NARUTO.
Contigo.
Holasssss…
¡¡No me maten!! Se que tengo algunas historias que no e terminado, pero en verdad la falta de inspiración es mala, muy, muy, muy ¡MUY! Mala, espero que con esta nueva pequeña historia y sus REVIEW, me anime a terminar las demás, bueno un saludo.
Nota: Originalmente esta es la historia que tenia preparada para el cumpleaños de una niña súper especial (en el buen sentido) pero a pasado mucho tiempo, y no se si podre terminar la historia que tenia para ella, al menos les aseguro esta si la terminare, ¿Por qué? Bien pues ya esta completa le faltan detalles, es una historia corta, ahora el problema radica en dos cosas, No tengo internet… xD tal vez tarde un par de días en actualizar, pero les aseguro actualizare. Yosh, espero leas esto y te des cuenta que esta historia te la dedico. Por cierto, me deprimió que no siguieras un hombre de familia, yo no se porque lo sientes un plagio, si has mencionado todo el tiempo que no es tu idea, T.T me entro la depre, tal vez yo también deje las historias, no porque sean plagios si no porque me da tristeza, pero prometo terminar esta, en el transcurso de que suba estos capítulos decidiré que hacer con el resto de mis historias. Ojala más que verlo como una imitación lo hagas como un tributo. Un saludo a todas las lectoras.
..::Para Yosh::..
Capitulo 1: "Primera Cita".
- ¡Por favor Hina chan! ¡Hazlo por mí! ¡Incluso te conviene!... ¡Hinata por favor! ¡Por Shikamaru! –señalando al mencionad que se encontraba a unos cuantos metros enfrente, esto dicho por una joven rubia de ojos azules, quien perseguía a la Hyuga por las calles de la Hoja- ¡Por favor Hina!
- Pero… yo, no podría, Ino chan, no me pidas algo así.
- Hinata –se acerco Shikamaru, un poco mas serio- esto es muy problemático, pero en verdad quisiéramos pedírselo a otra persona, pero solo tú eres la única chica libre, y lo suficientemente bonita e inteligente para impresionarlo.
- Pero… –Hinata se puso totalmente roja por el comentario de su problemático amigo-… Shikamaru, Ino, es que yo –comienza a jugar incesante con sus dedos- yo… nunca.
- ¡Ah! –Exclamo Ino entendiendo a lo que se refería- ¡estas de suerte, el tampoco!
- Sera bueno para ambos, se evitaran la vergüenza de estar con alguien experimentado, podrán cometer errores libremente –entendiendo igualmente la dificultad de la morena.
- Pero yo… yo… -Entonces levanto la mirada, y como si fuese su caballero en corcel blanco visualizo a… Kiba sobre Akamaru, los ojos blancos se mostraron esperanzadores de ser salvada, evitando aceptar una propuesta que la hacia sentirse insegura- …Kiba kun… -susurro como si fuese su salvador.
- Hinata –el mencionado bajo de su compañero, dirigió una mirada a los otros dos chicos y sonrió suavemente, tomo a su mejor amiga de los hombros de forma conciliadora- Hinata… -susurro- ¡Por favor acepta! –Hinata casi cae al suelo ante la sorpresa- ¡Por favor! ¡Te comprare los pancillos dulces que tanto te gustan!
Cuando Hinata miro de nuevo tratando de buscar una salida, se encontró con Ino, Shikamaru y Kiba quien aun la sujetaba, rodeándola esperando una respuesta. Miro los ojos suplicantes, realmente ya no resistiría.
- "Podrá ser una nueva experiencia"…Si… -dio tímidamente.
- ¡GRANDIOSO! –Grito el Inuzuka mientras la levantaba de la cintura, girándola como si fuese una niña- ¡Te comprare tus panecillos! –Después de bajarla la abrazo cariñosamente y le lleno el rostro de pequeños besos- ¡por eso te adoro Hina chan!
