Drabble 1: El encuentro.

Un nuevo hogar y una nueva vida. Fue lo que le prometieron a Brendan. El joven se encontraba jugando un viejo juego en su viejo gameboy. Ya se había pasado dos juegos cuando el camión se detuvo. Apagó el aparato y le abrieron la puerta. Sus ojos se acostumbraron a la luz y pudo ver un pueblo de pocas casas en medio de un hermoso paisaje verde. Brendan se bajó para conocer su nuevo hogar. La casa no era nada del otro mundo.

Los machoke comenzaron a bajar las cosas de ellos y acomodarlas según las indicaciones de Brendan y su madre.

-Brendan- le llamó su madre- no tienes que molestarte con estas cosas. Ve y saluda a los nuevos vecinos.

-oh…está bien.

El muchacho salió de la casa. Tocó la puerta de la casa más cercana. Una mujer en delantal le abrió.

-buenos días- saludó- soy Brendan. Mi mama y yo nos acabamos de mudar.

-¡nuevos vecinos!- chilló la mujer- por favor pasa.

El hogar de esa mujer no era muy diferente al de él.

-en seguida te preparo algo- le dijo la señora- puedes ir a conocer a mi hija, May. Está arriba en su cuarto ¡May tenemos visitas!...ay no contesta. Brendan ve a llamarla. Es el cuarto con su nombre en la puerta.

Brendan alternó su mirada entre la mujer y las escaleras. Luego subió las escaleras. En el pasillo del segundo piso vio unas puertas. Se acercó a la que decía May con letras rosas pegadas. Puso su mano en la perilla y la giró. Al entrar vio a una chica metiendo unos ítems en una cangurera amarilla. Estaba de espaldas a Brendan. Ella cerró la cangurera y se la colocó en su cintura. Se dio la vuelta ajustándose el moño en su cabeza y sus miradas se encontraron.

-ay. No te escuché entrar. Hmmm tú debes ser Brendan. El chico que se mudaría hoy al lado nuestro. Mucho gusto me llamo May.

-mucho gusto.

Los dos se dieron un apretón de mano. La chica le sonrió y le habló en tono primaveral.

-cuando escuché de tu mudanza me emocioné porque podríamos ser amigos…¿podemos ser amigos?

-claro.

-jejeje que bien- May rio y sus mejillas se tiñeron de un tenue rosa- creí que te burlarías de mi por decirte eso apenas conocerte.

-yo no haría eso.

-¡ay voy tarde!. Le prometí a mi papa que lo ayudaría capturar pokemon salvajes. Me acompañas?

-¡me encantaría!

-jeje entonces vamos.

La chica lo tomó de la muñeca y lo condujo al primer piso donde su madre los recibió con un paquete de sándwiches para el camino.