Los personajes le pertenecen a Kishimoto, el creador del manga de Naruto. Este fic es llevado a ustedes gracias a mi retorcida mente.
Diálogos — bla, bla, bla —
Pensamientos "bla,bla, bla"
Amor Joven
Sarada siempre lo estaba observando desde la distancia, a veces intentaba acercarse pero algo dentro de ella se lo impedía, tal vez era su típica timidez, o sencillamente el hecho que todos parecían querer evitar que ella estuviera cerca de él.
Nunca lo veía sonreír, nunca lo vio realmente ser feliz y eso solo generaba más inquietudes dentro de ella. Sarada era la hija de un gran héroe, eso decían todos en la aldea, el séptimo Hokage Sasuke Uchiha, su abuelo fue otro gran héroe el cuarto Hokage Kizashi Haruno, si Sarada provenía de un verdadero linaje de héroes eso sin mencionar su prestigioso clan.
Y todos en la aldea la trataban con respeto debido a eso, pero ella deseaba algún día que ese respeto se diera debido a sus acciones como una gran Kunoichi. Todos la admiraban en la academia, no podía evitar hablar de lo fuerte que podría llegar hacer, de cómo podría superar a su padre, todos lo hacían menos él.
Sarada deseaba en el fondo de su corazón que entre todas las personas solo él la admirara, que él le dijera que era increíble, por tonto que fuera Sarada estaba teniendo un profundo flechazo de la única persona en este mundo que no sabía que existía.
Cuando era época de San Valentín estaba decidida a llamar su atención, entonces se le ocurrió preparar unas galletas de chocolate, era lo único que el comía seguidamente, pequeños trozos de chocolate y cuando salió de la academia ese mismo día ella fue a la cocina en su casa, la mansión del Hokage dentro del barrio Uchiha, y las preparo con tal esfuerzo que estaba realmente orgullosa de eso,
Al final preparo seis galletas, al final estaba todo listo, las empaco en una bolsa con listón digna de aquella época, a sus once años Sarada Uchiha estaba decidida a ir a regalar aquel detalle al chico rubio tonto que nunca la reconocía.
Boruto era testarudo la mayoría del tiempo, y sobre todo orgulloso, en la academia era el mejor en muchos campos, solo siendo superado por Sarada pero la chica sabía que solo lo superaba en campos teóricos, en lo que correspondía a la acción era realmente mejor el niño rubio.
Sarada se sintió tonta, cuando salió de su casa, de su barrio y llego a las grandes calles de Konoha se dio cuenta que no sabía dónde vivía su compañero de la academia.
Y solo fue a investigar, realmente no sabía dónde hacerlo, podría preguntarle a las personas y fue a hacerlo, primero con sus maestros de escuela que logro encontrar pero todos ellos se negaron a darle algún tipo de información, solo se limitaban a decirle que lo mejor era que se olvidara de ese chico, que lo ignorara totalmente y sería mucho más feliz.
Sarada nunca comprendió aquello pero siguió investigando. Si no más recordaba decían que Boruto era un lejano pariente de clan Hyuga, tal vez si iba al barrio de los Hyuga sabría algo sobre él.
Y en la entrada a dicho barrio, recordó las palabras de su abuelo Fukagu sobre nunca ingresar en esa zona de la aldea si no era supervisada, nunca comprendía la razón de ello y mucho menos porque debería tener cuidado, si todos en la aldea la trataban también.
Sarada no lo pensó dos veces, estaba en una misión de categoría S para su corazón, camino por las vacías calles y no encontró a nadie, o eso pensaba varios pares de ojos desde la distancia la observaban.
Sarada sintió un fuerte golpe en su cabeza y termino en el suelo, tenía un fuerte dolor y tomo con su mano para revisar que había ocurrido, cuando vio que se trataba de una roca lanzada en su contra, tenía un pequeño hilo de sangre saliendo por su frente.
—¡Pero vean a quien tenemos aquí! —
Una voz conocida para Sarada, era una de las chicas Hyuga de la academia y la acompañada otras dos compañeras. Sarada nunca antes había tenido problema con ellas, generalmente eran demasiado cordiales con la pequeña Uchiha en la academia.
