Parques a la Medianoche

Fanfic/Drabble traído a ustedes por: A-Little-Dream

Mi primer FanFiction/Drabble en al fandom de Bleach. En realidad no debería de ser UlquiHime, ya que no es una de mis parejas favoritas, pero alguien me lo pidió y no pude negarme. Me gusto el resultado, de todas maneras así que estoy feliz.

Disclaimer: Bleach me pertenece, lo uso todos los días para limpiar mi cocina y…. ¡Ups! ¿No es ese "Bleach" verdad? Bleach y todos sus personajes le pertencen a Tite Kubo-Sama, sin embargo la trama es mía.

La noche llegó a la ciudad de Karakura. Una a una, las pequeñas estrellas comenzaron a mostrarse en el impasible cielo negro.

Había en aquella ciudad un parque solitario, de aquellos que tuvieron su auge años atrás. Muy pocas personas conocían su existencia, y aún menos lo visitaban. Los columpios estaban roídos por le oxido y chirriaban al moverse al ritmo del viento. El sube y baja había sido destruido hacía mucho y la resbaladilla estaba a punto de derrumbarse.

Sin embargo, por una de las veredas de aquel silencioso lugar, una hermosa mujer caminaba sin rumbo fijo. Su hermoso pelo naranja se movía a cada paso, dándole calidez a su andar; pero si la mirabas más de cerca, notabas que las lágrimas mojaban su pálido rostro. ¿Cómo recordarlo? Pensaba la chica, deteniéndose frente a una despintada banca, ¿Cómo recordar algo que traía alegría y pena a la vez?, ¿Cómo seguir siendo ella misma cuando todo había cambiado? Soltó un sollozo desesperado y miró a la luna, en ese momento menguante. Ah, cómo la hacía sufrir ese amor para todos los demás inexistente. Cómo extrañaba esa mirada sin sentimiento, y ese rostro blanco cómo la nieve. Pero él se había ido para siempre, y ella lo sabía. Nunca volvería a verlo, ni el lugar dónde lo conoció. Aquel lugar en el que había sufrido y experimentado tanto miedo.

Más recuerdos inundaron su mente, y más lágrimas salieron de sus ojos. Su querido Ulquiorra, cuanto lo extrañaba.

— ¿Inoue-San? — Escuchó que la llamaban y volteó la cabeza, era Ishida — ¿Qué haces aquí tan tarde? Espera, ¿Por qué lloras?

Orihime sonrió y negó con la cabeza. Diciendo que no pasaba nada, que necesitaba aire y por eso había salido. Ishida la acompañó de regreso a casa y las cosas volvieron a ser normales. Al menos hasta la siguiente noche, cuando el parque recibía su visita obligada, y la pelirroja era acompañada una vez más por el recuerdo del agridulce amor de su vida.