Esto es, cómo no, un texto muuuy corto en honor al cumpleaños de Keith. Planeaba escribir más y posiblemente aún lo haga, pero, por ahora, esto es siguiendo el prompt del día dos de su semana de... cosas de cumpleaños: Identity/Identidad

Y Voltron no es mío, ya todos lo sabemos.


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Siempre ha habido una serie de adjetivos que han bailado sobre la cabeza de Keith, siempre puestos ahí por otras personas, desde el momento en el que su padre empezó a ser una mancha borrosa en su memoria junto con su madre.

Problemático. Solitario. Egoísta.

Al final, ninguno de ellos ha importado. Al final, las personas que los decían no se han quedado lo suficiente como para que sus palabras lleguen a tener suficiente peso.

Pero, de cierta manera, son esos adjetivos los que siempre han conformado su identidad. Keith, el niño problemático que no puede comportarse lo suficiente como para no terminar con una bolsa llena de sus cosas, abandonando una de tantas casas más. Keith, el cadete solitario que no parece poder trabajar con un equipo ni tras los intentos más desesperados del profesorado. Keith…

La última vez que fue nombrado con el tercer adjetivo, fue con más palabras, pero no es uno de sus momentos favoritos por rememorar.

Los adjetivos pronto dieron paso a los títulos.

Piloto de combate. Paladín de Voltron… Miembro de la Espada de Marmora.

Su favorito es el de paladín. Aunque no se sienta mucho como uno en estos días.

En realidad, si tuviera que escoger, le gustaría ser sólo… Keith.

Pero, incluso con el uniforme púrpura en el cuerpo, con la espada que grita su herencia colgada a un costado, pilotando una nave que se parece más a un plato desechable que a una nave real, es el título de paladín, la certeza de que por una vez es él quién está eligiendo para sí ese algo que lo define, es una mano firme en su hombro, es una voz suave y comprensiva, es una sonrisa cálida, es una mirada inteligente y juvenil, es una mente llena de relatos y es una espalda que carga con orgullo el peso de todo un universo, es todo eso lo que hace que presione con fuerza los controles y acelere hacia la nave más grande. Por todas las personas a las que se los debe en el universo, pero sobre todo, por las únicas que le dejaron escoger quién era.

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