—¿Qué haces acá Uchiha? No tienes bastante con obligarnos a tratarte como de la realeza en la academia —
—¡Oigan eso no es!…—
Sarada no alcanzo a discutir con ellas tres, cuando una de estas le dio una fuerte patada en su rostro, le rompió la nariz y realmente se molestó por eso, intento levantarse para defenderse pero fue tomada del cabello y tirada nuevamente al suelo.
Sarada intento proteger la bolsa con las galletas, pero era demasiado inútil, las tres niñas parecían estar demasiado entretenidas dándole patadas en el suelo, como si se tratara de algún tipo de animal.
Una de las chicas tomo la bolsa con las galletas.
—Vaya parece ser que la pequeña princesita está enamorada —
Acto seguido tiro las galletas al suelo y comenzó a pisotearlas.
—!OIGAN USTEDES¡ déjenla quieta o las hare pagar —
Un grito se escuchó por toda la galleta y el trio de chicas miró asustadas a la persona que acaba de aparecer y comenzaron a correr.
Sarada miro a un chico de cabellos rubios acercándose lentamente y la miraba desde una distancia prudente.
Comenzó a caminar lentamente y tomo la pequeña bolsa con las galletas destruidas adentro, luego camino cerca de Sarada y deposito la bolsa a su lado e intento proseguir su camino ignorando a la chica en el suelo.
—Son para ti —
Susurro en voz baja Sarada mientras intentaba buscar sus gafas las cuales había perdido en medio del ataque, la pequeña Uchiha no tenía mala vista al menos no demasiado, pero era preferible no durar mucho tiempo sin ellas para evitarse algún dolor de ojos.
Boruto se detuvo en seco y miro a la chica detrás de él, buscando con desesperación algo que había perdido y él sabía perfectamente que era, ya que acaba de pisarlas por accidente, el chico intento ignorar las palabras sobre para quien eran las galletas y tomo las gafas del suelo y se acercó nuevamente a la Uchiha.
—¡Ten! —
—Muchas grac…. Están destruidas —
—No fue, mi intención prometo que te las pagare —
Sarada las tomo y lo miro con algo de molestia pero sobre todo desilusionada no había dicho nada con respecto a las galletas aunque sinceramente tonta Sarada se dijo, a quien le iban a importar unas galletas destruidas.
—Te llevare a mi casa —
Dijo el joven rubio mientras se agachaba y le daba la espalda a la joven Uchiha, esta lo miro con sorpresa.
—No puedo llevarte a tu casa te meterías en problemas por estar cerca de mí, además tienes que limpiarte esas heridas —
Como si Boruto supiera leer su mente solo dijo, y ella accedió a subirse sobre este. Con una sonrisa enorme en su rostro y apretando con fuerza el cuello del chico, comenzaron a caminar lentamente hacia rumbo desconocido para la pelinegra, pero eso no le importaba en absoluto en todo el camino tampoco había dejado atrás sus galletas las a cuales apretaba con fuerza su empaque y sus gafas que estaban guardadas en su respetivo empaque en su cintura.
Llegaron al final de la calle para luego comenzar a ingresar dentro de un callejón, había una pequeña casa humilde, y con respecto a las demás mansiones que estaban en aquel barrio esta definitivamente era la peor.
Sarada pensó que tal vez era una especie de almacén y que Boruto la había traído a ese lugar para que pudiera limpiarse tranquilamente sus heridas.
—Llegamos —
Susurro en voz baja, y la Uchiha entendió las palabras, aquella casa que se caía a pedazos era donde vivía el rubio, hasta los sirvientes de los Uchiha tenían mejores casas.
Ingresaron a la casa en silencio, Boruto ni siquiera tuvo que sacar las llaves para abrir la puerta, solo la corrió como si nadie intentara ingresar a robar en esta, aunque era claro que nadie le interesaría hacerlo.
Caminaron por varios segundos en silencio, hasta que Sarada miro el interior en verdad, el lugar no tenía la mejor de las higienes eso sin mencionar como todo el lugar parecía estar totalmente desolado, si no más recordaba Boruto tenía una hermana pero no parecían haber señales de ella.
