Disclaimers: los Personajes de KHR no me pertenecen, sino a la grandiosa Akira Amano
Aclaraciones: Ambientado en un mundo alterno (mi primera incursión en esto)
Las calles de aquella ciudad japonesa se encontraban vacías, debido a la lluvia que caía con fuerza, en ese momento.
Pero gracias a ella nadie miraba el caminar de aquella chica, las miradas llenas de lástima, de pena, los murmullos que debían perseguirla ante su peregrinar, no se encontraban.
Solo el ruido de aquella lluvia, era su única compañia en aquel andar.
Los diamantes salados que caían de sus ojos violetas se confunden con las frías gotas de lluvia.
Su vestimenta blanca, que había lucido horas antes, se encontraba sucio debido al lodo, el velo de tul y con un ligero bordado, que ocultó su cabello de color índigo y su rostro al principio de ese día, había desaparecido no supo en qué momento lo había perdido, mientras que el ramo de flores blancas había terminado en la explanada de una iglesia, donde se debía celebrar la ceremonia donde se unirian dos almas.
Su andar, que en un principio no parecía tener sentido, llegó a su fin en una arboleda cercana a un viejo parque, su lugar secreto, un lugar donde nadie la encontraría, donde las burlas y miradas de lastima nunca llegaría.
La única persona que podría encontrarla estaba cumpliendo su sueño, estaba lejos.
Aquel pequeño lugar había sido su refugio en su infancia, un lugar donde solo ella y su hermana, de todo menos de sangre, podían soñar despiertas.
Donde en una tarde de primavera, hicieron una promesa en el viejo árbol que se había convertido en su confidente, en tardes de juegos.
Sentada bajo aquel gran árbol, sintiendo que la lluvia detiene su caída, libero el dolor que sentía en su interior.
Los sollozos ocultos por sus rodillas, se encontraba liberando el dolor que sentía ante aquel dia.
El dia que debia ser el más feliz de su corta existencia. Con sus veinte años de edad, se unirá en matrimonio con un hombre que la amaba, alguien que había jurado pasar el resto de su vida con ella.
Ella no se creía bonita, se creía una joven sin chiste alguno, alguien simple realmente, durante su infancia había sido enfermiza y por un accidente casi había perdido uno de sus ojos, obligándola a siempre llevar el cabello suelto o un parche, para tapar aquella imperfección debido a que el sol le dañaba.
Siempre fue objeto de burlas en la escuela, donde era oídos sordos de aquellas crueles palabras.
Solo las pláticas con su mejor amiga, pijamadas donde hablaban de su futuro, de lo que harían, donde trabajan, donde viajarán, donde vivirían, todos los sueños de un par de adolescentes, entre ellos el sueño de la mayoría de las jóvenes: su boda.
Y esos sueños fueron su perdición.
Idealizo al amor, quiso creer que sus sueños se cumplian con aquel joven. palabras simples, promesas de bajar los astros por ella, mentiras sobre lo hermosa que era.
Se había enamorado del amor, se había ilusionado como una tonta, después de algunas palabras bonitas, se había creado una vida perfecta al lado de aquel hombre y todo terminó en lágrimas.
Esas palabras llenas de una dulzura falsa fueron su perdición, se dejó engatusar, creyendo que su mayor deseo se hacía realidad, vivió en la ilusión del momento.
Pero todo había terminado, la máscara que aquel hombre había portado, por fin había caído, y lo había hecho en el día más importante para ella.
Todo estaba listo, la iglesia, las flores, los invitados, las damas, todo se encontraba preparado y su sonrisa era hermosa como el día que se presentaba, por que el día había sido muy hermoso, perfecto para su boda.
Los nervios de la boda estaban presentes, pero también un mal presentimiento y como una bruma el comportamiento de uno de sus compañeros más crueles, un as del deporte en la escuela, el joven del cual se había enamorado platónicamente, pero que él junto a su novia siempre se burlaban por su problema. Pero había madurado, le había perdido perdón y la había enamorado.
Camino a la iglesia se negó a pensar en el antiguo comportamiento de su pareja, pero conforme se acercaba a la iglesia la angustia y la sensación de que algo malo sucedería se hizo presente.
Con una sonrisa nerviosa bajó de la limusina, todo murmuraban de lo hermosa que se veía y mientras agradece, su sonrisa se congeló al ver aquel grupo.
