El accidente

Destrozado, impotente, preocupado, así era como se sentía Takano en ese momento, porque sabía que no podía hacer nada ante esa desgarradora situación y lo peor de todo, sabía que era su culpa.

Era miércoles por la mañana, el día había avanzado normal en Emerald, aun no estaban a finales de ciclo, sin embargo, eso no quería decir que el trabajo fuera menos pesado de lo normal.

Recientemente había hablado una de las mangakas de Takano alegando que no sabía cómo continuar su historia y que necesitaba de su asesoría.

Y así estaban ahora, el editor en jefe aprovechó este pretexto para arrastrar al editor novato con él, diciendo que necesitaba de su ayuda y que una vez terminando comerían juntos. Claro que al principio Onodera se opuso rotundamente, pero al final terminó accediendo debido a que eran "cosas relacionadas con el trabajo".

Habían quedado de verse en un café no muy lejos de Marukawa, así que decidieron ir caminando.

Onodera estaba molesto, odiaba que su jefe lo llevara con él por motivos de "trabajo" cuando sabía perfectamente que Takano podía hacerlo solo sin ayuda de nadie. Él pudo haberse quedado en la oficina adelantando algo del trabajo que tenía para quitarse algo de peso cuando estuvieran a finales de ciclo, pero no, tenía que acompañar a su insistente jefe a perder su valioso tiempo.

El castaño ni siquiera intentaba disimular su enojo y eso era algo que empezaba a fastidiar al azabache, ¿Por qué no podían simplemente entablar una simple conversación como una pareja normal? ¿Por qué su Ritsu no podía cooperar aunque sea por solo una vez? Eso molestaba en cierto modo el mayor, extrañaba a ese pequeño chico inocente del que se enamoró, ¿Cómo fue que su personalidad cambio tanto? ¿Por qué se volvió así? ¿Por qué llegar al extremo de aislar sus sentimientos en un lugar intocable? ¿Fue por él? Había escuchado decir al castaño que todo había sido por su culpa, pero, ¿Qué fue lo que paso? Ritsu solía ser tan dulce y tierno y ahora estaba tan... cambiado. Y claro que nada de esto significaba que quería hacerlo cambiar, de alguna manera se volvió a enamorar de ese chico de ojos verdes con tan problemática personalidad, pero eso no era relevante, porque sabía que muy en el fondo, seguía siendo el mismo, si, aun de vez en cuando podía ver al pequeño Ritsu del que se enamoró, como cuando se sonrojaba, cuando lo besaba o le tomaba la mano, esos eran momentos en los que a Takano se le ablandaba el corazón. El sólo sabía que haría lo que fuese por tocar su corazón nuevamente, porque lo amaba, así de simple, pero, ¿Cómo rayos lo haría? Ni siquiera podían estar los dos solos sin que el ambiente fuera incómodo.

Sin embargo, los dos solían disfrutar de la compañía del otro, claro que uno de ellos no lo admitiría por nada del mundo, pero en ese momento, la falta de sueño y el estrés acumulado, producto de su estilo de vida, cobraba factura.

A fin de cuentas ninguno habló en todo el transcurso del camino, fue un silencio incomodo, el cuál no sabían cómo aligerar, pero tampoco es como si supieran como hacerlo de todas formas.

-Es en ese lugar.- Takano aparentaba estar calmado, pero en realidad estaba algo ¿nervioso? No, era algo más, era como si tuviera un ¿mal presentimiento?

-Está bien, terminemos con esto de una vez, tengo cosas que hacer.- A decir verdad, con "cosas que hacer" no se refería a nada, pero quería tener una excusa.

-Ni se te ocurra, nosotros dos tenemos una cita, ¿lo olvidaste? Y además, ¿a qué te refieres exactamente con "cosas que hacer?".-Otra vez con lo mismo, Onodera le salía con un "asunto" para evitarlo nuevamente, esto en cierta forma le dolía, pero debía seguir insistiendo.

-¿Cita? Yo no dije en ningún momento que saldría contigo, además, ¿Por qué debería de hacerlo de todas formas? – Ritsu frunció visiblemente el ceño al decir esto y es que, ¿Por qué su jefe tenía que involucrarlo en cosas que no quería hacer?