-.-.-.-.-
Al tercer día, después de sufrir esa pequeña pero devastadora persecución por parte de sus amigos, la heredera del clan Hyuga, salía de su casa acompañada de Kiba, uno de sus mejores amigos de la infancia, el la miro una y otra vez, la hizo girarse, y sonrió satisfecho.
- Siempre te he dicho que eres hermosa –dijo con satisfacción- si no te viera como mi hermanita te pediría una cita –la Hyuga se sonrojo.
- ¿Y Akamaru? –se intereso la joven, mientras comenzaban a caminar.
- Lo deje en casa, tu sabes lo importante que es esto para mi y además quise dejarlo descansar un rato, el acepto gustoso dormir todo el día.
- Por cierto Kiba… te vez muy guapo el día de hoy –dijo la joven mientras abrazaba el brazo de su amiga y recargaba la cabeza en el mismo- estoy nerviosa.
- No te preocupes, es un buen chico a lo poco que lo e conocido, nada que ver a quien conocimos.
- El no es quien me pone nerviosa, es la situación… Kiba kun tu sabes que yo jamás…
Kiba se detuvo y por ende Hinata, se deshizo del abrazo de la segunda para mirarla a la cara, pero ella tenia la mirada baja así que con sus manos ásperas, lo mas delicado que pudo tomo el rostro de su amiga levantándolo, le sonrió por la ternura de sus ojos, por lo infantil aun de su rostro. Acerco suavemente su rostro hasta que sus labios tocaron la delicada piel de su frente.
- Se que duraste demasiado tiempo enamorada de Naruto y te rompió el corazón que no te mirase, tomaste el valor de decirle lo que sentías y el fue honesto diciéndote que jamás te vio de aquella forma, que eres una amiga. Después no te interesaste en ningún chico, tienes 17 años, eres joven, hermosas y una chica que cualquier hombre gustaría de tener a su lado, solo que eres muy tímida, no te llevamos a esto para que te cases con el, ni creas que es por que eres la única libre. Pensamos en ti, por que eres una chica hermosa, inteligente y sobre todo para que tuvieras una experiencia que mas adelante busques por ti misma experimentar y encuentres a una persona con quien desees estar, además por lo que me han dicho, el esta igual o peor que tu, podrán relajarse platicar y conocerse básicamente no esperamos surja el romance de película, solo que aprendan a socializar ambos.
Hinata instintivamente abrazo a su amigo rodeándolo por el cuello, le agradeció en voz baja y quebrada por la emoción que sentía al saber que le preocupaba tanto, que la quería de esa forma.
- Pero si se enamora de ti no lo culpes, con esa ropa te vez hermosa –dijo Kiba observando una vez mas a la joven de cabellos negros, quien llevaba puesto un vestido de tirantes delgados que llegaba hasta pocos centímetros arriba de sus rodillas, un bordado discreto separaba la parte de sus pechos, que era la única tela pegada a la piel, pues bajo d este el vestido era holgado, el color rosa en satín, que resaltaba indescriptiblemente la piel blanca de la joven y sus cabellos negros. Para finalizar unas sandalias de un tacón pequeño que le daban postura fina y elegante.
- Gracias Kiba kun, también te vez muy apuesto –acepto la joven al ver a su amigo de pantalones de vestir, zapatos elegantes pero igualmente cómodos, y una camisa negra que a pesar de ir desfajada lo hacia ver muy apuesto, marcando el estilo que tenia el Inuzuka, no llevaba su banda en el cabello, a cambio lo tenia todo desarreglado haciéndolo parecer un cachorrito.
De la mano caminaron hasta el centro de la Hoja, donde se toparon con Ino y Shikamaru, la primera vestía una falda de mezclilla hasta la mitad de su muslo acompañado de una blusa straple color purpura, con unas zapatillas de tacón alto. Shikamaru vestía un pantalón de mezclilla, con una camisa parecida a la de Kiba solo que en color verde oscuro y zapatos negros informales.