Un grupo que le traía muy malos recuerdos. Sus verdugos durante su etapa estudiantil.
¿Qué hacía ella ahí? Se había encargado solo de invitar a algunas compañeras, pero a nadie de la secundaria o preparatoria. Aunque su prometido si lo había hecho. Pero ¿por qué invitar a su ex-novia?
Con muchas preguntas en mente decidió que lo mejor era ignorarlos, avanzó con delicadeza aparentando un tranquilidad que no sentía, ya que la sonrisa de aquella chica le causó un escalofrío, quito los pensamientos negativos de su mente, era su día y nadie lo iba arruinar, nadie debía hacerlo… pero si lo arruinaron.
La ceremonia se iniciaba de forma normal, borrar cualquier pensamiento de su prometido como el verdugo más cruel que llegó a tener en su época estudiantil. Pero aun asi confio en el perdón pedido, en las muestras de cariño que ahora, sin saber por que, le parecían falsas, aun con eso en la mente se afianzó a la ilusión…no debió haberlo hecho.
Takeru ¿aceptas a Nagi como tu legitima esposa? ¿Para amarla y respetarla, en la enfermedad y en la saluda, en la riqueza y en la pobreza?
No
Las fría palabra con la sonrisa burlona, aferraron a Nagi, aquel pequeño grupo comenzó a aplaudir, confundiéndose entre los murmullos de los invitados.
Aquella rubia se acercó al novio y le dio un beso de telenovela…un trueno se hizo presente rompiendo el silencio que se había formado, por dicha acción mismo que evitó que se escuchara el sonido del corazón roto de la chica
¿Enserio creíste que me iba a enamorar de una tuerta?
Parece que sí…pero era lógico que un galán como tu nunca se fijaría en alguien como ella
Los cuchicheos no se hicieron esperar, risas crueles se hicieron presentes, ella simplemente oculto su mirada y se dirijo a la salida
Nagi, hija espera
Era el llamado del sacerdote e incluso bajo para alcanzarla mas no lo logro, solo pudo divisar entre la lluvia un ramo de flores blancas en media explanada.
Y así el día hermoso se convirtió en un día gris.
La lluvia se detuvo dejando caer solo unas ligeras gotas, la llovizna que había acompañado en su camino a Nagi, ahora era una ligera brizna. Como si el clima quisiera consolarla.
Una cálida mano se posó en su hombro, al alzar su mirada se halló con una chica de cabello negro, tez morena, ojos color café que le miraban con preocupación.
-Nagi
El susurro de su nombre en los labios de aquella chica, le hicieron ver que no era un espejismo, que no era un sueño creado por su necesidad de sentirse acompañada, que su amada amiga, su querida hermana estaba ahí.
No pregunto mas, ni lo pensó, solo se refugió en los brazos de aquella chica, de quien siempre le ayudo.
-Me quiero morir Tomoe, me quiero morir
-No digas eso hermanita, veraz que todo saldrá bien, todo estará bien; vámonos
-No quiero ir a mi casa, quiero irme de aquí, quiero desaparecer
-Iremos a la casa de mis padres en otra ciudad, si así lo deseas
-Si, vámonos desde ahora por favor—exclamó separándose de los cálidos brazos y mirar con suplica a su amiga
-¿Tienes algo de importancia en tu casa?
-Nada, nada
Así la chica se levanto y ayudo a su amiga a pararse, y el silencio que las rodeo desapareció ante un pequeño ruido. Ambas se miraron y después miraron abajo, ahí un pequeño gatito de color negro y blanco se hallaba, se había refugiado en aquel lugar y buscado el calor que la vestimenta de Nagi le pudo dar a pesar de estar mojada, ahora se quejaba ante la falta de soporte, con cariño la joven lo tomó para encaminarse junto a su amiga a la salida de la arboleda.
Salieron en silencio hacia un coche que se hallaba estacionado, ambas subieron al vehículo y se fueron, dejando aquel cruel día atrás.…
Era noche cuando llegaron a su destino, ahí Tomoe se estaciono en la casa de sus padres, una casa de descanso como ellos le llaman, solo habian estado ahi en vacaciones.