-Es por cuidar tu salud, de lo cual tú mismo no eres capaz, ya discutimos esto, acordamos que comerías por lo menos una vez al día conmigo y en realidad no creo que tengas algo que hacer. Además, es normal el querer pasar tiempo con la persona que amas, deberías rendirte de una vez y confesar los sentimientos que sientes por mí. –Al finalizar de decir esto tomo descuidadamente la mano del castaño y la apretó levemente, ocasionando un fuerte sonrojo por parte del menor, el cual aparto su verde mirada de esa color avellana.

-Etoo... -Era obvio que se puso nervioso con tan simples palabras, de hecho, todo relacionado con Takano le producían nervios. Estaba buscando las palabras para responder algo cuando entraron al local-

Una vez en el café, esperaron a la mangaka que tardo alrededor de cinco minutos, una vez reunidos los tres eligieron una mesa situada enfrente a una ventana y comenzaron a trabajar.

Onodera se estaba desesperando, prácticamente solo los estaba viendo, y es que, tal y como supuso, su jefe lo había llevado solo por puro capricho y eso lo molestaba mucho, ya que sabía que podría estar haciendo algo productivo en la oficina. Pero lo que más lo sacaba de sus casillas es que lo estaban ignorando y esa mangaka parecía estársele insinuando a su jefe y este no hacía nada, no es que pudiera reclamarle de todas formas. Así que sí, se estaba hartando de esa situación, pero cuando estaba a punto de anunciar su retirada, la mujer hablo.

-Disculpen, pero me olvidé de traer hojas de mi casa y dudo que con las que tengamos sean suficientes, hay que ir a comprar algunas. Creo que hay una tienda a dos cuadras cruzando la calle. – Bien esa era la oportunidad de Ritsu para liberarse de esa maldita situación, estaba enojado, era claro que la mangaka quería quedarse a solas con el azabache y la verdad eso le daba algo de coraje, pero como dijo antes, no tenía derecho de reclamarle, así que solo contesto en un tono fastidiado.

-Yo iré por algunas no se preocupe. – Dicho esto Takano lo volteo a ver por primera vez después de que comenzó a trabajar y suspiró, las cosas no estaban saliendo para nada a como el esperaba, de hecho, nunca lo hacían.

-De acuerdo, pero no tardes, ¿está bien?

-Eso ya lo sé. – dijo frunciendo el ceño en señal de molestia. ¿Qué? ¿Acaso pensaba que se escaparía? Aunque realmente le encantaría hacerlo.

Una vez Ritsu salió del local, la mangaka recordó algo que realmente le faltaba, así que Takano le hablo por teléfono a su adoración.

Por otra parte, Onodera estaba esperando a que cambiara el semáforo para poder cruzar, y cuando lo hizo, su teléfono comenzó a sonar, por lo que automáticamente caminó mientras lo contestaba frunciendo el ceño nuevamente al ver el identificador de llamadas.

-Se puede saber ahora que es lo qu...

Y eso fue lo último que escucho de él, todo lo demás fueron gritos, muchos gritos con el sonido de autos estrellarse.

Takano se congeló en ese par de segundos en los que escucho un traqueteo por el teléfono, grito y ruido, luego la llamada se cortó, pero lo seguía escuchando todo. Con miedo, giró la cabeza hacia la ventana que daba a la calle. Había una multitud de gente y cuatro autos hechos trizas.

-¡Que alguien llame a una ambulancia!

El pánico se adueñó del cuerpo del editor en jefe al procesar lo que estaba pasando, y es que en situaciones como esas simplemente no sabes que hacer, así que, sin pensarlo, corrió hacia la salida.

No podía estar pasando, esto no podía estarle pasando a ellos, no ahora, no así.

Se abrió paso entre la multitud de personas, se escuchaban llantos y gritos, pero todos esos sonidos se escuchaban lejanos, el solo tenía que localizar a Ritsu, no, Ritsu no podía estar ahí, no él, no "su" Ritsu.

Se horrorizo cuando pateo algo y se dio cuenta que era el células de su amado, destrozado.

La respiración se le corto cuando vio a unas cuantas personas tiradas en el pavimento, pero lo que lo terminó por romper, lo que hizo que se destrozara en ese momento... fue verlo a él.