Caminaron unas cuantas cuadras mas, hasta llegar a un parque cercano, los ojos de tres de ellos se iluminaron en tanto a Hinata el rubor se aparco en sus mejillas advirtiendo no querer marcharse. El cuarteto se acerco a cuatro chicos conocidos por ellos, aliados y amigos de la Arena que los esperaban sentados en unas bancas del parque.
Ino corrió rápidamente al ser visualizada por un joven de cabellos castaños, que vestía un pantalón de mezclilla y una playera negra con tenis, la joven Yamanaka prácticamente salto sobre el abrazándolo del cuello con sus brazos y rodeándole la cintura con las piernas, dejándose llevar por apasionantes besos sin pudor. Una joven de cabellos castaños, sonrió y camino apresuradamente hacia donde Kiba y Hinata, la segunda decido separarse un tanto de su amigo temiendo interrumpir una escena como la de Ino; la joven vestía un pantalón estilo capri de color azul mar, blusa que pareciese normal a excepción por parte de la espalda que le faltase de color rosa, calzando unos cómodos conver azules. Abrazo a Kiba de forma tierna y fue recibida de igual manera. Shikamaru con su paso calmado se acerco a la joven de cuatro coletas que vestía una ceñida falda negra hasta la mitad de sus muslos, una hermosa blusa de mangas pero dejaba descubiertos sus hombros a color rosa muerto, calzando unas altas sandalias a juego. Shikamaru solo dio un corto beso en los labios de la mujer y esta tomo su mano.
Ino bajo de Kankuro y se abrazaron como si hubiesen nacido pegados de alguna extremidad, Kiba y Matsuri estaban abrazados del brazo, por un minuto pareciesen haberse olvidado de la joven ojos perla que les acompañaba, pero luego de unos segundos los visitantes de la Arena la saludaron animadamente.
- ¿Y Gaara? –pregunto Shikamaru a Temari.
- Con Tsunade, no tarda nada –entonces se acerco a su oído- ¿es ella? –el solo asintió- me parece perfecta –volvió a hablar en voz alta- vamos al café que se encuentra aquí en la esquina, Gaara dijo llegaría ahí, no tardara en desocuparse.
El crecido grupo se dirigió al lugar, haciendo que los meseros acomodaran las mesas para estar todos juntos, Hinata se encontraba sentada al otro lado de Kiba, mientras a su costado estaba Shikamaru, frente a ella había un lugar vacio, trago saliva al saber que ahí se sentaría pronto el Kazekage de la Arena, con quien tendría una cita. Nerviosa por sus pensamientos tomo la mano de su amigo que se giro a mirarla y sonreírle para animarla y ella se relajo.
Paso media hora y todos tomaban y/o comían algo. Hinata tenía un cappuccino frio con helado de chocolate acompañado de un pastel de crema con fresas… a pesar de que las fresas se las había robado Kiba y Shikamaru. Las parejas planeaban a donde ir, además trataban de sacarle plática animadamente a Hinata.
- Hyuga san –indico Kankuro.
- Por favor llámeme Hinata… todos –dijo un poco apenada.
- Bien entonces también llámanos por nuestros nombres –indico Temari sonriente, a lo que la morena asintió feliz.
- Hinata, ¿se te ocurre algún lugar a donde ir? –pregunto Kankuro.
- Hoy comienza el festival de los cerezos, a las afueras de la aldea, no a mucha distancia hay un corredor de cerezos, que en este momento están floreciendo.
- ¡Es verdad! –Grito emocionada Ino- me parece genial que fuéramos. Además si mal no recuerdo ese un lugar mágico para las parejas.
- ¿Qué clase de magia Ino chan? Yo nunca e visto un cerezo, en la Arena no existe ese tipo de planta, me parece bien –acepto Matsuri.