-Nagi hemos llegado
Su amiga asintió y ambas bajaron para entrar a casa, su llegada no pasó desapercibida ante el sonido del coche detenerse, para los dueños de la casa que al ver a las recién llegadas se preocuparon, más por cómo se encontraba la joven de cabello índigo.
Ellos habían conocido a Nagi por su hija y la habían querido como si fuera propia y al verla con la mirada baja y con aquel vestido manchado les hizo darse una idea. Tomoe con sus ojos les pidió que no preguntaran nada.
-Nagi querida pasa a darte un baño, vamos—exclamó la mayor guiándome al baño, abrazando el cuerpo frío de su hija de palabra
-Fueron esos idiotas de la escuela, no les importo lastimarla con la mayor ilusión que tenía—exclamó con los puños cerrados ya que se hallaba sola con su padre
-Tranquila Tomoe-respondió su padre mientras la abrazaba- ahora lo importante es hacerla que esté tranquila, que inicie desde cero
-Papá, ¿Por qué dañarla? Nunca les hizo nada, nunca se metió con ellos, ella es noble nunca a albergado maldad
-Lo se, pero las personas son así mi niña, ahora no nos queda más que ayudarla a salir de esta mala racha, demostrarle que está en familia
Nagi entro al baño y la mujer la dejó sola, después de dejarle algo de ropa, encontrándose sola dejó al gatito en el suelo, quien se había dormido y aun con el vestido puesto entro a darse una ducha.
Las lágrimas que habían detenido su caída comenzaron su recorrido de nuevo, estaba herida, su mayor ilusión, su mayor sueño había sido destruido, sin motivo alguno…
Una hora había pasado cuando Nagi salió por fin del baño, vestida con un pijama de su hermana y el pequeño gatito en brazos, las sonrisas cálidas de los habitantes de aquella casa le hicieron sentirse en su hogar, porque ellos eran su familia.
El vestido blanco había terminado en la basura, al igual que su deseo de volverse a enamorar y casarse…
La familia Amano había permitido que Nadie se quedará encerrada un par de semanas en su casa.
Durante ese tiempo el padre de Tomoe, Akira, se hizo cargo de vender el departamento de Nagi y todo lo que había en su interior, solo algunas cosas que sabían que eran en verdad importantes se mantuvieron.
Escucho los rumores y algunos quisieron saber algo de la chica por su boca, incluso había visto al joven que le había jugado con su hija adoptiva, con aquella sonrisa de triunfo, una sonrisa burlona, pero ignoro cualquier cosa, lo importante era que Nagi se recuperara.
Terminado el tiempo que habían permitido, Tomoe se encargó de darle un tour a su amiga por aquella ciudad, la ciudad de Namimori, misma donde viviría a partir de ese instante.
En ese momento estaban en el parque comiendo helado, cuando Tomoe noto aquella mirada de su amiga.
-¿Qué sucede Nagi?—pregunto Tomoe al ver a su amiga sumida en sus pensamientos
-Nada, solo que no quiero ser una carga para ti y tus padres
-No lo serás, sabes que mis padres te quieren como a una hija más
-Lo se-respondió con una sonrisa real desde aquel evento.
-¿Has pensado en lo que quieres hacer?
-Si y no, quiero abrir un negocio con el dinero de la venta de mis cosas, pero aun no se
-Bueno cuenta conmigo para el negocio, yo tampoco soy de seguir órdenes—dijo Tomoe con una sonrisa
-Gracias, por todo
-No hay nada que agradecer, somo hermanas ¿no?
Había pasado ya un mes desde aquel suceso y la joven de mirada violeta aun no sabia que negocio abrir, mientras acomodaba la última caja, en la habitación que se volvió suya, se encontró con dos libretas, intrigada ya que ella no era de escribir diario, la abrió una, la primera libreta era de algunos diseños de vestidos que hacía en su infancia, su mayor deseo era ese, se una gran diseñadora de modas, había estudiado y se había graduado con méritos, pero nunca tuvo el valor de ir a buscar empleo, su timidez era un factor negativo en su búsqueda.
En la primera hoja, de la segunda libreta, tenía el diseño de un vestido de novia y con letras en mayúscula MI VESTIDO DE NOVIA, comenzó a revisar el contenido, todo lo que había ahí, era la planificación de una boda, de su boda de ensueño, creada cuando era una niña: invitaciones creadas por Tomoe, bocadillos, pastel, todo creado según lo que ella deseaba y como una nota: Algunas cosas serán cambiadas para el gusto de mi futuro marido
Como muchas niñas ella había soñado su boda ideal y las ideas habían sido plasmadas en aquellas hojas.