Sarada se enfocó en un pequeño mural de fotos, lentamente observando con detalles todo ese lugar, habían fotos de una chica peli azul de ojos plateados, era una Hyuga pero no la había visto antes, esa mujer tenía una gran sonrisa en su rostro, mientras abrazaba a otras tres chicas, algo le llamaba la atención y era que su madre Sakura Haruno estaba en esa foto con una sonrisa igual de grande o mayor que las demás.
Nunca antes había visto a esa mujer en una foto con su madre, era extraño, las otras personas en esa foto eran Tenten y Ino-san, ambas excelentes Shinobis y viejas amigas de su madre.
Pero lo más intrigante era la Hyuga parecía realmente llamativa y no lo decía por esa vestimenta tan liberal.
En el mural habían muchas fotos, demasiado llamativas, mucha gente de la aldea en cada una de ellas, pero una le llamo la atención era la mujer Hyuga anterior pero al lado de un chico rubio de cabellos largos. Nunca antes había visto tan peculiar pareja, porque era obvio que lo eran.
—Ves algo que te guste. —
—Bueno, yo es cierto…. Quiero decir lo siento Boruto-kun no era mi intensión mirar algo que no debía —
Boruto la ignoro por unos minutos, parecía pensar con determinación lo que iba a decir a continuación.
—Dijiste que esas galletas eran para mí, bueno que esperas para dármelas —
El rostro de Sarada se ilumino bastante, parecía ser que a Boruto no le importaba que sus galletas fueran solo migajas así que tomo la bolsa y la estiro pero el rubio no la tomo de inmediato.
—Las personas en esa foto son mis padres —
—¿Tus padres?¿Tu madre era una Hyuga? Por eso vives aquí en este… acogedor hogar —
—¿Acogedor? Qué manera tan educa de decir que vivo en una mierda de lugar —
—Boruto-kun no deberías tener ese lenguaje, si tu madre… —
—Mi madre no está en casa, no lo ha estado desde que mi hermana nació, tu madre la metió en un profundo calabozo —
—¿Qué estás diciendo? Mi madre nunca haría algo así —
Sarada comenzó a caminar hacia atrás, la mirada de Boruto la intimidaba demasiado, y llego al punto en estar contra la pared con gran temor ante la mirada.
—Claro que lo hizo, yo vi con mis propios ojos como lo hacía, —
—Por qué lo haría—
—Porque mi madre Hinata Hyuga se obsesiono por el amor que tenía por mi padre—
—¿Tu padre? —
Sarada estaba contra la pared mientras Boruto ponía sus manos contra esta, aprisionando cualquier intento de salida.
—Si mi padre, el mayor criminal de la historia de Konoha, Menma Uzumaki —
Sarada entro en un pánico enorme en esos momentos, ese hombre, Menma había asesinado a los tres Sanín legendarios. Ahora entendía por qué todos detestaban a Boruto, por que le prohibían acercarse a él.
Pero algo dentro de Sarada no cambio en vez de eso se reforzó mucho más.
—No me importa —
—¿Qué dices? —
Ahora era Boruto quien estaba realmente asustado por la transformación de la chica.
—Tal como escuchaste Boruto, no me importa quien fue tu padre, o los problemas entre nuestras madres, ayudare a tu madre, si lo que dices es cierto ella no hizo nada malo —
—Como que no hizo nada malo se enamoró de un peligroso criminal acaso no vez que... —
Boruto no pudo terminar aquella palabra porque Sarada a sus once años le habia dado un pequeño beso en los labios.
—Ahora tomaras las galletas y las vas a disfrutar —
Boruto estaba en shock, no podía creer que eso estaba pasando, tomo la bolsa por instinto y sintió que acaba de perder una pelea.
—Son solo migajas —
Un tic nervioso apareció en el ojo de Sarada pero eso no le importó.
—Te dije que las tomaras, te las vas a comer o te golpeare ¡Shaanaro! —
Esta niña estaba igual de demente y sicópata que su madre.
Notas del autor.
Mi nuevo fic, sera corto os prometo. Tampoco he abandonado mis demás historias seria incapaz de hacerlo, pero en verdad quería realizar este escrito desde hace tiempo, un gran giro a la historia.
No olviden dejar su comentario y leer mis otras historias.