Todos concertaron que asistirían al pasaje de los Cerezos, siguieron con pláticas sin sentido y bromearon un largo rato, la Hyuga ya se encontraba mas relajada, no se percataron que unos ojos aguamarina los observaba con una seriedad característica.
- ¡Gaara! –grito Temari, y al instante Hinata dejo de sonreír y los colores se subieron a su rostro- ¡ven siéntate!
El Kazekage así lo hizo, se dirigió a donde su hermana, fijo su mirada en todos y los saludo con un asentimiento de cabeza. Como ya lo conocían pues todos respondieron de igual forma excepto Hinata.
- Gaara, ella es Hinata Hyuga –dijo animadamente Kankuro quien estaba a un costado del pelirrojo y Temari al otro- ha ido dos o tres veces a la Arena, pero a misiones fugaces.
- Si la recuerdo Hyuga san –menciono en su tono usual Gaara.
- Y yo a usted Kazekage sama –respondió la aludida.
- Bueno ustedes son su cita a ciegas –dijo Kankuro jovial ignorando la mirada asesina de su hermano menor- no se avergüencen, al final ni vamos a fijarnos en ustedes. Gaara decidimos ir al festival de los cerezos, idea de tu linda cita –la aludida se puso mas roja que un tomate y bajo la mirada- ¿Qué les parece si nos vamos ahora?
- Estupendo –indico Kiba animado, ayudando a sus dos damas a levantarse de sus asientos.
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Al principio del camino Hinata estaba junto a Kiba, pero después de unos minutos se sintió un mal tercio y no por que alguno le hiciera gestos en desagrado, pero al mirar al final del grupo visualizo a Gaara solo, así que discretamente disminuyo el paso hasta quedar junto al Kazekage. Este seguía su paso de forma calmada y en silencio, hasta que.
- Lamento que te involucrasen en esto, se que suelen ser muy insistentes – indico en tono cortés el Kazekage, aun cuando seguía hablando bajo ese muro que resguardaba sus sentimientos.
- No se preocupe Kazekage sama, discúlpeme por no ser una buena compañía–menciono apenada observando el camino.
- En ningún momento e pesando que sea mala compañía Hyuga san –indico el Kazekage, logrando robar una dulce y agradecida sonrisa de la joven de ojos blancos, para seguir el recorrido en silencio.
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Los arboles de cerezo rebozaban tupidos de las bellas flores que les adornaban, cercano a ese pasillo de arboles rosados se habían colocado diversos comerciantes con comida y juegos, pero a una distancia prudente para dejar admirar en tranquilidad aquella belleza natural.
Gaara caminaba como si nada pasara, realmente ninguno de los hombres mostraba gran entusiasmo ante aquel paisaje, a diferencia de sus congéneres femeninos que suspiraban suavemente ante la vista, el delicioso olor que se desprendía debido a la brisa fresca, envolvía a todos en un ambiente de magia y sensualidad.
A mitad de aquel pasaje las parejas se habían abrazando para caminar lo más unidas que pudieran, a distancia prudente unos de otros y a una extrema distancia caminaban los únicos que no eran amantes, a un paso lento y agonizante debido a la tensión.
El Kazekage vestía sus ropas comunes, aquella gabardina de cuello, y sus pantalones, lo único que le exceptuaba era no llevar el chaleco. Hinata caminaba a su lado con el rostro bajo, levemente lo subía de vez en cuando para observar a su acompañante o mirar al lado contrario admirando el paisaje. Se escucho el sonido de varios niños jugando a los alrededores y de pronto un grupo de niños pequeños preescolares rodeaban a la pareja mas alejada, corrían en círculos encerrándoles y sonriendo inundando con sus voces chillonas aquel recinto.
- ¿Son novios? –preguntaron los pequeños, a lo que Hinata se sonrojo terriblemente.
- No –dijo temblorosamente la joven Hyuga.