-Ritsu... - Con los ojos abiertos a más no poder y con pequeñas lágrimas saliendo de ellos, rápidamente fue a su lado.

El aspecto de Onodera Ritsu... A simple vista tenía una pierna doblada en un ángulo anormal y estaba sangrando, mucho; tenía un costado bañado en sangre, el cual, gracias a una de sus primeras reacciones en ese momento, vendó con parte de su propia camisa para retener la hemorragia.

-¡Ayuda! ¡Un médico! ¡Por favor! – Sin estar muy seguro de que hacer, empezó a gritar por ayuda, todo a su alrededor le parecía tan distante. De la manera más delicada que pudo, tomó a su castaño en sus brazos e intentó hacer que despertara, ya que había escuchado que cuando una persona está en una situación en la que su vida peligra, no debe dejársele dormir. – Ritsu, por favor, despierta, no puedes hacerme esto, no puedes, no me dejes, no otra vez. – Dijo esto mientras tomaba su mano entre las suyas, percatándose de que estaba fría, las manos del castaño solían ser tan cálidas.

Al moverlo un poco, un quejido débil se escapó de esos labios que empezaban a perder su color, fue cuando el azabache se percató del hilo de sangre que salía de su oído y su boca, lo que lo hizo preocuparse más.

Onodera despertó lentamente y Takano se alivió por esto, por lo que intentó enderezarlo en otra posición más... Normal. Mala idea... Al principio el castaño parecía ido, sin saber lo que sucedía, pero entonces la ola de sensaciones apareció... Dolor y más dolor, todo su cuerpo dolía y se sentía muy débil. Intentó hablar pero no pudo. ¿Qué rayos pasó?

El mayor se dio cuenta de que su pequeño estaba consciente, sin embargo, su reciente felicidad fue interrumpida por el estado de menor que estaba luchando por introducir aire en sus pulmones y temblando en sus brazos y empeoró cuando vio la mueca retorcida que el más bajo tenía en su rostro.

-Ritsu, necesito que te calmes, vas a estar bien, ¿sí? Sólo por favor, mantente despierto, vas a salir de esta, vamos a salir de esta. – La respiración del menor era trabajosa y tenía lágrimas en sus ojos. Intentó enfocar el rostro de su jefe, pero todo era borroso, decir que se sentía terrible era poco, ¿Qué estaba pasando?

-... Taka...no-sa...n. – Fue solo un susurro del más bajo que logró captar la atención del mayor, que pudo ver con claridad como Ritsu estaba a punto de ahogarse con la sangre que no dejaba de salir de su boca, así que con cuidado, lo movió para que la pudiera escupir. Hecho esto, Onodera fijo su mirada en él, era una mirada suplicante, cansada, no podía seguir despierto por mucho tiempo, estaba perdiendo mucha sangre haciendo que su color se desvaneciera. –N-no pue...do...

-¡No te atrevas a cerrar los ojos! ¡¿Me escuchaste?! Por favor, aguanta hasta que llegue la ambulancia. No me dejes. – Ver a su Ritsu de esa manera sin poder hacer nada lo estaba enloqueciendo, estaba frustrado, pero estando así no podía ser útil, intentó calmarse y acarició esos suaves cabellos castaños que tanto le gustaban mientras le daba palabras de aliento a Ritsu para mantenerlo con él. Dios, su pequeño se veía tan... Roto, parecía un fantasma.

El maldito tiempo antes de que llegara la maldita ambulancia pasó jodidamente despacio, hasta después de los 8 minutos más largos de toda su vida llegaron tres ambulancias, rápidamente, el mayor se trasladó al hospital en la ambulancia que llevaba a Ritsu, una vez llegaron, la angustia y ansiedad por la que estuvo pasando disminuyó un poco cuando llevaron a su castaño al área de emergencias.

Ahora todo dependía de los médicos.

Mi primer fic de esta pareja y el segundo que publico :') Ya lo tengo algo avanzado porque hace tiempo que lo escribí pero no me aninaba a compartirlo, pero no se si deberia continuarlo, asi que si quieren que actualice pueden decirme que les parece y actualizaré hasta donde lo tengo por ahora y despues veré si vale la pena continuarlo. Bueno, espero que al menos los entretenga un poco, el inicio puede ser aburrido porque no sabía como empezar xc