te responde con dureza y molestia. No puedes evitar reírte "Más respeto, muchachito. Tienes que venir para acá hoy"

"¿Me extrañas?" Te mueres de risa; no está para bromas, pero igual continúas.

"No te hagas el gracioso. A la diez de la noche te esperamos. Tienes muchos papeles esperándote" Y aparentemente sin más que decir, cuelga. Habías olvidado que te toca firmar todo lo que no has firmado en tanto tiempo. Pero en el fondo es bueno; tienes mucho que hacer, y es mejor empezar de hacerlo de una buena vez.

"Parece que ya me salió algo esta noche"

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Notas:

1. Alexander es el oficial de libertad condicional de Duncan (Mencionado en algunas ocasiones) Su nombre real nunca ha sido dicho.