- Es guapo –menciono una pequeña- si quieres yo puedo ser tu novia –dijo a Gaara.
- ¡No, yo! –gritaron varias pequeñas mas.
Después de varias preguntas incomodas y el acoso de los pequeños que les arrinconaron hasta quedar espalda con espalda, aunque Gaara no se mostraba inmutado ante la situación, se mantenía con el semblante serio y los brazos cruzados, Hinata estaba en malas condiciones pues los colores estaban sobre su rostro, atemorizada por el grupo de pequeños que le rodeaban. Entonces fueron salvados.
- Niños dejen a las parejas en paz –dijo la maestra de los niños- vamos tómense de las manos y sigamos el recorrido o no habrá juegos –dirigiéndose a Hinata- discúlpenlos, no puedo descuidarme un segundo, compromiso.
Ambos se miraron, la joven con el rostro sonrojado y Gaara aun en su semblante de seriedad, ella sonrió tímidamente sorprendiendo al pelirrojo ante la belleza de la joven, aun cuando eso no lo demostró.
- Prosigamos –indico Gaara caminando con lentitud.
Cuando terminaron el recorrido de los cerezos el resto de las parejas que los habían acompañado se habían desaparecido totalmente, en la mente de ambos paso que era natural después de todo el tiempo que duran sin verse. Sin pensarlo voltearon a verse encontrándose ambos mutuamente observando la profundidad de sus ojos. Ella sonrió con lentitud.
- ¿Comemos algo? –pregunto un poco insegura pero sin tartamudear. El solo asintió.
Se dirigieron al grupo de establecimientos, buscando algo para comer, cuando encontraron una pequeña cafetería con pastelillos y galletas, aun cuando Hinata no dijo nada Gaara denoto su rostro y tomándola del brazo suavemente la llevo hasta el lugar. Ella sonrió apenada y miro a Gaara observando los diversos postres.
- ¿Qué deseas comer Hyuga Hinata? –pregunto cortésmente.
- Un pastel de chocolate triple –dijo sonriente la joven, pero le preocupo la extraña mirada que por un momento se formo en el Kazekage- ¿sucede algo?
- Pensé que las mujeres cuidaban mucho lo que comían, al menos Temari lo hace –dijo con sencillez y un poco de inocencia, sin embargo tales palabras causaron en la Hyuga un impacto que la sumergió en silencio.
Cuando se acercaron a una banca para la rebanada de pastel que cada uno pidió, el pelirrojo se percato de que la joven Hyuga siquiera tocaba su comida. Así pasaron varios minutos hasta que el termino su propio postre, dejo que mas tiempo corriera pero la joven dejo de lado su postre y no mostraba intención alguna de comerlo.
- ¿No te ha gustado? –inquirió el pelirrojo, pero la joven solo bajo la mirada, medito un poco mas- ¿fue algo que dije? –la Hyuga solo asintió levemente- creo que malinterpretaste mis palabras… me parece agradable que no te preocupes por lo que comes… me agrada –dijo sonrojado y en un tono de voz casi inaudible, por suerte la Hyuga tenia un buen oído, por ello su tono de voz era tan suave.
Sin pensarlo mas, sonrió y comenzó a comer el delicioso postre, el Kazekage solo mostro un semblante mas relajado. Recordaba la euforia de su hermana al comer y cuidar lo que no debía comer, además de las largas platicas que mantenía con varias Kunoichi de la aldea hablando sobre calorías y dietas, todo aquello le fastidiaba pareciéndole sin importancia, y mas para un grupo de guerreras que hacían ejercicio todo el tiempo, no existía motivo alguno de mantener un régimen y mucho menos exageradamente estricto.