Dejó la libreta sobre su cama, mientras que tomaba la otra, ya tenía una idea de lo que realizaría y así bajo para hallarse con Yoko, la madre de su amiga con una vecina y su hija, sabía que la chica se casaría en unos meses y necesitaban ayuda para la planificación y por el momento veía una gran molestia en la joven.
-Oh, tu debes ser Nagi, es un gusto conocerte, eres muy linda, soy Hanna y ella es mi hija Hikari
-Gra...gracias—susurro sonrojándose ya que no estaba acostumbrada a elogios de extraños-un gusto conocerlas
-Nagi, ¿Qué opinas de este vestido no crees mejor que este?—exclamó Hanna señalando dos vestido, uno era de falda amplia y coserte, mientras que el otro era liso y tenía una cinta amarrado en la cintura, similar a los vestido griegos.
Yoko miro a Nagi, ella y su familia habían decidió que la planificación de una boda, así como otras cosas referentes eso, serian un tabú, por lo menos en un año, pero no espero que su amiga le pidiera ayuda en la planificación de la boda de su hija.
Nagi miro la imagen de los dos vestidos, ambos eran hermosos y después miró a la joven, ella no parecía feliz con las elecciones de su madre.
-No lo sé, ¿a ti cual te gusta?—pregunto Nagi mirando a la chica quien le regresó su mirada
-Ninguno—susurro
-¿Y por qué no vas a las tiendas a buscarlo?—preguntó Yoko
-Mi hija es especial, hemos ido a diferentes tiendas incluso la madre de Shin nos llevó a Tokio, pero nada, esta chica no quiere casarse
-¡Claro que quiero!—gritó Hikari—pero el vestido que yo deseo no es como tu o la madre de Shin quieren, es distinto es original, es…así—exclamó señalando el diseño de portada que tenía la libreta de Nagi-¿puedo?
-Claro—dijo dándole la libreta
Así la joven pasaba las hojas de aquel objeto con una sonrisa maravillada, todos los diseños le gustaba, pero el que más le gustó, aquel que sería su vestido de novia había sido un diseño de las páginas centrales.
El diseño era en corte A, tenía un escote en forma de corazón, de hecho se podía apreciar la forma del corazón ya que era formado por un listo o algo similar y terminaba en la parte de atrás con un moño. La parte de la falda tenía una especie de bordado que era pequeño a la altura de la cintura, pero que conforme bajaba se iba haciendo más grande, al grado de estar casi en toda la falda, tenía mangas que podían quitarse y utilizarse como guantes o un vestido sin mangas, pero tal vez lo que le llamó fue que el vestido parecía poder utilizarse para toda ocasión y no solo en su boda.
-Es hermoso—susurro Hikari mientras miraba los detalles
-Es verdad es muy buen diseño—exclamó Hanna mirando también los detalles que se le podían agregar al diseño, sin que este perdiera el estilo- ¿tu lo hiciste?
-Si—respondió
-¿Puedo usarlo?—preguntó mirándola a los ojos con una ilusión misma que ella reconoció
-Claro que si, es tuyo
-Oh muchas gracias—respondió mientras la abrazaba
El diseño de aquel vestido fue llevado a realizar, y Nagi se vio arrastrada a supervisar la creación del mismo, siempre acompañada de Yoko y en algunas ocasiones con Tomoe, quien sonreía al ver un diseño de su hermana siendo creado, poco a poco Tomoe y Nagi tomaron el lugar de la madre de los dos jóvenes a casarse, siendo ellas quienes les ayudaban a organizar la fiesta invitando a las personas que en verdad querían que estuvieran, eligiendo la comida que ellos querían, el estilo de invitaciones, de arreglos florales lugar donde seria…ellas terminaron por organizar la boda de aquella pareja.
La pareja había decidido que las chicas estuvieran presentes, ya que al haber ayudado a realizar su boda ellas tenían que ver el resultado final. Tomoe estaba preocupada por Nagi ante dicha invitación, pero la joven parecía estar bien con la idea de asistir al evento, por lo que aceptaron sin ningún problema.