Comenzaron a caminar observando el lugar, los faroles de papel que adornaban creando un ambiente tradicional, y el bullicio de gente que se movían incontrolables como olas de mar. Algunos comediantes y pequeños grupos de teatro callejero se implantaban, la joven Hyuga se detenía observando con detenimiento y riendo ante aquellos juegos o chistes que decían, Gaara no podía perder la vista de su acompañante que con el paso de los momentos juntos parecía mas relajada a estar a su lado, se fijo en su dulzura, sus gestos elegantes y sutiles, suaves como una brisa, tampoco le paso desapercibido su cuerpo desde el momento del pastelillo, era redondo, deseable, y entonces se percato de pensamientos que no recordaba haber tenido, lo cual podría llamarse "deseo".
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La noche cayó pero el pequeño grupo de citas se encontraba aun ahí, casualmente se fueron reunidos uno a uno, se habían preparado para marcharse sin embargo Hinata y Gaara se enteraron de que habría fuegos artificiales, por lo que todos aceptaron esperar. Se encontraban lejos del bullicio observando el cielo implantados en un hermoso claro por el cual la brisa acariciaba con delicadeza.
Las parejas se encontraban tan ensimismadas que no se percataron de que a poca distancia de ellos, Gaara y Hinata hablaban a su forma de ser, aun cuando eran pequeñas frases por parte de amos, eran lo suficientemente profundas para decirles entre líneas como eran ambos, así se dieron cuenta que tanto uno como otro, eran personas amables, tímidas y aun con diferencias abismales han sufrido durante su vida, además de esforzarse cada día por cambiar aquello.
Los fuegos artificiales dieron comienzo, y el Kazekage no pudo evitar mostrarse embalsado a la sonrisa de Hinata, quien se deleitaba con las bellas flores de colores en el cielo. Pese encontrarse en su usual comportamiento serio, se encontraba cómodo con la compañía de la joven Hyuga.
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Cuando regresaban a la aldea, quedaron en que los chicos debían acompañar a cada joven a sus aposentos, se sorprendieron cuando Gaara sin decir nada tomo camino junto a Hinata para acompañarle a su casa.
Ante esto Temari sonrió satisfecha ante los acontecimientos de ver a su hermano al fin al menos socializando con una chica lejos de su circulo familiar, pues Matsuri se había hecho la próxima a ellos que se le tomaban como un mimbro mas de la familia.
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Hinata esperaba impaciente en la entrada de la aldea oculta en la Hoja, sentaba sobre una roca a poca distancia de la puerta miraba el camino incesante, deseaba usar su Byuakugan sin embargo tampoco deseaba parecer tan desesperada. Los ninjas de la entrada sonrieron al verla, desde hacia poco menos de un año el Kazekage visitaba con frecuencia la aldea, al principio se pensaba era para mantener las magnificas relaciones entre ambas aldeas, pero al tiempo todos se dieron cuenta que el motivo era una joven de cabellos negros.
Aun cuando no existía el rumor de haber una relación romántica, si existía bien marcada esa amistad que se había gritado a los cuatro vientos por ambos ninjas. Los viajes de Gaara no eran los únicos, pues también Hinata era enviada constantemente a misiones en la aldea oculta en la Arena.
El grupo de la Arena se acerco a paso calmado, pero los ojos aguamarina se iluminaron apenas y visualizo aquella delicada figura femenina ponerse de pie, su cabello se movió con gracia junto a todo su cuerpo, haciendo que el Kazekage por momentos olvidara su coraza en el alma, deseando correr para alzarla en sus brazos, por alguna razón aquella criatura le hacia feliz como nunca lo sintió con nadie. Al llegar junto a ella, quien saludo a todos cordialmente caminaron digiriéndose por la aldea hasta el lugar de hospedaje.
Temari sonreía al ver como su hermano caminaba junto a la Hyuga, cualquiera diría que no existía un cambio en el joven, sin embargo todo en el era diferente, era como si su hermano por primera vez despidiera una luz que a diferencia de cualquier persona el siempre careció, de esa felicidad pura y plena.
Continuara…