Cuando la boda se realizó, las chicas habían asistido, vieron como la pareja a la que habían ayudado estaba completamente feliz, también lograron evitar algunos problemas de la recepción.
Cuando la pareja se retiraba les dieron un pequeño pago, por el diseño y la ayuda recibida, así como también escucharon comentarios de que la boda había sido perfecta e incluso habían tenido felicitaciones cuando supieron que ellas eran las que habían organizado dicho evento y una pareja incluso se les había acercado pidiendo consejos para lograr un evento con tal grado de perfección, las chicas sonrieron y exclamaron que ese había sido un día largo, pero que en otro momento se podrían ver con ellos en otra ocasión.
Así sin percatarse habían aceptado una cita para hacer esas sugerencias dos días después.
Cuando la cita se dio las jóvenes habían llevado, revistas, la libreta de los vestidos, así como algunos diseños de invitaciones, le dieron consejos de cómo debería ser su boda, ellos debían elegir lo que querían, no permitir que alguien más se metiera en sus decisiones, si permitían que eso sucediera durante la planeación de su boda, las demás personas podrían tomarse la libertad de hacer lo mismo para el resto de su vida. La pareja quedó encantada con las sugerencias y después de intercambiar teléfonos por si necesitaban otra asesoría se despidieron.
Al regresar a la casa y contar lo que habían realizado en aquella entrevista, los padres de Tomoe habían sonreído, ante las acciones de ambas chicas, ya que ambas se veían felices.
Los días continuaron corriendo y Nagi aun no sabia en que invertir el dinero de la venta de su departamento, si bien ayudaba en la cocina y la casa a Yoko, quería hacer algo más. Tomoe también estaba buscando trabajo, pero ella se conocía muy bien y sabía que no iba a poder soportar estar con tantas personas estirada, según sus palabras. Pero lo único que sacaba a las chicas de sus rutinas impuestas eran las llamadas de aquella pareja para pedir consejos y/o sugerencias de lo que debían hacer o cómo tratar a sus familiares quienes querían involucrarse demás, teniendo excelentes ideas.
Nagi miraba las fotografías de la boda que habían ayudado a planear, el sueño de Hikari y Shin se había realizado como ellos querían y parecía ser que la pareja a la que habían asesorado también tendrían su boda como ellos la deseaban, sin saber por que miro la libreta de sus propios planes, mismo que ya no se realizaría debido a lo que le había sucedido. Pero aquellos planes le estaban dando una extraña idea.
Días antes de que la boda se realizará la pareja había ido y al igual que Hikari y Shin, ellos les dieron un poco de dinero por los consejos, diciendo que se harían ricas si se dedicaban a organizar bodas y que les mandaran las fotografías de cómo quedó su evento con las sugerencias hechas.
Nagi miro a la pareja irse y después a su amiga ya sabía que hacer con el dinero de su departamento.
-Abramos una agencia para organizar bodas
-¿Qué?
-Hasta ahora hemos organizado ya dos bodas, o por lo menos una y la otra fue asesorada por nosotras, podemos hacerlo Tomoe
-Si…pero estas consiente de que necesitaremos mucha ayuda Nagi ¿verdad?
-Lo estoy…quiero que las parejas cumplan con sus ilusiones, quiero que ellos si realizan su mayor sueño…por favor Tomoe ayúdame en esto
-Sabes que lo are Nagi, no tienes que pedirme, pues vamos a hablar con mis padres para que nos apoyen en lo que puedan
Así el matrimonio Amano supo de los planes de sus hijas y sonrieron ante la emoción que observaron en sus ojos, por lo que sonrieron y las ayudaron en lo que podían.
Así después de encontrar un pequeño local, la agencia se abrió y aunque era pequeña tuvo un buen comienzo, así poco a poco se fueron haciendo famosas y comenzaron a contratar gente.
La calidez de las chicas, así como la originalidad con la que trabajan, al poner los gustos de las parejas en primer lugar lograron que su agencia se hiciera cada vez más llamativa y que más personas les conocieran.
En poco tiempo se decía que la mejor agencia para organizar bodas en la ciudad de Namimori era nada más ni nada menos que la agencia atendida por Nagi Dokuro y Tomoe Amano:
"La ilusión de un sueño"
